Coffee at Midnight (Camren)

By Ana5Harmony

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Para todos los oyentes de la Estación WMP 104.5 de Miami. Mi nombre es Camila Cabello y esté es el programa C... More

Prólogo
Capítulo 1: |Vidas Paralelas|
Capítulo 2: |Luna|
Capítulo 3: |Biscayne Bay|
Capítulo 4: |Lauren|
Capítulo 5: |Fantasía o Realidad|
Capítulo 7: |Soneto 15|
Capítulo 8 :|Second Date| (P.1)
Capítulo 9: |Second Date| (P.2)
Capítulo 10: |Besos de Luna|
Capítulo 11: |Famila Cabello|
Capítulo 12: |Di que si|
Capítulo 13: |De Vuelta al Pasado|
Capítulo 14: |Primera Vez|
Capítulo 15: |Verdades|
Capítulo 16: |Camila Cabello| (P.1)
Capítulo 17: |Camila Cabello| (P.2)
Capítulo 18: |Una Vuelta Completa|
Capítulo 19: |Amor Incondicional|
Capítulo 20: |Golpe de Realidad|
Capítulo 21: |El Último Regalo|
Capítulo 22: |El Plan|
Capítulo 23: |Olvidarla|
Capítulo 24: |Dígale|
Capítulo 25: |Cruda Realidad|
Capítulo 26:|Stay With Me|
Capítulo 27: |Sálvame|
Capítulo 28: |Safe| (P.1)
Capítulo 29: |Safe| (P.2)
Capítulo 30: |My Own Paradise|

Capítulo 6: |Encuentro|

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By Ana5Harmony

**CANCIÓN SUGERIDA: "Half of My Heart- John Mayer"

I was made to believe i'd never love somebody else
I made a plan, stay the man who can only love himself
lonely was the song I sang, 'til the day you came
Showing me another way and all that my love can bring

-"Half of My Heart- John Mayer"

CAMILA'S POV

"Estaba total y absolutamente nerviosa".

Me había decidido por el restaurante Red Carpet que estaba ubicado en Flamingo/Lemmus. Era un restaurante fabuloso que había descubierto con Dinah unos meses atrás. Mis manos temblaban un poco mientras esperaba en una de las mesas del hermoso restaurante. Había cancelado la comida con mis amigas y aún no había ido a comprar el perrito.

¿La razón? Había estado sumamente nerviosa toda la mañana.

Prácticamente había sacado todo mi closet que estaba esparcido por toda mi habitación buscando algo perfecto que ponerme. No había hablado con Lauren desde que colgamos en la madrugada y cuando yo le envié la dirección del lugar. Había visto su foto de perfil pero me había saludado una foto de amigos en un bar en la cual no podía identificarla. Por mi parte yo tenía una foto de mi bote, y yo en la cabina de mando tomada desde lejos. Pero ahora me encontraba allí totalmente nerviosa mientras los golpecitos sonaban contra el suelo. Había optado por un jeans blanco que se ajustaba a mi figura y un crop top azul marino con una chaqueta bastante ligera porque estábamos en la playa. Unos zapatos de tacón color crema y mis acostumbradas gafas de sol que ahora estaban sobre mi cabeza. Me había maquillado levemente lo suficiente para disimular un poco las ojeras que podía llegar a tener después de días de insomnio pensando en una bella voz.

¿Cómo sería Lauren? Había visto esa foto de su grupo de amigos con muchas personas deteniéndome en las que pensaba podían ser Lauren. No importaba donde mirara. Todas eran hermosas. Sabía que tenía que dejar de pensar en eso porque estaba a punto de conocerla.

Estaba aterrada y nerviosa ante la perspectiva de conocer a la musa de inspiración. Saber que era una doctora y que tenía veintiocho años había sido perfecto porque solo tenía un año más que yo y posiblemente compartiríamos intereses. Sabía que no me importaba su físico. Quería conocerla, quería saber de ella.

Mis ojos se dirigieron a la puerta y en ese momento me quedé sin respiración. El impacto fue enorme al ver a una hermosa mujer que entraba al lugar con un hermoso vestido blanco y una chaqueta de cuero negra. Su cabello negro y en ondas adornando su hermoso rostro que había estado cubierto parcialmente por unas gafas de sol que se puso sobre su cabeza para terminar de matar a todos mis sentidos. Era preciosa. Era la mujer más hermosa que hubiera visto en mi vida.

La vi hablar con uno de los meseros y como esté señalaba en mi dirección y en ese momento cuando ella alzó la mirada y sus ojos se conectaron con los míos lo supe. Esa mujer hermosa, esa preciosidad de piel blanca y cabello negro y ojos brillantes y perfectos que esperaba apreciar de cerca era Lauren, mi hermosa luna.

La realidad me golpeó violentamente mientras me ponía de pie abruptamente y ella me observaba sorprendida unos metros más atrás. Su boca se abrió y sentí como lentamente sus ojos paseaban por mi cuerpo. No podía respirar, jamás había visto a una mujer más hermosa. Jamás había visto la perfección convertida en una persona ante mí.

Pero no era una fantasía, era una mujer real y era preciosa. La mujer más preciosa del mundo.

~*~

LAUREN'S POV

"Estaba nerviosa".

Creo que jamás me había sentido así de nerviosa desde que en tercero de primaria había pasado a recitar poesía frente a toda la escuela y me había equivocado en unas cuantas palabras. Estaba tan aterrada mientras caminaba por el aparcamiento del restaurante hasta la puerta principal revisando mi ropa una última vez. No había dormido y había una razón específica, la foto de perfil de Camila.

No la había apreciado muy bien porque era a distancia pero veía claramente a una mujer fabulosa de espaldas con un bikini negro en la cabina de un bote que podía jurar me era conocido. Había perdido la capacidad de pensar, de respirar y de dormir al ver la foto de la musa de inspiración y la dueña de mi poesía. Si esa foto era de Camila era una de las mujeres más hermosas del mundo. Su piel canela con los reflejos del sol sobre ese cuerpo maravilloso con esas piernas interminables. Verla tan perfecta me había hecho pensar en que posiblemente no sería lo suficiente para llamar su atención. Me había esforzado mucho por verme bien, prácticamente había pasado toda la mañana buscando que ponerme. Quería impresionar a la hermosa mujer de cuerpo de infarto, piel canela y el trasero más perfecto que hubiera visto en mi vida.

Respiré hondo entrando al restaurante que reflejaba un buen gusto en la comida y traté de prepararme mentalmente para ver a la mujer más hermosa de mi vida. Pensar que esa voz pertenecía a una mujer profundamente hermosa y sexy era algo que jamás me imaginé. Entré al lugar y el olor a especies me pareció delicioso. El salón era exquisito con una decoración puramente italiana y perfecta. El ambiente también era muy bueno.

Me dirigí a uno de los meseros que estaba en recibidor y pregunté por Camila Cabello, tal como Camila me había dicho. El mesero me señaló una mesa y fue cuando me giré para encontrarme con una mujer que estaba sentada en una de las mesas de atrás justo al lado de la ventana. La vi ponerse de pie y detalle la perfección en cada aspecto de su cuerpo. Su ropa, su cabello, su hermoso rostro. Mi respiración se entrecortó al ver su mirada pasear por mi cuerpo y la admiración en sus ojos marrones.

Jamás en mi vida había sentido tanta pasión. Nuestros ojos se encontraron y el mundo pareció extinguirse. Era perfecta. Era la mujer más hermosa del mundo y estaba allí tan cautivada como yo. Me acerqué a ella tratando de no desmoronarme debido a la atracción indudable que sentí inmediatamente. Cada paso que daba era un paso más hacia la perdición de mi capacidad de razonamiento. Jamás en toda mi vida me había sentido de este modo. Mis piernas se sentían pesadas, mis manos se agitaban nerviosas. Mi respiración se había entrecortado en mi garganta y cuando mis ojos se habían topado con unos ojos marrones profundos y maravillosos supe que estaba perdida. Ante mis ojos se encontraba la mujer más perfecta del mundo y sin duda alguna, la mujer de mis sueños.

~*~

CAMILA'S POV

"Jamás me había sentido de ese modo".

Lauren era la personificación de los sueños de cualquier persona. Nos observamos a los ojos aún de pie y me perdí en un mar de maravilloso verde. Jamás había visto unos ojos tan fascinantes. Una sonrisa se instaló en mis labios y ella me correspondió. Mis ojos viajaron por su hermoso rostro y su hermosa sonrisa. Estaba totalmente cautivada.

—Hola, Camila—me susurró ella y escuché esa voz que me derretía viniendo de la boca de la mujer más hermosa del mundo. No parecía real, no parecía algo habitual encontrarse a un ángel caminando bajo la luz del intenso sol de Miami.

—Hola, Lauren—fue mi respuesta y ella volvió a sonreír haciendo que mi corazón latiera desenfrenado en mi pecho.

—¿Puedo sentarme? —me preguntó ella señalando la silla que estaba justo frente a la mía y yo sin dudarlo me acerqué para mover la silla haciendo que ella sonriera increíblemente.

—Por supuesto—le dije esperando que se sentara. Pasó cerca de mí y me perdí en su olor a vainilla y el brillo de su cabello negro.

—Gracias—me dijo y yo me giré para mover un poco mi silla que tenía mi chaqueta en el respaldo. Vi como Lauren me sonreía y se empezaba a quitar su chaqueta. Fascinada observé el movimiento de sus manos. Sus brazos delicados y con una piel que parecía de seda dejaron la chaqueta en el respaldo y sentí su mirada sobre mí.

Nos miramos por una cantidad de tiempo indeterminado. Estábamos fascinadas la una por la otra. Su rostro, sus ojos, sus cejas, su nariz y su boca parecían esculpidos por el más famoso y perfecto escultor del mundo. Ella apoyó su codo en la mesa para luego apoyar su rostro sobre su mano sin dejar de verme. Nos sonreímos y sin decir ninguna palabra nos dijimos todo. La vi detallar cada aspecto de mi rostro y bajo su mirada me sentí especial.

Había visto a miles de hombres hacer eso. Los había visto observar mi cuerpo, mi rostro y sabía que de cierta forma me consideraban atractiva. Pero la mirada de Lauren era diferente, no era sexual ni me veía como un trofeo o un cuerpo que podría llenar una cama en una noche de sexo. Lauren me veía con admiración y en ningún momento me había hecho sentir incomoda. Me sentía nerviosa así que me incliné un poco sobre la mesa mientras jugaba con mis manos sin dejar de observarla. Ella me sonrió y la vi sentarse correctamente para mover su cabello hacia un lado. Mis ojos siguieron sus movimientos y sentí un nudo en la garganta al verla tan perfecta, tan única y maravillosa y en ese momento recordé el pequeño obsequio que había comprado esa misma mañana en un arrebato.

—Tengo algo para ti—dijo suavemente y ella me vio sorprendida. Tomé mi bolso y lo puse sobre mis piernas mientras buscaba dentro. Al tomar lo que buscaba y sacarlo pude sentir su mirada curiosa sobre mí y al ver lo que era sus ojos brillaron y la sonrisa más hermosa que hubiera visto se formó en sus perfectos labios.

—¿Pablo Neruda? —preguntó con esa voz que hacía que me derritiera como chocolate expuesto al fuego. No sabía que decir porque estaba completamente sin palabras. Era una periodista con su capacidad de expresión totalmente paralizada. Asentí y le extendí el libro de poemas el cual ella tomó. Sentí su mano rozar la mía y mis ojos se perdieron en ella.

—Eres tan hermosa—murmuré y ella se sonrojó levemente. La vi bajar la mirada y acariciar la portada del libro de sonetos.

—No creo que logré igualar tu belleza—me respondió ella viéndome directamente a los ojos—. No creo que exista algo en este lugar que logre eclipsar tu belleza.

Mi respiración se entrecortó y en la mesa busqué su mano pero el contacto se vio interrumpido por uno de los meseros del restaurante. Me aclaré la garganta y por unos minutos ambas nos dedicamos a pedir algo para comer.

Me quedé escuchándola atentamente mientras ordenaba una copa de Chardonnay y una pasta a base de mariscos. Por mi parte yo prefería las pasta con salsa blanca carbonara acompañada de una copa Sauvignon Blanc.

El mesero le ofreció a Lauren una copa de vino mientras esperaba. Ella sonrió asintiendo y él se retiró dejándonos solas de nuevo.

~*~

NARRADOR OMNISCIENTE:

—Espero que la elección de restaurante fuera de tu agrado—dijo Camila una vez que dejaron la copa de vino sobre la mesa y el mesero después de preguntar si deseaban algo más y de una negativa por parte de ambas mujeres se retiró.

—Adoro la comida italiana—dijo Lauren dándole un sorbo a su vino mientras Camila no podía apartar la mirada del movimiento de su garganta al tragar. Lauren vio que Camila se sonrojaba y tomaba su copa de vino para darle un leve trago—, aunque debo decir que mi comida favorita es la japonesa—continuó Lauren.

—Yo no soy muy aficionada a la comida japonesa pero ciertamente es deliciosa también—dijo Camila alzando su copa levemente—. No me desagradaría la idea de una rica comida japonesa en un restaurante que sea bueno y venga recomendado por alguien que conozca—Lauren supo que Camila estaba coqueteando con ella. Lo había hecho desde que esos ojos color chocolate habían ardido observándola acercarse a la mesa.

—Eso espero—dijo Lauren sonriéndole—. Sería una pena que no aprovecharas mi amplio conocimiento en restaurantes japoneses a lo largo de todo Miami.

—Jamás se me ocurriría desperdiciar la oportunidad de compartir otra comida con la inspiración para la creación de la palabra belleza—ambas mujeres se vieron intensamente a los ojos y la atmosfera se llenó de una muda, erótica y profunda pasión—Quiero hacer un brindis—dijo Camila alzando de nuevo su copa—. Por un encuentro maravilloso.

—Por un encuentro maravilloso—repitió Lauren mientras alzaba su copa para igualar a la de Camila para luego chocar ambas copas con un suave "tic". Las dos dieron un sorbo a su vino sin dejar de verse a los ojos sobre el borde de la copa.

Ambas sabiendo que esa tarde algo había cambiado entre las dos. La atmosfera estaba cargada de mutua atracción y ambas lo sabían. Camila había dejado de preguntarse si aquello era real o era simplemente una fantasía causada por la mujer más perfecta que hubiera visto en su vida.

Lauren se preguntaba a su vez si aquel encuentro no era más que una broma del destino para mostrarle la perfección y luego arrebatársela. La perspectiva de ambas había cambiado. Eran dos mujeres que no buscaba una relación, que no buscaban un amor pero que sin duda se sentían profundamente atraídas la una por la otra.

~*~

LAUREN'S POV

"Cruda, fascinante, espontánea y perfecta atracción".

Así me sentía mientras el tiempo iba pasando entre una conversación fluida llena de risas y compresión mutua. Camila era una mujer sexy, perfecta y sumamente inteligente y yo estaba totalmente atraída por ella. Detallaba cada aspecto de su rostro al hablar y expresara tan maravillosamente que me perdía. La locutora de Coffee at Midnight estaba frente a mi siendo la sensual mujer que muchas veces en mis desvelos me había imaginado, y en la que ni en mis más remotos sueños podría haberle hecho justicia. No existía un sueño que igualara la perfección de lo que era esa mujer.

Era sexy, divertida de fácil conversación y muy inteligente. Una combinación letal e irresistible. Aunque yo no pensaba resistirme a esa mujer sensual. Cada palabra de su boca, el tono de su voz era lo más erótico y maravilloso que había escuchado en mi vida. Mis ojos delataban mi fascinación pero todo eso iba más allá de deseo y pasión. Estaba realmente cautivada por ella en todo su conjunto. No era solo su físico, era su mente, era su personalidad y su carisma. Era todo el conjunto que ante mis ojos la hacían la mujer más hermosa que hubiera conocido jamás.

Las dos no podríamos tener vidas más diferentes. Camila era periodista de veintisiete años que se había graduado unos años atrás de la Universidad Northwestern en el campus ubicado en Chicago donde había conocido a sus dos mejores amigas que habían resultado ser todas de Miami. Por mi parte, yo había estudiado medicina en la Universidad de Miami en la que ahora trabajaba como maestra. La pasión con la que Camila hablaba de su carrera hacía que me sintiera identificada con ella. Ambas amábamos nuestro trabajo. La forma en la que ella se expresaba era maravillosa y eso me hacía preguntarme porque había decidido trabajar en una radio local y no en algunos de los canales de televisión de Miami. Nadie dudaría en ver las noticias de las ocho con una presentadora como Camila Cabello.

—¿Te gusta trabajar en la radio? —le pregunté de repente después de que ella tomara la servilleta para limpiar la comisura de su boca después de una porción de pasta. Ella me sonrió mientras masticaba y yo reí probando mi comida, que estaba deliciosa.

—Me gusta mi programa—dijo finalmente sonriendo—. Coffee at Midnight es mi concepto y mi inspiración y la gente parece aceptarlo muy bien. Es el programa con más rating en la radio, y nadie lo pensaba por ser un programa de madrugada.

—Puedo decirte como oyente que tiene algo que te atrapa—le sonreí—. Supongo que aunque no lo creas existen personas que son almas nocturnas. Que su vida se basa en vivir bajo el manto de la noche. En mi caso es así—Camila tomó un trago de vino y me observó.

—¿Cuándo lo escuchaste por primera vez? —me preguntó y yo suspiré.

—Estaba saliendo de un turno de casi treinta y seis horas—ella me vio sorprendida y yo supe que para nadie sería normal un horario de trabajo tan exhaustivo como ese—. Estaba agotada e iba conduciendo hacia mi casa. Empecé a cambiar estaciones hasta que me detuve en la tuya—la observé fijamente a los ojos.

—¿Y qué tenía esa radio de especial? —me preguntó ella mordiéndose levemente el labio inferior lo cual parecía algo habitual en ella.

—Una canción que me gustaba—dije encogiéndome de hombros y Camila empezó a reír tirándome la servilleta juguetonamente la cual yo tomé y volví a poner en su lado sonriendo. Era espontanea, linda y refrescante y muy diferente a cualquier mujer que hubiera conocido. Me encantaba; acepté sin ninguna duda. Toda ella me encantaba.

—¿Cuál de todas? —me dijo Camila y yo sonreí.

—Esa noche pusiste música de The 1975 que es uno de mis grupos favoritos—le dije sin dudarlo—. Recuerdo que era Somebody Else. Pero cuando esa canción sonó yo ya estaba cautivada por la locutora de la radio que con su voz había hecho que dejara de cambiar estaciones y me quedara en ese programa que se volvió mi adicción.

—¿Entonces no fue la música? —dijo moviendo un poco su mano hasta rozar con su dedo meñique la mía que estaba a un lado de mi plato.

La respiración se me entrecortó como había estado en toda esa comida. Iba a morir de algún paro respiratorio que ni yo siento una reconocida Cirujana Neumológica iba a poder curar. Moví mis dedos atrapando su dedo meñique entre el mío y mi dedo anular haciéndola sonreír.

—Definitivamente no fue la música—dije sincera perdiéndome de nuevo en su mirada que ahora parecía una costumbre—. Fuiste tú. A estas alturas no tengo que mentir al decirte que me fascina tu voz. Que me sentí cautivada desde la primera vez que te escuche leer esa frase de Pablo Neruda, y ya no pude quitarme de la cabeza tu nombre, ni tu voz. No importa donde me encuentre tengo una semana de siempre escuchar el inicio de tu programa. En el hospital es difícil escucharlo todo pero cuando estoy libre lo oigo hasta el final.

—¿En un turno de treinta y seis horas? —preguntó ella empezando a acariciar mi mano con su pulgar. Mis ojos no pudieron evitar dirigirse a nuestras manos entrelazadas y una sonrisa adornó mi rostro mientras yo correspondía su pequeña caricia tratando de atrapar su pulgar con el mío haciéndola reír levemente.

—El hospital me ha obligado a esta semana tomar las cosas con más calma. Estoy trabajando doce o veinte horas, pero tengo un día completo de descanso entre medio.

—Supongo entonces que tu maquillaje es tan bueno como el mío para disimular las ojeras—yo sonreí dándole un guiño juguetón y ambas soltamos nuestras manos para volver a comer. Sentí un vacío que fue llenado por la conversación aunque el calor de su contacto aún quedaba en mi mano.

—Después de años trabajando a este ritmo te acostumbras.

—Me dijiste que eres cirujana—yo asentí—. ¿En forma general o...?—la interrumpí.

—Soy Cirujana Neumológica—ella alzó una ceja y yo sonreí al entender la interrogante aunque no me lo dijera—. Me encargo del área quirúrgica de enfermedades que tienen que ver con el aparato respiratorio. Soy cirujana general pero mi sub-especialidad es todo el sistema respiratorio.

—¿Y también das clases? —yo asentí y ella sonrió—. Eso es fascinante. ¿Te gusta tu trabajo?

—Me encanta—no pude evitar sonreír ante una pregunta especial para mí en muchos sentidos—. Adoro lo que hago y créeme que soy de esas obsesionadas que viven para su trabajo, porque realmente lo aman.

—Dos adictas al trabajo que las apasiona—ella rio—. Dos almas nocturnas obsesionadas con sus horarios y trabajo. Somos una combinación interesante.

—Definitivamente lo somos—dije sin poder borrar la sonrisa de mi rostro. No sabía si era una cita o una simple invitación a almorzar, pero sin duda era la mejor que había vivido en mi vida. Era sumamente especial por el simple hecho de que Camila estaba conmigo.

~*~

CAMILA'S POV

"Que fascinante y perfecta era".

Jamás me había fijado en una mujer. Podía ser totalmente sincera en ese aspecto, pero ahora mismo sabía la razón porque ninguna había llamado mi atención antes y no era porque tuviera un gusto exclusivo por los hombres. Era simplemente que antes de hoy no sabía que no existía una mujer que pudiera hacerle competencia a Lauren Jauregui. Era una mujer fascinante, sexy y perfecta. Su conversación, su inteligencia, su forma de expresarse, su elocuencia, su conocimiento sobre todo en general. Era una mujer con un gusto musical exquisito y con una mente todavía más fabulosa.

Su visión del mundo, de todo lo que la rodeaba era fascinante. Estaba ante una mujer que sin duda llenaba todos los requisitos para ser la personificación de la perfección humana. No podía ocultar que me sentía atraída hacia ella.

Estaba completamente perdida y no me importaba. Había estado cautivada por una voz que había representado para mí un "orgasmo auditivo" y ahora que sabía que la mujer dueña de esa voz era incluso más cautivador; no podía evitar ser una mujer totalmente perdida en la suavidad de esa voz y en la seducción de esos ojos verdes que parecían mirar mi alma que cada momento que pasaba se perdía en esas orbes llenas de secretos que me encantaría descubrir.

Sentía una atracción poderosa y debilitadora. En el leve momento en que nuestras manos se había tocado y su caricia había acompañado a la mía, mi respiración se había entrecortado. Era como una droga que acababa de probar y de la que sabía me haría dependiente. Desde el momento en que la vi supe que se volvería mi más hermosa y dulce adicción. Una adicción que ni siquiera el café podría alguna vez superar.

La comida siguió su curso mientras trataba de saber el más mínimo detalle sobre ella. Su familia vivía en Miami y era una familia de doctores. Su padre había sido la inspiración para su carrera. Al preguntar por mi familia la duda había llegado a mí y había respondido omitiendo que el periódico donde trabajaban era de ellos.

¿Sería adecuado hablarle sobre mi familia? Había vivido bajo la sombra de mi apellido durante toda mi vida y no quería que la persona que en ese momento consideraba especial y a la que apenas conocía se hiciera una idea equivocada de lo que yo era. Tantos años viviendo como la niña rica hija de los dueños de uno de los periódicos más importantes de Miami. La despreocupada niñita que jamás en su vida había trabajado. No quería que Lauren se hiciera esa percepción de mí. Obviamente sabía que ella era diferente, pero no quería arriesgarme. No cuando apenas acababa de conocerla realmente y porque no había duda en que querría verla otra vez. Quería verla siempre y perderme en su belleza y en su voz.

La cuenta llegó y después de casi rogarle finalmente pude hacerme cargo de pagarla. Yo la había invitado pero ella no parecía de acuerdo.

—Podemos pagar cada una—insistió Lauren después de que el mesero se llevará mi tarjeta de crédito y mi identificación.

—No es necesario—le sonreí tomándola la mano dulcemente—. Yo te invité y está bien. No te preocupes.

—Pero...—yo la interrumpí.

—Por favor no te preocupes bonita—mi voz fue tierna y ella simplemente se limitó a observarme sorprendida. Sentí como tomaba mi mano ya ahora que la mesa estaba completamente vacía—. Podrías invitarme a desayunar si eso te hace sentir mejor.

—¿A desayunar? —me preguntó ella con una ceja alzada pero sin perder su sonrisa. Vi sus ojos brillar y supe que ella estaba tan interesada en volver a verme como yo.

—Necesito verte de nuevo—le dije con total sinceridad y sin andar con rodeos. No me gustaba guardar las cosas cuando la vida era tan corta—. En tres días he estado totalmente perdida en tu voz y tu poesía y ahora que te tengo aquí frente a mí y he podido conocerte en estas tres horas, sabes que necesito verte de nuevo. Es algo que necesito y que simplemente no puedo evitar.

—Yo también quiero verte de nuevo—me dijo ella y sentí de nuevo su pulgar acariciar mi mano. Nuestras miradas se juntaron y todo el restaurante pareció extinguirse a nuestro alrededor.

Era un restaurante ahora parcialmente vacío a medida que el reloj había ido avanzando. Aunque no me había preocupado nadie en ese lugar que no fuera Lauren Jauregui.

—Podría pasar por ti al hospital mañana temprano—le propuse inclinándome un poco en la mesa sin desconectar nuestras manos—. Tienes que desayunar, ¿cierto?

—Mi turno termina a las nueve—me dijo ella y yo suspiré pensando en que tendría que trabajar casi veinte horas.

—No importa la hora—hablé sin dudar y ella se inclinó un poco también mientras nuestros ojos decían muchas cosas que ninguna de las dos nos atrevíamos a pronunciar aún—. Podrías dejar tu coche en el estacionamiento del hospital y luego regresaríamos por él. Puedo acompañarte también a tu casa y dejarte para que no conduzcas cansada y luego podríamos ir a traer tu coche.

—Eso es muy "caballeroso" de tu parte—yo no pude evitar reír y ella me acompañó. Me fascinaba esa mujer—. Me encantaría ir a desayunar contigo. Pero esta vez yo invito. Conozco un lugar increíble que va a encantarte.

—Perfecto—ambas nos sonreímos y unos minutos después nos dirigíamos al estacionamiento una al lado de la otra. Observé el perfil de Lauren tan perfecto que caminaba a mi lado y mi corazón se aceleró cuando sentí que ella buscaba mi mano para tomar mis dedos y entrelazar finalmente su mano con la mía mientras caminábamos. Me pegué un poco más a ella sin saber muy bien lo que me estaba pasando.

No iba a negar que me sentía atraída, poseída y que si no hubiera sido por su trabajo no habría dudado en pasar todo el día con ella. Vi un coche con una gabacha blanca colgada en el respaldo y supe que ese debía ser el suyo. Era un Chevrolet Malibu color gris.

—¿Ese es tu coche? —le pregunté señalándolo con mi bolso que iba en mi mano libre porque la otra seguía entrelazada con la de ella.

—Ese es—me aseguró sonriendo y yo correspondí su mirada—. ¿Cuál es el tuyo?

Yo busqué mi coche con la mirada hasta dar con el único coche rojo que estaba en el lugar. Un BMW Serie 4 Cabrio el cual le señalé. Escuché un silbido suave de Lauren al verlo y respiré hondo. Era un coche caro, lo sabía y en mi tonta cabeza había decidido llevarlo para impresionarla. Tenía un coche que había visto mejores días en la cochera y este era un regalo de "cumpleaños" de parte de mis padres que jamás usaba.

Ella no hizo preguntas y se limitó a acompañarme hasta mi coche. Al llegar junto a la puerta del conductor soltó mi mano y sentí la ausencia de su toque inmediatamente. Me sentía vacía y eso era algo completamente nuevo para mí.

—Supongo que es momento de despedirnos he pasado unas horas increíbles y disfrute mucho de tu compañía—dijo ella y por su tono de voz supe que no era lo que quería—. Desearía poder quedarme contigo más tiempo—"lo sabía" me dije y me sentí feliz que pensáramos lo mismo—. Pero debo ir al hospital.

—Yo entiendo eso y también disfrute de tu compañía—volví a tomar su mano después de buscar la llave de mi coche y con un pequeño botón abrirlo—. Pero decirte adiós cuesta menos ahora que tengo la promesa de que te veré en unas horas.

—Te enviaré mensajes en los momentos que tenga disponible para ver cómo va tu tarde hasta que vayas a trabajar a la estación, y espero poder escuchar tu programa y así sentirte cerca—yo le sonreí.

—¿Me leerás poesía esta noche? —ella asintió mientras me mostraba el libro de sonetos que yo le había regalado.

—Buscaré uno especial—me sonrió enormemente—. Aunque ahora que sé cómo eres no creo que exista alguna poesía que pueda competir con tu belleza.

—Puedo decir lo mismo bonita—le dije y ella se acercó un poco a mí.

—Me gusta que me digas así—yo la vi a los ojos sintiéndome muda de pronto por su cercanía—. Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida, y créeme que estoy contando los minutos para verte de nuevo.

—Yo igual—le respondí con sinceridad—. Mañana después de desayunar si no te sientes muy cansada me gustaría llevarte a conocer a mi bebé—Lauren abrió los ojos sorprendida y yo reí—. Está en el puerto.

—¿En el puerto? —me preguntó interrogantemente y recordé que no había alcanzado a decirle que tenía un bote.

—Tengo un bote—le dije sonriendo emocionada—. No es nada lujoso pero lo he reparado yo misma. Te dije que me gustaba navegar y...—ella abrió los ojos sorprendida pero yo continué—. Es mi bebé, se llama Midnight Star, y me gustaría enseñártelo y si tienes tiempo invitarte a navegar podríamos ver la bahía y...—ella me interrumpió.

—¿Midnighat Star? —preguntó Lauren totalmente sorprendida y yo asentí sin comprender el por qué parecía tan perdida—. Eras tú, ¡Eras tú la chica del muelle!

—¿Perdón? —fue mi respuesta de desconcierto.

—Yo vivo en la ciudad de Coral Gables—yo la vi sorprendida—. En una residencia que está muy cerca del Matheson Hammock Park—yo abrí mi boca sorprendida. No podía ser.

—Yo también vivo cerca del Parque de hecho mi bote está allí en el muelle vivo en la Residencial Hammok de la calle Old Cutler —Lauren abrió la boca sorprendida y me tomó ambas manos haciendo que el libro de sonetos quedara entre nuestras manos unidas.

—Conozco esa residencial, mi mejor amiga Normani vive allí—me dijo sorprendida y yo recordé que me había hablado de su amiga que era bailarina y su otra mejor amiga que trabajaba en el mismo hospital que ella, Ally—. Ella me obliga siempre a correr por el parque. Yo vive muy cerca a unas cuentas calles.

—¿A correr? —pregunté rápidamente y ella asintió.

—Hace dos días vi a una chica en el muelle que estaba sobre un bote que se llamaba como el que tú acabas de decirme. Iba a navegar y llevaba un short blanco y un bikini multicolor—mi boca se abrió y me apoyé en el coche sorprendida

—¡Tú eres la corredora! —le dije de repente y ambas nos vimos sin poderlo creer era algo increíble—Tú fuiste la que me deseaste buen viaje.

—No pude evitarlo—me dijo ella rápidamente—. No te vi muy bien pero estaba cautivada por ti. Tu cuerpo es increíble—yo me sonrojé ligeramente.

—Te escuché y tu voz me pareció conocida. Paré el bote y te seguí pero no logré alcanzarte—ambas nos vimos de nuevo con sorpresa—. No puedo creerlo.

—¡Yo no puedo creerlo! —me dijo ella sorprendida.

—Supongo que era inevitable conocernos de algún modo—Lauren me sonrió y de pronto pareció recordar la hora. Vio su reloj de muñeca que estaba en una hermosa pulsera de plata y respiró hondo.

—Debo irme—dijo de repente y yo suspiré—. Pero me encantaría ir a navegar contigo si no te molesta que vayamos a mi casa por algo de ropa.

—Para nada—me dijo rápidamente—. Incluso puedo preparar un picnic para desayunar y...—ella me interrumpió.

—El desayuno es de mi parte—me dijo sonriendo hermosamente—. Solo prométeme que te pondrás ese bikini que usaste ese día para que pueda verte de cerca. Era increíble.

—¡Ya! —dije apenada y ella sonrió. Guardamos silencio unos minutos y ella se inclinó levemente para darme un dulce beso en la mejilla muy cerca de la comisura de mi boca. Cerré mis ojos sintiendo su olor y sentí que mi mundo empezaba a girar más deprisa.

—Nos veremos pronto princesa. Te escribiré cuando llegue al hospital—mis ojos marrones brillaron y Lauren rápidamente se giró sabiendo que si no se iba jamás la dejaría ir. Me quedé apoyada en el coche hasta que la vi llegar al suyo para abrirlo y subirse. Ella se despidió de mí antes de salir del aparcamiento rápidamente.

Yo simplemente me quedé allí de pie en medio del estacionamiento sin saber que era lo que me había pasado. Aunque la respuesta era bastante obvia. Había conocido a la mujer más increíble de toda mi vida y la volvería a ver pronto. Vi su coche finalmente perderse en la carretera y supe que al día siguiente nada ni nadie me impediría acercarme a ella un poco más y quizás robarle finalmente el beso que se había quedado flotando entre nosotras y para el cual quizás fuera muy pronto. Pero lo deseaba, lo deseaba mucho. Mañana sería un día perfecto. 

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¡LISTO!

Espero que les gustara el capítulo y quiero agradecer a una de mis lectoras por su muestra de cariño al enviarme el lindo cover del capítulo. Saben que valoro muchos sus muestras de cariño y hace que nos podamos conectar un poco más. Espero como siempre sus comentarios y sus opiniones.

¿Qué les pareció la primera cita? ¿Qué pasará al día siguiente?

Espero sus opiniones y también espero actualizar pronto. Buenas noches y nos leemos pronto. 

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