—¿Cómo fue tu fin de semana? —me preguntó Cons en los vestidores, de vuelta de la clase de educación física.
—Jace es mi vecino, y me encontré con Dean el sábado, ¿el tuyo? —respondí, guardando mi ropa.
—Nada nuevo, solo comerte un pastel entero con la excusa del periodo y sus efectos secundarios, oh, y 23 llamadas no respondidas hacía ti. —dijo sarcásticamente.
—Tengo una excusa. —aclaré —. Alissa tenía que revisar cómo va todo con el bebé, el domingo. Luego, pasamos a un jardín para que Annie entre, y por último pasé mi tarde viendo películas románticas, de las que te hacen llorar.
—No, no hay excusa, maldita. En este momento, deberías estar preguntándome qué es de mi, y de mi novio. —reclamó.
—Uy —molesté —, su novio.
Gruñó.
Al salir del camarín, West, Jace y James estaban afuera.
—Hola, chicas. —nos saludó West.
—Hola —sonreí, y Constance no contestó.
—Hey... Constance. —llamó Jace.
Constance parecía molesta, y le contestó gruñendo;
—Dejame tranquila antes de que te castre.
Me giré hacía Constance, y le susurré.
—Calmate.
Constance sólo se fue de ahí.
Wow, si que se enfada, sabía lo difícil que es en su periodo, pero hoy estaba más sensible que nunca.
—¿Qué le hiciste? —le preguntó West a James, culpándolo de inmediato.
—Nada. —se encogió de hombros.
—¿No la llamaste el fin de semana, no es así? —preguntó Jace.
—No... —él negó.
—Idiota. —le dije —. Hoy día tendremos a un volcán en erupción.
—Lo siento, aparte, ¿cómo es que Jace sabe porqué estaba enojada?. —reclamo James.
—Películas, dah —Jace respondió.
Pasó la siguiente clase, y estaba muy aburrida.
Así que salí, y me seguía sintiendo más aburrida, ya que, Constance, mi buena mejor amiga, estaba con su estúpido novio James.
Así que paseé por la escuela, abandonada, a veces las personas me saludaban, pero seguía abandonada.
Pasó el día, 13 de febrero, y yo seguía sola.
Así que era martes 14 de febrero, y recién me vine a dar cuenta, literal, es San Valentin, y nadie me había avisado.
Mary, como siempre, me despertó, luego elegí mi ropa, mis leggin negros, con una remera azul jaspeada, de manga corta, y un gran poleron celeste pastel.
Desayune mis cereales con leche, me cepille el cabello, luego los dientes, y tomé todo, para ir al autobús.
En la salida de mi casa, Jace estaba ahí, en lo mismo que yo. Se me hacia bastante raro que estuviera ahí todas las mañanas.
Cuando el autobús llegó, entramos, y vi;
James y Constance estaban juntos. Así es, mi mejor amiga ya tiene novio, de que le sirve la amiga.
Todos los asientos, con parejas.
Pero al fondo, estaban los solos, los rechazados y solteros, como yo.
West, sólo, en el último asiento de dos, Oliver y Dean, separados por un asiento, mas otro chico, al fondo.
Así que tomé asiento entre Oliver y Dean.
—Chica Converses. —dijo Dean deprimido.
Y ahora me di cuenta.
—¿Qué les pasa? —pregunté viendo sus ropas negras, y piercings falsos.
—La vida es una mierda. —susurró Oliver.
—Pero qué...
West se giró hacia mi;
—Son emos por hoy, ya que no tienen pareja. —me explicó West.
<< Curioso. >>
—Sólo quiero desaparecer. —dijo Dean.
—Idiotas. —reí.
—¿Por eso nadie nos quiere? —me preguntó Oliver.
—¡Yo si te quiero! —lo abracé.
—¿A mi no? —preguntó Dean.
Ahora lo abracé a él.
—Ella me quiere más, Rubia. —Oliver me tiró hacía él.
—No es cierto, tomate —Dean me tiró hacía él.
Y así fue el resto del camino.
Primera clase, todos estábamos juntos.
Noté cómo Grace miraba a Dean. Sólo que él no la miró.
Pasamos el día los tres juntos, los tres solteros juntos.
Los de último año vendían besos en la mejilla, por un dolar. Y cerca de ellos, jugamos a verdad o reto.
Los tres estábamos sentados con las piernas cruzadas en el pasillo.
—Oliver, ¿verdad o reto? —pregunté.
—¡Reto!
—Comprale un beso al castaño. —dijo Dean.
Oliver reclamó, pero al final aceptó.
Oliver se levantó, y caminó al pequeño puesto.
—Hey, amigo —se acercó nervioso —Uhm... Dame un Beso...
En ese momento, Dean y yo nos moríamos de la risa.
El chico besó a Oliver en la mejilla, pero le cobró dos dólares en vez de uno.
Oliver volvió a sentarse con nosotros, todo sonrojado.
—Bien, es tu turno Kiara. —me dijo Oliver — ¿verdad o reto?
—Verdad...
De inmediato Dean habló.
—¿Qué te gusta más de mi? —preguntó Dean.
<< ¿Por qué nos hace esto? >>
—Uhmm... No lo sé... ¿Tu cabello? —respondí.
—¿Qué más? —preguntó Oliver interesado.
—Es muy simpático. —afirmé, ignorando todas las cualidades que podía decir sobre Dean.
<< Hermoso, bueno, sexy, amigable, generoso, cariñoso, sencillo... No se puede decir humilde, pero... >>
Basta. Basta, Kiara.
—¿Soy bonito y simpático? —Dean levantó una ceja con una sonrisa —, buena combinación, ¿no crees?
*Muriendo lentamente*
—Si...
—Tu turno Dean. —dijo Oliver.
—Elijo... —Dean fue interrumpido por Constance y James.
—¡Queremos jugar! —dijeron.
—Claro, ustedes digan me un reto —dijo Dean.
Constance se sentó, pero rápidamente, James habló;
—Besa a Kiara. —dijo James rápidamente.
—¡Espera! —fingí que no me gustó la idea —, eso es reto para mi también.
—Me gusta verte sufrir —dijo James sarcástico, mientras se sentaba en el círculo.
Dean se acercó, y rápidamente besó mi mejilla.
—Más cerca de los labios —ordenó James.
—¡No! —exclamó Cons —, ya hizo el reto.
—¡Eso no fue nada! —reclamó James.
—Tú lo dijiste mal. —le repitió Constance.
—Bien, sigues tú James. —dijo Dean.
—Quiero reto. —contestó.
—Sube corriendo hasta el tercer piso, y baja corriendo también. —ordenó Oliver.
—Pero...
—Nada de peros, hermano.
James se paró y corrió los tres pisos, y al demorarse demasiado, Dean dijo:
—Cons, tu novio no es para nada atlético.
Cons negó riendo.
Luego James volvió con un brazo rojo.
—¿Qué te pasó? —preguntó Oliver.
—Me caí en el segundo piso —jadeo.
Yo, ignorándolo completamente. Hablé;
—Okay, tu turno Constance.
—Gracias por su preocupación, amigos —dijo James sarcástico.
—Verdad. —sonrió tierna.
—¿Alguna vez besaste a una chica? —preguntó James sobando su brazo.
Constance miró ambos lados para contestar.
—Tenía 10, y era mi psicópata. —contestó bajo.
Oliver y Dean comenzaron a reírse junto a James.
—Kiara tú no te ríes —me amenazó Constance, aunque no resistí.
Pasó el día.
Estaba en la salida, apunto de irme, cuando James me detuvo.
—Tenemos que hablar. —dijo serio.
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¡Hola!
Estoy de vuelta!!! ¿Qué les pareció el cap?