Junto a ti // Ranma x Akane (...

By NanaOtaku24

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Varios One-shots (+18) de la pareja favorita de Nerima: Ranma y Akane Ranma siempre fue mi serie favorita. E... More

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El beso de Julieta
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Chocolate para Ranma
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Halloween de miedo

Bañador

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By NanaOtaku24

Pronto iban a comenzar las vacaciones de verano y la familia Tendo se iba a tomar unas pequeñas vacaciones en una región de Japón que contaba con un precioso onsen con playa en el cual Nabiki ya había hecho las prontas reservaciones. La mediana de los Tendo había tomado en consideración poner a los dos prometidos más famosos de Nerima en la misma habitación.

Cosa que no había comentado a los dos prometidos todavía.

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En el colegio, Ranma descansaba sobre uno de los árboles, disfrutando de la sombra. Sus amigos lo habían dejado solos alegando que las chicas estaban en su hora de gimnasia y hoy tocaba piscina. El chico de la trenza había ignorado como sus compañeros alababan a su prometida, a la cual querían ver con el nuevo traje de baño de la escuela.

-Esa tonta no puede ni flotar en el agua....¿Por que tanto alboroto? Solo es Akane...

Aunque quisiera negarlo, su prometida era preciosa, su cuerpo era todo lo que un hombre podría querer...Desde la boda fallida había cambiado, no solo en actitud para con él, si no que su cuerpo había madurado. Muchas veces Ranma se quedaba anonadado con las pequeñas prendas que su marimacho había decidido comprarse. Se la quedaba mirando, sus preciosas piernas, tan largas y suaves...su fina cintura y la curvatura de sus pechos, que o era su imaginación o habían igualado el tamaño de los suyos cuando era Ranko.

El chico siempre intentaba negar sus sentimientos por ella, pues no quería que ella supiera de su debilidad por ella. Siempre intentaba decirle todo lo contrario de lo que pensaba cuando estaba con ella, por eso siempre acababan peleando por tonterías.

No es que a Ranma le gustase especialmente pelearse con ella. Le gustaba ese fuego en sus ojos castaños chocolate y sus mejillas sonrojadas pero cuando luego cuando veía sus ojos llorosos se arrepentía, pues Akane pasaba luego varias semanas sin decirle nada y eso le dolía mucho al chico de la trenza.

Escuchó unos grititos y volteó el rostro para ver la zona de la piscina, donde varias chicas ya se encontraban charlando y mojando sus pies en el agua para combatir la calor que hacía en esos momentos. Él se encontraba fresco, pues el árbol daba sombra y había tomado la precaución de ponerse una de sus camisas chinas sin mangas.

-¡¡Akane¡¡

Ranma volteó cuando escuchó a los chicos de su clase aclamar el nombre de su prometida.

Allí estaba ella, ingenua a todo lo que pasaba por su mente. El bañador color azul marino de la escuela marcada cada curva de su curvilíneo cuerpo. Sus pechos se veían apretados por la tela, remarcando más aun su forma. La mirada azulada del chico se perdió en aquellas largas y torneadas piernas mientras caminaba hacia el agua.

No pudo evitar soltar una risita al ver un pequeño flotador amarillo en una de sus manos.

Obviamente Akane tenía menos posibilidades de flotar por su propia cuenta que de las que él tenía en no convertirse en mujer cuando lo mojaban con agua.

Permaneció alerta por si ella necesitase su ayuda pero decidió no seguir observando su cuerpo.

La tienda de campaña de sus pantalones ya estaba lo suficientemente grande.

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Akane empezó a meter ropa en su pequeño macuto para el viaje familiar.

Durante unos días estuvo intentando que su desempeño en el agua fuera al menos decente pero solo había conseguido flotar mas o menos bien mientras tuviera un flotador puesto. No había conseguido nadar bien pero al menos no parecía una sardina en tierra firme.

Tomó otro vestido para meterlo en la maleta y recordó que no había puesto trajes de baño. Fue a su armario y sacó una bolsa que sus amigas le habían regalado cuando les comentó que se iba a ir de viaje a la playa.
No había mirado el interior pero estaba segura de que aquello sería revelador, pero no tenía otra cosa que ponerse, por lo que lo metió en la maleta en un golpe seco y añadió otro bikini que ya tenía como opción B por si acaso.

Estaba temerosa, para que negarlo; su hermana Nabiki había estado más extraña de lo acostumbrado y ella tenía la extraña sensación de que había planeado algo que ocasionaría que estuviera cerca de Ranma. No por nada sus padres estaban cada vez más pendientes de si ocurría algo entre ellos para casarlos de una vez.

La peliazul había aceptado casarse con el chico de la trenza cuando le escuchó decir que la amaba, había aceptado porque después de todo quería a aquel arrogante y baka chico de cabellos negros, quería estar a su lado y que él la eligiera por encima de sus otras prometidas y que por fin podrían ser felices juntos....

Pero aquello era un sueño que ella sabía que no se iba a cumplir.

Akane sabía que desde la entrada de la familia Saotome su vida había dado un giro de 360 grados, todos sus días había sido una locura y no estaba segura de que tan bien había sido todo aquello. Ella había caído enamorada del chico de la trenza, al principio pensaba que no podría amarlo pues la estaban casi obligando a casarse con un desconocido pero con el paso del tiempo ella no podía evitar enamorarse de Ranma....pero él no lo había hecho. Y eso era lo que le dolía a Akane. Sentirse utilizada por él....

Maldijo en voz baja y decidió darse un largo baño para disipar esos pensamientos dolorosos. Se iría de viaje con su familia e intentaría pasarlo lo mejor posible.

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Era por la mañana cuando la familia Tendo-Saotome salía del dojo con destino a su onsen. Nabiki y Akane iban con mini-faldas y blusas cortas, mientras Kasumi iba con uno de sus trajes habituales. Ranma cargaba su mochila a su espalda mientras vestía una camisa china sin mangas e intentaba no mirar demasiado a su prometida. Intento fallido, pues volteaba a cada minuto...¡¡Como no hacerlo¡¡ Podía ver el ombligo de Akane¡¡

Tardaron hora y media en llegar al onsen. Llegaron acalorados y con las frentes llenas de sudor acumulado. Todos pudieron escuchar la negativa del chico de la trenza cuando la encargada del onsen le informó de donde iba a dormir y con quién. Daba gracias que Akane estuviera viendo los jardines con Kasumi.

-Ni loco, no voy a dormir con Akane¡-Dijo indignado-¿Por que no duermes tu con ella, Nabiki?

Nabiki se cruzó de brazos-¿Estas loco? Ya hemos hecho las reservaciones...Soun y Genma duermen juntos, Kasumi conmigo y vosotros dos juntos. Es lo normal...Son prometidos

-Pero....pero....

-Además...nadie dijo que ibais a dormir juntitos, cuñadito-Dijo Nabiki sonriendo, haciendo que Ranma se sonrojase.

-Eso....

-Sé un hombre, Ranma-Dijo su padre-Lleváis mucho tiempo comprometidos y tenéis nuestra aprobación

Ranma masculló algo entre dientes y viendo que no le quedaba otro remedio se fue a "su" habitación. Dejó su mochila y el macuto de Akane en una esquina, mirando con detenimiento la zona que sería su calvario y quizá su salvación. No podía evitar pensar en distintas opciones que podrían pasar entre él y su prometida, todas ellas acababan con ellos bajo un futón, con sus pieles en contacto....

Se sonrojó al pensar en tocar a su prometida de aquella manera....sus manos tocando aquella piel de porcelana...besando esos labios de cereza...
No podía evitar imaginarlo, su corazón latía muy fuerte...¿Como demonios iba a pasar todos aquellos días en la misma habitación que Akane?

Su tormento apareció por la puerta corredera y ambos se quedaron estáticos mirándose alternativamente y con los ojos muy abiertos.

-¿Que....haces aquí?-Preguntó Akane observando a su prometido y sus mochilas en una esquina de la habitación.

-Eh....bueno...te vas a reír...-Musitó Ranma-Nabiki ha....

El chico procedió a explicarle todo a su prometida, quien no pudo evitar sonrojarse y maldecir a su hermana. ¿Como pudo hacerle aquello? Ahora entendía porque se había comportado tan extrañamente.

-¿Hay más habitaciones?-Preguntó, haciendo que Ranma pensase que Akane no quería ni compartir habitación con él.

-Al parecer no....pero no temas...no tengo la mayor curiosidad en espiarte-Dijo sin pensar

Akane asintió en silencio. Las palabras de su prometido siempre tenían aquel efecto en ella. Estaba claro que no quería pasar el tiempo con ella. Suspirando decidió ver el lado positivo de la situación. 

La habitación era tradicional, con puertas correderas y tres estancias: un salón con balcón y una mesa para comer, la habitación con los futones y un pequeño baño. Akane fue hacía la habitación y comprobó que para su mala suerte solo contaba con un futón de matrimonio que ya estaba dispuesto para ser utilizado. Se sonrojó levemente.

La familia decidió pasar la tarde en la playa que estaba relativamente cerca del onsen. Akane tomó sus ropas y fue a cambiarse al baño mientras Ranma hacia lo propio en la habitación. 

La peliazul sacó el bikini de la bolsa y como supuso sus amigas habían elegido algo diminuto y demasiado seductor a su forma de vez. Se desnudó y se vistió con la mirada en la puerta por precaución. Encima del traje de baño se puso un vestido blanco que se ataba al cuello y era entallado en el pecho. Se calzó unas sandalias y salió del cuarto de baño para tomar su bolsa de playa y partir.

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Las hermanas Tendo sonrieron al tocar la arena con los pies desnudos. El tiempo era soleado y había bastante gente cuando llegaron. Los adultos buscaron un lugar donde poner las toallas y las sombrillas y Ranma estaba bastante tenso, mirando hacia los lados todo el rato.

El chico de la trenza no paraba de mirar a su prometida de reojo. No pudo evitar mirarla cuando salió del cuarto de baño. La notaba tan tranquila, tan feliz que no podía evitar sonreír, pues en secreto: Ranma adoraba la sonrisa de Akane. Esa era su debilidad, su talón de aquiles, lo que nadie podía saber...

Pero ahora, en aquel lugar, podía sentir todas las miradas masculinas en su prometida y en Nabiki, aunque esta ultima no necesitase ayuda. Las chicas comenzaron a quitarse sus vestidos para quedar en traje de baño y el amigo de Ranma casi salta de su prisión al ver a su prometida.

Eso si que no¡¡ ¿Que era aquello que llevaba Akane? ¿Donde quedaron sus trajes de baño enteros y que tapaban su cuerpo?

El traje de baño era diminuto, de eso no había duda. No tenía ningún tirante que sujetase la parte superior a su pecho, un lazo en su espalda ataba aquel pequeño pedazo de tela rosa que tapaba sus pechos. Su plano estomago....sus caderas....una delgada y fina braguita rosa se anudaba a sus caderas....

El chico de la trenza apretó los labios en una linea cuando Akane se dio la vuelta para ayudar a su hermana mayor con su cabello y soltó una maldición.
Nunca le había dicho a Akane que pensaba que tenía un trasero bonito. Muchas veces se contenía de mirarla, sobretodo cuando utilizaba aquellos shorts tan cortos. 

Pero aquello pasaba de lo normal. No estaba preparado para ver a Akane de aquella manera. 
Aquella braguita dejaba ver demasiado...podía ver la forma curva de sus glúteos y su unión con su espalda....

Sin duda su rostro estaba rojo como un tomate. 

El chico permaneció en su toalla bajo la sombrilla intentando ignorar lo máximo posible la presencia sensual de su prometida. Nabiki le había silbado y mirado con una sonrisa, incluso había intentado comentarle algo pero él la había ignorado.

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Akane se sentía nerviosa y no podía evitar pensar que estaba llamando demasiado la atención. Sentía las miradas de varios chicos en ella y aunque intentó ocultarse detrás de Nabiki no pudo hacerlo durante mucho tiempo, pues su hermana se fue a recostar a la toalla.

Mojó sus pies y se adentró un poco en el agua. Solo lo haría hasta la cintura, pues no había tomado su flotador y sabía lo que pasaría si se metía mucho más en el agua.
No pudo evitar sentirse algo triste, pues Ranma no había hecho ningún comentario sobre su atuendo ni le había dedicado una mirada. Lo veía bajo la sombrilla, apoyado en uno de sus codos leyendo uno de sus libros. 

Tragó saliva al ver su pecho desnudo. Si ella había crecido él no era para menos. Estaba más alto, su rostro era más masculino y tenía aquellos rasgos tan atractivos. Su cuerpo entrenado tenía aquellos brazos musculosos pero no saltones, esos brazos que siempre la abrazaban cuando había algún peligro...su pecho estaba marcado por fuertes pectorales y una deliciosa tableta de chocolate que se perdía hasta el borde de su bañador negro y rojo. Incluso sus piernas eran fuertes y musculosas, por los entrenamientos que todos los días hacía. 

Era guapo. Muy guapo. Pero ella no se lo diría...Eso solo agrandaría el ego Saotome.

Akane se agachó para mojarse los brazos con el agua, sintiendo como su cuerpo se refrescaba y su mirada al fin se alejaba de su prometido. 

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Ranma quedó dormido bajo la sombrilla. Su mente estaba agotada de pensar en Akane. La había estado vigilando mientras fingía leer uno de sus libros. Cuando vio que Nabiki la dejaba sola no pudo evitar preocuparse por su seguridad.
No era tonto. Había visto a muchos chicos voltear a ver a su prometida e inclusive chicos que habían venido con otras chicas. 

Su prometida estaba ajena a todo ello, moviendo sus pies en la orilla con aquella sonrisa suya tan delicada y bonita. Cuando la vio ingresar en el agua se preocupó por su seguridad pero al ver que no se metía más al interior se relajó.
El agua en su cuerpo no ayudaba a que la cordura de Ranma se apagase. Cuando su prometida se metió en el agua, esta hizo que la tela del bañador se pegase aun más a su cuerpo, marcando todavía más aun la forma de su trasero respingón. 

Maldición, aquella chica era la tentación en persona¡¡

<<<

Cuando Ranma despertó de nuevo se encontró con alguien recostado al otro lado de la sombrilla y no era otra que Akane. Tenía un sombrero sobre su rostro para que no le diese el sol en el rostro y que no le dejaba ver su rostro pero todo indicaba que estaba dormida.

Aquella visión despertó a Ranma totalmente. El cuerpo de ella estaba mojado, seguramente de su baño en la orilla y el chico de la trenza no pudo evitar ver la zona del pecho de su prometida que había sufrido el mismo resultado que su parte trasera.
Si ya había pensado que aquella tela era pequeña, el agua había calado la tela, haciendo que se pegase totalmente a la forma de sus pechos. Inclusive podía notar la forma redondeada de sus pezones tras la tela rosa. 

Por la mente de Ranma había pasado un fugaz deseo: quería tocarlos.

Al instante se tensó y miró hacia los lados rojo como un tomate. Sus familias parecían haber desaparecido en aquel momento pero el chico de la trenza no se quiso arriesgar.
Volteó la vista a su prometida que inocentemente descansaba sin saber lo que ocasionaba a su cuerpo. 

Tragó saliva como pudo, pues su boca se había quedado repentinamente seca. Sus orejas podían sentir la presencia de varios jóvenes que miraban sin cortase un pelo el cuerpo de su prometida. Ranma masculló por lo bajo y se enderezó para al menos poder tapar uno de los lados con su cuerpo. 

Su mente empezó a echar humo. No quería que otros hombres pudieran ver el cuerpo de Akane, eso le molestaba, sobre todo porque con esas malvadas prendas su cuerpo estaba demasiado expuesto. 
Casi sin pensar tomó su camiseta y sus cosas y sin pararse a decir nada a nadie, tomó a Akane en brazos y salió corriendo de la playa con dirección al onsen. 
En el camino Akane despertó y se sorprendió por su acción e intentó soltarse y patalear con las piernas para que su prometido dejase de llevarla en brazos.

-Maldición¡¡Quédate quieta Akane¡¡-Dijo Ranma enfadado, callando a la peliazul.

Ranma intentó no pensar en donde tenía las manos ni lo que estaba tocando o podría llegar a tocar. Estaba enfadado, la ira corría por sus venas a pesar de que sabía que no era culpa suya. De un salto llegó a la terraza donde estaba su cuarto y entró en el como alma que lleva el diablo. Soltó sus bolsas de playa y la camisa china se dejo caer encima de la mesa de madera. 

-Ranma¡¡-Exclamó Akane cuando Ranma la dejó encima del futón con menos delicadeza de la que esperaba. Le iba a reclamar cuando el chico se puso sobre ella sin consideración alguna, aplastandola con su poderoso cuerpo-¿Pero que te pasa?¡¡

Ranma tomó sus muñecas y le colocó los brazos por encima de la cabeza, manteniendola quieta y en una posición de total rendición. El chico respiraba aceleradamente y su respiración chocaba con la boca entreabierta de Akane.

-Cállate...

-¿Perdón?-Akane se revolvió debajo del cuerpo de Ranma. No entendía que le pasaba al chico y el porque de su actitud con ella. Jadeó cuando al moverse sintió como algo se rozaba en su cadera, algo grande ....Sus ojos buscaron los azules de su prometido-¿Ranmma?

El chico dio un jadeo cuando ella dejó de moverse. Sus ojos se mantenían en contacto y la respiración de él seguía siendo acelerada.

-Cierra la boca de una vez, Akane-Dijo con voz ronca el chico y Akane gimió cuando sintió como Ranma la besaba de manera pasional y algo brusca.

Los labios del chico saquearon sin compasión los de ella, tiró de su labio inferior para introducirse en su boca y probarla con la lengua. Era exquisita, su sabor era dulce como la mas jugosa de las fresas y empezó a jugar con su lengua para encontrar una reacción en ella.

Se separó de sus labios para recuperar el aire y siguió sujetando sus manos pues temía la posible reacción de Akane. Sabía que si la soltaba lo más seguro es que lo mandase a volar de vuelta a Nerima. Aprovechó para bajar sus labios para besar su cuello y dar pequeños mordisquitos en él. 

Akane daba pequeños gemidos que animaban al chico a seguir, pues si gemía es que le gustaba lo que le estaba haciendo. Sin pedir permiso se atrevió a soltar sus manos y meterlas debajo de la húmeda tela de su bikini para tomar sus pechos. Sin duda cabían en sus manos, grandes, llenos y ligeramente húmedos por el agua del mar...

Le molestó la tela así que la tomó y la estiró con sus manos hasta partirla a la mitad. 

-¡¡Ranma¡¡

El chico no hizo caso a sus gritos molestos y bajó el rostro para besar sus pechos. Por fin había cumplido el sueño de probar los pechos de Akane. Desde que la vio desnuda ese primer día en que la conoció como Ranko, en el cuarto de baño, había querido probar aquellos suaves montes. Muchas veces le decía pechos planos pero lo cierto es que nunca pensó que los pechos de Akane fueran pequeños. 

Las veces que la cargaba en la espalda o la abrazaba para protegerla podía notar aquellos montes pegados a su pecho o espalda. 

Su boca tomó uno de aquellos pezones sonrosados y chupó de él como si fuera algo sagrado y dulce y no se equivocaba en lo absoluto. Sus manos se aferraron a su cintura para elevarla ligeramente y tomar más de aquella dulce piel.

Akane le rodeó con sus brazos, perdida en aquellas caricias. No se podía creer que en verdad estuviera pasando aquello y menos con Ranma. Que fuera él quien le había besado...y que beso¡¡ Aun le temblaban las piernas.

Sentía los labios de su prometido chupar su pezón sensible y no podía evitar gemir totalmente entregada a aquellas caricias. Debería estar enfadada con él pero en aquellos momento no podía decir nada, solo rendirse a la tentación que le ofrecía su prometido.

Aunque aquello no implicaba que se fuera a quedarse quieta.

Tiró de Ranma, colocándose sobre él sobre sus caderas. El rostro del chico fue de sorpresa inicial y luego miedo de lo que pudiera pasar.
Akane sonrió y acarició una mejilla del chico con las yemas de sus dedos. Besó sus labios con dulzura durante unos instantes. 
Que el chico estuviera solamente con el bañador era un factor bueno para Akane que se agachó a la altura de la cintura de Ranma y sin vergüenza posó su mano sobre el bulto que ella entendió que era la erección del chico.

-¡¡Ah¡¡-Jadeó el chico que no se esperaba para nada aquello-A...Aakane...

Akane comenzó a acariciarlo por encima del bañador viendo como Ranma empezaba a gemir suavemente. Le gustaba aquel rostro masculino contrariado por el placer que ELLA le estaba dando y con valentía tomó el elástico del bañador y lo fue bajando hasta que descubrió su miembro, el cual saltó fuera de la prenda como si estuviera contento de verla. 

La joven se sorprendió de su tamaño. Aquello era demasiado grande y se sonrojó por ello de manera evidente. Sus manos temblorosas lo acariciaron y provocaron más gemidos en Ranma, quien alzó sus caderas en búsqueda de más caricias. 

-Akane....-Jadeó el chico. Sentía las pequeñas manos de su prometida moverse de arriba abajo por su miembro. Era agradable pero sobretodo porque era Akane quien lo hacía.

-No...sé muy....bien...como....-Se disculpó ella, deteniendo sus manos. No sabía como debía acariciarlo para que se sintiera bien y se sintió terriblemente avergonzada por ello.

Ranma sonrió y se enderezó, quedando sentado y agarró a Akane de la cintura para pegarla y tomar sus labios de nuevo en otro beso demoledor.

-Dame tu mano-Dijo con voz ronca y tomó la suave mano de Akane y la llevó a su miembro-Rodealo y acaricialo de arriba abajo, apretando un poco en esta parte....-Le mostró donde le gustaba y gimió cuando ella lo hizo-En realidad....es muy fácil...

Akane más confiada empezó a mover su mano como Ranma le enseñó. Podía sentir como él temblaba levemente y gemía encantado con sus movimientos.

-¿Podrías....tomarlo con tu boca?-Preguntó el chico algo avergonzado.

Akane se sonrojó y le preguntó como debía hacerlo. Estaba avergonzada pero no podía acallar lo que su mente estaba pensando. Después de todo tenía curiosidad.

-A...Abre tu boca....-Dijo el chico, ella se arrodilló frente su miembro-P-p-prueba...a lamerlo...primero...-Jadeó con fuerza cuando sintió la húmeda lengua de su prometida en su miembro-Así...ahora....lamelo entero....si...de esa...manera-Jadeó y tomó del cabello azulado de la chica-Abre....bien....voy a ponerlo...-Cuando vio que Akane lo hacía, empujó suavemente su miembro, que entró en la calidez de la boca de su prometida.

Ranma se sentía en la gloria mientras la peliazul succionaba su miembro entre sus suaves labios. Su respiración se había hecho acelerada y estaba a punto de descargarse en aquella linda boca. Jadeó con fuerza, agarrando la cabeza de su prometida mientras sentía como su miembro se descargaba en la boca de Akane.

La peliazul se sorprendió cuando su boca se vio llenada de algo caliente y con un sabor peculiar que hizo que se separase y empezase a toser al no poder respirar bien. La semilla del chico resbaló de su boca a su cuerpo.

-Perdón....yo...-Se disculpó el chico.

Con algo de miedo se acercó a la chica y la abrazó, besando sus labios levemente. Ella se apretó contra él y Ranma no pudo evitar oler el dulce perfume de su prometida.

-Te...compensaré..-Dijo el chico y sentó a la chica sobre él, su pecho contra la espalda de ella. Besó su cuello y sus manos acariciaron sus pechos levemente, bajando hacia su real objetivo.

-Ran....

-Shhh....te gustará...

Las manos del chico llegaron a aquella pequeña braguita que tantos dolores le habían traído al chico y sus dedos acariciaron por encima de su intimidad.
Aun por encima de la prenda se la notaba la humedad y la calidez de la zona. Ranma estuvo a punto de hacer un chiste sobre la humedad pero estaba deseoso de tocarla.
Apartó con sus dedos la tela de la braguita y la tocó directamente. 

-Ahh...-Gimió su prometida y se apretó contra él. 

Ranma tantó la zona humeda entre sus piernas hasta que encontró un pequeño botón que sobresalía y lo estimuló con sus dedos, haciendo que ella gimiera aún más fuerte que antes.
Lo hacía por instinto pero era fácil saber si le gustaba lo que le hacía o no.

Con cuidado introdujo dos dedos en ella, sintiéndola estrecha e increíblemente húmeda. Era increíble la sensación de tocarla y sentirla desfallecer entre sus brazos. Sus reacciones solo hacían que su miembro se volviese todavía más duro y deseoso de introducirse al fin en ella.

-Ran...ma....-Jadeó ella cuando él incrementó la velocidad de sus dedos. Ranma mordiqueó su oreja mientras sumaba su otra mano y tomaba su clítoris-Mas....

-¿Más?-Pregunto algo sorprendido pero orgulloso-¿Quieres más Akane?-Su voz salió ronca y masculina.

-Dame más Ranma¡¡-Gimió Akane, pegando su trasero a las caderas de Ranma

Ranma nunca había pensado que Akane fuera la sumisa. Sin duda, en sus mejores fantasías era él quien suplicaba mientras Akane sacaba todo su poder y lo dejaba a su merced.
Aunque la realidad era perfecta para él, porque en ella salía Akane.

Sonriendo confiado, introdujo un tercer dedo en su interior y su otra mano apretó su pecho derecho y tironeó de su pezón con gusto.
Sintió como Akane se arqueó y tuvo un sonoro orgasmo que hizo que el miembro de Ranma doliese incluso de lo duro que estaba.

Akane se desplomó sobre Ranma para recuperar el aliento. Había sido intenso y sobretodo jugoso, la había dejado cansada pero satisfecha. 
Ranma sacó sus dedos del interior húmedo de su prometida y se los llevó a la boca para lamer aquellos jugos deliciosos. Akane se sorprendió por ello y jadeó cuando el chico la tomó en brazos y colocó de nuevo en el futón y se colocó encima de nuevo.

-¿Que....esta....haciendo?-Preguntó cuando lo vio agacharse y abrirle las piernas.

-Voy a devorarte

Akane gritó cuando sintió la boca de Ranma en su parte intima. Su lengua lamía sus pliegues con dulzura y sin dejar un espacio por recorrer. Ranma tomó su clítoris entre sus dientes y notó como sus  jugos se incrementaban en su boca.

Akane agarró sus cabellos para aguantar aquellas sensaciones tan intensas que estaba ocasionando su prometido. Enterró sus dedos en sus cabellos y gimió de manera intensa.

-Dios....Ranma¡¡¡-Jadeó ella al sentir como un nuevo orgasmo nacía en ella. Apretó las piernas en torno a la cabeza de Ranma y arqueó la espalda.

Ranma se alejó de su centro lamiéndose los labios con una sonrisa tonta de suficiencia. Se arrastró hasta quedar frente al rostro de su prometida y le apartó algunos cabellos de la frente y le besó en la nariz.

-Akane...

Ella todavía estaba intentando recobrar su respiración normal por lo que solo lo miró.

Ranma rozó sus caderas contra las suyas haciendo notar su erección y haciendo que Akane soltase suaves gemidos que morían en los labios del chico quien no paraba de besarla.
Ranma adoraba aquellos suaves besos, era un adicto a besarla. Le hacía sentir bien que ella correspondiese de la misma manera a sus besos, con sus pequeñas manos acariciando sus hombros y su espalda, aferrándose a su cuerpo. Como debía ser.

Volvió a rozarse contra ella, su miembro clamaba por estar dentro de ella al fin. Después de tantos días, tantos meses junto a ella y de reprimir sus sentimientos por ella, por aquella pequeña y ruda chica que se había colado en su corazón desde el momento en que ella confundida ofreció su amistad a una chica de larga trenza roja. Su sonrisa amable y sus ojos lo habían calado desde aquel momento y él había caído, pero siempre tenía que hacerle daño, por no ser sincero, por no ser capaz de decirle todo lo que sentía por ella.

Solo por AKANE

Con cuidado se posicionó para por fin hacerla su mujer, su prometida de verdad. La miró a sus ojos chocolate y la besó con dulzura antes de empujar, llevándose su pureza y siendo su primer y único hombre.

-Te quiero, Akane-Dijo sobre sus labios. Se sentía caliente y apretado en su interior pero a la vez no había un sitio mejor para él. Sus ojos se encontraron con los de Akane que estaban levemente aguados por las lagrimas-Perdón...Akane...

Sabía que su primera vez dolería pero no pudo aguantar las ganas de estar en su interior. Besó suavemente sus lagrimas y acarició su cuerpo para mitigar el dolor. Akane le sonrió y besó su nariz.

-Esta bien....Ranma...

Él no pudo evitar sonreirle y abrazarla mientras movía lentamente sus caderas. Era ella, suave, dulce y no podía ser mejor. Era su Akane, estaba con ella al fin y ella le correspondía.

-Te amo....Akane

-Ranma....yo también....

Se sonrieron mientras se entregaban a la danza más antigua hecha por el hombre. Hacían el amor con quien más amaban.

-Mi marimacho...

-Mi baka...

<<<

Ranma Saotome estaba feliz y se lo iba a demostrar a su prometida todos los días que le quedasen de existencia.

Todo provocado por aquel bañador que las amigas de Akane habían decidido regalarle. 

O quizá fue algo que había sido amañado por el destino.

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