Lejos de ti ©

By carlaarb

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El recuerdo, es otro tipo de cicatriz. More

P R Ó L O G O
Desperté...

La carta

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By carlaarb

Me quedé unos minutos pensando en si abrir aquella carta o no. Abrela. No la abras. Abrela. Espera a la enfermera. No. Abrela y ya.

La abrí.

"Hola cielo, tal vez estés desconcertada y aterrada, que te preguntas quién te llevo a ese lugar. Y que debiste pensar en , cuando te vi no lo pude creer, estabas tumbada en el suelo automáticamente sentí como corazón dejaba de latir. Sentí que el mundo se me venía, me senté a tu lado tratando de que reaccionaras, te hablé, te grité y mis intentos fueron en vano. Revise tu pulso, era un pulso débil y frágil, estabas pálida Stephanie. Tus mejillas enrojecidas habían cambiado y tu brillo se estaba apagando, sentí una presión en el pecho al imaginar que podría perderte. Llamé a emergencias y vinieron por ti, estuviste inconsciente unos días. Le avisé a Victoria lo que te había pasado, ya sabes que está de viaje, me dijo que vendría lo más rápido posible, al parecer llega mañana, me contó sobre Asylum, y pensé que era lo mejor para ti cielo. No sé si lo sabes cariño, pero sufriste daños graves. Allá podrás recibir el tratamiento indicado. Hay una enfermera a tu cuidado, su nombre es Karina, ella te dirá todo lo que tienes que saber. Pronto nos veremos mi cielo, te extraño.

-Alex.

Sentía un nudo en la garganta. Quería verlo, a él y a Vic, que es mi mejor amiga. Y Alex, me sentía plena con él a mí lado, lo conozco desde hace dos años, desde entonces no tengo ojos para alguien más, es obvio lo que sentimos, pero no nos hemos tomado tiempo de ponerle nombre a lo que tenemos, no lo sentimos necesario. En fin.
¡Qué estúpida soy!
Mi mejor amiga estaba en Francia de viaje, y ahora tiene que venir por mi estupidez.

La puerta se abrió.

Genial, mi amiga la enfermera.

—¿Ya has leído la carta?— dijo Karina la enfermera arrogante con voz seca y una cara seria.

—Si. Y no quiero perder más tiempo aquí. Necesito irme ya mismo, estoy bien.— dije mientras me movía intentado salir de la cama. De verdad no me había dado cuenta aún seguía con los cables en mi boca y nariz, con mi brazo recibiendo un líquido el cuál no sabía que era, y a penas me cubría una bata. Mierda. Karina me quedó viendo al darse cuenta de lo intentaba hacer. Se me acercó.

—¿Ya terminaste?— soltó mirándome como lo patética que me veía. —Bien, necesitas saber tu estado y que sucedió, tú doctor vendrá mañana, y el director de Asylum. De verdad estas mal. —Dijo con una sonrisa chocante en su rostro.

De verdad no entiendo que pretende conmigo, o si es así con todos. Y si estaba mal no me importaba, sólo quiero acabar con esto de una vez por todas.

—Bueno querida, es tarde y debes descansar, te pasaremos a tu habitación con tu compañera— Sonreía hipócritamente. Me estaba desquiciando, más de lo que ya estaba.

Salió y llamó a otras dos enfermeras. No dijeron nada, una era morena con rizos y cabello corto, y la otra era delgada y con cabello de color negro y tenía un flequillo. Ambas me miraron y ayudaron a Karina a llevarme a la habitación. Al salir pude ver que estaba en un piso casi vacío, a la derecha pude ver un ventanal, habían algunos muebles color beige, una mesita que tenía encima unas botellas de agua y jugos, al frente de todo esto había una televisión plana muy grande, esa parte era de color celeste, muy claro, casi no se notaba el color.

Las enfermeras giraron a la izquierda, y pude ver un pasillo del mismo color, y me llevaban hacía el ascensor, al llegar ahí, a unos cuentos metros, había una especie de ¿farmacia? Se veían muchas pastillas, y estaba vigilado por dos enfermeras y un chico, que también tenía el uniforme de las enfermeras, estaba acomodando algunas pastillas, tenía un lindo bronceado, cabello marrón casi negro, y pude notar que sus ojos eran de un color gris. Me miró al entrar al elevador, fijó su mirada en Karina. Se cerró y no pude ver más sus ojos. Las enfermeras me veían, mientras Karina, ahg que mal me caía, ella veía los botones del ascensor, veía el techo, hacía los lados. Parecía  frustrada, no me importó. La puerta se abrió, ahora podía ver muchas habitaciones, el espacio era color blanco, mientras recorría frente algunas, no pude evitar notar los cuadros, eran realmente extraños, parecían retratos de hace muchos años pero tenían cosas ocultas, por así decirlo, en el de una chica que miraba hacía abajo, pude notar una sombra con una mirada penetrante cerca de su cuello. Otra de un centauro besando lo que parecía una chica. Este lugar es extraño.

Se detuvieron frente a una puerta de madera. Habitación 166. Las dos enfermeras las cuales no sabía su nombre se retiraron. Karina quedó en la habitación, buscaba algo en un mueble, me daba la espalda. Cuando volteó tenía una inyección en su mano, y tenía una mirada que no logré definir. Se me acercó, tomo mi brazó y me proporcionó lo que parecía un sedante, pues luego me sentí soñolienta. Después de eso se fue.

Visualice una cama frente a la mía. Aunque debido al sedante veía algo borroso, sabía que había alguien ahí definitivamente, pero no se movía y estaba cubierto con las sábanas. ¿Me dejaron con un cadáver?. Al lado había un baño, tenía la puerta abierta, todo era de un maldito color blanco pálido. Y las luces del baño fallaban, eran intermitentes. Había una televisión, un mueble. Deje de pensar y mirar, y en menos de lo que creía posible, me dormí.

Sentí la respiración de alguien cerca de mí. Algo somnolienta, abrí los ojos, pude ver a una chica, con cabello negro y alborotado, mi miraba fijamente, sus ojos azules intensos me asustaron. Intenté moverme, pero los aparatos a los cuales estaba dependiendo, me lo impedían.
Mi respiración se acelero, pero era entrecortada debido a los tubos que salían de mi boca y nariz. La chica se acercó lentamente. Tuvo un tacto tenue con mi brazo. Realmente estaba asustada. ¡¿Quién diablos era y por qué me estaba tocando?!

—Shhht... No hagas ruido.— dijo la chica, haciendo seña con su dedo hacía su boca para que mantuviera silencio. —¿Por qué estás aquí? — me decía ahora tomando con fuerza mi brazo y mirándome con sus ojos tan azules que hipnotizaban.

—Estoy ¿enferma?...— Dije con un hilo de voz. Odiaba esto.

—¿Quién eres?— dice la chica, mirándome aún fijamente.

Me sentía muy incómoda y asustada. No se quién mierda es ella. Mi compañera de habitación que con creí un cadáver, vaya.

—Soy Stephanie ¿tú quién eres?— No podía dejar de mirar sus ojos. Eran muy azules. Parecían cristal.

—Tu compañera— dijo con una risita.

—Tu nombre. — Insistí. Está vez me oí más segura y con menos miedo.

—Soy Lisa Rowe — y me guiñó un ojo. No supe como reaccionar. ¿Hace cuánto tiempo estas aquí? Nunca te había visto. — prosiguió. De verdad no quería responder nada. No sabía cuánto tiempo llevaba en ese lugar del que ya quería escapar.

—No no lo sé. Sólo recuerdo que desperté aquí luego de... — Recordé la meta que me había fijado aquella madrugada. La cumpliría.

—¿Luego de qué? — preguntaba Lisa con intriga.

—¿Sabes dónde puedo conseguir un par de pastillas?— Sabía que era difícil conseguirlas. Había tardado tres meses en encontrar las necesarias para su acto. Incluso consiguió ayuda de un amigo, el cual era enfermero en un hospital psiquiátrico. Así que posiblemente las conseguiría aquí también.

—¿Pastillas?— dijo pensante. —Oh si. Hay alguien. Pero dudo que te ayude.

—¿Cómo se llama y cómo la encuentro?— Lisa me veía no muy convencida.

—¿Por qué debería decirte? JAJAJAJAJA. — De repente empezó a reír fuerte. Se reía de mi, en mi cara.

—Lisa... ¿Cuánto tiempo llevas aquí?— pregunté, trataría de hacer algo.

—Algunos años. He intentado escapar, pero siempre me consiguen.— dice evadiendo mis ojos.

—¿Y por qué estas aquí?— pregunté.

—¿No lo ves?— río por lo bajo. —¿Dónde crees que estamos estúpida? Estas en Asylum. Estas en el infierno. Estoy loca LOCAAA.— Gritó la última frase.

Lisa empezó a temblar y llorar. Tenía un ataque. Gritaba muy fuerte, no supe que hacer. Me lleve las manos a los oídos y cerré los ojos con fuerza. En un minuto llegaron varias enfermeras. Llegó Karina. Veía como con fuerza acostaban a Lisa en una cama. Ella de resistía. Le taparon la boca y le inyectaron en el brazo. Esta parecía otro tipo de droga, ya que cayó inconsciente automáticamente.










Holaaa, había tardado mucho en subir otro cap. Pero ahora la historia continuará, e intentaré de subir semanal uno nuevo. Gracias por sus leídas y comentarios!!

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