Coffee at Midnight (Camren)

By Ana5Harmony

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Para todos los oyentes de la Estación WMP 104.5 de Miami. Mi nombre es Camila Cabello y esté es el programa C... More

Prólogo
Capítulo 1: |Vidas Paralelas|
Capítulo 2: |Luna|
Capítulo 3: |Biscayne Bay|
Capítulo 4: |Lauren|
Capítulo 5: |Fantasía o Realidad|
Capítulo 6: |Encuentro|
Capítulo 7: |Soneto 15|
Capítulo 8 :|Second Date| (P.1)
Capítulo 9: |Second Date| (P.2)
Capítulo 10: |Besos de Luna|
Capítulo 11: |Famila Cabello|
Capítulo 12: |Di que si|
Capítulo 13: |De Vuelta al Pasado|
Capítulo 14: |Primera Vez|
Capítulo 15: |Verdades|
Capítulo 16: |Camila Cabello| (P.1)
Capítulo 17: |Camila Cabello| (P.2)
Capítulo 18: |Una Vuelta Completa|
Capítulo 19: |Amor Incondicional|
Capítulo 20: |Golpe de Realidad|
Capítulo 22: |El Plan|
Capítulo 23: |Olvidarla|
Capítulo 24: |Dígale|
Capítulo 25: |Cruda Realidad|
Capítulo 26:|Stay With Me|
Capítulo 27: |Sálvame|
Capítulo 28: |Safe| (P.1)
Capítulo 29: |Safe| (P.2)
Capítulo 30: |My Own Paradise|

Capítulo 21: |El Último Regalo|

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By Ana5Harmony

N/A: Quiero agradecer esta hermosa imagen del capítulo que me parece algo maravillosamente lindo. Espero que les guste mucho lo que escribí y lo disfruten. Comenten mucho que saben que me encanta leerlos. 

**CANCIÓN SUGERIDA: "How Will I Know- Sam Smith"

How will I know if you're thinking of me?
I try to phone but I'm too shy, can't speak
Falling in love is all bittersweet
This love is strong. Why do I feel weak?

-Lyrics "How Will I Know- Sam Smith"

MIAMI, FLORIDA

EDIFICIO DEL MIAMI HERALD

LAUREN'S POV

"Esa escena era lo que menos me esperé encontrar"

La idea de visitar a Camila en su oficina había surgido esa misma mañana después de despertarme sola en la cama solo con una nota de despedida. Las noches con Camila por alguna razón estaban cambiando y ese cambio me provocaba cierto dolor e incertidumbre. Pasábamos momentos hermosos, pero por alguna razón sabía que Camila no se sentía completamente feliz.

Podía ver que sus ojos ya no brillaban como antes y mi único objetivo era que volviera a encontrarse a sí misma. Así que había tomado la decisión de darle una sorpresa como solíamos hacer antes. Era como parte de nosotras. Adoraba cuando ella me visitaba en el hospital con una rosa y una sonrisa cariñosa solo por el hecho de verme y darme un beso. Yo quería hacer lo mismo por ella y así finalmente conocer su lugar de trabajo.

Había llegado al lobby del periódico un poco preocupada al ir cargando un enorme oso blanco con un moño rosa que era casi tan grande como yo. Estaba nerviosa por entrar en el mundo de Camila pero solo quería sentirla cerca de nuevo. En mi corazón sentía que la estaba perdiendo y el perderla para mí era impensable porque estaba apasionadamente enamorada de ella. La recepcionista había sido amable y me había comunicado directamente a la oficina de Camila. Yo no sabía si Camila había hablado sobre nuestra relación pero sentía la mirada de algunas personas sobre mí. Aunque quizás eso se debiera a que me encontraba con un enorme oso en la entrada de uno de los periódicos más importantes de Miami. No quería causar problemas, pero cuando la recepcionista me informó que la asistente personal de Camila bajaría a encontrarme recordé su nombre, Ashley. Una de las personas que se había vuelto cercana a Camila ya que la ayudaba mucho con todo lo que tenía que ver con ese periódico.

Era un edificio enorme con gente que iba a venía a toda velocidad. Era como ver el mundo desde una diferente perspectiva. Había portadas enormes de periódicos antiguos enmarcadas y colocadas perfectamente en las paredes. Tenía una aire moderno, pero al mismo tiempo rústico y saber que Camila, mi novia, era la dueña de todo aquello provocaba en mí una sensación extraña.

—Ashley, la asistente de la señorita Cabello, bajará en un momento para indicarle el camino—me dijo la recepcionista y yo asentí dándole las gracias sintiéndome un poco nerviosa. No estaba segura de haber hecho lo correcto y lo que menos quería era hacer que Camila se molestara conmigo. Pero quería verla y demostrarle que estaba cien por ciento en esta relación sin importar que las cosas hubieran cambiado tan drásticamente.

Amaba a Camila. Era la mujer con la que me veía compartiendo un futuro, y a pesar de nuestro poco tiempo de relación sabía que era la mujer con la que me veía compartiendo el resto de mi vida. Había estado con otras mujeres, en otras relaciones cortas y sin sentido, pero jamás me había enamorado. Camila era mi primer pensamiento por la mañana y mi último pensamiento al dormir. Amaba hacer cosas por ella, cuidarla y protegerla de todo. Amaba el saber que para ella era importante. En mi corazón lo más importante era saber que ella se sentía de la misma forma que yo.

Nos conocimos de forma poco convencional. Su voz fue la primera en atraparme, embrujarme y hacer que me perdiera por ella aún sin conocerla. Era un amor que había surgido de entre la música y la poesía. Un amor que había surgido gracias al arte. Mucha gente podría pensar que no era real. Que nuestro amor no había surgido de la manera convencional y que por lo tanto no duraría. La gente muchas veces tiende a juzgar y a rechazar todo lo que le parece diferente.

—Lauren Jauregui—me llamó una persona y yo me giré para encontrarme con una mujer rubia y preciosa con un traje hecho a la medida y una sonrisa amistosa en sus labios.

—Sí, soy yo—ella me sonrió enormemente y me sentí realmente cómoda con ella.

—Mi nombre es Ashley Benson y soy la asistente de la señorita Cabello—traté de extenderle la mano pero me fue imposible con el osito—. ¿Necesita ayuda?

—No se preocupe—le dije tratando de sonreír—. Lamento haberla hecho bajar pero la señorita de la recepción me dijo que usted me indicaría si puedo subir a ver a Camila. Ella es mi...—Ashley me sonrió.

—Sé que es su novia y créame que en este momento le alegrará mucho que esté aquí. Lleva horas encerrada en la sala de juntas. Ella no me informó que iba a venir sino hubiera hecho que le permitieran pasar inmediatamente y no la habría hecho esperar.

—Es una sorpresa—me acomodé el oso y ella asintió mientras empezábamos a caminar—. Es un lugar muy grande.

—Es enorme algunas veces siento que yo misma me pierdo—me respondió y yo sonreí, era una chica agradable—. No tendría acceso a presidencia porque necesita un código especial para poder subir a los últimos tres pisos. Son reglas ya que allí se maneja todo nuestro material editorial, noticias entre otras cosas.

—Entiendo—mi voz fue suave mientras subíamos al ascensor—. Solo esperaba sorprenderla y no quiero interrumpir su jornada de trabajo.

—Estoy segura de que se pondrá feliz—yo no dije nada mientras el ascensor subía y abracé el oso más fuerte contra mi cuerpo. Esperaba de todo corazón que Camila no se tomara a mal mi visita. Últimamente no tenía mucha certeza de sus reacciones.

La seguí por un largo pasillo cuando el ascensor finalmente se detuvo y se abrió en un lugar donde los grandes ventanales daban una hermosa vista a la bahía.

—La sala de juntas está al final del pasillo—me informó ella y yo suspiré.

—Quizás debería anunciarme para ver si puede recibirme—le dije pero al escuchar una risa que parecía ser de Camila su asistente se giró para verme. Nos acercamos más y al llegar mis ojos se abrieron sorprendidos con la escena.

Camila riendo feliz en brazos de un hombre fuerte, alto y guapo al que le besaba la mejilla una y otra vez. Mi corazón se apretó en mi pecho ante la escena y por un segundo me quedé paralizada sin saber qué hacer. No era la escena que esperé encontrar al llegar a visitar a mi novia. Definitivamente no lo era.

~*~

CAMILA'S POV

"Lauren está enojada"

Lo sabía por la forma en que su mandíbula se apretaba levemente mientras mis ojos solo podían enfocarse en el enorme oso que tenía en sus manos.

—Mi amor—le dije soltándome de los brazos de Alex para ir en su encuentro. Mis ojos la vieron tan hermosa. Sus ojos verdes levemente maquillados pero que en ese momento no brillaban como otras veces—. No te esperaba aquí.

—La idea era darte una sorpresa—me respondió con su mirada fija en Alex. Yo vi a Ashley que me sonrió un poco incomoda pidiéndome disculpas moviendo sus labios y yo suspiré.

—¿Eso es para mí? —señalé el osito y los ojos de Lauren finalmente me vieron. Yo traté de poner mi mejor sonrisa y acercarme a ella lentamente.

—Claro que es para ti—me dijo Lauren pasándome el osito que yo tomé con cuidado abrazándolo y llevándolo al escritorio ya que era enorme. Sonreí acariciando su moño rosa.

—Es hermoso—le dije con ternura y ella me sonrió un poco pero esa sonrisa se borró de inmediato cuando Alex se acercó a nosotras.

—Creo que las dejaré solas—nos sonrió a ambas y su mirada se dirigió a Lauren un momento—. Es un placer finalmente conocerte, Lauren. He escuchado mucho de ti—dijo extendiéndole su mano—. Soy Alex Claflin.

—Lauren Jauregui—dijo ella estrechando su mano educadamente y yo suspiré con alivio al ver que Lauren podía seguir siendo madura hasta en las más extremas situaciones porque yo sabía perfectamente que estaba molesta. Lo notaba y sabía que tendría que darle alguna explicación.

—Un placer—dijo él pero esta vez Lauren no respondió y Alex se giró para verme y yo con la mirada le pedí que nos dejara solas—. Con permiso—dijo Alex y Lauren se hizo a un lado para dejarlo pasar.

—No me pases ninguna llamada y cancela mi reunión de las siete—le dije a Ashley que me vio sorprendida.

—No es necesario que canceles ninguna reunión—me dijo Lauren de inmediato y yo la vi fijamente—. Yo solo venía a dejarte el oso y a desearte buenos días eso es todo—Lauren no se movió de donde estaba y yo suspiré—. Me iré inmediatamente.

—Lauren—le dije tomando su mano—. Vamos a hablar—Lauren me observó y la vi respirar hondo y desviar su mirada de mí pero no se soltó de mi agarre. Vi a Ashley y a Alex en la puerta y asentí para que se retiraran y nos dieran espacio.

Cerré la puerta de la sala de juntas y me quedé de pie esperando que Lauren dijera algo pero estaba simplemente de pie allí con la mirada clavada en uno de los ventanales así que supe que debía ser la primera en explicarme.

—Sé que estás molesta—dije para romper el silencio que nos invadía que era incómodo. Últimamente el silencio cómodo que nos rodeaba semanas atrás ya no existía.

—En realidad si lo estoy—me dijo con sinceridad y empezó a caminar hacia el ventanal y yo bajé la mirada—. Estoy muy molesta.

—Alex y yo no tenemos nada que ver—Lauren se giró para observarme y yo me acerqué a ella—. Te lo juro.

—Mentiría si te dijera que no estoy celosa—me dijo ella con tristeza en su mirada y yo me sentí horriblemente mal—. Porque en realidad sí que lo estoy. Pero no voy a hacer una escena de celos en tu lugar de tu trabajo y menos frente a tus empleados.

—Lauren, sé que estás molesta y tienes todo el derecho de estarlo—ella alzó una mano y yo guardé silencio.

—¿Tengo todo el derecho? —preguntó Lauren y yo bajé la mirada.

—Te juro que no tengo nada con él—Lauren suspiró—. Jamás te sería infiel.

—No estoy celosa porque creo que me eres infiel, Camila—yo alcé mi mirada para verla fijamente—. Estoy celosa de que él pueda hacerte sonreír y alegrarte de ese modo cuando yo no puedo. Estoy celosa de que él pueda darte la felicidad que me corresponde a mi darte como tu pareja.

—No digas eso, Lauren—me acerqué a ella de inmediato y tomé su rostro para darle un suave beso. Sus ojos eran un mar verde de tristeza y en ese momento se me partió el corazón—. Sé que he estado muy seria estos días pero no tiene nada que ver contigo, mi amor.

—¿No? —yo negué rápidamente y ella bajó la mirada—. Algunas veces no sé con quien tiene que ver porque no me dices nada. No te comunicas conmigo entonces siento que yo soy el problema porque con otras personas pareces comunicarte muy bien.

—El problema soy yo, no eres tú—Lauren soltó una risita un tanto irónica y se cruzó de brazos como si de pronto tuviera frio.

—La típica frase—me dijo ella triste—, y yo que pensé que eras mucho más original que las frases cliché de siempre. Me dijiste que odiabas ese tipo de frases.

—No estoy siendo un cliché, Lauren—le dije con tristeza—. Estoy tratando de ser sincera y abrirte mi corazón.

—La única razón por la que me abres tu corazón es porque te encontré en brazos de un hombre que es tu ex novio—yo la vi derrotada.

Estaba tan seria, tan distante y supe que está era nuestra primera pelea real. Nuestra primera discusión de pareja.

~*~

LAUREN'S POV

"No sabía que sentir"

Por un lado estaban los celos punzantes que me quemaban el cuerpo de ver a la mujer de mi vida colgada del cuello de su ex novio. Pero por otro lado estaba el dolor desgarrador de saber que él la había hecho sonreír y ser feliz de ese modo cuando yo había intentado por todos los medios hacerla reír estando conmigo.

Camila estaba en cuerpo siempre pero sentía que su mente estaba lejos de unirse con la mía como antes. No podía culparla. Sabía que toda su vida había cambiado pero jamás había sido consiente de cuanto como en este momento en que me encuentro parada frente a ella sintiendo mi corazón romperse y por primera vez sintiéndome inferior a todo lo que me rodeaba. No era por su dinero, me sentía inferior por saber que quizás no podría llenar las expectativas requeridas para apoyarla en esta etapa de su vida.

Sentía que cada minuto que pasaba la estaba perdiendo y verla partir sintiendo este amor tan profundo e intenso que sentía por ella me partía en dos.

—¿Qué estás pensando? —me preguntó de repente y yo no supe que decir—. Lauren, sea lo que sea que pienses que tengo con Alex no es así. Es solo mi amigo. Me estaba ayudando a comprender algunas cosas y a darme cuenta que con algunas actitudes que tengo últimamente estoy perdiendo todo lo que amo.

—Lo único que está pasando por mi mente es el dolor que siento de saber que te estoy perdiendo poco a poco y que las dos lo hemos estado ignorando desde la muerte de tu padre.

—No me estás perdiendo, Lauren—dijo Camila de inmediato—. Yo te amo. Estoy enamorada de ti. Alex no significa nada para mí.

—No es por Alex ni porque sienta que me estás siendo infiel—mi voz fue cortada y triste. Sentía ganas de llorar pero no quería quebrarme en ese momento—. Es por todo lo que está pasando. A mí apenas me sonríes. Cuando estás conmigo lo único que nos une un poco es cuando estamos haciendo el amor, y aún en ese momento te siente un poco distante conmigo. Antes te veía a los ojos y había simplemente honestidad y verdad. Ahora te veo a los ojos y no veo nada. Te ocultas de mí.

—Es porque quizás ya no exista nada en mí de la antigua Camila—su respuesta me dejó llena de dolor—. Es probable que no exista nada de esa mujer alegre y feliz que conociste hace unas semanas y de la que te enamoraste. Nada de esa locutora soñadora que le hablaba a la luna y le contaba sus más íntimos secretos. Quizás me esté perdiendo a mí misma en este lugar donde me siento atrapada—yo bajé la mirada pero sentí sus manos tomar mi rostro para alzarlo y que la viera a los ojos—. Estaré perdiéndome a mí misma pero lo único que me hace no volverme loca en este momento es que a pesar de estar perdiendo mi cordura sé que tú estás conmigo. Eres mi ancla en este capítulo de horror en el que se ha convertido mi vida.

—Pero yo no solo quiero ser un ancla en tu vida—le dije con suavidad—. Quiero acompañarte en tu viaje y no solamente ser ese instrumento que te ata a una cosa o a un lugar. Un ancla te mantiene en un solo lugar, y eso puede ser bueno, pero también puede retenerte y no dejarte avanzar. Yo no quiero eso para nosotras Camila. Estoy demasiado enamorada de ti para permitir que sientas que no encajo en tu vida ahora mismo. No quiero ser solo una carga para ti ahora que tienes tantas cosas en que pensar.

—No digas eso, Lauren—yo la vi con lágrimas y pude notar su desesperación al empezar a limpiar las que caían por mis mejillas con sus pulgares—. Por favor no me hagas odiarme más por saber que te estoy lastimando.

—Solo me duele no sentirme suficiente para ti—le respondí besando sus labios suavemente porque no podía resistirme a sentirla cerca.

—El dinero es lo que menos me importa—yo negué.

—No es solo por la posición económica—le dije con tristeza—. Se trata de no ser lo suficiente para darte el apoyo que mereces en estos momentos. Sé que la muerte de tu padre causó mucho dolor en ti. Que te sientes responsable y crees que debes hacer todo esto para compensar de alguna manera lo que le dijiste antes de que él muriera. Pero siento que esto ya se volvió algo diferente. Te escuché anoche.

—¿Me escuchaste? —me preguntó ella y yo asentí.

—Te escuché anoche hablando con tu asistente y dándole ordenes de que armara una video conferencia a las cuatro de la mañana para evitar que tu madre lo hiciera—bajé la mirada—. Fue accidentalmente cuando bajé a la cocina para buscarte mientras servías las copas de vino que llevarías a la habitación. Sé que no tenías ningún compromiso para hoy porque se lo dijiste a tu asistente anoche, y ya había cancelado mi día libre porque pensé que en realidad no ibas a poder estar conmigo.

—No podía—me respondió y yo la vi con tristeza—. No es que no quisiera estarlo, Lauren. No podía dejar pasar esa video conferencia.

—¿Por qué? —vi su rostro llenarse de confusión y yo desvié la mirada de nuevo a la hermosa bahía que rodeaba el edificio que pertenecía a mi novia—. ¿Por qué era tan urgente que la atendieras cuando tu madre iba a hacerlo? Porque después de días de apenas hablar conmigo y de verme ibas a sacrificar mi día libre y lo que había preparado para nosotras para atender una conferencia que estaba programada con alguien más.

—No es porque no quisiera estar contigo—yo negué tomándola suavemente de los hombros para verla—. Yo te amo.

—Pero ese amor no es suficiente cuando ahora tu vida gira entorno a la rivalidad que tienes con tu madre, Camila—mi corazón dolía pero ya no soportaba más. Era demasiado lo que había guardado dentro y era momento de dejar de callarme lo que sentía por miedo de lastimarla—. Trabaje cuarenta y ocho horas seguidas para estar contigo un día completo. He estado haciendo muchas cosas para que esto funcione y no es que te lo esté reclamando ni echándote en cara lo que hago para ti porque no es que no quiera hacerlo. Pero siento que cuando tenemos un momento para pasarlo juntas tú siempre tienes algo más importante que hacer. Algo más importante que yo o nuestra relación y ya no puedo seguir negándome que muy en el fondo siento que te vas alejando de mí.

—Lauren no es así...—yo la interrumpí.

—Déjame terminar por favor—le dije y ella bajó la mirada con tristeza—. Creo que es momento de decirte lo que siento y lo que he guardado estos días. He intentado por casi dos semanas entender lo que está pasando contigo. Lo difícil que ha sido el proceso para ti de verte privada de la vida que querías para vivir una impuesta por un testamento. Intenté tener mi mente abierta y ser receptiva contigo en muchos aspectos. Te di tu espacio cuando tú simplemente me dejaste de lado y te olvidaste de mí durante días sin hablarme, sin buscarme. ¿Tienes idea de lo mucho que sufrí? —Camila me observó con dolor—. No tienes idea de lo mal que lo pasé pensando que había hecho algo malo y que me culpabas de la muerte de tu padre porque fue por mi culpa y por la pelea que tuve con tu madre que fuiste a su casa ese día. Me sentía culpable al igual que tú pero luego pensé con lógica y en mi mente pude aceptar que tu padre estaba enfermo y que nada ni nadie hubiera evitado que ese infarto llegara.

—Yo lo provoqué—me dijo ella y yo negué.

—No, no lo hiciste pero parece que es preferible para ti creer eso para poder sentir una razón del porque aceptaste estar en esta empresa pero creo que muy en el fondo lo hiciste solo por vengarte de tu madre. Recuerdo tus palabras en el bote cuando nos reencontramos. Me dijiste que "harías que tu madre se muriera de envidia" y en ese momento no lo entendía, pero ahora si lo hago. Ahora veo con claridad lo que está pasando y me duele que la mujer que escribía poemas y hablaba con el corazón de sus más profundos pensamientos se vaya convirtiendo poco a poco en una extraña para mí.

—En este momento no puedo ni reconocer quien soy en realidad, Lauren—su voz fue cortada y supe que algo estaba pasando en ese lugar y me causaba dolor escuchar pero sabía que era necesario, estábamos comunicándonos abiertamente después de semanas de solo ser dos extrañas compartiendo una cama sin nada más en común aparte de nuestro amor. Pero como bien sabía, algunas veces el amor no era suficiente para mantener una relación que poco a poco va muriendo. Yo no quería que fuera nuestro caso, pero tampoco podía ignorar lo mucho que había cambiado lo que teníamos Camila y yo antes de todo esto.

—No sé si soy la misma mujer que te robó el corazón y te enamoró con sus palabras y su poesía—Camila sollozó—. No soy capaz ni de escribir un verso a pesar que tú eres la más hermosa inspiración. Me siento muerta por dentro.

—Lo que más me duele es saber que te sientes así y que a pesar de estar conmigo ese sentimiento no se va—tomé su rostro tiernamente—. Me duele saber que no puedo hacerte ver lo hermosa que eres y que te mereces una vida diferente a esta. Que no vale la pena discutir con tu madre ni perder todo lo que eres, ni tu esencia por un rencor que solo te traerá dolor. No hagas esto solo por tu madre, si quieres estar en esta empresa hazlo por ti, porque es lo que te apasiona. Jamás algo impuesto va a llenar tu corazón, mi amor. Cada vez que vengas a este lugar sin sentirte feliz contigo misma vas a morir poco a poco. Hasta que al final mi hermosa locutora de radio, la mujer que amo solo será una sombra y una mujer fría y llena de tristeza.

—Es que creo que algo en mí está mal, Lauren—yo asentí y ella bajó su mirada llena de remordimiento—. Hay algo que está rompiéndose poco a poco. Por años dije que esto no era lo que deseaba y verme aquí es un cuadro que desteto pero al mismo tiempo es algo que no puedo evitar. No puedo evitar estar aquí porque estoy tratando de demostrarle algo a mi madre.

—A la única que le debes el respeto de demostrarle algo es a ti misma—dije sin pensar—. Nunca vivas por nadie más. Nadie es capaz de entenderte mejor que tú misma. Es por eso que te he dicho constantemente estos días que si no te sientes bien aquí que te olvides de todo esto. Regresa a la radio o haz algo que te guste. Quiero que seas feliz, Camila.

—Soy feliz estando contigo—yo la vi con una sonrisa triste.

—No eres feliz estando conmigo—le dije muy segura—. No puedes ser feliz cuando no eres feliz contigo misma. Tú mencionaste que soy tu ancla pero no quiero ser eso a lo que te aferras para sostener un pasado que ya no existe para ti. Quiero ser parte de tu futuro y compartirlo contigo. Pero no puedo hacer eso si para ti solo significo algo que te asegure el recuerdo de la vida que decidiste dejar atrás por todo esto. No quiero ser un recuerdo nostálgico en tu nueva vida. No podemos seguir así.

—¿Qué quieres decir con eso? —yo la vi con dolor—. Si es lo que pienso no voy a aceptarlo. No voy a perderte. Estoy enamorada de ti. Te amo profundamente y no estoy dispuesta a decirte adiós.

Yo suspiré y bajé la mirada sin saber cómo actuar ni que decir. Yo tampoco quería perderla pero al mismo tiempo sentía que debía dejarla ir. Sentía que estando conmigo simplemente se aferraba a una realidad que no existía. No era que me necesitara sino que simplemente era el recuerdo al que se aferraba de su antigua vida.

No quería ser su ancla. Yo quería su motor. Quería ser aquella persona que la acompañara en su viaje. Quería ser una de las razones por las cuales luchaba para ser feliz y no simplemente un recuerdo de su antigua vida al que se aferraba por no perderse en la vida que había elegido vivir.

—No estoy dejando, Camila—le dije acariciándole la mejilla—. Pero creo que sería bueno que me alejara un poco.

—¿Alejarte? —yo asentí—. No—me dijo desesperada—. Yo no quiero que te alejes, Lauren. No. No voy a permitirlo.

—No estoy terminando contigo pero creo que...necesitamos un poco de tiempo para adaptarnos a esta nueva situación. Tomarnos las cosas más despacio y ver cómo van desarrollándose. He estado tratando de que las cosas funcionen pero yo necesito que el mismo esfuerzo que yo hago por mantener nuestro amor también venga de tu parte. Es un compromiso de dos y yo no quiero imponerme a ti y volverme esa novia insistente que no te deja espacio para respirar.

—Yo no te estoy pidiendo espacio—me dijo de inmediato—. Yo te quiero conmigo. Eres lo único que me impide no morirme de dolor.

—Es que yo no quiero ser solamente eso—Dije con dolor—. Quiero que me necesites pero no como un amuleto para aferrarte a un pasado que ya no existe y que decidiste borrar. Quiero que me necesites para compartir tu vida, tus sueños y ser parte de tu futuro. No quiero ser solo una carga emocional y que siempre que me mires a los ojos recuerdes que soy la chica que conociste cuando estabas haciendo el trabajo que amabas y vivías tu vida despreocupada y libre. No quiero que me ocultes las cosas, que me guardes lo que sientes. No quiero que te vuelvas una desconocida que solo tiene sexo conmigo y que no existe la conexión necesaria para hacer el amor.

—Yo te hago el amor—me dijo ella inmediatamente—. Yo te hago el amor siempre porque te amo. Porque eres la mujer que elegí para estar conmigo.

—¿Pero soy una mujer que elegirías ahora? —Camila solo me observó—. ¿Crees que ahora mismo cabría en tu vida? Posiblemente ni me mirarías dos veces. No encajo en esto porque te has encargo de vivir una vida enfocándote en ser miserable en lugar de ver la oportunidad que tienes frente a ti. Estás encaprichándote con hacerle daño a tu madre, cuando lo que debes hacer es demostrarle con valentía que no eres como ella. Pero al competir, al hacer todo esto a sus espaldas, te estás convirtiendo poco a poco en lo que desprecias de ella.

—No puedo creer que me digas eso—dijo dándole la espalda y tensándose y yo me acerqué a ella abrazándola por la cintura y besando su cuello tiernamente.

—Te lo digo porque te amo y porque mi deber como novia no es simplemente darte besos, hacerte el amor, ni crearte un cuento de hadas color rosa donde la realidad no existe. Alguien que en realidad te ama te dirá la verdad por más dolorosa que sea, y yo te amo. Te amo con todo mi corazón y quiero hacer esto por nuestra relación. Por nuestro amor. El amor no es lo único que hace que una relación funcione. Tiene que haber comunicación, comprensión y mutuo acuerdo. Y yo cediendo por cada cosa que me pides no es precisamente "mutuo" acuerdo. Es una imposición y yo tampoco quiero volverme una mujer triste viviendo una vida que no quiere solo por miedo a no decirte la verdad. Por favor dime que comprendes eso, mi amor.

—Lo entiendo, pero no lo acepto—yo bajé la mirada—. Al decirme que quieres alejarte técnicamente me estás diciendo que quieres dejarme. Que vas a terminar tu relación conmigo. No entiendo porque lo estás poniendo todo tan bonito cuando lo real es que ya no me quieres a tu lado porque te da asco en lo que me he convertido.

—Yo no he dicho eso—ella me interrumpió.

—Ahora me toca hablar a mí—yo suspiré preparándome al ver cómo se separaba de mi abrazo y me veía con sus ojos marrones llenos de dolor y furia.

—Camila...—ella volvió a interrumpirme.

—¿Crees que el amor no es suficiente? —me dijo fuertemente—. Maldita sea, Lauren. Me estoy muriendo aquí. Estoy intentando que mi vida tenga sentido de nuevo y lo único estable que tengo en todo esto eres tú y estoy intentando arreglar todo este infierno para estar contigo. Ahora me estás diciendo que no quieres eso y que me quieres dejar.

—No estoy diciendo eso—le dije.

—No soy imbécil—me gritó y supe que las cosas se acababan de salir de control—. No creas que puedes venir a endulzarme el oído con cosas bonitas cuando la realidad es que vas a dejarme. No puedo creer que esta sea tu forma absurda de demostrarme que te pusiste celosa por un abrazo—yo abrí los ojos sorprendida ante sus palabras—. Porque estoy segura que terminarme era lo último que pensabas cuando venías con ese oso a sorprenderme aquí a la oficina. Pero todo de repente cambió por una escena entre dos amigos.

—No reduzcas esto a los celos, por favor—le dije inmediatamente—. Esto no se trata de eso. Solo quiero encontrarle sentido a esta relación antes de que se destruya. Tú no entiendes mi punto de vista. Solo ves lo que quieres ver porque estás cerrada a todo lo demás. Piensas que todo el mundo quiere hacerte daño. Yo solo estoy buscando tener algo real contigo y que no me quieras a tu lado porque te recuerdo tu vida de antes cuando soy lo único de lo que no te has desecho aún. Dejaste la radio cuando podrías haber alternado tu trabajo en el periódico con tu programa. Dejaste a tus amigas, dejaste tu casa, tu vida completa, incluso dejaste tu bote por estar encerrada aquí quejándote de la vida que tú misma decidiste vivir. Yo soy lo único que te queda.

—¡Y por eso no quiero que te alejes de mí! —me dijo fuertemente—. Porque eres lo único que me mantiene aquí sin sentir que me vuelvo loca.

—Pero no quieres pasar tiempo conmigo—le dije ya sin poder guardar todo mis sentimientos. Lo que había callado por días—. ¿Para qué te sirvo entonces? No estás luchando conmigo por esto. ¿Cuántas veces has viajado a verme? ¿Cuántas veces me llamas al día o mandas algún mensaje? Yo soy la que vive viajando dos horas para verte diariamente desde que decidimos seguir. La que te llama, la que te manda mensajes. Si no fuera por mí no nos habríamos visto en todos estos días.

—Porque estoy trabajando—me dijo con tanta seriedad que sentí que mi corazón se partía.

—¿Por qué estás aquí si lo odias? Porque tienes tanta empeño en hacer todo esto por un trabajo que desprecias.

—¡Porque mi padre se murió por mi culpa! —me gritó—. Porque mi padre confió en mí para que dirigiera esto y lo dejó escrito en su testamento pidiéndome que aceptara mi realidad y lo que me correspondía. Porque lo maté—se notaba alterada y lo que menos quería era una discusión—. Porque lo maté por ir a defender tu honor y tu trabajo. Técnicamente es tu culpa y dices que no me importas.

Su voz fue tan fuerte que por un momento no registré lo que estaba diciendo hasta esa última fase.

—¿Qué fue lo que dijiste? —le pregunté con mis ojos sorprendidos y ella me dio la espalda y escuché sus sollozos.

—No dije nada—me dijo y yo la tomé del brazo fuertemente para que me viera a los ojos.

—¿Acabas de decirme que por mí culpa tu padre está muerto? —le dije con tanto dolor cuando sus ojos marrones se juntaron con los míos.

—Vas a dejarme porque dices que no he hecho nada por esta relación pero enfrenté a mi familia por ti. Los enfrenté y te defendí ante mi padre y eso acabó matándolo. Si eso no es esforzarme con la relación no sé qué lo sea si lo maté por defenderte a ti y tu honor.

Yo al solté como si quemara y sentí que sus palabras me golpeaban como una tormenta destruyendo todo a su paso. Ella me veía furiosa pero de pronto noté que sus ojos marrones brillaban en conciencia de lo que acababa de decir mientras yo empezaba a sentir las lágrimas correr por mis mejillas y daba algunos pasos hacia atrás.

—¿Eso es lo que piensas? —le dije entre sollozos—. Por eso no quieres pasar tiempo conmigo. ¿Me culpas de su muerte a mí también?

—No quise decir eso—ella intentó abrazarme pero yo me alejé un poco—. Yo fui la que le dije todas esas cosas horribles no tiene nada que ver contigo.

—Pero fue por defender mi honor—le dije dolida—. Piensas que lo hiciste por mí. Que lo mataste por mí.

—Es que sí lo hice por ti—me respondió—. Lo hice por nuestra relación.

—Nuestra relación no era basada en lo que tus padres opinaran de nosotras. Yo fui la que te pedí que no fuéramos a tu casa y me dijiste que era lo que querías. Que era momento de enfrentarlos. Pero en ningún momento te pedí "luchar por mi honor"

—Pero claro que voy a luchar por tu honor—me dijo de nuevo fuertemente—. Eres mi novia, Lauren. Aunque eso a ti no te importa. Lo único que te molesta es que me vieras abrazada con Alex.

—Debo irme—le dije inmediatamente caminando hacia la puerta y la escuché caminar atrás mío.

—Bien—dijo Camila inmediatamente—. Déjame. Termina de matar lo poco que quedaba de mí.

—La que se está matando a sí misma eres tú—le dije con dolor—. Yo te llamaré cuando estés menos alterada para ver si podemos llegar a un acuerdo.

—No necesito que me llames—me dijo furiosa—. Yo también necesito tiempo para pensar.

—Bien...—le dije caminando hacia la puerta sintiendo mi cuerpo lleno de enojo pero también de dolor. Profundo dolor.

—Y también puedes llevarte esto—me dijo caminando donde estaba el oso y extendiéndomelo. Yo no lo tomé y abrí la puerta para salir de la sala de juntas—. No quiero este estúpido oso—me gritó tirándolo por la puerta y yo me giré para ver el oso blanco con el moño que había elegido tirado en el suelo del pasillo mientras Ashley llegaba al lugar. Yo pedí el ascensor girándome y escuché a Camila caminar y luego el sonido de un portazo. Me giré y vi a Ashley con el oso entre sus manos.

El oso que le había comprado a Camila y quizás a partir de ahora mi último regalo para ella. 

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¡LISTO!

Aunque no lo crean estoy escuchando a Camila hablando en la radio ahora mismo para presentar su single y creo que es el momento con más inspiración. Espero que les gustara mucho el capítulo y les agradezco mucho el apoyo siempre. Nos leeremos pronto. Muchos besos. 

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