« Almas encadenadas »
Un paso más.
Pisa fuerte.
Corre por tu vida.
No te detengas.
Sigue adelante.
Mantente firme.
Respira, respira profundo.
No grites, no hagas ruido.
No mires atrás.
Escucha, capta cada sonido.
Sálvate, corre para salvar tu puta vida.
¡Lo sabía! Jodes, lo sabía. Sabía cada cosa que debía tener en cuenta en estas situaciones, pero ahora mi mente estaba en blanco.
Mis pasos y los de Taehyung corriendo retumbaban en mis oídos y eran lo único en la inmensidad del bosque que podía captar.
Mi cuerpo se agitaba, salvaba los obstáculos y no se detenía ante nada.
Una capa de sudor me cubría, y eso era lo peor.
Mi olor me hacia victima y presa fácil.
Comencé a escuchar los ladridos y aullidos cada vez más cerca.
Aquellas respiraciones animales pesadas, hambrientas y desesperadas. Furiosas por dominio y naturaleza. Estábamos invadiendo su territorio, territorio de nadie sólo de aquello salvaje, más salvaje que cualquier otra cosa.
El bosque dentro y macabro era la unión más directa y rápida entre los tres reinos, pero ningún humano jamás en su sano juicio se atrevió siquiera a conquistarlo.
Se respetaba.
Y quienes morían aquí perdían el derecho a ser reconocidos, buscados para una muerte disga o siquiera recordados. Quedaban en el olvido por haber irrumpido en tierra que no debe ser jamás tocada por el hombre.
¡Lo sabía! Maldición que sí lo sabía.
¿Porque accedí entonces a venir aquí con él? ¿Porque me metí en esto?
Paso a paso, cada vez me quedaba sin energía para continuar. Cada pisada sólo me hacia sentir más lejos de mi destino y más cerca de mi muerte.
Los aullidos, ellos estaban a poca distancia de nosotros.
Taehyung se detuvo de repente observando hacia atrás. La inmensidad y oscuridad no hacia visible prácticamente nada.
Yo traía conmigo uno de los leños de nuestra antigua fogata, en vano, ya que se apagaría pronto y no serviría de mucho.
Observe con desespero el rostro de mi compañero, parecía analizar seriamente algo.
¡Por un demonio! ¿En que piensas? ¡La única opción es correr!
— ¡Debemos irnos!— alce mi voz.
Jale de su brazo pero el se resistió firmemente en su posición.
— Son al rededor de siete u ocho lobos. — balbuceo.
Nuestras respiraciones apenas y nos dejaban hablar.
— Debes irte, me encargare de ellos.— regulo su respiración inhalando profundo varias veces.— No podemos seguir corriendo.
— ¡¿Que mierda dices!? — me altere— ¡Correr es nuestra única opción ahora!
— ¡Vete entonces maldición!
Elevo su voz, era la primera vez que lo hacia de esta forma.
— Yo me encargare de ellos.
Me dio la espalda por completo y camino en la dirección en la que veníamos corriendo.
Me sentí insignificante, más allá de las veces que me observaba con indiferencia, o de las veces que no respondía a mis palabras.
Esto fue distinto.
Él me estaba abandonando en medio de un bosque lleno de lobos, lleno de oscuridad.
Se estaba adentrando a sí mismo en la boca del lobo.
¿Porque?
Tome de su brazo sin darme cuenta para detenerle.
¿Porque le detuve?
No quería que me deje, no quería que me deje solo.
— Estas loco— susurre. — Vas a morir.
Mire a sus ojos y un inmenso vacío creció en mi cuando me devolvió una mueca relajada intentando ser sonrisa.
— No puedo protegerte si no me dejas ir.
¿Porque?
¿Porque lo haces?
Sus manos frías tomaron mi rostro.
Estaba en shock y él buscaba que yo entendiera sus palabras.
— Impediré que vengan hacia tí, pero debes seguir adelante ¿Ok?
Me aferre a sus prendas con más fuerzas.
Una caprichosa parte de mi no quería soltarlo, no quería quedarme sólo inmenso en esta oscuridad.
— Volveré. — respiro sobre mis labios y los beso apenas.— Volveré, lo prometo.
Se alejo de mi.
Se había ido.
Sin antes recordarme.
—¡Corre! Debes vivir, tú eres mi destino.
Corre.
Corre.
CORRE.
Me grite a mi mismo.
Estaba estático, mis pies plantados en el suelo.
Tenía miedo.
Pero sus palabras, o algo dentro de mi quería creerlo.
"Volveré".
Algo dentro de mi necesitaba sobrevivir, continuar, seguir con esto.
Y cundo menos me di cuenta mis piernas corrían, en dirección contraria a Taehyung.
Cada paso ahora me alejaba más de él.
Pero él volvería.
Cada paso me mantenía con vida.
Gracias a él.
Corre.
No te detengas.
No mires atrás.
Pero quiero hacerlo.
Pisa firme y fuerte.
Avanza.
Sobrevive.
Pero yo quiero... que el vuelva conmigo...
Mis pasos y el viento terminaron por extinguir el fuego del leño que se apago en instantes frente a mis ojos dejándome en oscuridad completa. Sólo la luna ahora me servía como farol y guía.
Me detuve viendo el fuego agonizar en sus últimas cenizas y lo arroje a un lado.
Mire al frente y allí estaba.
El final del bosque, la salvación, mi salida.
Un enorme prado verde continuaba luego de esto, y a la distancia se divisaba el castillo Min.
Sólo unos metros me separaban de la vida y la muerte. Pero algo muy extraño oprimió mi corazón en ese instante.
No pude avanzar.
Continua por tu vida gritaba mi conciencia.
Pero no podía irme.
Entonces hice aquello que jamás debes hacer cuando escapas dentro de un bosque, y fue mirar atrás.
Y no había nada, nada allí.
Ya no había aullidos, ni rugidos feroces, no había una pesada respiración persiguiendo mis espaldas.
No cargaba con el peso de la desesperación, no había miedo, adrenalina.
Pero si un inmenso vació, algo que me obligaba a esperar por él.
Incluso, a pensar en ir a buscarlo.
¿Porque?
— Vuelve, vuelve, vuelve. — susurre.
Mi corazón aún latía con fuerza y mis latidos desenfrenados.
El sudor corría frió por mi espalda.
— ¡Vamos! Maldición, lo prometiste.
Comencé a pensar lo peor.
Las más horribles situaciones.
Presione mis puños y trague en seco.
Mi mente iba a mil, ni siquiera podía terminar un pensamiento que otro aparecía avasallando y mezclándose con los demás.
No lo pienses tanto y sólo vete, es tu pase y garantía de nuevo a la libertad.
No, no era de ese modo. Taehyung no me había robado ninguna libertad, yo había aceptado seguirle y no podía simplemente irme.
Si das un paso hacia adelante ten por seguro que morirás.
Pero sería peor vivir sabiendo que él salvo mi vida y yo no hice nada.
Un aullido profundo y rasposo me quito todo rastro de pensamiento.
Las pisadas de cuatro pasos se acercaban con cautela a mi desde un rincón oscuro y lleno de maleza.
Era mi fin.
Allí estaba frente a mi.
Un lobo que sólo con ponerse en dos patas superaba mi altura y fuerza.
Su pelaje gris relucía en la luz de la luna manchado con sangre y barro. Mostraba sus garras y colmillos con rabio y un odio hacia mi crecía en sus ojos.
Conocía esa postura, estaba a punto de saltar hacia mi.
En un paso o dos hacia atrás, esperando su acecho, esperando que de el salto mortal que intentara matarme.
Y llegó, un parpadeo de mi parte fue el click que despisto por una milésima de segundos mis sentidos.
Cerré mis ojos con fuerza y espere el mordisco que me llenara de dolor, había cubierto con el dorso de mi brazo mi cuerpo y ahora el feroz animal me tenía a su disposición.
La tierra se me colaba en los ojos mientras mi brazo era masticado.
Allí estaba.
Mi muerte, mi mayor miedo frente a mis ojos.
La sangre comenzaba a desparramarse por doquier.
Mi corazón latía a un ritmo inhumano mientras algo dentro de mi trataba de apaciguar el dolor que las heridas del animal me generaban.
Roja, espesa, metálica.
Estaba entrando en una convulsión. Su sólo olor desorientaba todos mis sentidos, sú sabor se me colaba cayendo desde mi brazo a mis labios, la impresión de mis propias heridas y de aquel animal sobre mi, matándome.
No sé cual de todas las cosas que me estaban sucediendo me matarían primero.
Pero en algo no dejaba de pensar.
Taehyung.
Algo dentro de mi lo recordaba.
Él volvería.
Y no sé si fueron las alucinaciones antes de morir, no sé si realmente estaba sucediendo. Algo pateo con fuerza el lobo que estaba sobre mi, y yo fui arrastrado en el impulso de ese golpe.
¿Taehyung?
Rodé en el piso un par de veces.
Abrí mis ojos con extrema dificultad, mis parados pesaban demasiado y mi visión estaba teñida del rojo de mi propia sangre.
Logre ver un par de manos luchar contra la boca del lobo, partiendola en dos, abriéndola en dos partes, aniquilando al animal que aulló agonizando de dolor y finalmente murió.
¿Eres tú?
Unos brazos me rodearon, y algo en mi lo supo.
Pude sentirlo.
Sentí aquello que el llamaba destino.
Tomo una de mis manos para sentir mis latidos.
— Volviste.— intente hablar.
— Lo prometí, yo jamás te dejaría.
Unas cuantas gotas de agua cálidas cayeron sobre mi rostro.
— Tarde demasiado, los siento, lo siento tanto.— el dorso de su mano me acaricio.—Resiste por favor, resiste.
Quería responderle. Pedirle que no llore, que ninguna espera era tan larga si yo sabía que él volvería.
Estábamos encadenados.
No me privaba de libertad, no me mataba.
Era un lazo que me mantenía con vida.
Porque había una diferencia, una sutil diferencia, entre sostener su mano y encadenar el alma.
Nosotros hacíamos ambas.
— ¡AGH!— sentí una voz.
Gritando con sorna y asco.
Note a Taehyung tensarse, ponerse alerta. Me sostenía con fuerza entre sus brazos, protegiéndome.
Aquel desconocido se acercaba a nosotros.
Pero aún sentía mi sangre correr sin detenerse, sentía que estaba quedando dormido en un profundo sueño.
Me estaba alejando, me distanciaba de Taehyung.
— Ustedes los vampiros y sus asquerosos destinados ¿Cuantos lobos necesito para matar a un vampiro bastardo y simple humano desgraciado? ¡¡TODO TENGO QUE HACERLO YO MISMO CON MIS PROPIAS MANOS!!
¡Hola!❤
Hace un par de caps no los saludaba :C
No he tenido tiempo, lo siento, la universidad me consume ಥ_ಥ
Espero disfruten el cap de hoy y les guste
¡No olviden que los amo!