-Chris es bisexual, Jade... Creo. - Dijo esto último con una mueca. - Nunca más volvió a salir con un hombre... Nadie lo ha visto con uno y tampoco dejas de ser gay de la nada, así que hay tres opciones: 1) Lo oculta muy bien. 2) Es bisexual. 3) O solo estaba confundido.
-Dios... ¿Estuviste con Chris?
-Sí, sí, sí... ¿Dónde está el confeti? - Dijo con sarcasmo.
-¿Pero qué pasó?
-Ya lo superé...
-Chris terminó con él... Aún sigo recogiendo los pedazos de su corazón... - bromeó un poco.
-Necesito helado...
Fuimos a la cafetería y ellos me guiaron por una puerta que daba al interior de la cocina.
-¿Podemos estar aquí? - Pregunté.
-No... Pero lo hacíamos a diario antes de las prácticas. - Amy se tiró en un sillón que había, en lo que parecía la sala de descanso de las cocineras.
Matt hizo lo mismo, pero en otro.
-¡Rosa! - Gritó.
Segundos después una mujer pelirroja entró a la sala.
-Amy. - La mujer sonrió. - Dime, ¿Qué te doy hoy?
Señaló a Matt.
-¿Otra vez, muchacho? - Puso las manos en sus caderas.
Matt asintió con la mirada perdida.
-¿Sabores? - Preguntó haciéndote sentir que estabas en una tienda de helados.
Se acercó al refrigerador que había en una esquina.
-El especial...
Ella asintió comprensiva.
-Voy, cariño...
Sacó un pote con un papel que decía "Emergencias de Matt".
Creo que esto pasa seguido... No lo sé... Intuición tal vez.
-Éramos perfectos... - Balbuceó.
Rosa le dio el helado y una cuchara.
-Rosa... ¿La cuchara de los lamentos?
Ella dejó le cuchara que, a comparación con la que trajo luego, era diminuta.
Esa cuchara tenía el tamaño de mi mano... Quiero una.
-Gracias, Rosa...
Ella le sonrió tierna y se retiró por una segunda puerta.
No había nadie en el colegio. Solo estaba abierto para los jugadores y unas pocas personas que venían a ver las prácticas o estudiaban en la biblioteca.
-Pero... - Comencé.
-Déjame, te explico... El padre de Chris se enteró que a su hijo le gustaban los hombres... Y las mujeres... Creemos, claro. Pero al saber que salía con Matt, lo obligó a terminarle. - Hizo una pausa. - Puso todas sus clases opuestas... Se negaba a que su hijo saliera con personas de su mismo sexo... - Miré a Matt. - Chris terminó con Matt sin pudor alguno... Solo... Lo hizo. Al otro día ya ni existía para él...
-¿El director no tiene problemas con eso? Digo, no creo que un director que está en contra de la homosexualidad, pueda llevar el colegio sin problemas.
-Nadie se ha quejado... - Amy se encogió de hombros.
-¿Por eso no querías ver al director hoy? - asintió.
-De todas formas, fue hace mucho tiempo.
Escuchamos un celular sonar. Era el de Amy.
-Es la alarma, chicos... Vamos, la práctica va a empezar...
-¡Rosa! ¡Me llevo el helado! - Le gritó Matt para que se escuchara detrás de la puerta.
-¡Bien! ¡Pero me devuelves la cuchara luego! - Le contestó del mismo modo.
-¡Reza por eso! - Respondió.
Salimos de la cocina y caminamos hacia el campus.
Al llegar, nos sentamos en las gradas.
La verdad es que no veo lo divertido en verlos practicar si no voy a hacer nada más que eso... Verlos.
-No... ¿Ese es Theo? - Matt achinó los ojos.
-Voy a desmayarme... - Dijo Amy.
<<<Yo igual...>>> Pensé.
Miré al campus y sí. Ahí estaba.
Los chicos estaban con la ropa pesada del equipo.
Para la suerte de ellos, estaba nublado sino, morirían de calor. Seguro llueve.
Las gradas tienen un techo, así que por el momento no me preocupaba.
Veía cómo los chicos calentaban corriendo de un extremo al otro. En cada extremo tocaban el suelo con una mano.
Estuvieron así un buen rato. Se veía duro, pero ellos aguantaban.
Luego del calentamiento estiraron, se reunieron en grupo y comenzaron a practicar.
-No voy a perderme ninguna práctica... - Dijo Matt.
-Yo nunca lo hago...
<<<Espero que estén hablando de que vendrán ellos solos...>>> Pensé.
-¿No va a suspenderse la práctica? - Miré el cielo.
-No, ellos siguen practicando...
-¿Aun así?
-Pero así están... Lo vale. - Amy se mordió el labio inferior.
-Chicas... Theo está mirando hacia acá... - Matt miró hacia el otro lado y Amy lo imitó.
Mi hermano me miraba sin entender.
Le hice una señal con las manos, mientras no veían los chicos para que siguiera con lo que estaba haciendo y así hizo.
Imité a los chicos.
-Listo... Normales - Volvimos a mirar hacia el frente.
-Chicos, hace frío... - Me quejé.
-Aguanta... Solo queda media hora... - Matt no quitaba la vista de la práctica.
-Amy...
-Lo que dijo él...
La perdí.
-Jade... - Me llamó en un cantito. - Alguien te está viendo.
Miré hacia la cancha y vi a Chris.
Me sonrió. Él tenía la pelota, pero creo que se distrajo porque en segundos, cinco chicos estaban encima de él.
-Buena distracción, me gusta... - Rio. - Que pase más seguido... Pero no la uses en los partidos, por favor, o perderemos.
Sonreí.
Chris pudo ponerse de pie, me sonrió y siguió corriendo.
La verdad es que nada entretenido pasó luego.
Ah, si... Theo se golpeó contra el poste de gol por ver a una porrista.
Hacía mucho no me reía tanto. Dios bendiga ese poste.
Ya estaba terminando la práctica. Los chicos se habían quitado el uniforme y lo habían cambiado por ropa deportiva.
-No va hacerlo... - Dijo Amy.
-Si lo hará...
-Uno... - Comenzó ella.
Theo tomó el borde de su camisa.
-Dos... - Le siguió Matt.
Se la quitó y tomó una botella.
-Tres... - Dijeron al unísono.
La abrió y la volteó encima de su cabeza.
Matt y Amy gritaron y rápidamente se escondieron.
Theo me miró confundido y luego rio.
<<<Engreído...>>>
La verdad es que solo lo hizo por las porristas. Con este viento se debe de estar muriendo de frío.
Si quiere agua, que espere a que llueva.
Creo que Dios me escuchó porque segundos después comenzó a llover. Los chicos dieron un par de estiramientos y vueltas.
Seguía lloviendo cuando la práctica terminó. Los chicos entraron a los vestidores y nosotros pensábamos estrategias para no mojarnos.
La entrada estaba muy lejos de nosotros y la lluvia era muy fuerte.
Solo teníamos nuestras mochilas para protegernos de la lluvia.
Las pusimos encima de nuestras cabezas y comenzamos a correr.
Matt resbaló en el césped unas tres veces...
-¡Mierda! - Gritó.
Que sean cuatro.
Amy y yo llegamos, pero Matt seguía corriendo y estaba lleno de barro por todos lados.
-¿Estás bien? - Preguntamos entre risas.
-Sí, solo tenía hambre y el barro se veía bien... - Dijo con sarcasmo.
Amy y yo comenzamos a reír.
-Vamos, amigo. - Se colgó de su hombro. - Tú también... Amiga. - Me sonrió y se colgó de mi hombro quedando en medio de los dos.
Los tres comenzamos a caminar hacia la salida.
-¿Te irás sola?
La lluvia era tan fuerte que apenas nos escuchábamos.
-Supongo que sí...
-¿Con esta lluvia?
Alcé los hombros.
-Solo es un poco de agua.
-¿No quieres que te acompañemos?
-¿Estás loca? No, vayan... Viven hacia el otro lado... Esteré bien...
Me sonrió y se fue junto con Matt.
Respiré hondo y salí.
Había tanto viento que sentía que iba a volar en cualquier momento.
Tenía frío y todavía no sabía cómo ir a casa.
Apenas podía ver por donde caminaba.
-¡¿Jade?! ¡Jade! - Escuché detrás de mí.
Me voltee.
-¡¿Chris?!
Se paró junto a mí.
-¿Qué haces? - me preguntó alzando la voz para que escuchara.
-Voy a prostituirme. - Dije del mismo modo, alzó las cejas. - Voy a mi casa, Chris...
-¿Dónde vives?
<<<Buena pregunta...>>>
-Hum...
-Mi casa está a una calle... Ven, al menos hasta que la tormenta pare.
Si sigo caminando sin saber a dónde voy, nunca llegaré a casa y menos con esta lluvia.
-Bien...
Sonrió.
-Vamos...
Se quitó su sudadera y me rodeó con ella.
<<<Cliché...>>>
-Vas a morirte de frío...
-Tal vez valga la pena...
Caminamos una calle y llegamos a la casa de Chris.
Poco después estábamos frente a la puerta mientras él buscaba las llaves.
-Tal vez no haya nadie en casa... Mamá y papá trabajan hasta tarde.
Asentí con la cabeza.
Solos... ¿Vamos a estar solos?
No creo que sea una buena idea.
Creí que sus padres iban a estar.
Espero que esto no sea incómodo para ninguno de los dos.
Entramos y Chris cerró la puerta detrás de mí.
Me quité su sudadera, la cual estaba empapada, y se la di.
La tomó y me quedó mirando.
-Hum... Estás... Mojada...
Me reí.
-Es decir, ya sabes... - Se rascó la nuca.
La verdad es que goteaba agua.
-Voy por algo seco. - Asentí.
Subió unas escaleras y me quedé sola en la sala.
Regresó.
-Siéntate... Si quieres, claro. - Asentí.
Volvió a desaparecer por las escaleras.
Todo en la sala parecía ser delicado.
Me daba miedo tocar algo y que se rompiera.
Los sillones eran blancos y estaban enfrente de una chimenea la cual, encima de ella, había unas cuantas fotos. En medio, había una mesa ratona con algunos adornos.
-La ropa de mamá va a quedarte pequeña...
Me voltee para verlo. Alcé las cejas.
-Oh, no... Es que mamá es... Bueno... Muy baja... No quiero decir que tu... Ya sabes... - Dijo nervioso.
-Entiendo, Chris. - Sonreí para tranquilizarlo. - ¿Qué me pongo entonces?
-¿Vienes?
¿A dónde? No entiendo. ¿A su habitación? ¿Solos? ¿Qué?
-Bien. - dije inquieta.
Subió las escaleras y yo le seguí el paso.
Me guío por un pequeño pasillo.
Entramos a una habitación. Era rosa.
<<<Buen color...>>> Pensé con ironía.
No era su habitación.
-Mi hermana es pequeña... Pero puede que algo te quede...
Abrió su armario y dejó que buscara.
No encontraba nada que se semejara a mi talle.
-¿Nada? - preguntó y negué con la cabeza. - Puedes ponerte algo mío, digo, si quieres...
-Deja de ponerte nervioso por cada cosa que dices, Chris... - Le dije riendo.
-Perdón. - Rio.
-No me molesta... - Frunció el ceño. - Hablo de tu ropa, Chris.
-Oh, sí. - dijo y salió rápido de la habitación.
Pocos segundos después volvió con una remera larga y unos pantalones.
-Espero que sirva. - Dejó la ropa encima de la cama de su hermana.
-Gracias.
Nos quedamos en silencio.
-Chris...
-¿Sí? - Preguntó distraído y tomé la ropa. - Oh... - Se volteó.
La verdad es que hubiera preferido que se fuera, pero estaba nervioso y no quería hacerlo sentir estúpido.
Me quité la ropa que tenía puesta y me puse los pantalones y luego la remera. Era totalmente negra y olía a colonia de hombre. Eso es como un orgasmo para la mujer.
La remera me quedaba cuatro dedos encima de la rodilla y pisaba los pantalones.
Había un espejo de cuerpo completo colgado en la pared y me miré en él.
Parecía un pitufo con ropa de humano.
-Listo. - Se volteó.
-¿Eso está bien?
-Me siento pequeña. - Reímos.
-Voy por unas frazadas. - Dijo.
Minutos después estábamos en la sala con la chimenea encendida y envueltos en frazadas mientras jugábamos con cartas.
-Gané... Otra vez. - Dijo y anotó los puntos en una hoja.
Ya le había avisado a mamá donde estaba y me dijo que no volviera tarde. Al principio no me dejó, pero cuando le dije que era un amigo del colegio y que su padre era el director, dudó, pero me dejó.
-Te estoy dejando ganar...
-Sí, claro...
-Piensa lo que quieras...
-Revancha... Si logras ganarme. - Dijo e hizo una pausa para pensar.
-Si yo gano... Mañana tienes que ir con tacones al colegio... - Sonreí.
-Ni loco... - Se negó.
-¿Tienes miedo a perder, Meester? - Alcé las cejas.
-Bien... Pero si yo gano... Tendremos una cita. - dijo decidido. - Digo, si quieres.
Reí internamente. Es gracioso cuando parece ser tan seguro y decidido, pero luego se arrepiente de serlo.
-Hecho. - Extendí mi mano para cerrar el trato.
La verdad es que no me molesta tener una cita con él. Quiero conocerlo más.
¿Me dejo ganar?
Por más tentador que sea verlo en tacones por todo el colegio, tal vez no sea tan malo perder.
Podría salir algo bueno de todo esto.
<<<El orgullo, Jade...>>> Me dije.
Solo digo que no creo que sea tan malo hacerlo a un lado en esto.
Comenzamos a jugar. Y como no quiero aburrirlos tanto, me paso lo que no es interesante.
Luego de jugar un rato, él iba ganando.
Se veía tan decidido a ganar...
¿De verdad quiere una cita?
<<<Si pierde se verá obligado a humillarse ante todo el colegio>>>
Tal vez sea por eso que quiere ganar.
Al final del juego, él ganó.
-No es justo... - Dije haciendo puchero.
-Lo siento señorita Wells...Tendrá una cita conmigo... - Dijo sonriendo. - Digo, si quieres...
-Ya deja de decir eso. - Sonreí. - Una apuesta, es una apuesta. - Sonrió.
-Entonces... ¿Si?
-¿Cuándo?
-¿El viernes?
-Está bien. - Acepté después de pesarlo.
Él sonrió.
-¿Qué hora es? - Pregunté.
-No lo sé...
Tomé mi teléfono.
-Bien... Son las seis y mamá me dijo que tengo que estar en casa antes de las siete... ¿Qué quieres hacer? - Me apoyé con las manos en el suelo.
-No sé tú... Pero me estoy muriendo de hambre. - Dijo riendo.
-Sí, yo también...
-Tengo brownies de chocolate... - Propuso y sonreí.
Lo amo... Al brownie, obvio.
-Vamos. - Se puso de pie, me ayudó a levantarme y fuimos a la cocina.
Chris buscó algo en un armario y sacó una caja. La puso sobre una mesa.
Lo miré con el ceño fruncido.
-Dije que tenía brownies...
-No sé cocinar... - Dije.
-Oh, no te preocupes... Yo tampoco. - Alcé as cejas.
-Nada bueno va a salir de esto, Chris...
-Puede que tengas razón... Pero son brownies... - Sonrió.
-Si muero, es tu culpa. - Me acerqué a la mesa.
-Lo tendré en cuenta...
Abrió la caja. En ella estaban las instrucciones de lo que teníamos que hacer.
-Bien... Necesitamos: Manteca, azúcar, chocolate, huevos, vainilla, harina y... polvo para hornear... - Lo miré.
-Manteca si, azúcar también, chocolate creo que sí, huevo si, vainilla no sé, harina supongo que hay y no sé qué mierda es polvo para hornear...
Yo tampoco sabía y lo buscamos en internet.
Encontramos que era lo que lo hacía esponjoso.
Buscamos si había, pero no. De todas formas, no era tan importante.
-Bien... Necesitamos un bol... - Me alcanzó uno.
Ya teníamos todos los ingredientes en la mesa.
-Hay que poner la manteca unos segundos en el micro así se ablanda...
-Bien. - Tomó los 100g de manteca y los puso treinta segundos en el micro.
-¿Batidora? - Me la dio. - Bien... - El microondas sonó y me alcanzó la manteca la cual puse en el bol.
Tomé los chocolates, los puse en una taza y le dije que también los calentara.
Por ahora todo bien. Nadie murió.
Cuando el chocolate ya se había derretido lo pusimos en el bol. Luego agregamos los huevos, los cuales eran cuatro, y Chris revolvió. Lo haría yo, pero se me acalambra muy rápido el brazo.
-Solo nos falta la harina... - Dije en un suspiro.
Ya cuando teníamos toda la mezcla terminada, la pusimos en un molde y luego en el horno. Lo dejamos a 170 ºC. Solo había que esperar treinta minutos.
-Listo. - Dije apoyando las manos en la mesa.
-No nos fue tan mal. - Opinó, lo miré.
Tenía harina en toda la cara.
-Chris... - Dije riéndome.
-¿Qué? ¿Qué pasa?
-Tienes... - Señalé su rostro. - Ven...
Tomé un trapito de cocina limpio y lo humedecí un poco.
Le quité toda la harina.
-Creo que es buen momento para decir que tienes chocolate en la mejilla.
-¿Por qué no me dijiste?
Él tomó otro trapito que había, lo humedeció y lo pasó por mi mejilla.
-Creo que hay que limpiar...
-¿Eso crees? - Preguntó.
Miramos la mesa. Estaba todo sucio y lleno de harina.
El momento era extraño porque estábamos muy cerca.
-Sí... - Susurré.
Él miró mis labios y se acercó aún más.
Jai(?
Sé que no subí nada, pero quería ver si les estaba gustando y veo que puede atraparlos... Espero... Les dejo este cap!