El matrimonio Malfoy Granger se encontraba recostado en un sofá frente a una chimenea. Hermione lloraba, y Draco lo hacía, pero en silencio. Sus brazos rodeaban a su esposa mientras ambos eran protegidos por una manta.
Hacía ya cinco horas de "el momento". Hermione aún estaba en shock y su mejor respuesta era llorar. Se sentía vulnerable, odiaba llorar, se había pasado los últimos días hundida en un mar de lágrimas. Observó a su alrededor. La casa oscura, ambos en el sofá y Draco con lágrimas en sus mejillas.
Esa fue la gota que derramó el vaso, no iba a pasarse toda la vida así. Se levantó bruscamente, provocando que Draco se limpiara rápidamente la cara.
-¿Qué sucede?
-No podemos dejarlo
-¿Qué? ¿De que hablas Hermione? No entiendo nada - decía Draco frotándose los ojos confundido
-Estamos cumpliendo sus deseos, quiere vernos así, tristes, aislados, pero no lo dejaremos
Draco sonrió y se levanto parándose en frente de Herms
-Así que eres una mortifaga rebelde - dijo mientras le colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja, sin dejar de sonreír
-¡ESO! Quiero que lo tomemos en broma, que nos riamos de la situación, no más lágrimas Sly
-¿Sly? - dijo sorprendido, sin quitar su media sonrisa
-Slytherin, si mal no recuerdo eres el príncipe de las serpientes. ¿No te gusta?
-¿Realmente? Lo odio, pero sé que eres muy cabezota, no te importará si me gusta o no y lo seguirás usando
-Ya nos vamos entendiendo - colocó una mano en la nuca de su esposo y lo atrajo a sus labios - Gracias por estar conmigo en este momento - dijo separándose
Por el contrario, Draco la atrajo colocando una mano en su cintura y la otra en su mejilla, juntando sus labios nuevamente.
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Mañana nuevo capítulo!
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