La Chica de la Ventana

By Polaricecl

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Obra creada por Lore. More

Sinopsis
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EPÍLOGO

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By Polaricecl


Durante los siguientes dos días Camila no fue a la escuela, alegando que sus heridas eran muy graves y no sanarían correctamente si volvían a golpearla, aunque la verdadera razón por la cual se quedaba en casa era para poder pasar su tiempo con la chica de la ventana. El contacto entre ellas era mínimo. Algunas veces, Lauren entrelazaba sus meñiques. Otras, simplemente, sus hombros se tocaban. Algunas veces Camila jugaba con su cabello, y otros Lauren lo hacían con el de ella. Pero sus encuentros casi siempre se limitaban a Camila haciendo tareas atrasadas mientras Lauren hacía crucigramas sobre su cama o daba vueltas en su patineta alrededor de la estrecha habitación. Casi fueron descubiertas un par de veces, pero no resulto ser nada serio. A veces Lauren ayudaba a Camila con alguna tarea que no entendía, pues era bastante lista. Otras Camila ayudaba a Lauren a reorganizar su habitación. A veces, Lauren le pedía a Camila posar para dibujarla y ella accedía con mucho gusto. Los resultados eran increíbles. Camila pensaba que Lauren era la mejor artista del mundo. Los peores momentos eran cuando debían separarse para que Lauren asistiera a unas de sus citas, y el mejor era cuándo regresaba y simplemente se asomaba a la ventana. En esos momentos Camila veía a Lauren apoyando su mano derecha sobre el vidrio y mirándola hasta que algunas de las dos se atrevía a tomar un marcador y escribir como el primer día en el que se conocieron. El sábado estuvieron todo el día en la habitación de Lauren, riendo y hablando sobre cosas sin importancia.
El domingo sucedió casi lo mismo, pero a la hora del almuerzo Lauren le pregunto a Camila si quería almorzar con ella, y esta no se negó. Le pregunto a Camila cual era su comida favorita, y esta no negó en decir pizza. Fue entonces cuando la chica de la ventana le dijo a su madre que quería almorzar pizza, y esta no se lo negó. Media hora después llego el repartidor, y Lauren entro a su habitación con la caja de la pizza entre manos. Camila le había dicho a su madre que estaría estudiando en la biblioteca y que comería algo en el camino. Su mamá solo le deseo un feliz día. ¿Qué madre puede esperar que su hija en realidad este comiendo pizza con la vecina?... Camila le demostró a Lauren que podía comer más de lo que parecía poder, y le mostró sus mejores eructos, aunque los de Lauren eran inigualables. Cuándo terminaron de almorzar, Camila recibió una llamada de Normani.

Camila: ¿Hola?
Normani: ¡Mila! ¡¿Estás bien?!
Camila: Mejor que nunca -Contesto sonriendo mientras miraba a la chica de ojos verdes, la cual estaba jugando un juego de preguntas con su celular.
Normani: Mila, Dinah quiere saber si te gustaría salir con nosotras dentro de una hora. Iremos al cine. Bajo la Misma Estrella, por si te interesa.

Camila se mordió el labio inferior. Bajo la Misma Estrella era la película que tenía meses esperando por ver. Aquel libro era su favorito. Debía de haberlo leído unas diez veces, y cada vez que lo releía lloraba y reía mucho más que la vez anterior. Quería ir. En serio quería ir...
Pero entonces vio a la chica de ojos verdes, la cual estaba concentrada en sus juegos, respondiendo preguntas sin dudar ni un solo segundo en cual era la correcta. Fijándose bien, Camila vio en la mejilla de la chica de la ventana un rastro de salsa que la pizza había dejado. Con su pulgar lo limpio dulcemente, y cuándo la chica la miro Camila se llevo el dedo a la boca, sonriendo, sintiendo que su corazón salía cuando Lauren también lo hizo

Camila: Me encantaría ir, Mani, pero tal vez otro día. Ahora mismo estoy justo donde quiero estar.

Los ojos de Lauren se iluminaron, y Camila sintió a todo su ser derretirse con esta acción.

Normani: ¿De nuevo ella, Mila? -Pregunto. Todos los días en los cuales Normani la había llamado, Camila estaba con la chica de la ventana.
Camila: Siempre es ella -Comento, y finalmente colgó su celular sin decir adiós.

Lauren había retomado su juego, y de nuevo estaba ganando y superando niveles de forma asombrosa. Camila simplemente la miraba jugar, sonriendo. Finalmente Lauren pareció reaccionar y se alejo de la pantalla.

Lauren: Deberías ir... Mis clases de piano empiezan dentro de una hora, así que no nos queda mucho tiempo. Había pensado en no ir hoy, pero creo que es tiempo de que también estés con tus amigas.
Camila: ¿Hablas en serio?

Lauren solo asintió.

Camila: Bueno, está bien, iré -Contesto mientras le enviaba un mensaje a Normani- Pero necesito que me prestes algo de ropa. Se supone que estoy llegando de la biblioteca después de una larga sesión de estudios, y un pijama rosa no es lo que yo usaría para ir a estudiar.

La chica de la ventana solo sonrío y asintió. Camino hasta su armario y abrió las puertas.

Lauren: Elige lo que quieras...
Camila: ¿No tienes algo más colorido? Mi mamá jamás creerá que esta ropa es mía.

Lauren pareció dudar, pero finalmente asintió. Busco dentro de su armario hasta encontrar una mochila negra y algo rota y la coloco sobre su cama. Cuándo Camila la abrió, se sorprendió. Dentro encontró una camiseta rosa con las palabras "Soy diferente" escritas al revés con todos los colores del arcoíris. También saco unas leggins blancas que, en algunas partes, parecían haber sido salpicadas por brochazos multicolores. Finalmente encontró zapatillas moradas y una gorra del mismo color con las mismas palabras que la camisa en la parte trasera. Las miro sonriente. Jamás habría esperado que Lauren pudiese tener ropa como esa.

Lauren: Es lo único que tengo, Camz...
Camila: ¿Dónde lo compraste?
Lauren: Internet. Un día solo buscaba algunas cosas de Lana del Rey y encontré esto y... no lo sé, solo me gusto.
Camila: ¿Por qué las tienes? -Sentía tanta curiosidad. Quería conocer cada mínimo secreto de Lauren Jauregui, aunque la mayoría fuesen insignificantes.
Lauren: Porque yo soy diferente. Todos lo somos.

Camila asintió. Aquella vaga respuesta era suficiente para ella.

Camila: ¿Algunas vez la has usado?
Lauren: Un par de veces, tal vez... Pero jamás en público o frente a otras personas. Mi madre me mataría si lo supiera.
Camila: ¿Si supiera que tienes esta ropa? Yo no le veo nada de malo, es solo ropa...
Lauren: Sabes a lo que me refiero, Camila... Además, la del Asperger soy yo, no intentes imitar mi forma de tomármelo todo a lo literal.

Camila solamente sonrío y volvió a mirar la ropa que tenía entre manos, intentando aun procesar la situación.
Lauren: Si no te gusta puedo buscarte algo de Taylor o...
Camila: Cállate, Lauren. Solo... -No encontraba palabras. Se sentía tan feliz. La chica de la ventana era como ella, realmente lo era. Primero el beanie y ahora la ropa. ¿Qué otros secretos escondía Lauren Jauregui?-... Es hermosa, Lauren.
Lauren: ¿Lo dices en serio?

Fue entonces cuando, sin poder evitarlo, la abrazo. La abrazo con fuerzas, y Lauren no la alejo. Pero tampoco le correspondió. Y aunque cualquiera hubiese quedado inconforme, para Camila aquel abrazo fue el cielo.

Camila: Iré a cambiarme -Indico mientras caminaba hacía el baño.
Lauren: Yo también lo haré.

Camila entro al baño, sonriendo y suspirando, sintiendo su corazón más grande con cada latido. Mientras se colocaba la ropa de Lauren, Camila sentía que sus manos abrazaban su cuerpo. La camiseta le quedaba algo grande, pero los leggins y las zapatillas le entraban a la perfección. Por último se coloco la gorra hacía atrás, para que cualquiera pudiese leer la frase que allí había. Salió cuándo pensó estaba lista.
La que encontró frente a ella casi la hizo desmayar. Lauren tenía puestos unos pantalones negros y unos tenis desatados, a los cuales miraba con frustración. Y su torso... ¡Solo llevaba un sexy brasier negro! Camila estuvo mirándola durante algunos minutos. Miro sus abdominales, su perfecta espalda, sus pechos... Y sus cicatrices. Tenía tres. Una a cada lado de su abdomen y una en la parte izquierda de su pecho. Pero aun así era hermosa. Lauren Jauregui era la única mujer capaz de lucir tan bien cicatrices como aquellas.
La chica de la ventana volteo la mirada en ese preciso instante. Abrió los ojos como platos y se cubrió con una almohada. Camila se sonrojo de inmediato. Aquello era incomodo.

Lauren: ¿Desde hace cuánto estás allí?
Camila: No... no lo sé.
Lauren: ¿Tú me viste? -Las mejillas de Lauren estaban ardiendo al igual que las de Camila.
Camila: Sí -Confeso. Sabía que mentir no iba a dar ningún tipo de resultado-... Y pienso que deberías atar esos zapatos -Agrego, intentando no hacer más incomoda la situación.

Entonces Lauren soltó la almohada y se sentó sobre la cama mientras gruñía y colocaba las manos sobre su cabeza. Camila se acerco y se sentó a su lado procurando no tocarla.

Camila: Ey, Lolo ¿Qué sucede?
Lauren: Son... son mis zapatos... Yo... Yo quería... quería atarlos pero... mis dedos... mis dedos no son ágiles en eso y... ¡soy un desastre!

Camila lentamente acerco su mano al cabello de Lauren y comenzó a jugar con él, buscando entregarle, de esta forma, algo de tranquilidad.

Camila: No lo eres, Lolo.
Lauren:... ¿Tu sabes atarlos, Camz?

Era una pregunta extraña, pero aun así Camila se sentía obligada a responderla. Sin dudarlo, susurro un ligero sí.

Lauren: ¿Podrías enseñarme?

Camila sonrío y, lentamente, unió sus meñiques.
Camila: Sí... Pero no ahora mismo. Tengo que irme antes de que mis amigas lleguen, así que realmente estoy algo atareada. Pero podríamos empezar mañana, si quieres.
Lauren: Eso me encantaría -Dijo sonriendo, mirándola a los ojos durante solo un par de milisegundos.
Camila: Lauren...
Lauren: ¿Sí?
Camila: No te asustes.
Lauren: ¿Por qué me asustaría?

Pero Camila no respondió. Solo se arrodillo frente a la chica de la ventana y comenzó a atar sus zapatos, concentrada. Sus mejillas estaban ardiendo. ¿Estaría haciendo lo correcto? ¿Desde cuándo ataba las agujetas de sus vecinas? ¡¿Desde cuándo ataba las agujetas de sus vecinas mientras estas solo usaban brasier?!
Cuando termino se levanto sonríete, pero no miro a Lauren. Camino hacia la ventana, hizo una bola con sus pijamas y las lanzo, haciendo que estas cayeran dentro de su propia habitación.

Camila: Te veré más tarde -Susurro, aun sin voltear a mirarla. Finalmente, comenzó a descender por la escalera.

Iba ya por la mitad cuándo escucho a Lauren llamarla.

Lauren: ¡Espera!
Camila: ¿Qué sucede, Lauren?
Lauren: Hace frío. Tu mamá jamás creería que has salido sin un abrigo.

Y sin decir más, le lanzo una de sus muchas chaquetas negras, la cual Camila atrapo fácilmente.

Lauren: Te veré más tarde -Dijo, y Camila pudo distinguir un guiño. Se sujeto fuertemente a las escaleras, procurando no caer.
Camila: Ser tan sexy debería de ser un delito, chica de la ventana -Susurro, pero Lauren ya se había marchado.

Bajo apresuradamente la escalera y se dirigió al frente de su propia casa mientras se colocaba la chaqueta de Lauren. No es algo que ella tendría en su armario, pero seguramente podría inventar algo lo suficientemente creíble. Aspiro fuertemente. Olía a Lauren.
Toco la puerta dos veces, sintiéndose una idiota de inmediato. ¿No debía de tener ella las llaves de su propia casa?
Fue su madre quien abrió la puerta.

Sinuhe: ¿Camila? ¿Por qué estás tocando? ¿Dónde están tus llaves?
Camila: Yo... em... yo... la olvide.
Sinuhe: Deberías ser más cuidadosa cuándo sales, Camila. No sabes cuándo tendrás una emergencia y... Espera. ¿Qué estás haciendo con esa ropa?
Camila: Es mía ¿No te gusta? -Pregunto con una mueca.
Sinuhe: Sí, claro que si -Respondió de inmediato, no queriendo hacer sentir mal a su hija- Es solo que no te la había visto antes.
Camila: La compre hace unas semanas mamá, y pensé que hoy era un buen día para usarla.
Sinuhe: ¿También compraste esa chaqueta? Realmente no lo creo, porque te queda algo grande, así que...

Camila se sonrojo. Poco a poco la mentira que había creado se caía a pedazos.

Sinuhe: ¿Es de ella, verdad? -Pregunto mientras se cruzaba de brazos y alzaba una de sus cejas.
Camila: ¿Perdón?
Sinuhe: No soy estúpida, Camila. Hace unos días dijiste que alguien te gustaba... ¿Estuviste con ella?
Camila: No hicimos nada malo, mamá, lo prometo... -Se apresuro a aclarar con las mejillas ardiendo. Su madre no había descubierto TODA la verdad, pero si gran parte de ella.
Sinuhe: Te creo, hija -Susurro mientras colocaba las manos sobre sus hombros- Pero la próxima vez me gustaría que no me mintieras ¿Está bien?

Camila, simplemente, asintió sintiéndose avergonzada.

Sinuhe: Ahora pasa, siéntate y háblame sobre ella mientras tomamos algo de jugo de naranja.

Durante media hora Camila hablo con su madre a cerca de la chica de la ventana, intentado dar la menor descripción física de ella. Le contó a cerca de como la hacía sonreír, sonrojarse. Le contó a cerca del extraño sentido del humor de la chica de la ventana. Le hablo a cerca de su inocencia, de su gran inteligencia, de la forma en la que podía lograr que, con el contacto de solo un par de dedos, su corazón diera un giro. No le hablo sobre su corazón, o sus riñones, o su Asperger. No lo hablo sobre sus crisis, ni de su forma de interpretarlo todo de forma literal. No le hablo de sus cicatrices ni de la extraña ropa que guardaba en su armario. No hablo sobre estas cosas porque odiase que Lauren las tuviese. En realidad, cada una de esas cosas la hacían ser ella misma, y a Camila le encantaban, pero las cosas que una persona quiere pueden ser las que otra persona odia.

Sinuhe: Realmente te gusta -Esta no era una pregunta.
Camila: Sí, eso creo -Contesto sonrojada, con la cabeza gacha y una sonrisa en el rostro.
Sinuhe: ¿Ya se han besado?
Camila: ¡Mamá! ¡Lolo no es así!

De inmediato escondió el rostro entre sus manos. Se sentía tan avergonzada después de haber dicho aquel apodo.

Sinuhe: ¿Lolo? ¿Ya le tienes un apodo? -Pregunto con una sonrisa en el rostro. De nuevo parecía ser la madre de su mejor amiga. ¿Qué madre se siente feliz luego de que su hija le confiese que ha estado viéndose con una completa desconocida a la cual llama Lolo?
Camila: Mamá, por favor... esto es... vergonzoso.
Sinuhe: Por favor, Camila. No es como si las hubiese encontrado desnudas en tu habitación...
Camila: ¡Mamá!
Sinuhe: Lo que quiero decir, Camila, es que no deberías avergonzarte de estar enamorada... Y mucho menos de una persona como ella.
Camila: Ella es increíble -Susurro con una sonrisa estúpida.
Sinuhe: Ya me lo has dicho... Ahora, cuéntame más...

Pero, para suerte de Camila, el timbre de entrada sonó justo en ese preciso momento.

Camila: Deben ser Dinah y Normani. Vamos a ver una película.
Sinuhe: ¿Lolo también va?
Camila: ¡No la llames Lolo! ¡Solo yo puedo llamarla Lolo! -Exclamo irritada casi de inmediato- Y no, no va... Ellas no la conocen.
Sinuhe: ¿No estudia con ustedes? –Su entrecejo había comenzado a fruncirse.
Camila: No, pero...
Sinuhe: ¿Cómo la conociste entonces, Camila? No eres de las que salen...
Camila: Mamá, otro día te explicare...
Sinuhe: Camila...
Camila: ¡Adiós mamá! -Se despidió mientras abría la puerta.
Sinuhe: ¡KARLA!
Camila: Hablaremos más tarde, mamá -Y sin decir más salió de allí, sintiendo que sus mejillas aun ardían.

Se apoyo sobre la puerta respirando agitadamente, mordiéndose el labio, olvidando el hecho de que sus amigas estaban allí.

Dinah: Si fueses mi novia ya te habría abofeteado. ¡Estamos acá, Mila! ¡Dinos hola o algo!

Camila sacudió su cabeza, intentando despejar su mente.

Normani: Ha estado tanto tiempo sin nosotras que seguramente ya nos olvido.
Dinah: A ti te olvido, Mani. A mí me ama. ¡No puede olvidarme tan fácilmente!
Normani: ¡Cállate Dinah "Nombre largo" Hansen!
Dinah: Solo estas celosa porque Mila me ama a mí y no a ti -Comento cruzándose de brazos y sacando la lengua en un gesto infantil.
Camila: Las amo a las dos por igual chicas, no se peleen.
Dinah: ¡Pero tú y yo tenemos algo especial! ¡Debes amarme más! -Exclamo con una mano en el corazón, haciéndose la dolida.
Camila: Dinah...
Dinah: Pensé que me amabas...
Camila: ¡Dinah!
Dinah: Me acabas de romper el corazón, Mila –Susurro, fingiendo llorar.

Fue entonces cuando Camila sonrió y se subió a la espalda de Dinah y le beso la mejilla.

Camila: Deja de llorar por esa idiota que acaba de dejarte y vamos al cine.
Normani: Sí, Dinah. Sus calcetines olían mal.
Camila: ¡Mis calcetines no huelen mal! -Reprocho aferrándose fuertemente a Dinah mientras esta comenzaba a caminar junto a Normani.

Y así continuo su recorrido de tres cuadras hacía el cine. Comentarios absurdos, falsas relaciones y bromas personales. Esto es lo mejor de la amistad, el hecho de que por un momento, mientras estas junto a tus amigos, la vida deja de ser tan aburrida y se convierte en un mundo ridículo y absurdo del cual te puedes reír hasta quedarte sin energías.
Compraron las entradas. Ultimas tres para su suerte. Se sentaron a las afueras del cine, esperando a que se les permitiera entrar a la sala, comiendo lentamente palomitas de maíz y unos cuantos dulces.

Dinah: Mila, debo de ser una estúpida por no me había dado cuenta antes pero... ¿Tu ropa es nueva?

Camila se miro y sonrío. No se había quitado la ropa de Lauren, ni siquiera la gorra o la chaqueta.

Camila: Algo así...
Normani: ¿Esa chaqueta es de ella, verdad?

Sus amigas estaban un poco más informadas que su madre a cerca de sus encuentros con Lauren, pero no sabían aun que esta vivía a su lado o cual era su nombre.

Camila: Si -Respondió finalmente, cubriendo sus mejillas acaloradas.
Normani: Chica ruda ¿eh?
Camila: Parece serlo -"Pero no lo es"
Dinah: ¿En serio me dejaste a mí, Dinah Jane Hansen, por una chica ruda que usa chaquetas de cuero negras? -Pregunto, fingiendo secar sus lágrimas con su muñeca-... ¡Te lo pierdes Camila Cabello! ¡Yo pude haberte dado todo lo que querías! -Grito mientras colocaba su cabeza sobre el hombro de Normani e intentaba hacerle creer a Camila que sus carcajadas eran en realidad un descontrolado llanto. Las personas allí las miraban con confusión y curiosidad, haciendo a Camila sentirse más avergonzada que nunca.
Normani: Dinah, hay muchas mejores...
Dinah: ¡Pero yo la quiero a ella, Mani! -Grito mientras la señalaba, escondiendo aun su cabeza en el hombro de su amiga.

Las personas las miraban aun más, preguntándose si debían intervenir o no. Camila quería desaparecer.

Camila: Dinah...
Dinah: ¡No me hables, desalmada!
Camila: Dinah, si no te callas yo voy a...
Dinah: ¡No me importa con cuantas te acostaste! ¡¿Qué soy yo para ti?! ¡¿Un juguete?!

Camila se cubrió con la chaqueta de Lauren. Aquel era el último lugar donde quería estar. De repente, un guardia de seguridad se les acerco.

Policía: ¿Algún problema, señoritas?
Dinah: ¡Está idiota me dejo por una chica que usa chaquetas de cuero! -Lloro desconsoladamente. El hombre miro a Camila, que posiblemente hubiese podido cocinar un asado con sus mejillas encendidas.
Policía: Señorita, no me importa lo que esta chica le haya hecho. Si van a discutir háganlo afuera. Están incomodando a los demás.
Dinah: ¡Pero yo la amo!

Y así fue como a Dinah, Camila y Normani se les fue prohibida la entrada a aquel cine durante el resto de sus vidas. Camila intento discutir con Dinah mientras iban de camino a comprar dulces y refrescos para una improvisada noche de cine en casa, pero no lo logro. Simplemente no podía enojarse con Dinah. Era una estúpida y la había hecho pasar como una completa idiota frente a un montón de desconocidos, pero ahora, recordándolo todo, la situación había sido bastante divertida.

Camila: Eso fue tan vergonzoso...
Dinah: Y divertido...
Camila: Y vergonzoso...
Normani: Y lo deberíamos repetir.
Camila: ¡Si seguimos así nos van a vetar hasta de nuestras propias casas!
Dinah: ¡Entonces deja de engañarme, Mila!

Camila sonrío ante la broma de su amiga y salto a su espala riéndose y besando su mejilla dulcemente.

Normani: ¿Ahora se van a besar intensamente como prueba de reconciliación o...?
Camila: ¡Normani!
Normani: ¡Solo preguntaba! -Se defendió alzando las manos.

Camila solo negó con la cabeza y sonrío mientras Dinah comenzaba a caminar en dirección a su casa, Camila sosteniéndose fuertemente para no caerse.

Normani: Mila ¿Cuándo vas a presentarnos a la chica por la cual cambiaste a Dinah?

Camila se sonrojo de inmediato, sabiendo que podía hacerlo en cuánto llegaran, y escondió su rostro en el hombro de Dinah.

Dinah: Yo era demasiado buena para ella...
Normani: ¡Dinah! ¡Esto es serio!
Dinah: Eres una aburrida, Mani...
Camila: Cuándo aprendan a comportarse tal vez podrán conocerla.
Normani: Y así fue como Normani Kordei y Dinah Jane Hansen jamás conocieron al nuevo amor de Camila Cabello –Comento, imitando una muy mala voz de narradora.
Dinah: Esto es triste, Mila. Primero me dejas y ahora no puedo conocerla... Comenzare a salir con Mani.
Normani: Lo siento, Dinah, salir con dos Hansen a la vez no es lo mío...

Siguieron caminando entre bromas, como solo lo hacen las verdaderas amigas. Camila sonreía. Jamás había tenido amigas así... Sandra y Marielle habían sido sus mejores amigas en México, pero la abandonaron en cuánto supieron sobre su orientación sexual. Y no habían sido ni la mitad de divertidas.
Al llegar a la casa de Camila las amigas comenzaron a ver una película sentadas en el sofá de la casa junto a Sofi, Sinuhe y Alejandro. Cuándo Sofi se quedo dormida, Alejandro y Sinuhe decidieron subirla juntos a su habitación.+

Camila: Se llama Lauren –Soltó entre suspiros. No podía ocultárselos más. Las mejores amigas no hacen eso.
Normani: ¿Qué?
Camila: No puedo presentárselas ahora, pero ella se llama Lauren.

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