One-Shots Yaoi

By Itahasha

105K 3.6K 449

Este es un rinconcito en donde iré tirando todo lo que mi perturbada mente produzca entre dos hombres. Disfru... More

Cosa de hermanos
La última noche paga (hard)
Sueños húmedos
Esto es nuevo
Un vino desinhibidor
Su pequeña venganza
Quizá sí sea una mala idea
Mi "sad illusion"

William Peterson

7.5K 273 35
By Itahasha


-Aa-aahh... ya viene...

Murmura mientras sus caderas se mueven, entrando hasta el fondo de mi boca. Abro los ojos para mirar de la forma más provocativa que puedo y que esto termine de una vez por todas. Sus dedos se enredan en mi pelo ligeramente largo y noto finalmente cómo descarga todo su "estrés" dentro de mí.

¿Cuántas veces he hecho esto en mi vida? No tengo idea, sólo sé que me funciona. No es que me agrade chupársela a los profesores para aprobar, pero al menos el de física no es un viejo verde y casado. De hecho, no está nada mal para doblarme la edad; quizás le deje llegar más lejos en otra ocasión.

-¿Y bien?- Pregunto una vez que he escupido todo -¿Qué nota me pondría usted en lengua?

-Aah...- Trata de recuperar el aliento -En lengua no sé, pero me da que la media de esta evaluación en física te da aprobado, Mario.- Me dice con una mirada cómplice.

-Eso esperaba. Pues, si me disculpa, tengo que ir a mi casa a comer algo más que esto. Hasta mañana, "profe".- Digo mientras me pongo el abrigo y tomo mi mochila.

Salgo de la clase sin entretenerme ni un segundo más y me dirijo a la salida del instituto. Es algo más tarde de la hora de salida, pero la situación requería seriedad. ¡Iba a suspenderme si no hacía nada al respecto!

Mientras vuelvo a casa caminando un pensamiento asalta a mi mente: esto que hago me convierte técnicamente en gay, ¿no? En realidad no es una pregunta que me consterne demasiado o me deje sin dormir por la noche, pero aún no sé cómo responderla.

Nunca me he interesado por una chica ni menor ni mayor ni de mi edad siquiera en mis 17, prácticamente 18, años de vida. En cuanto a hombres... no me importa comer alguna que otra polla para salvar una asignatura, aunque no es que me entusiasme la idea. Sin embargo, es cierto que hace... tres años, más o menos, hubo alguien que rompió todos mis esquemas.

William Peterson, un estudiante estadounidense de intercambio que estuvo casi un año en nuestro instituto. Era un pelirrojo de ojos claros y tez pálida que me sacaba una cabeza de altura (siempre he sido algo bajito, aunque no es algo que me acompleje demasiado). Will me sacaba tres años, por aquel entonces tendría la edad que yo tengo actualmente; y vaya que era notoria la diferencia entre ambos.

El caso es que yo me fijé en él desde el minuto uno, no sólo por ser el alumno de intercambio, sino por su increíble atractivo y, principalmente, porque él siempre fue abiertamente bisexual. Esto supuso un gran impacto para mí en su día, pues yo era un chaval que jamás se había planteado su sexualidad (aunque como dije antes, nunca me había fijado en mujeres) y que entrase alguien así en mi entorno era chocante.

No fue muy difícil para nosotros volvernos cercanos, ambos éramos bastante extrovertidos y cada uno dominaba de manera aceptable el idioma del otro. Y con cercanos me refiero a muy cercanos. Quizás suene a algo que una colegiala diría, pero él fue el primero para mí. Mi primer beso, mi primer amor (podría decirse, sí) y, por supuesto, mi "primera vez".

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

-W-Will, it hurts... (W-Will, duele...)- me quejaba.

-Hold on for a second (aguanta un poco).- él trataba de calmarme y, aunque su voz era ciertamente tranquilizadora, sus dedos dentro de mí dolían a horrores.

Ahí es cuando comenzó a lamer mi miembro semi-erecto para que me relajase. Poco a poco, el dolor se tornaba en excitación y mis gemidos de dolor se mezclaban con los de placer. Sus dedos se agilizaron dentro de mí, llegando incluso a introducir cuatro. Su lengua recorriendo cada parte de mi pene me estaba volviendo verdaderamente loco, tanto que por un momento pensaba que me corría.

Entonces paró. Cuando le miré con ojos suplicantes e incluso con algo de irritación por haberme dejado a las puertas del cielo, sólo alcancé a ver el deseo en sus ojos antes de que se avalanzase sobre mí. Ya había probado su boca en otras ocasiones: besitos rápidos, besos inocentes, besos con lengua... pero nunca antes sus labios habían expresado tanto anhelo por mí.

Seguí su eufórica lengua de manera torpe y me aferré a él como si alguien estuviese a punto de alejarlo de mí. Mientras me sostenía con su brazo derecho (más bien, sus dedos en mi trasero lo hacían), fue capaz de bajar sus pantalones con la mano izquierda.

Entonces noté algo cálido y duro chocando con mi entrepierna, no hacía falta ser un genio para saber qué era. Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando él utilizó la misma mano con la que había bajado su pantalón para agarrar mi miembro y el suyo juntos.

-M-mhg... aah, Will...- gimoteé entre besos al mismo tiempo que su mano nos masturbaba a los dos.

-¿Se siente bien, Mario?- dijo tras liberar finalmente mis labios. Esa inesperada pregunta en español logró excitarme más de lo que podía imaginar. Su acento extranjero mientras pronunciaba mi nombre siempre me pareció atrayente y en esta situación vino de perlas.

Esta vez fui yo quien se lanzó a besarle, moviendo mis caderas y ayudando a su mano así. Supe que pasaríamos al siguiente nivel cuando sus dedos comenzaron a salir de mí uno a uno. Por un momento, sentí un gran vacío en mi interior, aunque... sabía que no iba a durar demasiado. Sobretodo cuando me fijé en que ya tenía puesto el condón (a esto me refería con que se notaba bastante la diferencia de edad entre ambos).

-Esto seguramente dolerá más que mis dedos, can you deal with it? (¿Puedes soportarlo?)- me avisó mientras posaba su frente en la mía y me miraba directamente a los ojos.

Tragué saliva. No por el miedo, el típico terror de la primera vez que tiene la mayoría no me afectaba en lo más mínimo. No obstante, estaba super nervioso y... por qué no decirlo, impaciente por tenerlo dentro. Sonreí de manera confiada y rodeé su cuello con mis brazos.

-Man, your dick's not that big (Tío, tu polla no es tan grande).- bromeé como de costumbre, esperando calmar la tensión del momento y mis propios nervios.

William soltó una risa con sorna y en seguida me tumbó en la cama en la que llevábamos sentados un rato. Rodeó su cintura con mis piernas y posó su punta en mi entrada.

-Vamos a dejar que decida por sí sola...- devolvió mi broma hablando español de nuevo.

Me alegro de que mis padres no estén en casa entre semana, no habría sido capaz de explicarles de ninguna manera el gemido que Will arrancó de mí con su primera embestida. Es cierto que los dedos habían hecho un papel importante acomodándome a mi situación, pero nada me podía haber preparado para recibir todo el miembro de mi amante de una vez. Desde ese momento, no volví a desafiar a Will.

-Oh, so now it's that big, huh? (Oh, así que ahora sí es tan grande, ¿eh?).

Obviamente, no fui capaz de contestar a eso último, estaba demasiado ocupado intentando acostumbrar mis paredes al "intruso". Mis gemidos y jadeos se intensificaron conforme William se movía dentro de mí. Con el paso de los minutos, el roce entre ambos se había convertido en mi droga.

-M-más, Will...- suplicaba cada dos por tres. Yo estaba hecho un cuadro, pero la expresión de placer en su cara no se quedaba atrás tampoco.

-E-eres tan... cálido...- alcanzó a decir. -Voy a... voy a hacer que te sientas mucho mejor...

Yo había entrado en trance hacía rato, en verdad. No tenía ni idea de que podía ser aún mejor. Pero él lo alcanzó.

-¡N-naa-aah...!- se me escapó el gemido más alto de todos. No sólo tocó mi punto G, sino que se estaba encargando de golpearlo con cada una de sus embestidas. Su mano derecha quiso unirse a la fiesta y agarró firmemente mi erección.

-C'mon, I know you are about to cum (vamos, sé que estás a punto de correrte).- susurró a mi oído con toda la razón del mundo. Su mano y mi abdomen acabaron manchados de mi semen.

Bastaron unas embestidas más y la creciente presión de mis paredes internas para hacer que Will se viniese también (no sin antes permitirme escuchar los gimoteos de mi pelirrojo favorito). En un abrir y cerrar de ojos, salió de mí y se deshizo del condón.

Me relajé sobre las sábanas y mantuve mis ojos cerrados. Yo aún trataba de recuperar el aliento cuando sentí unos brazos rodeando mi cintura.

-Mario...- susurró a mi oído. -You're so cute... (eres tan mono...).

Esto me pilló completamente por sorpresa y, a pesar de todo lo que acabábamos de hacer, me avergoncé tanto que solo atiné a enterrar mi sonrojada cara en la almohada.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

El resto del tiempo que estuve con él pasó volando. No sabría decir cuántas veces lo hicimos, pero a mí nunca me parecieron suficientes.

Pero volvió a Estados Unidos. A partir de ahí, nuestra relación se enfrió a pasos agigantados. Ninguno tenía tiempo para el otro y hablar por Skype no podía igualar a tenerlo a mi lado. En cuestión de seis meses, cortamos toda relación y no volvimos a hablar. Fue triste para mí, aunque a día de hoy ya no me siento mal por ello.

Excepto ahora mismo. Mis pantalones me están apretando más de lo normal. Sí, tengo una erección y empieza a doler.

-Joder... ¿en serio me he empalmado recordando eso?- miro a todos lados comprobando que no haya nadie cerca. Por suerte, no hay apenas gente en la calle a esta hora, sería jodidamente incómodo que alguien se diese cuenta.

De todos modos, apresuro mi paso para llegar a casa cuanto antes y... sí, no voy a negarlo, masturbarme. Cuando giro la esquina de mi calle diviso a una persona que me da la espalda justo delante de la puerta de mi casa.

-Mierda... ¿quién coño es? Como se de cuenta el ambiente va a ser muy tenso.

Conforme me voy acercando más y más comienzo a distinguir rasgos concretos. Es más alto que yo y tiene el pelo rojizo. Frunzo el ceño, extrañado por ese detalle. En el momento en el que la distancia entre nosotros es de cinco o seis metros, se da la vuelta. Siento cómo sus claros ojos se clavan en los míos.

-No puede ser...- digo en voz alta para mí mismo.

-Hey, Mario.- me dice con su característico acento estadounidense.

William Peterson, en persona. ¿Cuánto hace que no le veía? ¿Dos años? Mi primer impulso es meterme en casa lo más rápido que pueda sin dirigirle la palabra, pero estoy petrificado.

-Man, parece que viste un fantasma o algo.- me suelta con una risita. Mientras me inspecciona con la mirada centra sus ojos en mi entrepierna. -You need some help with that? (¿Necesitas ayuda con eso?)- vuelve a bromear señalando mi erección.

Salgo de mi trance cuando escucho esas palabras e inmediatamente me sonrojo y trato de taparla con las manos.

-¿Q-qué haces aquí?- apenas atino a preguntar en mi idioma.

-Nada, pasaba por España y decidí quedarme a vivir un tiempo. Además, hace tiempo que no monto a mi Mario.

La vergüenza se torna en enfado con ese último comentario. Mis emociones aparentemente contenidas estallan en un momento.

-¿TU Mario? You're talking shit! (¡Estás diciendo gilipolleces!) ¿Cómo puedes venir a mi casa después de dos años sin dirigirme la palabra y proclamarte mi dueño?- grito a duras penas mientras mis ojos comienzan a empañarse. Creo... creo que no lo tenía tan superado como pensaba.

Su sonrisa se tuerce y arquea sus cejas, preocupado. Se acerca a mí y me abraza sin decirme ni una palabra. No devuelvo el abrazo, pero tampoco lo rechazo. Vuelvo a notar la calidez de su cuerpo tal y como lo hice en aquella primera vez. Me fijo en un detalle: nuestra diferencia de altura no es tanta como antes, ¿habré crecido?

-Lo siento...- murmura a mi oído mientras no consigo dejar de llorar. Su voz aún me causa escalofríos. -Perdí tu número de teléfono y traté de recuperarlo por todos los medios, pero nadie me ayudó. Nunca respondiste a mis llamadas ni mensajes por Skype y pensé que no querrías saber nada de mí...

Ahora que lo pienso... no he vuelto a utilizar esa cuenta.

-Sniff... e-eres un idiota...- rodeo su cintura con mis brazos y entierro mi cara en su hombro. -¿Sa-sabes cuánto te he echado de menos...?

-Y yo a ti, Mario. Nadie pudo llenar el vacío que quedó en mi pecho...

-Ni hablemos de vacíos...- mi excitación anterior se mezcla con mi melancolía del momento y se me escapa eso sin querer. Consigo teñir de rojo las mejillas de Will con ese comentario.

-... d-didn't you do it with other people since then? (... ¿n-no lo volviste a hacer con nadie desde entonces?)- pregunta, avergonzado.

-J-just blowjobs... (S-sólo mamadas...)- contesto desviando la mirada.

Joder, la presión en mis pantalones se hace cada vez más insoportable. Quién diría que esto fue por su culpa desde el principio...

-Can we go in? (¿Podemos ir dentro?)- pregunta, algo exaltado.

-... of course (... por supuesto).

[...]

Él me monta estando yo a cuatro patas sobre mi cama. Aunque estoy al tanto de que no es nuestra primera vez, se siente como si lo fuese. Creo que su miembro ha crecido desde entonces; si no, yo me he hecho más estrecho.

-You still keep your warmth inside, don't you? (Aún mantienes tu calidez dentro, ¿no?)- me susurra al oído.

-S-shut up and fuck me, you idiot (Calla y fóllame, idiota).- le digo en tono desafiante entre gemidos. Sé que no debo desafiar a William, pero supongo que me he puesto nostálgico.

-Tus deseos son órdenes.- contesta con una falsa seriedad.

-Mmh... supongo que tendré que empezar a estudiar física en serio.- pienso para mí estando inmerso entre gemidos y jadeos.

Continue Reading

You'll Also Like

32.6K 3.4K 29
Durante un viaje escolar a una reserva natural, Max y Bradley, antiguos rivales del instituto, se pierden en el bosque. Obligados a colaborar para so...
1M 52.8K 37
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...
84.7K 10.4K 23
Jungkook es echado de su casa junto a su pequeño hijo de apenas 1 año, su anterior Alfa tomó la decisión de correrlo al llevar a una nueva Omega a su...
1.2M 192K 160
4 volúmenes + 30 extras (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso jus...