El primero en descubrirlo fué precisamente Sehun. Tras un largo y exhausto concierto, en el cual todos se dieron cuenta, incluídas las fans, que Kai estaba demasiado pálido y desaparecía demasiadas veces para ir al baño, EXO se fué al backstage a darse un merecido descanso.
Después de que Jongin convenciera a los demás chicos, entre ellos un especialmente preocupado Suho, que estaba bien, el chico volvió a dejar a los chicos para irse de nuevo al baño, donde escupió algunos petálos que apesar de estar recubiertos de sangre, tenían un increíble color azul. Jongin cogió un petálo y se lo miró fijamente, sonriendo un poco. Era muy doloroso, pero precioso al fin y al cabo.
Pasó una hora y el chico seguía allí, escupiendo algún petálo de vez en cuando. Había perdido la noción del tiempo.
Oyó un golpe suave, y la voz de Sehun llamándole detrás de la puerta. Jongin no quería responder, o no pudo hacerlo, ya que una nueva tanda de petálos inundó su garganta. Empezó a escupirlas rápidamente, pero Sehun oyó los sonidos y abrió la puerta, acercándose velozmente al moreno y mirándoselo preocupado. No se dió cuenta de lo que pasaba hasta que vió las flores, y se quedó en shock.
— Hyung. — dijo, cogiéndolo de la mano. — Padeces el trastorno de Hanahaki. Pero... ¿quién? ¿quién podría hacerte tal daño? ¿quién siquiera podría no corresponderte?
Jongin no respondió, ni tampoco miró a Sehun. No le preocupaba que el chico pudiera sospechar, Sehun era tan inocente que le costaría darse cuenta.
— ¿És Kyungsoo hyung? — observó Sehun. —Jongin hyung, díselo. Estoy seguro que siente lo mismo por ti.
— No le digas nada, te lo suplico. — dijo Jongin. Nunca llegó a comprender porqué le había mentido.