ERICK WILLIANS

By Nayiicuevas

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Hay tres personas en mi vida que son la definición perfecta de la palabra "Idiotez". Nunca entenderé el Porqu... More

Prólogo.
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(44) El regreso.
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Agradecimientos.

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By Nayiicuevas


–Señorita Roxe, por favor– Me crucé de brazos ante las palabras del oficial.

Tenía varios horribles minutos hablando de lo mismo, me había dicho que en el incidente de ayer había muerto un señor... Y no pude evitar recordar el cadáver de aquel hombre tirado en la plaza. También me informó sobre los heridos que hubieron en aquel lugar, entre ellos Leo...

Paul quería sacarme información a  malas, así no se trabajaba conmigo ni con nadie. Él quería información sobre lo que yo había visto o escuchado... Él y "sus compañeros" querían atrapar esos delincuentes. Aunque después de todo, ese era su deber y yo... No creo estar segura de ayudarles en aportar mi información.

–Un chico, nos informo sobre tu pequeña e insignificante conversación. Nad es imposible. Puede que usted tenga algún vinculo con ellos...– Y dale con eso. El oficial insistía con los mismo.

–Que no. ¡No se quiénes eran!– Me estaba cabrendo. –¿Como rayos los conocería yo?. ¿Acaso no vio como estu...?– Me interrumpe.

–Esta bien. Calmese, no hay porque alterarse. ¿O si?– Bufé ante sus palabras.

¡Que le den!

El oficial tenía mi mente saturada con lo miso: preguntando por aquellos chicos. Según lo dicho, al parecer alguien escucho cuando esos chicos se acercaron a la pequeña niña y a mi. La verdad hay que admitirla... Si ellos nos conocían, o no -y estoy segura de que si-- no supieron disimular para nada el conocernos.

Pero maldigo a todos los sapos, a todos aquellos mitómanos que andan por hay diciendo cosas que se les venga en gana. ¿Quien habrá sido el soplón que dijo haberme escuchado hablar con los ladrones de la plaza?. ¿¡En que momento hable yo con aquellos chicos!? ¿¡En que momento!?.

No. ¡Yo no hable!. Todo lo contrario.

–Muy bien. Veo que no quiere cooperar– Escuche el suspiro frustrado del oficial. Lo mire. – Mañana lunes, pasare por su casa, así hablamos más tranquilos. En eso de las 10:00am estaré allá, ¿Le parece bien?– Asenti.

¡Jah!. Pobre señor...

Una sonrisa estaba irradiante en mi rostro, no quería hablar con aquel oficial y no lo iba a hacer ya que mañana estaría a una pequeña distancia de mi casa: en el instituto. Además. ¿Que quería él que le dijera?. Estaba muy equivocado si pensaba que le diría algo, yo no era soplona, menos. No iba a delatar a Erick, tampoco a mentir por él... Por muy imbécil que fuera, por muy idiota, patán, sicario... Aún así no podía delatarle... ¿O si?.

Observé curiosa el brazo vendado de Leo... No comprendía nada.

Yo había pensado que la bala había ido directo a su pecho, ya que aquella zona era la única parte que estaba repleta de sangre, pero resultó ser una falsa alarma. Leonardo estaba más que bien, la bala solo le había tocado una parte del brazo izquierdo, cerca del hombro... Por suerte no había hecho ningún daño extremo, no perforo a profundidad.

¡Gracias a Dios!.

Estábamos en casa. Mi madre, como me había dicho en el hospital, estaba preparando un rico pastel de chocolate, mientras que nosotros estábamos tendidos en el sofá del living.

–¡Ustedes tienen suerte!– Hablo Lianna captando la atención de todos: Andrus, Leo y yo. –Me alegro que no les pasó nada grave– Se acervo a mi  rodeando mi cuerpo en un cálido abrazo. Abrazo al cual yo respondí.

–¡Agh!. Que Empalagoso– Me separé de Lia y miré a Andrus amenazante. Tomé uno de los cojines estampandolo contra su rostro.

–Idiota, en todos los sentidos– Le insultó Lianna. Su mirada estaba fija en mi hermano.

Al ver aquella mirada reprochable supe que sus palabras iban por otro camino. Andrus se puso en pie acercándose a Lía, quien estaba a mi lado sentada entre Leo y yo.

–¿En que sentido?– Susurra Andrus mientras se acerca a su rostro con picardía.

Si, Andrus no tenía vergüenza. A veces  admiraba eso de él.

No pude evitar sonreír al ver tal escena...

–¡Ocupen el baño!– Sonreí aún más al escuchar el comentario de Leo.

–Aquí nada es gracioso...– Espeto Lía ya molesta. Dejé escapar unas carcajadas, pero rápidamente calle al sentir un golpe por parte de Lía.

–¡Oye!– Me quejé. Lía se cruzó de brazos y sonrió con desvelo.

Lia volvio a su asiento, Andrus igual. Todos nos quedamos en silencio. Lianna y Andrus se miraban innotizados. Yo observaba de vez en cuando a Leo quien se encontraba a mi lado acariciando su brazo vendado.

Escuché unos pasos, mire al corredor que da a la cocina encontrándo a mi madre con un gigantesco pastel de chocolate sobre sus manos. Se colocó  en el medio depositando el pastel en la mesita del centro, junto a unos platos desechables que había traído antes.

–¡Gracias mamá!– Dije alegre mientras me comía, con la mirada, el pastel.

–Se ve delicioso– Dijo Lianna observando el pedazo de pastel que le ofrecía mi madre. –Gracias señora Sthel– Continuó. Dio una bocanada a su pastel.

Mi madre fue repartiendo y entregándonos un poco a cada uno,  todos pronunciaron al unísono  "Gracias". Cuando estaba a punto de darle el primer bocado a mi pastel, el timbre resonó en toda la casa. Me puse de pie caminando a ver quien osa a molestar...

–¿Podemos hablar?– Trague seco. No sabía que decir, mirar o hacer. Solo miraba temerosa sus ojos color cielo, que justo ahora brillaban de una manera extraña.

¿Que hacia él aquí?¿¡Había venido por mi!?

¡Que ilusión Ashley!

–¡Ashely!– Escuché la voz de Andrus a mis espaldas, seguido de unos pasos. –¿Quien es?– Sentí su presencia trás de mi. Me tomo por la cintura apartandome de la puerta para entonces colocarse frente a esta.

Andrus le dedica una extraña mirada a Erick. No entendía nada de esto, Andrus le miraba neutro, como si le estuviese comunicando algo por telepatía.

–Dame un minuto, vuelvo enseguida–  Dijo Andrus para luego encaminarse a las escaleras  dejando a Erick parado del otro lado de la puerta.

Ahora entiendo... Algo.

Me coloque frente a la puerta recostandome del marco de esta. Observé a Erick con una pizca de miedo. Sí, Miedo. Eso era lo que él, justo ahora, provocaba en mí.

Se sentó sobre una pequeña escalera que estaba delante de la puerta. Lo mire confundida. ¿¡Acaso estaba mal de la cabeza!?. Recuerdo que cuando le abrí la puerta lo primero que pronunció fue "¿Podemos hablar?"....

¡Joder!. Hasta llegue a pensar que había venido por mí...

¿Como rayos puedo pensar que él había venido por mí?. Pero más importante aún, ¿Que quería hablar conmigo?. ¡Yo no tenía nada que hablar con él!. Ahora menos.

No quería verlo, quería que se fuera de mi casa, que desapareciera de mi vida... ¡Pero no!. Aquí estaba: sentado tranquilamente en el frente de mi casa, con una gabardina negra y una remera blanca que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, aparte, grabado en mi cabeza sin intenciónes de salir.

Es tan sexy...

¡Tienes novio!. ¡Sácalo de tu cabeza!...

Aunque quiera, no puedo.

Sin pensarlo me acerque sentandome a su lado, no se porque lo hice. Simplemente me senté junto a él,  mi corazón empezó a enloquecer...

¿¡Eres un matón!?– Me sorprendi de mi misma, esas palabras habían salido de mi boca sin control alguno. No se de dónde rayos habían salido, simplemente las dije, aunque no eran del todo falsas.

Erick poso su mirada en mi, recorrió mi rostro hasta detenerse en mis labios. Frunci el ceño al ver una sonrisa expandirse en sus labios, repentinamente su rostro volvió a la misma seriedad de antes. Ahora sus ojos estaban en los míos, note unas insignificantes ojeras bajo sus párpados, un leve corte en una parte de su mejilla. Se notaba a simple vista que era un corte reciente y que dejaría una pequeña cicatriz.

Cuando Erick tuvo intenciones de hablar, una voz resonó detrás de nosotros impidiéndole decir palabra alguna. Giré a observarl con una sonrisa cargada de nervios .

–¿Que tal, Erick?– Dijo algo pesado.

Me incomode bastante al ver que nos miraba con el ceño fruncido... A ambos.

LEONARDO.

Verlos juntos me molestaba un tanto.

Sabía que Erick sentía algo por Ashley... Aunque de seguro ha de ser lo que siente por todas: Atracción y a la cama. Conocía esa faceta de Erick, la conocía a la perfección. Erick me observaba detenidamente, se  puso de pie observando mi brazo vendado, parecía molesto y confundido a la vez.

–¿Que te paso ahí?– Pregunto haciendo un ademán indicando mi brazo.

Estaba por responder, pero Ashley tomo la palabra impidiendolo.

–Recibió un disparo, en la plazaMich– Dijo colocandose de pie junto a Erick. Se cruzó de brazos Molesta.

Algo pasaba aquí!.

El rostro de Erick cambio por completo, se veía confundido.

–Saben...– Mire nuevamente a Ashley quien captó la atención de ambos. –Yo estuve...– Se le veía nerviosa. Lo cual no se porque. –Estuve hablando con un oficial... Me hizo preguntas sobre lo sucedido en la plaza, sobre esos chicos y...– La corte.

–¿Porque querían hacerte preguntas a tí?.¿Porque sobre aquellos delincuentes?– Estaba confundido. Sus ojos viajan a Erick quien se veía nervioso y molesto.

–Es que... Según él, hubo alguien que me vio hablar con uno de ellos– Abrí los ojos con sorpresa. Ashley me miro temerosa, y rápidamente se apresuró en hablar. –Pero te juro que no tengo la más mínima idea de quiénes son... El oficial, solo quería saber algunos detalles. Dice q-que... – Los nervios habían vuelto a ella.

Su mirada viaja a Erick, quien se ve enojado, asustado y confundido... Y como le conocia, no cabían dudas de que este chico estaba liado en todo esto.

Créanme, lo conozco bien. Es... Era, como un hermano para mí. Hasta que cometío su primer y más grande error.

–¿Que?– Susurra Erick con voz de pocos amigos.

–Dijo que hubo un muerto y varios heridos en aquel incidente... Es obvio que buscarían a los causantes de eso– Finalizó Ashley aún mirando a Erick.

Repentinamente Erick la tenía tomada, bruscamente, de los brazos. Me asusté al ver aquella reacción. Cuando Erick perdía los estribos nada bueno pasaba...

Era más que obvio, él estaba liado en todo este rollo. Conocía más que nadie a ese chico y sabía perfectamente que las cosas que hacía, pocos se la imaginaban. Me acerque a él con la intención de ayudar a Ashley pero un dolor en mi brazo me hizo parar. Ashley se movía inquieta en los brazos de Erick mientras que él la apegaba a su cuerpo y le susurraba cosas que no pude entender, ni escuchar.

–¡¡Erick!!– Grito Andrus tras de mí. Lo vi acercarse al susodicho y separar a Ashley de éste. –Idiota. Que es mi hermana. Que no se te ocurra tocarla en tu puta vida–  Exclamó, su furia era palpable.

–Si, verdad. Se me olvidaba que...- Hizo una pausa y Andrus tomo la palabra.

–...Familia es familia. Erick– finalizó Andrus.

No había notado en el momento en que Lía y la señora Sthel, habían salido de la casa, estaban mirando la escena expectantes.

Andrus subió, junto a Erick, a la moto de este último. Desaparecieron se nuestras vistas.

La madre de Andrus le llamo varias veces pero mi amigo no respondió más que a marcharse junto al imbécil de Erick... Esos dos estaban vuelto una furia. No era bueno.

No comprendía del todo esta situación... Pero de algo estaba seguro: Erick quería, por alguna razón desconocida, hacerle algo a Ashley... Y eso lo sabía por el hecho de  haber escuchado las palabras de Andrus "Familia es familia" esa palabra siempre la utilizaban en casi todas las bandas ,y aparte, muchos de los boxeadores en las peleas clandestinas, fue una de mis mejores frases en aquellos días.

Con tan solo pronunciar esa palabra a cualquier perteneciente, de lo antes mencionado, rápidamente se sabía  que debían que tener cuidado con lo que hacían, veían o decían, porque de lo contrario, los problemas que surgirían más adelante, no serían solo con uno... Ni nada agradables.

________°_°________

He aquí una pequeña narración de Leo... La verdad me gusta más que  narren solo Ashley y Erick. Pero hay veces que otro nesecitan oportunidad...

Gracias por Leer❤.

<♥>

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