Capitulo 1
Abrí los ojos con pesadez, me dolía la cabeza sentía como si un camión había pasado encima mío el cuerpo entero me dolía mi vista era un poco borrosa una luz blanca me segaba. Cerré los ojos y volví a abrirlos, pestañe varias veces las paredes eran blancas, había un sonido que cubría la sala. “pip, pip, pip”, habían me moví un poco y vi muchos cables conectados en mi cuerpo, al igual que un suero ¿Qué hacia aquí?, ¿Qué pasa?, ¿Dónde estaba?, ¿Quién era?. Varias preguntas entraban en mi cerebro en tiempo record. “Ve con Lorena, ve con Lorena” había una vos que repetía lo mismo varias veces, la desesperación volvió a cubrir mi cabeza, me dolía demasiado, la nariz me comenzaba a sangrar.
-¡ah!, ¡cállense!, ¡cállense!- comencé a gritar tomándome la cabeza por el dolor.
-¿Qué pasa? –una mujer con un traje blanco vino, y salió corriendo- ¡Doctor! –gritaba por todo el pasillo.
“Ve con Lorena, Lorena, Lorena, Lorena.”
Tres personas de blanco entraron, comenzaron a atenderme.
-Suéltenme, suéltenme. –grite muy nerviosa. – quiero a Lorena, quiero ver a Lorena.
No recordaba quien era pero solo sabía su nombre.
Ellos hablaban entre si, de pronto una mujer rubia corrió a mi abrazándome.
-¡Suéltame! –grite.
Ella me miro y palideció.
-¿Quién eres? –grite con miedo- ¿Quiénes son todos?
Comencé a llorar, tenia miedo el temor me invadía.
Desperté de golpe obligándome a sentarme, vi al mí alrededor paredes color crema, cortinas, cafés y tonos capuchinos en todo lado, logre respirar de nuevo. Odiaba tener la misma pesadilla una y otra vez recordando como desperté aquel día en el hospital sin saber mi nombre, o reconocer a nadie nunca le deciárea algo hace a alguien. Mire a mi lado y solo vi su espalda desnuda, de nuevo me había dormido en su casa corrí por las mantas hasta pegarme a su espalda dándole pequeños besos en el cuello mientras acariciaba sus cabellos.
-Mmm… -se quejo mientras despertaba.
Giro a verme, un poco somnoliento, recorriendo todo mi cuerpo contra el, suyo sus labios se encontraron con los míos formando un beso deseoso de placer, su cuerpo se puso sobre el mío.
-Me gusta despertarme contigo en mi cama. –Dijo aun mirándome.- son unas dulces mañanas. –dijo mostrando cada uno de sus dientes.
-sabes que cuando llegue a casa mi madre se pondrá histérica. –dije mirando su torso desnudo.
-No me importa vale la pena tener este paisaje tuyo.
Reí sínicamente, los dos estábamos completamente desnudos.
-Mejor me voy a bañar. –dije zafándome de el.
-te acompaño.
-No por que si no nunca me ire.- dije sonriendo.
Pase rápidamente a su baño sin preocuparme en taparme, tome una ducha rápida, y luego me puse la ropa interior de ayer, nada con mucho que taparse y luego el vestido negro de ayer, los tacones y mi cabello en una cola.
-Mmm… vamos a desayunar. –dijo con unos vaqueros y una polera aun tirado en cama.
-No, prefiero ir a casa. –dije riendo.
Caminamos hasta la planta baja de su casa y senti como sus manos jalaban mi cintura y me pegaba a el, buscando mis labios y encendiéndolos con un beso. Mis manos se perdieron en su cabello castaño formando figuras en el.
-te amo- susurro a mis labios.
Tal palabra obligo a separarme y acontinuar el camino a su auto.
-Toma –dijo poniéndome una chaqueta.
-Gracias te la devolveré cuando nos veamos. –dije sonriendo.
-Que te parece si hoy vamos a comer algo. –dijo sonriendo.
-tengo planes. –dije seria
-¿Cómo siempre?
-aja… -dije muy segura
Subimos a su automóvil, comenzó a conducir era aun muy temprano podría jurar que de madrugada, vi como una casa de dos pisos de madera blanca se asomaba.
-Por fin. –dije para mi.
-¿ya te querías librar de mi?- pregunto riendo.
-Claro que no.
Parqueo frente a ella, me recorrí a su asiento dándole un beso apasionado en la boca dejando libertad para que el tocara mis partes bajas.
-adios – dije abriendo la puerta.
-¿Ni un amor?- dijo riendo
-Eres muy cursi Max- dije sonriendo.
-eres diferente a las otras mujeres. –dijo mirándome
-Lo siento la próxima vez te implorare que no me dejes depues de tener sexo. –dije sonriendo
-Por eso me gustas.
-Adios.
-nos vemos. –respondió el.
Cerre la puerta de su auto y entre por la pequeña reja de madera blanca, camine con cuidado al porche trate de abrir la puerta y estaba cerrada “maldita Maura”. Camine hasta el lado izquierdo de la casa maura había quitado la escalera, así que no tenia de otra que subir por el árbol, comencé a treparlo con un poco de dificultad pero ya tenia practica, camine por la rama mas gruesa hasta llegar al techo de la cocina, lentamente desplazándome hasta la ventana de mi habitación, sentí la vibración de mi celular, lo tome y vi era un mensaje.
“hay una linda vista desde aquí,
Cuanto no hubiera dado porque aceptaras a ir a desayunar.
Max.”
Lo mire y solo sonreí, el arranco el auto en ese momento, abrí la ventana y sigilosamente entre cayendo de espaldas sobre unos cojines en el piso. Sin ganas de levantarme me quede recostada cerrando por un instante los ojos, de pronto vi el rostro de Maura que me mira estaba enfurecida.
-¿Estas son horas de llegar? –dijo molesta.
-No soy una cría. –respondí levantándome.
-mientras vivas en mi casa, son mis reglas.
-Ni que quisiera vivir con ustedes aun. –dije haciendo relevancia.
-¿Con quien estabas? –grito
-¿Importa? –dije levantando las cejas.
-Con Max ¿no?, ese hombre es mucho mayor que tu y no te traerá nada bueno. – dijo gritando.
No tome importancia a su platica, solo me aburría.
-te apuesto que te estuviste revolcando con el como una cualquiera. –dijo molesta.
Solo la mire sin ganas de responder.
-¿Te parece que una buena señorita de casa esta a estas horas afuera?, ¿y mira que te trae un hombre mayor?, solo te utiliza por el sexo, ¿y vienes ebria?.- comenzó a gritar aun mas.
El vomito verbal subía hacia mi boca, pero yo no lo dejaba salir.
-Claro esa tu amiguita Lorena es una perdición para ti siempre de dije que un es buena para ti es una cualquiera. –dijo gritando.
Gota de derramo el vaso el vomito no evito salir.
-sabes que desde que tengo 18 años ya no tengo que emborracharme para acostarme con un hombre, y para tu información si estuve teniendo sexo con Max y en todas partes de su casa no solo en su cama y hablas por Lorena ¿Qué papá se lo hacia de la misma forma de la que me la hace a mi Max?, ¿le gusta tanto el sexo oral?- dije acentuando la lengua en las ultimas palabras.
Sentí un golpe fuerte en mi mejilla que me lanzo hasta le piso, me tome del rostro y la mire con ira.
-¡No me hables asi! –grito
-Vete, no quiero verte- grite
Ella salió enfurecida tirando la puerta y dejándome sola. Sin más me incorpore, y me saque el vestido metiéndome en cama en ropa interior. Me puse a pensar en todo yo no amaba a Max mas bien solo yo era la que quería sexo con el, nunca sentí algo por un hombre. Me sentía tan enfurecida tan derrotada, asi que cai dormida. Desperté con un poco de dolor de cabeza asi que me meti de nuevo a la ducha, dejando liberar mi humor, Sali y me puse algo cómodo una camiseta blanca, un pantalón deportivo plomo, unas TOMS plomos y amarre mi cabello en una moña y tome mi libro que deje a medias pero ya lo había leído varias veces pero era mi favorito. Baje a la cocina hasta estas horas a Maura ya se le debió pasar el enojo.
Entre a la cocina y ella estaba limpiando, nuestra casa era modesta pequeña no teníamos demasiado dinero mi padre trabajaba como ayudante en una fabrica a las afueras del pueblo por eso no lo veíamos mucho, y bueno nunca nos hacia faltar nada.
-Buenos días. –dije sentándome en el taburete.
-Buenos días. –dijo Maura poniendo un plato de huevos con pan tostado frente mio, paso detrás mio dándome un beso en la cabeza y apretando mi hombro de forma maternal.
Dejo la cocina y comencé a leer, mientras comia un poco y tomaba café.
-¿De nuevo leyendo esa estupidez? –dijo quitándome el libro
-De vuélvemelo. –proteste
-¿Por qué insiste con leerlo?. –dijo mostrándomelo.
-No entiendo que tiene un poco de literatura. –dije molesta
-No tiene nada de malo pero este libro, si . –dijo molesta
Rodé los ojos en blanco, casi gruñendo lo dejo sobre la mesa, junto a algunas cartas que dejo el cartero en la puerta. No entiendo que tenia “Flores en el Ático, V.C Andrews” para las moralistas y beatas como mi madre demasiado por la trama de incesto de hermanos, pero no comprendía pero en una parte de mi ser me sentía identificada.
Segui comiendo mi desayuno mientras Maura lavaba los trastes, mire de reojo las cartas viéndolas con un dedo aquien venían dirigidos. “revista Maura, cuentas, luz, agua,” todas eran de lo mismo pero una me sobresalto un poco. “Universidad de Nueva York”, mire de reojo a Maura seguía atenta aquello, tome la carta y la oculte dentro de mi libro, termine rápidamente el jugo dejándolo las cosas en el fregadero, tome mi libro y volvi a mi habitación.
Entre cerrando la puerta y poniéndome en mi cama sacando la carta.
“Universidad de Nueva York.” La abrí y lei.
“Señorita Lucy Horan Gallagher.
La universidad de Nueva York, de Arte, Cultura y materias con base social. La invita a formar parte de ella con beca de 100 porciento en la carrera de PUBLICIDAD, se le pide responder urgentemente a la carta ya que su asistencia hasta la fecha de hoy no fue corroborada, en las anteriores cartas ya enviadas.
Las clases comienzan el próximo lunes, y si no se presenta será borrada del archivo de becas perdiéndola por completo, requerimos de su intelecto avanzado para hacer de nuestro país uno mejor.”ma con la carta en mano
Muy enfurecida me levante de la cama con la carta en mano,baje a la cocina rápidamente a la cocina enfurecida.
-¡Cuando pensabas decírmelo!-grite
Llame la atención de Maura haciendo que me mirara.
-¿De que hablas? –dijo confundida
-¿Universidad de Nueva York?, ¿Beca completa?, ¿cartas no respondidas? –dije molesta
-¡Dame eso!-grito caminando hacia a mi.
-¡No!
-¿Por qué tocas las cosas que no debes?
-para tu información esto me incumbe es mi futuro. –gruñi
-Si y a mi también me incumbe no iras y punto. –grito
-¿Qué? no puedes impedirlo, ni tienes que pagarlo es una gran oportunidad
-¡Tengo que cuidarte! –grito
-¿Qué ya te dije no me trates como una cria por que no lo soy.
-Si pero estas enferma y por eso no saldrás de aquí.
-Eres la peor. –dije gruñendo
-Aparte no tenemos el dinero para pagarte el pasaje. –dijo gritando
Trato de quitarme la carta y no la deje volvi a subir a mi cuarto tire la carta al piso, estaba enfurecida, me senté en la silla frente a la ventana mirando como la lluvia caia, claro me sentía muerta en vida, prohibida de hacer cosas que yo quería solo por mi estúpida enfermedad delimitada desde el momento en el cual desperté en l hospital, quisiera volver el tiempo, y tal vez desearía haber muerto.
Sentia que el dia pasaba, y yo seguía sumida en ese asiento, sentía como mis oportunidades caian y eran desperdiciadas por el tiempo.
-Dios nunca pensé verte un sábado por la tarde viendo la ventana como una vieja amargada. –esa vos un poco aguda pero dulce entro por mis odiados provocando una sonrisa en mi rostro.
Gire y claro era ella Lorena, la mire estaba como siempre con el cabello color pelirrojo muy bien cepillados, esos ojos esmeralda tan profundos, traia un sacan verde petróleo, y por dentro un vestido de color café de encaje, y unos tacones del mismo color verde que estilizaba sus piernas.
-Nunca te vi vestida de esa forma en un dia sábado y a horas tan tempranas del dia. –dije riendo
Me levante y fui a encuentro de ella abrazándola fuertemente, era a la única persona que siempre extrañaría daba gracias al cielo haber recordado su nombre el momento en el cual desperté, aun que no recuerde nada de ella siempre senti un lazo fuerte.
-No me dijiste que llegarías. –dije mirándola
-Lo siento amo las sorpresas. –dijo riendo- no sabes cuanto te extrañe
-y yo a ti. –respondi rápido- ¿Cómo va todo en Manhattan?
- Si vieras te morirías. –dijo sonriendo.
-¿Hablas de hombres o de la ciudad? –dije sonriendo, conocía muy bien a Lorena.
-De los dos. –dijo con picardia. – Tu madre apenas me dejo pasar y me grito en la puerta. –dijo riendo
-No me hables de ella- dije volando los ojos.
-¿Qué amor por fin se dio cuenta que su bebe ya no es una bebe que le gusta hacer sexo oral? –dijo sonriendo
La mire y le levante el dedo del medio no estaba para bromas.
-Huy que humor amor. –dijo rinedo.
-Lo siento por mi falta de cortecia.
-¿No hubo sexo? –dijo miradnome
-demaciado –dije sonriendo
-Oh… tienes que contarme maldita sucia. –dijo palmeando mi trasero- ve cambiate que vamos a tomar un café, que aquí las paredes escucha, si hablo por ti Maura- grito como si supiera que ella esta ahí.
Tome algo del closet y me cambie, un pantalón color beige, una camisa azul, un blazer azul y unas botas cafes, junto a una cross body, Sali del baño soltándome la moña.
-vamos preciosa. –dijo sonriendo
Salimos de casa antes tome la carta tenia que mostrársela a Lorena, caminamos hasta el centro del pueblo donde entramos a una cafetería, pedimos dos cafes.
-Ya cuéntame. –dijo inquieta.
Pase la carta ella la tomo y comenzó a leerla.
-¡Esto es genial!-dijo emocionada- te vendrás a vivir con migo. –dijo sonriendo
-No, Maura no quiere que vaya.
-¿Qué? –dijo casi gritando- tiene 21 años Lucy, esto es genial solo son pequeños cursos para terminar todo ya salsite de la universidad pero esto es aun mayor cerebrito, que se vaya a la mierda el mundo entero tu te vienes con migo.
-¿Con que dinero? –dije molesta
-¿eso? No es problema, mira vente a vivir con migo al departamento sere feliz contigo.
-No quiero ser una mantenida y abusar de ti –dije acongojada
-No estúpida, mira cuando ya trabajes aporats a casa pero de dinero no hay problema amor, mejor mis padres te aman y mirada yo te pagare el voleto de ida ¿Qué dices?
Era una oportunidad tentadora, no sabia que hacer.
-Mira si el problema es esa arpía de tu madre yo me encargo dejame con ella unos minutos y veremos que acepta. –dijo mirándome
-No tengo que hablarlo con ella.
-no amor ella te domina, yo ire contigo y no acepto un no por respuesta, ¿Cuándo comienzan las clases? –pregunto
-El Lunes. –dije haciendo una mueca
-Amor no hay drama mañana mismo salimos en el avión de mi papá –dijo sonriendo- a este estúpido pueblo solo me atan tu y mis padres. –dijo sonriendo- pero aun no entiendo por que te mudaste a las afueras de lo que es el mundo. –dijo mirándome.
-El doctor se los recomendó a mis padres.
-Ya cuéntame ¿Cómo te esta yendo? –pregunte tomando un poco del café.
-Muy bien, amor estoy trabajando con Gucci como diseñadora. –dijo orgullosa
-felicidades amor. –dije sonriendo
-Gracias vida, y bueno después conocí a un grupo de chicos demasiado sexys. –dijo sonriendo
-Claro tu vas y enamoras a medio mundo. –dije sonriendo
-Si no para que esta la vida. –dijo son picardía.
Las horas se nos pasaban mientras hablábamos, al gente entraba y salía yo no veía a nadie al igual que Lorena, estábamos muy concentradas con el pasado.
-¿Qué es de Canela? –pregunte sonriendo.
-El amor de nuestras vidas la chica de los ojos color miel, esta en Argentina de vacaciones la agencia de modelos la mando para que se despejara. –dijo sonriendo.
-Y que mejor que a su lugar de nacimiento. –dije sonriendo
-Si.
-La extraño… -admití tomando un poco de café.
Vi la mirada de Lorena fijarse en algo, esa forma de morderse los labios pero tenia cerca la taza de café, era la típica mirada cuando quería algo y le gustaba demasiado. Ella era una cazadora y los demás sus presas.
-Mira eso… -dijo casi con un ronroneo.
Di la vuelta y lo único que pude ver es a Max, entrando con un sacón negro, unos vaqueros negros y unas botas del mismo color.
-Es Max. –dije sin importancia.
-Mmm… por ese trasero no creo que tenga poca importancia. –dijo casi comiéndolo con la mirada.
Reí un poco y seguí mirando a otro lado, sentí como una mano se poso en mi hombro levante la vista era Max.
-Buenas tardes señoritas. –dijo sonriente.
-Hola –respondí a un mirándolo.
Me dio un pequeño beso en la mejilla y luego miro a Lorena.
-Lorena mucho gusto. –ella impaciente se presento extendiendo la mano.
No dejaba de mirarlo directo a los ojos, a ella le gustaba intimidar mucho a la gente.
-Max, igualmente. –dijo sonriendo y devolviendo el saludo.- ve que en verdad hoy estabas ocupada. –dijo mirándome.
-Ah… si es que Lorena llegaría. –dije una pequeña mentira.
Lorena rápidamente me miro, y vi como Max miro a ella.
-Me hablaron mucho de ti.
Ella volvió la mirada hacia el.
-¿Asi?, espero que hayan sido cosas malas por que no me gusta que hablen bien de mi. –dijo sonriendo.
-Bueno creo que fueron solo buenas cosas. -dijo sonriendo.
Ella me miro y frunció el seño negando con la cabeza.
-Y asi te llamas amiga. –dijo negando y tomando un poco de café.
Max me miro ya le había contado como era Lorena, y le parecía graciosa.
-Lamento en molestarlas bueno mejor me voy.
-¡No siéntate! –ofreció Lorena.
-Claro, muchas gracias. –se sentí en la silla media entre las dos.
Sonreí, Lorena no había cambiado en nada.
-y… cuéntenme ¿Cómo se conocen? –dijo sin aguantarse mas la duda.
El me miro y yo solo tome mi taza de café.
-Bueno nos conocimos en el instituto bueno yo estaba dando unos cursos de administración de empresas y bueno ahí conocí a Lucy.
-Pero ella estudio publicidad. –dijo Lorena un poco confundida.
-Si, bueno ese día la vi y no perdí la oportunidad de hablar con ella, y comenzamos a salir y nos volvimos, amigos – dijo el
-Genial, eso quiere decir que debes tener unos 28 años. –aseguro ella.
-Que alago me haces, pero tengo 30 –dijo el sin miedo alguno.
Lorena me miro y no evito sonreírme, sabia que Max era mayor que yo por nueve años pero eso no tenia problema alguno con migo mas bien era lo que me atraía de el, era un hombre muy atractivo, aparte de divertido.
-¡Que tarde que es! –dijo Lorena mirando el reloj que traía puesto. –debo irme.
La mire con el seño fruncido.
-Lo siento tengo que ir a ver a mis padres desde que llegue fui una ingrata, solo fui directo a verte cariño pero lo siento mañana nos veremos te iré a recoger directo a tu casa y quiero verte con las maletas ya hechas que no aceptare un no por respuesta. –dijo levantándose de la mesa.
Por el comentario de Lorena Max me miro sorprendido, tendría que contárselo.
-Un gusto conocerte. –dijo Lorena plantando un beso ruidoso en la mejilla de Max.
Dio media vuelta y se acerco a mi, la mire a los ojos y susurre para que ella me escuchara.
-Este no era el plan –dije mirándola.
-Lo siento.
-No me dijiste que irias donde tus padres.
-Iría mas tarde pero prefiero dejarte en manos de este bombom. –dijo mirándome con descaro.
-¿Qué hora tienes? –pregunte.
-No lo se, el reloj se quedo sin pila. –dijo sonriéndome.
Sus dos manos tomaron mi rostro por las mejillas, acerco rápidamente sus labios a los míos, lamio la comisura de mis labios haciendo que se abrieran un poco dejando paso a su legua, ese delicado toque conjunto con ese sabor a café y vainilla que traía ella en sus labios, asi aun mas dulce el sabor de sus besos. No recordaba la ultima vez en la que bese a Lorena tal vez fue antes que se fuera a New York, no recordaba hasta ahora como era sentir esos labios tan delicados junto a los mios. Se separo y vi como sus ojos se alejaban.
-Te apuesto que ahora se esta preguntando que hacer en estos momentos, ya sabes si quiere tener un trio solo me avisas estoy dispuesta. –me dijo guiñándome el ojo.
Solo me quede quieta, no sabia como responder a ello.
-Adios un gusto. –dijo Lorena sínicamente sonriendo a Max.
-A… adiós. –dijo apenas audible
Vimos como salió de la cafetería dejándonos solos.
-Wow… -dijo el sonriendo
Rode los ojos tomando de nuevo mi taza de café.
-Bueno cuéntame como es eso de que te iras. –dijo mirándome.
Respire hondo y trague el café que tenia en la boca para dignarme a hablar, le comencé a contar toda la historia desde el momento en el que me desperté y hasta el final donde Lorena me saco de casa.
-asi ¿Qué no hablaste aun con tus padres?. –dijo mirándome serio.
-No. –admiti.
-se que será difícil pero de alguna forma terminaran sediendo.
Ya quisiera Maura es muy sobre protectora desde el momento que desperté del coma, no me deja hacer nada por mi sola como el medico le dijo, que yo podía volver a tener un ataque.
-Si pero aun que acepten no tengo el dinero para ir por lo menos un tiempo alla. –dije molesta.
El me miro y luego sonrio, luego saco su billetera tomando un buen fajo de billetes, vi como su mano se extendió.
-Max me ofendes. –dije molesta.
-¿Por qué? –pregunto el extrañado.
-No es correcto.
-Mira no lo tomar como un regalo como yo quisiera que lo tomes, pero tómalo como un préstamo. –dijo el mirándome- yo se que haya iras a pasar unos cursos ya que terminaste tu carrera y pronto tendrás un empleo, cuando vuelvas me lo pagaras. –dijo sonriendo.
La tentación era mucha no sabia que responder.
-No no puedo. -dije por ultimo- pero gracias agradezco tu intención.
Sonrei el me miro y devolvió la misma sonrisa.
-Bueno por lo menos acepta esta noche ir a comer a mi casa –dijo mirándome.
-No lo creo mañana viajare con Lorena. –dije excusándome
-¿quieres decirme que ni te despedirás de mi? –dijo un poco ofendido.
Me encogi de hombros y lo mire.
-Yo creo que es mejor asi. –respondí.
El no dijo nada mas, y luego de unos minutos de silencio retomamos la charla, y al terminar me dirigi a casa ya estaba anocheciendo en cuanto llegue todo era obscuro, pase y las luces estaban prendidas dentro de la casa colgué mi saco en el perchero.
-¡Mas bien te dignas a venir! –grito Maura.
-No estoy para sermones. –dije molesta- es hora de que hablemos. –dije seria.
-¿Qué?, mira que cosas te metió Lorena a la cabeza- no deje que continuara.
-Ella no me metió nada en la cabeza –grite- ya estoy grande para eso y quieras o no mañana me ire con ella.
-¡Tu padre no te dejara! –grito molesta
-No, me importa ya soy mayor de edad y puedo hacer lo que me de la regalada gana.
-No te iras. –sentencio.
-Si lo hare quieras o no. –grite. -¿Por qué no quieres que lo haga? –pregunte molesta
-Por que te puedes poner mal. –dijo ella
-No es eso Maura, durante años me tuviste encerrada en esta casa, me obligaste a estudiar y terminar el colegio en casa, no me dejabas salir, nunca salimos ni siquiera al pueblo hasta que tuve que entrar a la universidad y obligatoriamente tuviste que dejarme estudiar ahí. –saque lo que muchas veces tuve adentro.- ¿de que tienes miedo? –pregunte sin mas.
Su rostro palideció, y frunció el seño luego no supo que decir dejándome sola en la sala mientras ella subía a su habitación. Luego yo fui a mi habitación y comencé a guardar toda mi ropa y algunas cosas, mi deseo era no volver jamás muchas veces había soñado este momento en el cual por fin podría vivir mi vida. Vi el reloj y era demasiado tarde asi que me puse la pijama acostándome en la cama mis ancias me mataban no sabia lo que encontraría afuera.
Espero les haya gustado el capitulo, bueno disfruten de la tercera temporada que ya sera la ultima, gracias por seguir con la lectura.
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