Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

xDamnWritterx tarafından

93.3K 5.2K 803

¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... Daha Fazla

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 4: Castigos y más castigos.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 10: ¿Papá nuevo?

2.2K 166 32
xDamnWritterx tarafından

Abby.

— ¿Que hizo qué? —fruncí el ceño.

Lo que te acabo de decir —habla Sarah desde la otra línea.

Ella me estaba relatando lo sucedido hoy en la escuela y la razón por la cuál la retiraron hoy del instituto. Nunca creí que mi hermano hiciera eso. ¿Cobrar venganza por una inofensiva foto? Es inmaduro.

— Mike es un idiota —espeto—. Pero, ¿Y tú como estás?

— Pues... Aquí en casa tratando de sacarme la maldita pintura que se pegó en mi piel —dice—. En conclusión, estoy frustrada.

— ¿Estás en la ducha? —junto mis cejas confundida.

Si...

Me es increíble como no se le moja el teléfono.

— Tengo una idea —digo sacudiendo mi cabeza.

Tus ideas siempre terminan mal —dice.

— Callate y escucha —ruedo los ojos.

Habla entonces.

Pues no me interrumpas.

— Abby... —dice en tono de cansancio.

— Okay... He pensado en que podría husmear en el teléfono de Mike y borrar la foto que acaba de subir a Instagram.

Esperé a que Sarah me respondiera, pero hubo bastante silencio por largos segundos.

¿Acabas de decirme que tu hermano subió la foto a las redes sociales? —pregunta a lo que asiento.

— La llamó, "Mi dulce venganza" —entorné los ojos—. ¿Qué esperabas? La iba a subir de todos modos.

Escucho que ella suelta un suspiro frustrada.

Deberé llegar a un acuerdo con él —habla.

— ¿Acuerdo?

Sí, para que ambos eliminemos la foto y hagamos como si nada hubiese pasado —dice—. Sé que sonará muy interesado de mi parte pero es mejor que eliminemos las fotos que ambos subimos.

Ahora resulta que quieres borrarla después de que subió una tuya —río—. Conociendo a Mike, creo que no aceptará.

Agh, veré que hago. Me debo ir, mamá me esta pidiendo que salga del baño —dice.

— Claro si estuvimos hablando durante treinta minutos —niego sonriendo—. Hablamos luego, bye.

Dejo mi teléfono en mi abdomen para mirar el techo. Escuché la puerta principal cerrarse captando mi atención, corrí rápidamente hasta mi ventana para ver que Mike se acaba de subir a su auto.

Es mi oportunidad.

Salgo de mi habitación hasta la de él. No se porque lo hago, es muy probable que Mike no salga sin su teléfono, ya que es como su bebé. Lo cuida bastante y dudo que no salga sin él, ¡Hasta se lo lleva al baño!

Su cuarto estaba con la luz encendida, asomé mi cabeza para ver si dejó algo con el cuál delatarme que estuve aquí. Al no ver nada, entré y vi que todo estaba totalmente ordenado.

Es muy extraño en Mike, él prácticamente es el más desordenado de nuestra familia, me extraña bastante que haya decidido limpiar y ordenar su cuarto.

Busque con la mirada su teléfono. Y cómo si la suerte estuviera de mi lado, lo hallé encima de su almohada.

— Grandioso —susurré y tomé el teléfono que milagrosamente no tiene password.

Entré a Instagram y lo primero que me salió fue una foto de Steve en su piscina. Lo odio. Y a la piscina también.

En la fotografía de Steve apreté en los comentarios para hacer una broma comentando su foto:

MikieJames: Que horrible eres, no sé como eres mi amigo, idiota🙄

Okay, eso fue cruel pero se lo merece. Más abajo encontré su publicación más reciente, que obviamente es la de Sarah llena de pintura.

Mi mejor amiga estaba de rodilla totalmente cubierta de pintura café con una mirada de «¿Que mierda...?»

Iba a apretar en «eliminar» cuando oí una voz muy conocida para mí. Mike.

Sus pasos se acercaban hasta su habitacion, por lo cuál, me escondí debajo de la cama con el teléfono en manos.

¿Tan pronto llegó?

— Maldicion, siempre que salgo se me olvida algo en mi cuarto, agh —lo oigo acercandose a la cama—. ¿Donde está mi teléfono? Estoy seguro que lo dejé en mi cama.

Demonios, demonios y más demonios.

Estoy muerta.

Sarah.

¡Ugh! La estúpida pintura no quiere salir de mi piel, esa pintura era una porquería, ya que me está costando demasiado sacarmela de mi cuerpo y cabello.

Lamentablemente mis padres tendrán que comprar un Shampoo y un jabón nuevo. Prácticamente lo acabé todo en unos minutos.

Al ver que ya no tenía ningún rastro de pintura salí envuelta en una toalla dispuesta a ponerme pijama, pero la voz de mi madre se escuchó desde el otro lado de la puerta.

— ¡Sarah Elizabeth Williams Anderson! —exclama mi madre—. Explicame, ¿Por que la ropa súper costosa que te he traído desde Australia está manchada con algo color marrón?

Oops. Se me olvidó totalmente esconder eso a la vista de mis padres.

Pero al parecer a mi madre le importa más la ropa que en vez de preguntarse que le pasó a su única hija. Pero no espero más de ella, ella no cambiará ni aunque la obligaran.

— Tuve un problema —entorné los ojos.

Ni siquiera piensen que les contaría a mis padres lo que me había pasado aunque me lo preguntaran. Mi distancia con ellos tambien me prohíbe tener algo de confianza con respecto a todo.

— ¿Manchando la ropa con... Lodo? —cuestiona.

— Es pintura —entorno los ojos nuevamente.

— ¿¡Pintura!? —chilla—. Sal ahora, Sarah Williams, hablaremos.

Agh, lo menos que quería hacer en éste día era hablar con mi madre. Siempre me da unos discursos que me parecen eternos y sobre todo molestos.

— Estoy haciendo pipi —miento.

— Mientes, te conozco, y sé que cuando orinas haces ruido con tus pies —dice.

Maldición.

— Eso era antes. Ese era un hábito de pequeña...

— ¡Sal ya!

Resoplo frustrada y salgo del baño encontrándome a mamá arqueando una ceja mirándome molesta. Imito su acción pero mirándola divertida.

— Sarah —dice algo calmada, pero yo sé que en el fondo quiere gritarme.

— Clarisse —la llamo por su nombre. Siempre le molesta que la llame así y no mamá.

— Sarah... —dice en tono de regaño.

— Mamá —ruedo los ojos.

— Bien, ¿Sabes lo cuanto cuesta que la pintura salga de la ropa? —junta sus cejas.

Ni que la fuera a lavar ella con sus propias manos.

— No... —sonrío cínicamente. Si lo sé pero quiero hacerla enfadar

— Es claro que no, nunca en la vida haz hecho algo por el estilo —me mira mal.

Aprieto mi mandíbula junto con mis puños ¿Qué sabe ella? No sabe nada. Me regaña por algo tan estúpido e insignificante en vez de preocuparse por mi. Además como nunca se encuentra en casa ahora quiere hacer el roll a madre ejemplar. Que fastidio.

— ¿Qué sabes tú? Isabelle si me ha enseñado cosas que tú nunca podrás enseñarme —espeto enojada—. Será porque nunca estás en casa, siempre estás trabajando y nunca tienes tiempo para tú unica hija. ¡Ya deja de fingir que te importo! Nunca he sido algo relevante para ti y lo sabes, no es mi culpa que yo a ti no te tenga lo suficiente de cariño como para que me estés reclamando por eso y otras cosas. Siempre te ha interesado tu estúpido trabajo, el dinero y lo que puedes hacer con el. Nunca en tus pensamientos he estado yo, nunca. Ahora me doy cuenta que no soy lo que más te importa. No me pidas que sea buena contigo porque dudo en hacerlo.

Paso por su lado para caminar hasta mi cuarto. Oigo que mi madre enojada me llama pero claramente es lo que no pienso hacer.

Cierro la puerta de un portazo poniendo seguro en ella. Me deslizo por la pared derramando unas cuantas lágrimas.

Nunca he sido algo relevante para ti y lo sabes.

Esa frase rondaba en mi cabeza una y otra vez. ¿Será que estoy en lo cierto? ¿Mi madre... Nunca me quizo?

Me duele admitirlo, pero... Creo que es así.

Mike.

Estaba saliendo de mi casa para ir a la casa de Jack, pero cuando decidí llamarlo no encontré mi teléfono. Lo más seguro era que estaba y se había quedado en casa. O más específico, en mi cuarto.

Entré a la gran casa de mis padres encontrandome a mi hermana mayor, Ann.

Ella es bastante estudiosa, divertida y muy sarcástica. Siempre se ha propuesto estudiar y seguir estudiando hasta obtener su profesión de psicologa. Lo cuál ya pronto obtendrá.

— Hola, Annahis—digo.

— Hola, Michael —dice.

— ¿Y mis papás?

— Querrás decir nuestros papás —se cruza de brazos.

— No porque tú eres adoptada.

— No, tú lo eres.

— No, tú.

— No.

— Si.

— No.

— Si.

— No.

— Si.

— No.

— Si.

— Si.

— No.

Frunzo el ceño y ella ríe.

— Siempre funciona —ríe—. Se fueron al hospital hace hace un rato.

Ruedo los ojos y subo las escaleras para ir a mi habitación. Me sorprendió ver la puerta entreabierta, porque siempre tengo la costumbre de antes de salir cerrar todo, como puertas y ventanas. No recuerdo haberla dejado así.

— Maldicion, siempre que salgo se me olvida algo en mi cuarto, agh —digo a la vez que me acerco a la cama.

Frunzo el ceño, estaba seguro que lo dejé aquí.

— ¿Donde está mi teléfono? Estoy seguro que lo dejé en mi cama —digo hablando conmigo mismo mientras levanto la almohada para encontrar nada.

Tal vez se cayó.

Iba a agacharme para buscarlo debajo de la cama pero Ann me llama a gritos.

— ¡Mike!

Suspire y me levante para ir donde ella. Me había asustado por los gritos. Debe haber una araña o quizás un ladrón, por lo cuál tomé un jarrón que se hallaba en un mueble cercano.

Junté mis cejas al verla bastante exaltada y feliz. Al ver que no había nadie ni nada bajé el jarrón confundido, ¿Por qué gritaba entonces?

— ¿Que sucede? —pregunto.

— Adivina quien aprobó los exámenes —muerde su labio manteniendo su gran sonrisa.

— ¿Tú...?

— ¡Sí, yo! Acaban de mandar los resultados en el grupo de Whatsapp...¡Esto tengo que festejarlo! —eleva sus brazos un poco más arriba de su cabeza, para luego venir corriendo a abrazarme.

Al estar junto a mi, siento su aroma. Perfume femenino y su cabello con olor a shampoo de coco.

— Estoy feliz por ti pero tengo que salir —señalo con mi pulgar las escaleras.

— Como sea, pero devuelta te quiero aquí —eleva sus cejas. Besa mi mejilla y se va hacía su habitación—. Adiós, mocoso.

Ruedo los ojos para seguirla hacia arriba. Entro a mi habitación para hacer lo estaba apunto de buscar antes de que Ann me llamara. Mi teléfono.

Me agaché e incliné para buscar mi teléfono debajo de la cama, pero desgraciadamente no había nada.

Solté un bufido y me dispuse a ir a preguntarle a Abby. Camino hasta su pieza hasta que la encontré leyendo un libro.

— ¿Qué deseas? —cuestiona.

— ¿Haz visto mi teléfono? —arquee una ceja.

— No —niega con su cabeza en respuesta.

Entrecierro mis ojos. No estoy completamente seguro en creerle a mi hermana. Estoy segurísimo de que ella está mintiendo.

— ¿Segura? —pregunté nuevamente.

Entorna sus ojos.

— Sí, bobo. Ve a buscar bien en tu cama —dice.

Automáticamente frunzo el ceño al decir Abby esa última frase.

— ¿Cómo sabes que lo dejé en mi cama? —le pregunto de una forma intimidante.

Ella aprieta sus labios con su cara en plan «Matenme» la conozco demasiado bien.

— Yo no dije eso —junta ambas manos.

— Te oí perfectamente, Abbigail. No puedes mentirme —frunzo el ceño mirándola.

Suspira conteniendo la respiración como si estuviera pensando.

— Es qué tú siempre lo dejas allí, ¿No? —se excusa—. No me mires así, es cierto. Lo he visto muchas veces allí y no cabe duda de que ahora se encuentre justo en tu cama. Sólo lo dije por una expresión, Mike, no estoy completamente segura que esté allí...

Conozco lo suficientemente bien a Abby como para darme cuenta que cuando habla mucho está nerviosa, algo está ocultando. Lo huelo a kilómetros.

— Ahora vete que quiero seguir leyendo —señala con su mano la puerta—. Sal.

Suspiré y salí del cuarto de Abby.

Vamos a ver si encuentro mi teléfono o quizá no.

Jess.

Estaba bastante sumergida en la película de terror que Lu me recomendó que viera. Además de ser de terror es de acción y de mucho drama.

— ¡No entres a la cocina! —exclamo dirigiéndome a la protagonista, que prácticamente es una chica rubia.

No tengo la menor idea de que estoy haciendo, ¿Hablarle al televisor? Ni que la "rubia tonta"me haría caso alguno. Agh, malditos guionistas.

Me eche un puñado de palomitas a mi boca y las comí animadamente mientras disfruto viendo como el estúpido asesino se lanza sobre la chica apuñalándola por la espalda. Ja, me causó gracia. Aunque se lo merece por no escucharme cuando le digo "No entres a la cocina".

En resumen, creo que ésta película está siendo como todas las demás. Una chica tonta que pregunta "¿Quien anda ahí?". Es como si el asesino te fuera a responder así: "Estoy en la cocina haciendo sandwishes, ven si gustas". Es estúpido.

Rodé los ojos y apagué el televisor para centrarme en los mensajes que me envió una chica de la fiesta pasada donde en la cuál me arrestaron y recibí un castigo de tres días.

Cait: ¿Vienes? Hoy es jueves de fiesta, la barra hoy es gratis.

Cait: Animate, no será lo mismo sin ti, guapa.

Eso suena bastante tentador. Barra gratis... ¿Eh? Realmente no tengo planes para hoy y salir un rato a la fiesta esa no estaría mal.

Yo: Vale, ¿A qué hora empezaría la fiesta? 🌚

Cait: ¿Y eso qué? Ven a la hora que tú quieras, eso sí tiene horario de termino y es a las tres am😎

Yo: ¿Tres de la mañana? A esa hora es cuando empieza la diversión🙄

Yo: Como sea, nos veremos allí;)

Bloqueo mi teléfono seguido de levantarme de la cama hacia mi armario. Tomo unos jeans de mezclilla negros, y una blusa de lentejuelas brillantes. Regalo de Sarah por mi cumpleaños número diecisiete.

Me pongo mis vans negras, nunca fui de usar tacones como mi madre. Eso nunca fue lo mío. Arreglé mi cabello en una coleta.

Sé que aún son la ocho de la noche y para irme a la fiesta faltan tres horas —es decir que iré a las once— pero a mi me gusta tener todo listo antes.

Ian hace presencia en mi cuarto, me sobresalto al verlo ahí parado escaneandome de pies a cabeza.

— ¿Vas a salir? —pregunta.

— No, iré a tomarme selfies al baño —bromeé alzando mis cejas mientras estiraba mis labios hacia delante con mi teléfono en manos simulando que me estoy tomando unas selfies.

Ian ríe negando con su cabeza.

— Sé que saldrás, pero al parecer no podrás —hace una mueca.

Frunzo el ceño.

— ¿Por qué lo dices? —cuestiono.

Él no responde y sólo dice:

— Mamá te está llamando, quiere hablarte sobre algo —dice manteniendo su misma expresión—. Vamos.

— Dile que enseguida bajo —digo algo confundida.

¿Qué me impedirá no ir a esa fiesta? Nada, a no ser que mamá bloquee mi ventana y mi puerta con tal que no salga de mi cuarto hasta mañana.

Salgo de mi cuarto para dirigirme hasta el primer piso.

— ¿Me llamabas? —pregunté entrando a la cocina.

Veo a mamá con su delantal de cocinera puesto. Además lleva unos guantes de cocina que le sirven para sacar la comida del horno. Se los saca rápidamente para luego poner ambas manos en su cintura de avispa.

— ¿Tienes algo que hacer hoy? —pregunta.

— No... —miento confundida. Mentí sólo para saber que está tramando.

— Que bien, porque hoy te presentare a mi pareja —dice con simplicidad —. Espero que te agrade.

Espera, ¿Qué?... Paren el mundo ahora. ¿Acaso mi madre acaba de decirme que tiene... Una pareja?

No, no, no, no y no. Eso no puede ser posible. Le prometí a papá que no dejaría que ningún hombre se le acercara a mamá después de la muerte de él. Aunque eso no fue lo que me pidió mi padre lo prometí de todos modos. ¿Pero quien será ese estúpido novio de mi madre? ¿La persona misteriosa con la cual se fue la semana pasada? No tengo idea pero hoy debo descubrirlo.

Agh, adiós jueves de barra gratis.

— ¿Bromeas? ¿Pareja? —junté ambas cejas—. ¿Donde está la cámara oculta?

Ella ríe levemente.

— No es ninguna broma, Jess. Tengo una pareja —dice—. Y hoy se los presentaré a ambos.

Me volteé para mirar a mi hermano que acaba de entrar a la cocina.

—¿Tú ya sabías esto? —le pregunto a mi hermano.

—Me acabo de enterar hoy al igual que tú —responde con inocencia.

Al parecer no es una broma.

Demonios, estaba esperanzada de que esto era una muy mala broma y así podría irme a la fiesta tranquila.

—Sé que estuvo mal no decirles antes, chicos, pero no hay por qué actuar como si tener pareja fuera del otro mundo —dice mamá mirándome burlesca.

—¿Desde cuando tu tienes una pareja? —cuestiono bastante confundida ignorando totalmente lo que mamá dijo.

—Desde hace un par de meses —responde. Vaya, y ni siquiera se dignó a contárnoslo, creo que es eso lo que me molesta.

Sé que mamá ya es bastante grandecita para no tener que contarnos su vida privada pero ¿Traer a un completo desconocido así como si nada? Me molesta eso.

— ¿Y se podría saber quien es? —cuestiono enarcando una ceja a la vez que me cruzo de brazos.

— Alguien.

— ¿Pero como se llama? —fruncí el ceño.

— Ya lo sabrás —se voltea.

— ¿Ese es un nombre?

Mi madre ríe y pone su mano en mi rostro sonriendome.

— Deja de hacer preguntas y ve a arreglarte —me ordena de una manera dulce.

— ¿Arreglarme? ¿Para un hombre que ni conozco? Ni muerta, estaré en jeans, ni creas que me pondré ropa formal —hago un mueca.

Ella asiente rodando sus ojos.

— De acuerdo, Jessie —dice—. ¡Ah! Por poco lo olvido... Mi pareja tiene un hijo más o menos de tu edad, y queríamos hoy presentarlos a ustedes para que sepan quien es la familia del otro. Y sobre todo... Quien sabe, dentro de poco sean muy buenos amigos.

Me guiña un ojo.

¿Qué? Fantástico, ahora tendré que soportar a un tipo y su hijo que ni siquiera conozco. Dudo, mamá, que ese chico se vuelva para mi un gran "amigo".

— Sube que la cena es a las nueve —me señala las escaleras.

Asiento y subo aquellas hacia mi cuarto.

(...)

Son las ocho con cincuenta y cinco y los invitados de honor no han hecho su presencia en nuestra casa. Por lo que me alegra y agradezco.

Digo, no se me apetece conocerlos a ambos ni siquiera llevarnos al menos bien. No será mi padre biológico y eso es lo que me molesta. Lo digo porque conociendo a los "hombres de familia" querrá apoderarse de ésta casa y creanme que con un hombre así en MI casa, estoy segura y completamente decidida a echarlo a patadas de aquí.

Por otro lado, veo a mamá un poco... Desanimada. ¿Por qué será? Tal vez por que su pareja y su hijo aun no han llegado o... Porque extraña a papá.

Todos aquí lo hacen, es obvio. Él era un gran amigo, esposo, hermano, hijo, y sobre todo.... Un gran padre. No sé que será de mi vida después de que un nuevo hombre entre a ella. Y no sólo por pareja de mi madre, me refiero a... Un futuro noviazgo de mi parte.

Lo sé, lo sé... Estamos en un escuadrón, y sé que romper la regla de el estaría mal. Y traería consecuencias, y para ser sincera, no serían buenas.

Suspiro mirando a mamá. Además de estar con su animo al mínimo está nerviosa. Es imposible mezclar dos emociones al mismo tiempo, por lo cual me parece sorprendente. Mamá está sentada en el sofá jugando con sus dedos, por más que me parezca infantil su acción, me preocupa.

— Mamá... —le llamo.

Ella hace un sonido con su boca sin mirarme. Su vista está perdida en el suelo.

— Por favor, mirame —le pido.

Mi madre eleva la mirada en mi dirección, puedo notar algo de preocupación en sus ojos marrones. Ella no es así. Bueno, he dicho que es seria y fría pero siempre tiene un rastro de diversión en sus ojos.

— ¿Qué tienes? —le pregunto.

Aprieta sus labios sonriendo con una pequeña sonrisa.

— Nada, cielo, sólo estoy nerviosa —eleva sus cejas.

— ¿Nerviosa? ¿Tú? Eres Marie Stone, la mujer más fuerte y valiente que he conocido, mamá —le sonrío—. No deberías porqué estar así, de esa manera.

Ella suspira.

— Sí, lo sé... Sólo es que no sé como terminará la relación de ustedes con mi pareja, tal vez se lleven mal y es lo que no quiero —dice.

Ian y yo nos miramos. Entiendo que esté preocupada por la reacción que ambos tendremos con su nueva pareja, pero también debe entender que para nosotros es complicado. Un hombre en ésta pequeña familia que no es nuestro padre será bastante extraño.

— Sólo diré que no te preocupes —elevo mis cejas.

Miro los tacones negros que mamá me pidió que ocupara. Nunca he utilizado tacones si no mal recuerdo, mi vida siempre ha sido ropa normal y zapatillas. No vestidos formales ni tacones. Por ejemplo ahora llevo los jeans negros que anteriormente me puse y una camisa blanca. Mi cabello está suelto con unas ondas, estoy normal y a la vez formal.

— Oh, llegaron.

El timbre suena después de que mi madre dijera esa última frase.

Suspire pesadamente esperando a que mamá abriera la puerta. Ian se me acerca mientras me pongo de pie.

— Jess, ¿Crees que éste hombre no nos quiera por ser hijos de otra persona? —pregunta.

Toco su hombro abrazándolo.

— Mamá no lo permitiría, Ian —digo.

Mamá antes de abrir se da media vuelta sonriéndonos.

— Chicos, por favor, sean amables —ruega.

— Claro... —digo sarcástica.

— ¡Jess! —me mira mal.

— Perdón —ruedo los ojos—. Seré la chica más amable del mundo, lo prometo.

Ian ríe a la vez que mamá abre la puerta.

— Drake, adelante pasa —sonríe mi madre.

— Muchas gracias, Marie —dice un señor con voz ronca antes de entrar.

Puedo ver que es un señor de buen vestir, bastante alto. Tiene ojos celestes y cabello oscuro, su sonrisa es demasiado pícara y divertida. No mentiré que sentí algo de miedo, pero lo oculte manteniendome seria a la vez que me cruzaba de brazos.

— Oh, ustedes deben ser los hijos de Marie. Los cuales ella habla bastante —sonríe alegremente—. Damian, si no me equivoco.

Se dirige a mi hermano quien tiene una sonrisa forzada al igual que yo. Somos tan iguales.

— El mismo, señor —dice mi hermano.

El tipo de buen vestir ríe juntando sus cejas negras.

— Oh, por favor, dime Drake —pide.

— De acuerdo —asiente mi hermano—. Drake.

El ojiazul posa su mirada en mí mientras sonríe. Esto me está incomodando.

— Y tú debes ser Jessica —sonríe.

— Sólo Jess, por favor —elevo mis manos sonriendo falsamente, pero de manera discreta.

— No hay problema, con tal que tú me llames Drake —dice.

Que bien. Ya esperaba que me pidiera que lo llamese "papá".

Asiento—. Está bien.

Sonríe por ultima vez y se dirige a mi madre.

— Tu hija es idéntica a ti, Marie —dice Drake—. Parecen casi hermanas.

¿Me está llamando vieja?

Aunque mamá no lo fuera no puedo no sentirme de esa manera.

— Lo sé, heredó mis genes, supongo —dice mi madre torpemente—. Pero, Drake, hace entrar a tu hijo.

Mi madre sonríe.

— Claro, es un chiquillo muy tímido al parecer —ríe para luego pararse en la puerta mirando hacía afuera—. Niall, vamos, entra. Aquí nadie te va a morder.

Esperen, ¿dijo Niall?

Un chico se hace presente en la casa, bastante alto, cabello rubio y castaño con ojos celestes. Oh, no.

¿Por qué precisamente tenía que ser éste Niall al cual odio?

— Oh, hola, Jess —me saluda cínicamente.

— Agh, hola, Niall —le saludo de la misma manera.

Okumaya devam et

Bunları da Beğeneceksin

99.9K 5.6K 158
Valentina una chica con una vida normal hasta que el divorcio de sus padres cambiaría su vida por completo volvería los próximos años en los peores d...
390K 38.6K 21
Thea viaja a la otra punta del país como estudiante de intercambio y la familia que se ofrece a acogerla es una que ella conoce bien. Erik, el único...
94.5K 403 40
Y aquí vamos de nuevo
401K 19.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...