Aún recuerdo la primera vez que pude sentir en mi piel los rayos del sol de Egipto, supuse que Ra estaba contemplando a la nueva forastera que acababa de arribar en su tierra, no creía en maldiciones ni en dioses, tan sólo en lo que mi vista alcanzaba a ver... Grave error, nunca somos capaces de imaginar lo que hay más haya del horizonte, no con exactitud, sonará extraño, incluso podrán pensar que estoy en lo incorrecto, pero les aseguro qué sus ojos jamás le mostrarán las cosas tal y cómo son, el amor es algo vil, algo que puede llevar a la predicción.
Pero es una perdición que vale la pena sentir... Un corazón no es corazón sin sentir amor.
Tuve miedo de aceptar lo que estaba viviendo, no quería admitir que estuve equivocada todo ese tiempo, me reuse a aceptar lo que había más haya del horizonte, Egipto tierra de faraones, de oro y de maldiciones, las esfinges son testigos de lo que yo vi, la arena del desierto fue mi acompañante, y una reina me susurraba el dolor que sentía después de tantos milenios.
Mi aventura empezó antes de que pudiese darme cuenta, cuando abrí mis ojos ya me encontraba sumergida en su dolor, cambie mi visión de las cosas, y aprendí a creer en la existencia de las cosas que mis ojos no eran capaces de ver, no te dejes engañar por el último oasis a la derecha de la gran pirámide, puede atraerte a un mundo lleno de maldiciones.
~ Espero qué os llame la atención historia, esto es más bien el prólogo, un primer contacto con el personaje, Egipto y su historia me apasionan, después de un tiempo pensando en una historia así me he decidido a cemenzarla. ~