Despertar cada día a su lado, abrir los ojos y encontrarlo durmiendo plácidamente abrazado a mi cintura es el motivo por el que me levanto con alegría cada mañana.
—Even, levanta—Murmuro acariciando su pelo.
Se ve tan mono y tan achuchable que lo dejaría dormir por siempre.
Luego pienso en quien me besará cada vez que lo necesite y me doy cuenta que dejarlo dormir permanentemente no es buena idea.
—Even, levanta.—Repito. Mi paciencia empieza a colmarse.
Dormido hace un puchero y niega con la cabeza mientras esconde la cabeza bajo el edredón.
—Joder Even, tu habrás terminado el instituto, pero yo tengo que seguir yendo y contigo encima no puedo ¿entiendes?
Niega con la cabeza y sale del edredón con los pequeños rizos que tiene alocados y cara de cansancio. Apoya su barbilla en mi torax con una sonrisa ladina.
—Te haré un justificante, hoy te tienes que quedar conmigo.—Murmura repartiendo besos de frente hasta torax.
—Even no se la van a tragar esta vez, ¿tres faltas en una misma semana?
—Solo te llevo al médico para que comprueben tu polla de aluminio, es normal que faltes tanto, amor...
Mira que sabía que no era buena idea venirse a vivir con él. ¿Pero después de un año entero aquí que se le va a hacer?
—Even no bromees con eso, ya te lo dije.—Me levanto en cuanto tengo oportunidad con el propósito de salir a vestirme. Pero, una vez más, alguien llamado Even no me deja ni respirar.
—¡La tecnologia de aluminio está avanzando, bebé! ¡tengo miedo!—Chilla dramático abrazando fuertemente mi cintura con la cabeza bajo mi camiseta.
—Even tengo biología, no quiero que Sana se enfade.
—Tranquilo que te haré un justificante para mamá osa.—Bufa y pone los ojos en blanco.
—Siento si te parezco aburrido, Even, pero se acerca el russ y tengo concentrarme en subir mi media.
—¿Insinuas que conmigo cerca no puedes?
—Ya sabes mi respuesta a eso.—Digo firme.—Me distraes...
—Está bien, estudia en casa todo lo que tu quieras, no te miraré.
—¿Entonces que gracia tiene?—Le doy el primer beso de la mañana.
Con el tiempo su aliento había dejado de saber a marihuana, lo que agradezco porque lo aborrezco. Este nuevo aliento sabor chicle de melón me agrada mucho más.
No se que le ha dado por los chicles de melón, pero en fin, dejémoslo estar.
—Por eso insisto en que te quedes conmigo a estudiar aquí en casa mientras yo te observo en silencio...—Murmura dando besos en ciertas zonas del cuello.
—Even...
—Vamos Isak, hoy tienes francés que se te da fatal, gimnasia, biología y poco más, ¿verdad?
—Si pero...
—¡Hoy no tienes nada importante! Porfa, Isak.—Me hace pucheros. Intento resistir a ellos.
Entonces la pantalla de mi movil se enciende en forma de salvación. Lo cojo rápido.
—Es Sana, debe estar preocupada.—Descuelgo la llamada.—Estoy yendo para allá...—Beso rápidamente a Even mientras que este me sigue mirando con pucheros, pestañeando y haciendo ojitos.
Sabe como hacer daño el muy idiota.
—Me estás haciendo llorar mucho...—Replica Even señalando el recorrido de una de sus lagrimillas mañaneras.
—Que si, lo tengo todo preparado por Dios, Sana ¡Calla!—Me llevo las manos a la cabeza, miro mal a Even y me lanza un par de besos al aire. Sonrío un poco negando con la cabeza y dejo mi mochila colgando de uno de mis hombros.—Nos vemos luego, Even.—Le digo tapando el altavoz.
—No, que el señor tiene que buscarse donde estudiar.—Dice con retintín.
Sonrío y de camino al instituto tengo que tragarme la bronca de Sana primero por no haber hecho los deberes y segundo por haberle mentido diciendo que ya estaba de camino cuando seguía en casa con Even haciendo, según ella, a saber que clase de guarradas.
—Ya estoy aquí, pesada.—Me siento en mi sitio a su lado. Inmediatamente cierra el portatil.—Luego no me digas que me paso la dichosa clase stalkeando a todo el mundo.
—No stalkeaba a nadie. Estaba mirando un mapa conceptual sobre el tema de las bacterias.
Miente, lo sé.
—¿Y por qué has cerrado el portatil en cuanto he llegado?
—Terminé casualmente.
—Parecías realmente contenta con las bacterias entonces...
Tenía una gran sonrisa, de las que nunca suele mostrar con nadie.
—¿No te gustará alguien, verdad? puedes contarmelo, Sana. Soy tu compitrueno favorito después de todo.
Y es verdad, no se lo pasa en ninguna clase como conmigo con nadie.
—No me gusta nadie, Isak.—Murmura algo más cabizbaja.
Me muero ya, se ha sonrojado. Lo imposible.
La explicación de nuestra profesora favorita (nótese la ironía) es más aburrida que mi serie favorita (según Even que es raro) o como Magnus (que está más salido que una mona) diría “una simple paja”
que por cierto, no comparto su opinión.
Si Vilde se las hace mal no quiere decir que Even me las vaya a hacer mal a mí.
—¿Isak te has enterado de algo?—Me mira aterrada.
—Estamos en las mismas compañera, no me he enterado de nada.—Le respondo.—Pensaba en la vida.
Even haciendome una paja es lo mejor que puedo decir de mi vida.
—Pues tenemos que hacer una redacción de tres folios para mañana sobre lo que nos ha explicado que por cierto, no está en el libro.
—¿Tu también pensabas en la vida?
—Sí.
Tiene que haber alguien en su vida fijo. Y no pararé hasta que me lo diga.
—Quizá alguien pueda dejarnos apuntes o hacernos un resumen breve.
Sana niega con la cabeza.
—Ofreciendo un punto de la evaluación a quien haga la mejor redacción lo dudo mucho.
—Pues estamos en problemas...—Bufo.
—Sí.—Suspira.
No se en que momento me distraigo viendo hacia la ventana y en que momento me doy cuenta de que Even está en la ventana haciendome señales de humo.
—¿Even no tiene una vida propia?—Me pregunta Sana.
—Está buscando algo. Eso dice al menos.
—Tal vez lo único que necesita es un poco de compañía para cuando vienes a clase.
—No voy a contratarle una niñera. Ni un prostituto...
—Hablaba de otra clase de compañía.—Se levanta de la silla y recoge sus cosas.
—¿Pero que hacemos con el trabajo entonces?
—Nada, no tenemos como hacerlo. Cada uno por su parte que intente copiar algo y vemos.—Se encoge de hombros.—No podemos hacer nada más.
Asiento y me despido de Sana con la mano. Cuando abro la puerta y salgo me encuentro con Even a escasos centímetros de mi cara.
—¿Y si no llego a ser yo el que sale que?—Beso su mejilla.—¿Que haces aquí?
—El apartamento se me hace demasiado grande si no estás...¿te vienes?
—No.—Aparece Sana detrás de mí.—Isak tiene que recuperar las clases que perdió la semana pasada por quedarse contigo en casa.
—¡Pero si esas horas son las de menos! Isak no me dejes solo...—Insiste nuevamente.
—Lo siento, Even.—Suena el timbre.
Pongo mis manos sobre sus mejillas y le permito juntar su frente con la mía y darme un beso.
—Quizá en otra ocasión...—Le beso la nariz. Retrocedo varios pasos pero me impide irme agarrando mi mano.
—Dimelo.
—¿Enserio, Even?
—Lo necesito...—Suplica.
No sabía exactamente el tiempo que Even llevaba sin tener uno de sus ataques bipolares, solo que si no le hacía caso en este tipo de cosas podría desencadenar un ataque depresivo. Y no quería que estuviera solo en el apartamento.
A saber que clase de cosas podría hacer en tres horas.
Me acerco a él y acaricio su mejilla con el pulgar.
—Te amo, bebé. Ya lo sabes y debes de saberlo siempre.—Le doy otro beso como despedida y dejo que me abrace.
—Eres el mejor.
Finalmente tras varias despedidas con mi novio consigo escabullirme antes de que empezara a comerme a besos. Me ha dicho que tenía previsto ir a no se donde pero no había llegado a escuchar del todo porque estaba algo atontado con sus labios.
Bajo las escaleras y en el aula de literatura me reuno con mis amigos. La profesora, anciana de pelo canoso y notables arrugas se dedica a ignorarnos mientras mantenemos una acalorada conversación.
Y con acalorada me refiero a mí, que soy el que peor lo está pasando, vaya.
—¡Vilde me hizo una mamada el otro día!—Exclama Magnus.— ¡Santa mierda fue impresionante!
Desde que estos dos están saliendo nuestras vidas se han vuelto más aburridas ¿Ahora de quien nos burlamos?
—¿Tenía lengua de gato?—Le pregunta Jonas con burla.
—La tendrá de hipopótamo—Añade Mahdi.—Se le ve capaz de meterse cualquier cosa.
—¿Conoceis el punto G? Yo lo encontré.—Sonríe orgulloso de si mismo.
—¿No era eso un mito?—Pregunto.
En mi escaso historial de chicas jamás había encontrado dicho punto.
Conclusión: No existe.
—Yo lo encontré, por lo tanto existe.
—¿Pero eso lo tienen todas?—Inquiere Jonas.
—¡Claro que si! ¿Solo yo lo encontré?
—Si que debes de invertir tiempo ahí.—Se burla Mahdi.—Una vez una piba me hizo una mamada que al minuto me corrí.
—Que poco aguante.—Le digo burlón.
—¿Que cuanto aguantas tú, listo?
Me quedo un rato pensándolo. Entonces me viene a la mente el cuerpo serrano de Even haciéndome lo que sea y de solo pensarlo noto arder mi entrepierna.
—En realidad tampoco mucho.—Todos me miran con una ceja alzada.–Es Even, es por su culpa.
—¿Quien chupa? ¿él o tú?—Me pregunta Magnus.
Desgraciadamente la conversación se centra en mí y yo me moría de la vergüenza. En trescientos cincuenta y siete días, que es lo que llevamos juntos en el apartamento han pasado demasiadas cosas.
—Nos turnamos.—Respondo sonrojado. Los chicos empiezan a ovacionar. La vieja nos manda callar, pero pasamos de ella.
Mahdi se sienta en una de las mesas y Jonas ocupa una silla. Todos se acercan a mí para hablar más bajo.
—¿Y como es? ¿A que sabe?—Pregunta Magnus muerto por la curiosidad.
—¿A que sabe el coño de Vilde?
—Salado.—Responde sincero. Saco de mi mochila un libro y me empiezo a abanicar.
Están viendo que estoy padeciendo y nada, siguen preguntando.
—Pues...esque yo echo nocilla...—Ya podía imaginarme mi rostro más encendido que los pantalones del russ.
—¿nocilla? ¿que tienes contra la nutella?—Cuestiona Jonas.
—Even la detesta.—Me encojo de hombros.—A mí me da igual.
—¿Es mejor que te hagan una paja o hacerla?—Pregunta Mahdi.
—Es lo mismo que te la haga una tía que un chico.—Respondo.—Pero es mejor cuando es con quien te gusta. Te enciendes más.
—¿Y que se siente cuando te la mete? Vilde quiere usar un pene de latex contra mí.
Vuelvo a sonrojarme. Joder dejarme en paz, perras.
—Venden vibradores por internet, puedes comprarte uno para saberlo.—Respondo tajante y me levanto. Me siento al lado de la ventana para aliviar.
—¡Un segundo!—Grita Jonas. La anciana vuelve a mandarlo callar con un chisteo.—¿Vas a dejar que Vilde te meta un pene por el culo?
—¿Tengo otra opción?
—¿Oponerte?—Pongo los ojos en blanco.—Por eso estabas tan preguntón.—Rio negando con la cabeza. Saco el móvil de mi bolsillo y me encuentro con un mensaje de Even.
Bebé, estoy realmente mal.
Voy para allá.
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¡PRIMER CAPÍTULO DE LA NOVELA!
Lo segundo: Aprovecho este espacio para comentaros que estoy escribiendo una novela propia. Se llama "Contra lo desconocido". Si queréis entrar a echarle un vistazo, podéis encontrar en mi perfil el prólogo y el primer capítulo publicado. Subiré el segundo capítulo el lunes y a partir de ahí, publicaré con regularidad los lunes, miércoles y viernes a las 18:00 (hora española)
AQUÍ TENÉIS LA SINOPSIS:
Adrián es un joven de dieciocho años que toma la decisión de alejarse de casa para ir a la universidad. A pesar de que su madre no está conforme, coge un vuelo hasta Valencia. Al llegar allí conoce a sus compañeros de piso, Javier e Irene, dos personas tan opuestas que dificultarán —y mucho— la convivencia en el hogar. Adrián nunca ha tenido nada claro y la vida no le ha enseñado nada. No obstante, sus años de universidad le harán cambiar de parecer. Se verá obligado a tomar decisiones, tras la aparición de Alejandro, un chico risueño y solitario que conoce en una noche de fiesta. Con su ayuda, comenzará a darse cuenta de quién es en realidad.
¿Sobrevivirá sin morir en el intento?
PARA MÁS INFORMACIÓN, PODÉIS ENCONTRARME AQUÍ EN WATTPAD Y EN MI INSTAGRAM DE ESCRITORA: @LEPIDA.WRITTES
A pasar buena noche 💞
Atentamente: Yo.