Escuadrón Anti-Chicos© (En ed...

Par xDamnWritterx

93.3K 5.2K 803

¿Que sentirías cuando tu vida ya no es como la de antes? Me refiero a que eras feliz y ya no lo sigues siendo... Plus

[Aclaraciones]
[Personajes]
Capítulo 1: Es como una paloma, viene y te caga encima.
Capítulo 2: Chica problemas.
Capítulo 3: Empecemos de nuevo.
Capítulo 5: Más competencias que limpieza.
Capítulo 6: ¿Fantasmas en el instituto?
Capítulo 7: Cena con los Langford.
Capítulo 8: Tacones e Instagram
Capítulo 9: Una dulce venganza.
Capítulo 10: ¿Papá nuevo?
Capítulo 11: Sorpresa inesperada.
Capítulo 12: Pijamada épica.
Capítulo 13: Anciana molesta.
Capítulo 14: Mentiras piadosas.
Capítulo 15: El Aniversario (Parte uno).
Capítulo 16: El Aniversario (Parte dos).
Capítulo 17: Me involucraste.
Capítulo 18: Fingir.
Capítulo 19: Dieciocho años practicando.
Capítulo 20: Tiempo de hablar.
Capítulo 21: El Plan.
Capítulo 22: Alumna de Intercambio.
Capítulo 23: Derríbame, nena.
Capítulo 24: Brotherzone.
Capítulo 25: ¿B de cristal o de deseo?
Capítulo 26: Lazos de hermanos.
Capítulo 27: Revelaciones.
Capítulo 28: Decisiones.
Capítulo 29: Adiós, Miami.
Capítulo 30: Doble cara.
Capítulo 31: ¿Me estás amenazando?
Capítulo 32: Inglaterra y el chofer personal.
Capítulo 33: Espías.

Capítulo 4: Castigos y más castigos.

3.1K 197 10
Par xDamnWritterx

Sarah.

El director nos analizaba a cada uno con su mirada, se notaba a distancia su enojo. Mi mirada pasó por todos los que se encontraban aquí mismo, claramente todos estamos completamente sucios de pies a cabeza. A excepción del director. Conocía solamente a Mike y a Steve, los demás chicos nunca en mi vida los había visto por aquí, solamente esa vez en la heladería.

— Jóvenes, hoy mostraron una actitud demasiado infantil al realizar una guerra de comida hoy en la cafetería... —dice el director con sus manos juntas—. Por lo cual he tomado la decisión de castigarlos a ambos.

Los chicos fruncen el ceño.

— ¿Castigarnos? ¿A nosotros? —dice Steve—. Deben castigarlas a ellas. Ellas empezaron la guerra.

— En realidad fue Abby —dice Niall quien gana el dedo más preciado de Abby.

— Señorita James, no sea vulgar —dice el director—. Como decía, tendrán que..

— Pero señor Frederick, nosotras no... —Lucy lo interrumpe.

— No me interrumpa, Willson —dice el director.

— Lo siento.

Aclara su garganta.

— Verán jóvenes, deben a tentar las consecuencias de sus actos. No quería castigarlas, chicas, pero no me dejan alternativa. Además no quería castigar a los nuevos —dice mirando a Niall y al otro chico de cabello oscuro y a Mike.

— Señor Fred, lo prometemos jamás en ahora en adelante meternos en problemas pero no nos castigue —suplica Abby—. Al menos a nosotras.

— Claro, como yo tendré que limpiar todo ese desastre —dice el conserje el cual ha estado parado junto al director todo éste tiempo. Su nombre es Ralph.

— No se meta, Ralph, y hagame el favor de limpiar ese desastre —dice el director.

Ralph camina hasta la puerta con su escoba para luego darnos una mirada e irse. Debe tener unas ganas de matarnos el pobre. Luego nos disculparemos, seguramente.

— Y... ¿Cual será nuestro castigo? —arqueo una ceja insistiendo. Ya me imagino que cosa será.

— Pues... Cómo Ralph limpiará el desastre, no tengo otra opcion de ponerle un castigo más pesado que éste... —dice provocando suspenso en sus palabras—. Vendrán a limpiar el instituto completo.

— ¿¡Qué!? —exclamos los ocho.

¿Esto es una broma? Este director está loco.

— Es su castigo, ¿Que más quieren? —dice el director.

— Morir —dice Jess.

— Huir —dice Abby.

— No limpiar —dice Lucy.

— Todas las anteriores —elevo mis cejas.

El director rueda sus ojos.

— Señoritas, por favor. Comprendan que debo darles un castigo a los ocho por empezar lo que hicieron —dice el director algo cansado—. Al menos es un día y no una detención de cinco semanas.

— Es que director usted no nos puede castigar —dice Niall—. Eso es abuso estudiantil.

— ¿Y quieres que nos premie? —Jess le cuestiona sarcastica—. Claro, nos premiará por dejar las paredes llenas de spaghettis.

— Trato de ayudar para que no limpiemos, genio —dice Niall.

— Entonces no lo hagas.

— No me dices que hacer.

— Oh, creeme que lo haré.

— ¡Basta! ¡Se acabó! Limpiarán el instituto el sábado en la mañana y punto —dice el director enfadado —. Y cuando digo punto ¡Es punto!

(...)

Abby.

— ¿Bromean? —dice mi madre con una mano en su frente—. ¿Ambos castigados?

Ruedo los ojos para cruzar mis brazos.

— Tu hijita, mamá —habla Mike, sentado junto a mi—, ella fue la culpable de todo esto.

Abro mi boca entrecerrando mis ojos, mirándolo mal.

— ¿¡Mi culpa!? Si tu estúpido amiguito me hubiese dejado de molestar desde el principio nada de esto estaría pasando, listín —espeto.

— Fue culpa de ambos —eleva sus cejas —. No mía ni de los demás.

Lo miro incrédula.

— Claro, ahora cambias de parecer después de que gritaste "¡Guerra de comida!" —digo viéndolo mal.

Él rueda sus ojos.

— Fue un impulso ¿Okay? —dice. Bufo.

Mi madre nos fulminó con su mirada celeste, sobre todo a Mike.

— Es tu primer día en el instituto, ¿Y ya te metes en problemas? —mamá frunce el ceño mirando a Mike—. ¿Quieres que te regrese a Inglaterra? ¿Eso quieres?

Mike niega lentamente con su cabeza en respuesta. Mamá suspira posando una mano en su cintura aún viéndonos como si nos fuera a matar.

— Están castigados —dice.

— ¡Pero mamá! —decímos al unísono.

— Nada de peros ni peras, no habrá fiestas ni salidas hasta el sábado ¿Oyeron? Nada de eso —dice viendonos fijamente.

— ¡Pero mamá! Hoy es el cumpleaños de Sarah, con mis amigas íbamos a ir a celebrarlo —digo—. No me hagas esto.

Ruego con la mirada. Espero que entienda, quiero ir a celebrar el cumpleaños número dieciocho de Sarah juntas.

— Debiste haberlo pensado antes, Abbigail —dice mi madre sentándose en el sofá.

Suelto un bufido.

— ¿Hoy es el cumpleaños de Sarah? —me pregunta Mike extrañado.

— ¿Y a ti que te importa? —lo miro mal—. De todos modos, desde hace mucho tiempo dejaste de sentir cosas por ella ¿No?

Mike aparta su vista de mi para levantarse y dirigirse a las escaleras.

— Estaré en mi habitación —dice.

Esperen... ¿Eso fue un sí o un no?

Hago una mueca y miro a mi padre quien está leyendo un libro sentando en el sofá. Abrí mi boca pero mi padre me interrumpe antes de que salga algo de ella.

— No, Abby, hazle caso a tu madre —dice sin despegar la mirada de su lectura.

Suelto un bufido y me dejo caer en el sofá.

¿Y ahora qué?

Jess.

— Eso es genial —dice mi hermano menor. A lo que asiento haciendo una mueca.

— ¿Genial? Estar castigada no es genial —dice mi madre negando con su cabeza.

— Fue una guerra de comida, y eso fue genial —digo—. Pero la consecuencia que tuvo, no es tan agradable.

Suelto una mini risa. Dije que no quería causarles más problemas a mamá, pero lamentablemente ya lo hice. A veces me odio.

— ¡Claro que no! A nadie le gusta estar castigado y después tener que limpiar por un castigo así —dice mi madre.

— ¿Ni a ti?

— Ni a mi.

— Pero de todos modos es la segunda vez que me meto en problemas —digo.

Mi madre me mira incredula, con cara de «¿En serio?»

— Bueno, tal vez la sexta pero ya no más, mamá—digo.

— Claro —ríe Ian.

— Oh, cállate.

Mi madre hace una mueca para mirarme. Oh, ya sé lo que se viene...

— No quería hacer esto pero tendré que castigarte —digo imitando su voz. Sabía que eso se vendría.

— Y eso es justo lo que haré, Jessica —dice.

Me llamó Jessica....

— ¿Estás enojada conmigo? —hago puchero—. Nunca me llamas Jessica a no ser que si estés enojada conmigo.

— Pues si lo estoy, y mucho —dice juntando sus cejas—. ¿No te basta con darme problemas aquí en casa?

— Yo no lo quise así.

— No, es obvio que no pero ya está, no hay nada más que hacer —dice—. Estás castigada.

Suelto un bufido y me dirijo hasta mi habitación. Entiendo que esté enojada, pero yo no quería causarle problemas, agh.

Ahora tendré que asumir el cargo de cenicienta el día sábado.

Lucy.

¿Castigada? —ríe mi padre desde el otro lado—. Lo encuentro genial.

Esperen... ¿Genial?

¿A caso no estás enojado? —arquee una ceja.

— ¿Por qué lo estaría? Debes aprender a divertirte, haz como yo —dice riendo—. Mi pequeña está creciendo.

Oigo como llora falsa y dramáticamente. Mi padre siempre ha sido así, divertido y bromista, te puede sacar una sonrisa en tus momentos más difíciles. Pero mamá, es diferente, si es algo seria y estricta. No le gusta mucho la diversión que digamos. Y creo que soy como ella en ese aspecto.

— Si que eres raro, papá —digo riendo.

Aun así me quieres, mocosa —dice—. ¿Le haz comentado de esto a tu madre?

Aprieto mis labios y con mi boca hago un sonido en negación ¿Contarle a mi mamá? No y no, de seguro se saca su tacón y me lo entierra en el trasero, ella detesta que sea una chica que anda viviendo en meterse en problemas.

— No... Ya sabes como es ella. Se pondrá loca y de seguro empezará decirme cosas de "genial, estás castigada". Básicamente ella es lo contrario a ti —digo rodando los ojos.

Por eso yo soy mucho más cool que tu vieja madre ¿No es cierto, cariño? —dice haciendo que sonría.

— Claro que sí, papi —sonrío—. Te extraño, ¿Cuando volverás?

Cuando dejes de leer libros lo haré, seguramente —se burla.

— Oye, no es mi culpa que yo tenga una forma diferente de como matar el tiempo —río—. Traeme un recuerdo de tu viaje, donde sea que estés.

Un autógrafo del autor John Green estaría bien ¿No? —sonrío abiertamente.

— ¿Harías eso por mi? —sonrío.

— Eso y muchas cosas más, come libros —ríe—. Tengo que irme. Hablaremos luego.

— Oh, no te preocupes, papá —digo aún sin dejar de sonreír —. Te amo.

— Y yo a ti, Lu —dice para luego colgar la llamada.

Dejo mi teléfono en mi abdomen para mirar el techo. El cual tiene unas estrellas color verdes neón, las cuales al estar la luz apagada brillan en la oscuridad. Fue un regalo de mi hermana mayor, Leah cuando yo tenía siete años, y prácticamente le tenía miedo a la oscuridad y ella como era ya mayor me regaló sus estrellas neón. Las cuales desde entonces no las he sacado, ellas me recuerdan a Leah.

— ¡Lucia Katherine Willson! —oigo la voz de mi madre acercándose a mi habitación, sus tacones suenan en el suelo.

Demonios, ¿Y ahora que pasó?

Mi madre al entrar en mi cuarto me mira fijamente y molesta. Tiene sus manos en su cintura y su cabello... Amarrado en un rodete. Lo típico.

Me reincorporo abrazando mi rodilla.

— Explicame, ¿Por qué tu ropa está totalmente sucia con comida? ¿Y por qué el Director Frederick me llamó diciendo que tendrías que ir el sábado a limpiar el instituto? —frunce el ceño.

Sonrío de la manera más inocente que puedo mientras elevo mis hombros como si no entendiera absolutamente nada.

— No me vengas con excusas, Lucia —me dice—. ¿Qué hiciste?

— ¿Yo? Nada... —elevo mis manos.

— Claro... Y por eso el director me dijo que hicieron una guerra de comida —eleva sus cejas mirandome mal.

— ¿Para que preguntas si ya sabías? —ruedo mis ojos.

— Porque quería oírlo de ti, jovencita —me señala—. Si me lo hubieses dicho no te hubiese castigado, pero como me lo negaste ahora lo estás.

— ¡Pero mamá! —me levanto de la cama.

— Nada de nada, estás castigada toda una semana. He dicho —dice y sale de mi cuarto.

Sarah.

Miro de reojo a Isabelle quien no ha dejado de mirarme con su mirada algo molesta.

— ¿Problemas en el día de tu cumpleaños? —dice elevando sus cejas.

— Sí... Pero no te preocupes, no volverá pasar —digo elevando mis hombros.

— Eso lo dudo —hago una expresión de indignación —. Tú y yo sabemos que tú y tus amigas se meten a diario en problemas.

— No, no es así —digo negando con la cabeza—. No somos problemáticas.

Izzy asiente entornado sus ojos no creyéndome del todo.

— De todos modos no le hacen bien a tus padres que te metas en líos —dice.

Ruedo los ojos.

— A ellos más les importa su maldito trabajo que mi vida, Izzy —digo—. Ya ves, la abandonada por sus padres me dicen.

Ella suspira para sonreírme levemente. Sabe que estoy en lo cierto pero siempre me hace cambiar de opinión respecto a ellos. Pero no lo logra.

— Ya sabes que su trabajo es importante... —dice pero la detengo.

— No trates de justificarlos. Sé a la perfección cuál es su trabajo y por qué lo hacen —asiento apretando mis dientes—. No quiero que sientan lástima por mi y por cosas cómo ésta.

Izzy se acerca a mi para abrazarme. Le correspondo el abrazo poniendo mi mentón en su hombro.

— Feliz cumpleaños, Sarah —me abraza.

— Gracias, Isabelle. En verdad lo necesitaba —digo recordando que mis padres no están presentes. Me duele que sea así todos los días, en verdad necesito un abrazo de sus partes.

Luego de conversar sobre algunas cosas sin importancia con Izzy, me fui a mi cuarto para descansar de un día agotador.

La idea de que mis padres no se encuentren aquí me es totalmente triste y decepcionante. Y no, no es la primera vez que lo hacen. La primera vez fue en mi cumpleaños número ocho, tuvieron una salida de emergencia y no regresaron hasta el otro día, la segunda vez pasó a mis quince años. Se suponía que sería una gran fiesta y que bailaría el vals con mi padre como lo hacen cada chica cuando cumple quince, y ya se imaginaran lo que sucedió. Viaje de negocios. Fue totalmente decepcionante, estuve tres días seguidos llorando. Y nunca les comenté algo al respecto, porque se suponía que no les importaría, agh, así son ellos. Ese día baile con mi abuelo, el cual me subió el ánimo como lo hacía siempre. Lo hecho de menos. Él vive en New York.

Me encantaría tener padres menos obsesionados con el trabajo y que se centraran en lo que más importa. Su familia. Pero claro, a ellos no les importa mucho en verdad. Como había dicho antes, ellos compran mi felicidad.

Unos mensajes llegan a mi teléfono haciendo que éste vibre. Lo tomo y me doy cuenta que son mis amigas.

"Las mejores💘"

Jess: ¿Que onda tu estado de WhatsApp, Lucy?

Lucy: Dice claramente que estoy castigada.

Jess: Oh, entendí esa referencia.

Abby: Rt

Jess: Lamentablemente yo también lo estoy 😰

Abby: No me dejan salir hasta el sábado 😭.

Abby: ¿¡QUE SERÁ DE MÍ DIOS!? Apiadate de mi, porfis.

Lucy: Calmate, Drama Queen, sobrevivirás ;)

Abby: Claro, lo dice la persona que se encierra en su cuarto a leer.

Abby: Para ti no será un castigo, más bien será un premio.

Lucy: Me quitaron mis libros, Einstein.

Abby: Que triste por ti, amiga, sobrevivirás 😝

Jess: Ahora que estamos castigadas no podremos ir a festejar el cumpleaños de Sarah :(

Lucy: Adiós entradas...💔

Abby: Adiós pizza 😭🍕💔

Jess: ¿Que dice Sarah al respecto...?

Lucy: Nos clavó el visto 💔

Abby: Ojalá Andrés la haga sufrir.

Lucy: Es su cumpleaños y nos clava el visto. Es una mala persona *llora*.

Jess: A Sarah se la llevaron los aliens 👽👽

Lucy: #Ignoradas.

Abby: Lo de arriba ;p

Lucy: Sarah no asistió a mi funeral de "chica ignorada por su mejor amiga clavándole el visto".

Abby: Lo de arriba ;p x2

Yo: Llegó por quien lloraban, perras ;)

Yo: Por cierto, Jess, no hace falta a ir algún lugar a festejar mi cumpleaños con tenerlas a ustedes está todo bien. Abby, Andrés me bajó la semana anterior así que jodete, y Lucy, perdón por no asistir a tu funeral.

Jess: Aww eso fue tierno pero no es suficiente. Esto estaba ya planeado.

Yo: Después lo haremos, descuida :)

Lucy: Te perdono ❤️‍🩹

Abby: :P

Yo: Gracias, Luuu😘

Jess: De todos modos tenemos que escaparnos y juntarnos 😈😈

Otros mensajes llegan a mi teléfono desde otro chat. Es de Mike, tengo su número desde antes que se haya ido a Inglaterra.

Mike: Holaaa.

Yo: Adiós.

Mike: ¿Por qué tan antipática?

Yo: Asi soy yo.

Mike: No, así definitivamente no eras.

Yo: ¿Y como era según tú?

Mike: Más divertida y cariñosa 🥰

¿En serio? Eso era cuando tenía 10 años, prácticamente cuando crecemos muchos cambiamos nuestras personalidades.

Yo: Tú cambiaste... Yo también lo hice.

Yo: ¿Además que quieres?

Mike: Desearte un feliz cumpleaños 🥳🥳

Mike: ¿Creiste que me lo ocultarías?

Yo: Gracias, pero ¿cómo lo supiste?

Mike: un pajarito.

Yo: ¿Abby?

Mike: síp.

Le daré un golpe a Abby por chismosa.

Mike: Espero que la pases bien hoy 💗 Aunque nos hayamos reencontrado hoy no de una buena forma,  tu regalo de cumpleaños soy yo porque llegue justo el día de tu cumpleaños, yo que tu me siento muy afortunada.

Río por el mensaje y guardo mi teléfono debajo de mi almohada. Bueno, en verdad no esperaba que Mike me saludara por mi cumpleaños si no fuera por Abby que se lo dijo no creo que se hubiera acordado, como sea me pareció bastante tierno y el hecho de que haya venido en el día de mi cumpleaños fue más que nada coincidencia.

Después de esto pensaré bien si debo retomar mi amistad con Mike.

Lucy.

Estoy totalmente aburrida.

Sin mis libros no soy absolutamente nada, ¿Ahora con que podré distraerme y a la vez... Entretenerme?

Mañana tengo clases y no quiero dormir. Tengo una sensación extraña en mi pecho y no se que es.

A mi mente se viene los momentos que cuando estaba aburrida o sola, llamaba por teléfono a Nick y hablamos por horas y horas de cosas totalmente estúpidas y sin importancia.

Y ahora no hay nada más de eso.

No, no crean que lo extraño. Porque no es así. No debería extrañar a alguien que ni siquiera lo hace por mi. Él fue un idiota que no me supo valorar y quererme.

Recuesto mi cabeza en la almohada seguido de escuchar unos golpecitos a mi ventana lo cual me asustó. Confundida me acerco a la ventana donde en mi jardín se encuentra Nick tirando pequeñas piedras hacia mi ventana. Idiota.

— ¿¡Que haces aquí!? —susurré/grité.

— ¿Puedes bajar? —pregunta.

Niego rápidamente.

— No, vete, despertarás a mi madre —lo miro molesta.

— Me iré cuando te decidas a bajar —sonríe.

Suspiro, lo haré sólo para que se vaya.

Con una bata cubriendo mi cuerpo, bajo las escaleras hasta la puerta principal que al abrirla se hallaba Nick con una media sonrisa.

— Hola...

— Ya me saludaste hoy en la escuela —respondo de una manera fría.

— Pero me ignoraste...

— ¿Qué quieres? —arqueo una ceja interrumpiéndolo.

— Quiero explicarte lo que sucedió, yo...

Lo interrumpo nuevamente con mis cejas juntas. ¿Explicarme lo que pasó? No quiero escucharlo, es un estúpido e infeliz.

— No, basta, no me des más explicaciones estúpidas. No te creo nada —digo negando.

— Lucy, entiende, yo te amo a ti... —toma mis manos las cuales separo rápidamente de las suyas—. Agh, fue un error... Soy un ser humano y todos cometemos errores y es bueno aprender de ellos...

— ¡No vengas a hacerte el filósofo conmigo! —exclamo—. La única que cometió un error fui yo.

Frunce el ceño extrañado, por lo que decido hablar:

— Haberte conocido, ese fue mi mayor error, Nick —digo para luego empujarlo —. No quiero verte jamás, olvidame, yo lo hice. Y creeme que es lo mejor para ambos.

Él hace una mueca asintiendo levemente, se va luego de yo cerrara la puerta.

Una lágrima rueda por mi mejilla, la cual rápidamente quito con mi dedo esa maldita lágrima desgastada.

Ya no derramaré ni una gota más por ti, Nick.

Jess.

Mientras caminaba como una verdadera vagabunda, de un salto me lancé sobre mi pequeño hermano, Ian.

— Pesas más que un costal de papas, quitate —dice riendo.

— Peso exactamente lo mismo, enano —le desordeno el cabello mientras me levanto.

Ian está viendo la televisión sentado en el sofá, yo prácticamente estaba aburrida en mi habitación y decidí recorrer la casa, la cual me la sé de memoria ¿Qué? Estoy aburrida. Estar castigada es aburrido en primer lugar, y mi casa no ayuda mucho. Estar encerrada en cuatro paredes parece una prisión para mi...

— ¿Como me veo? —oiga la voz de mi madre desde las escaleras.

Mi hermano y yo volteamos en su dirección y pudimos notar que tiene un vestido beige con tacones negros, su cabello está semi ondulado sobre sus hombros... Esperen, ¿Va a salir?

No que va... Con esa pinta va a ir a regar el césped, estúpida.

Ignorando a mi conciencia decido acercarme a mamá.

— ¿A dónde vas? —arqueo una ceja.

— Por allí.

— ¿Cómo que por allí?

— Por ahí, Jess —rueda sus ojos—. Iré a un restaurante.

Elevo mis cejas.

— Ah no, fantástico —digo sarcástica—. Entonces tú planeas dejarnos a Ian y a mí solos. Que buena madre eres, Marie.

Ella entorna sus ojos para luego suspirar.

— Recuerda que tú estás castigada, e Ian puede cuidarse solo. Ambos pueden cuidarse solos, ya son grandes... No le hacen falta un niñera —eleva sus cejas asintiendo.

— Pero nosotros somos tus hijos —pestañeo varias veces.

— Por esa razón deben quedarse aquí.

Ian abre su boca ofendido mientras se acerca a nosotros. Sus ojos marrones se clavan en mamá.

— ¿A caso te avergonzamos, mamá querida? —Ian eleva sus cejas con una mano en su pecho fingiendo estar ofendido.

¿Drama King? ¿Dónde?

— No me avergüenzo de ustedes, tontuelos, sólo es qué... —dice pero es interrumpida por mi y por Ian.

— ¿Qué? —preguntamos al unísono.

— Es que saldré con alguien.

Ian y yo nos miramos cómplices. Así que alguien. Aclaro mi garganta luego de remojar mis labios.

— Y supongo que ese alguien sea una de tus amigas ¿No? —alzo una ceja.

Ella nos da una mirada para dirigirse a la puerta.

— A las doce los quiero durmiendo, luz apagada y televisión también ¿Oyeron? —dice mi madre ignorando olímpicamente mi pregunta.

— Oye, no evadas el tema —frunzo el ceño.

Rueda sus ojos para tomar su abrigo que se encuentra en el perchero que está junto a la puerta.

— Los quiero a ambos, adiós —nos lanza un beso seguido de irse.

Ian y yo nuevamente nos miramos. Me tardé unos minutos en recapacitar y correr hacia mi habitación. Al estar ya arriba me asomé por la ventana disimuladamente y claro, sin que mi madre me viera.

Veo un auto negro estacionarse frente a mi casa del cuál se baja un hombre de buen vestir. Se acerca a mi madre y la besa en la mejilla, luego de eso ambos se suben al auto alegremente, claro, después de que el misterioso tipo —desconocido para mi— le abriera la puerta del copiloto a mi madre como todo un "caballero".

Es mi idea o... ¿Mi madre ya tiene nueva pareja? Han pasado bastantes años de la muerte de mi padre y claramente mi mamá nunca en la vida ha tenido después de eso una pareja. Y me parecerá raro si ahora la tiene... Agh. Es que... ¡Vamos! Es mi madre, yo cumplo el roll de papá aquí en vida. Cuidarla y que ningún hombre se le acerque, pero viendo como están las cosas creo que no podré hacer algo al respecto.

Mi madre ya es adulta y sabe lo que hace, no debería por qué meterme. Lo que me interesa ahora es saber quien es la persona dueña de ese misterioso auto.

¿Amigo? ¿Compañero de trabajo? ¿Su jefe?

Lo último me parece extraño. No creo que mi madre se vuelva a enamorar de su jefe... Como lo hizo con mi padre y veanme aquí con mi hermano Ian. Pero si es así, no quiero que ese jefe suyo le haga daño. Mi padre nunca lo hizo y no permitiré que un completo desconocido lo haga.

— ¿Y quien era? —pregunta Ian entrando a mi cuarto.

Niego con la cabeza mientras sonrío en dirección a mi hermano. Su cabello está algo despeinado, lleva puesto su pijama, por lo que pienso que se irá a dormir luego. No le contaría nada a Ian ya que él prácticamente es más celoso y posesivo que yo y claramente le molestaría que mamá saliera con alguien, además su desesperación por saber quien es ese hombre lo enfadaría por eso prefiero no decirle nada y que mamá nos cuente todo.

— Nadie importante.

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

La Gorda Del GYM Par One Soul

Roman pour Adolescents

800K 48.7K 89
Llene de aire mis pulmones, tratando de tomar el valor que aun me faltaba-tienes que hacerlo, es por salud, por tu propio bien- me repetía - tu puede...
Eres Mia (Completa) Par STEFI.LM

Roman pour Adolescents

457K 22.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...
15.6K 839 11
TRADUCCIÓN DE WE ARE. Nuestro primer encuentro puede que no sea tan impresionante. Pero si nos encontramos la próxima vez "¡¡¡Definitivamente te sald...