Cuando era tuya©

By Karlacoveey

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Camille es una joven pintora que lo posee todo. Éxito, amistad y sobre todo amor. O eso es lo que ella cre... More

Cuando era tuya
1. París
2. Más que sexo
3. Celos
4. Empecemos con la sorpresa
5. Acepto
6. El chico del corazón roto
7. El amor es coincidencia
8. De besos y caricias
9. Fotografías amargas
10. ¡No la mereces!
11. Disculpas a cambio de girasoles
12. Sasha
13. ¿De nuevo tú?
14. Un vestido y miles de problemas
15. Perlas para mi boda
16. Problemas familiares
17. Nada tan complicado como un "te amo"
18. Una pelea y tres corazones rotos
19. Una oportunidad más
20. Cena de ensayo
21. El gran día
22. ¿Dónde está James?
23. Un nuevo comienzo
24. Adeline Mont
25. México
26. Él no me rompió el corazón, me rompió la vida
27. Un encuentro no tan grato
28. Adiós, Camille
29. Sueños y pesadillas
30. Como una zorra
31. Rota
32. Un beso sabor a ti
33. Saber de él
34. Chapultepec
35. ¿Vainilla o chocolate?
36. Un nuevo vestido, una nueva boda
37. Nuestra primera vez
38. Jamás me amó
39. Bésame mucho
40. Valer la alegría, no la pena
41. Decir adiós nunca es sencillo
42. Camille y su insoportable forma de ser
43. Eres mi presente, y estoy seguro de que serás mi futuro
45. Acabar con el recuerdo de James
46. Pintar tu rostro
47. La verdad acerca del engaño
48. Decir "Te quiero"
49. La enfermedad de la señora Rivers
50. ¡Feliz cumpleaños, André!
51. La misma sinfonía
52. Un momento de intimidad
53. Todo comenzó en Londres
54. El invernadero
55. Veintiséis de Octubre
56. Un par de ojos pardo
57. Volverte a ver
Nota
Entrevista y reseña :3

44. ¿Novia?

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By Karlacoveey

Cuando me separo de él me quedo contemplándolo. No entiendo cómo fue que se volvió tan especial para mí en tan poco tiempo.

Nadie, ni siquiera James pudo ganarse mi cariño así de rápido, y la verdad eso me asusta. No puedo creer que un chico que era ajeno a mí hace un año, ahora ya es una parte esencial en mi vida.

No quiero salir herida, no de nuevo.

Suelto un suspiro.

—¿Qué tienes? —me pregunta, mientras me escudriña con la mirada y me limito a encogerme de hombros.

— Nada —Sonrío, tratando de ocultar mi temor.

Por mucho que me importe no pienso decirlo en voz alta. Aún no estoy lista.

—No sé que es lo que pasa por tu mente —Me mira fijamente a los ojos—, pero sea lo que sea, quiero que sepas que no dejaré que nada te pase. Lo prometo.

—Gracias, Josh —murmuro, intranquila—. Ahora si me disculpas iré al sanitario.

Me doy media vuelta y camino lentamente hasta la puerta color marrón. La abro, entro y me dejo caer en el váter.

Lo que me ha dicho me ha aterrado, y a pesar de que tuve el impulso de correr hacia sus brazos. Su frase me ha dejado fuera del juego.

Y no porque me aterre pensar ser su futuro, no. Mas bien porque al escucharlo, miles de emociones me embriagaron, y sé que si sigue siendo así, muy pronto estas sensaciones se convertirán en sentimientos, y no podré manejarlos.

Me miro en el espejo y contemplo mi reflejo.

Mis ojos brillan más de lo normal.

Y mi cabello permanece quieto, como si alguien lo hubiese domado.

Tengo que cortarlo. No soporto tener el cabello tan largo.

Abro la llave del lavabo y me lavo la cara con agua fría. Tal vez así logre calmarme un poco.

La puerta del baño se abre.

—¿No te enseñaron a tocar? —pregunto, con voz firme.

Él sonríe y niega con la cabeza.

—No estabas haciendo nada. Hasta allá afuera se escuchó tu suspiro —agrega—. Y no creo que suspires mientras haciendo pipí, y mucho menos si es por mí.

—¿Y quién te dijo que ese suspiro era por ti?

—Nadie me lo dijo, sólo lo sé —Me guiña un ojo, y algo dentro de mí se mueve.

Tengo que hacer un esfuerzo por no sonreír ante su gesto.

—¿Qué querías? —le pregunto más relajada.

—Sólo venía a ver si querías acompañarme a casa de mis padres.

Lo miro sorprendida. Me ha dejado atónita.

—¿Tus padres?

—Ajá.

—¿No crees que es demasiado pronto? —inquiero.

—No, no  lo es—musita, demasiado tranquilo, mientras se recarga en el marco de la puerta—. Ellos mueren por conocerte, y la verdad es que yo también muero porque lo hagan.

Llevo mi mano a mi frente y me revuelvo un mechón de cabello rebelde.

Ir a ver sus padres me parece algo muy precipitado, pero tengo curiosidad de ver en donde creció, y por supuesto quienes fueron los responsables de crear a alguien tan inoportuno como él.

Vuelvo a mirarme al espejo.

—No estoy vestida para la ocasión —murmuro señalando mi anticuada vestimenta. Sé que no luzco mal, pero no me siento cómoda para llevar esto a casa de la familia de Josh.

—Por favor, así estás preciosa.

Siento como un color carmesí inunda mis mejillas.

—Me encanta ver como te sonrojas, no es algo que se pueda lograr a menudo.

Estamos a punto de entrar a su casa, y siento que regresaré por la boca el desayuno y la comida. No sé si es por los nervios que he sentido cuando me he vuelto a subir a su motocicleta, o si es por conocer a las personas más importantes en la vida de Josh.

Vamos caminando tomados de la mano por una pequeña acera que da de frente a una casa color blanca. Nos detenemos y siento como su pulso se acelera, aunque no tanto como el mío.

Saca sus llaves del bolsillo sin soltarme y abre con cuidado.

—¡Hey! —exclama él, con una gran sonrisa en su rostro—. Hemos llegado.

Pasamos hacia la sala y me indica que me siente. 

—Hola —agrega un chico más joven que Josh y yo —. Creí que no vendrías.

—Pues aquí estoy, hermano. 

—Y veo que haz traído a tu... ¿Qué es de ti? —le pregunta. 

—Novia, ella es mi novia —contesta Josh sonriendo. 

Novia.

Novia.

Novia.

Josh y yo no somos novios.  Sólo estamos saliendo.

—¿Así que eras tú por la que Josh no venía a ver a mamá? —Me fulmina con la mirada—. Pues espero que te sientas feliz, porque gracias a ti, ella ha empeorado. 

Me quedo mirándolo perpleja.

Estoy consciente que no fue por mi culpa.

 Yo no lo detuve. De hecho estoy aquí por él.

—¡Tyler! —exclama una voz femenina—. No seas grosero con la novia de tu hermano.

Giro la cabeza para ver a la mujer bajita que está hablando. Tiene una mascada en la cabeza. Su tez es de color blanca y sus ojos son adornados por unas grandes ojeras. 

Sé que es la madre de Josh, porque no duda ni un segundo en ir a abrazarlo, además de que la reconozco por la fotografía que miré hace rato.

—Mi niño —Sonríe—. Te he extrañado tanto.

Josh le devuelve la sonrisa y la aprieta entre sus brazos. 

A mí también se me curvan los labios. Los abrazos de Josh son los mejores. 

—Yo más, mamá —Besa su frente y la señora se separa de él—. Estás hermosa. 

La señora acaricia su mejilla y niega con la cabeza. 

Agacho la mirada. Creo que necesitan un momento de privacidad. 

—¡Y seguramente tu debes de ser Camille! —exclama, tomándome por sorpresa. 

Asiento con la cabeza. 

—Josh me ha hablado mucho de ti. 

Enarco una ceja y Josh me guiña un ojo. 

Recuerdo que cuando me acompañó por mi vestido de novia, no dejaba de hacerlo.

Quien diría que ahora, después de nueve meses, estaría con él de manera sentimental. 

—Me alegra escuchar eso —respondo sonriendo. 

—Aunque no me había contado que fueras tan bonita.

—Bueno, ahora sé de donde sacó Josh sus encantos —digo entre una risa. 

—Que amable eres —Sonríe—. Ahora, por favor pasen al comedor. La cena ya está lista. 

 El hermano de Josh pone los ojos en blanco y sube por las escaleras corriendo.  El castaño me da su mano y yo la tomo.

Caminamos hasta la mesa  y nos sentamos, esperando a que todos bajen a acompañarnos.  

La casa es grande. No está pintada de ningún color pero las paredes blancas están llenas de pinturas y fotografías. Se ve que la personalidad de Josh fue alimentada gracias a sus padres.

  —Disculpa a mi hermano —agrega Josh—. Como te podrás dar cuenta, él es el amargado de la familia. 

Me río, y niego con la cabeza. 

Le doy un beso en una de sus mejillas y veo como su piel se vuelve de color carmín. 

Este chico me hace perder la cordura. 

Los pasos de las escaleras me hacen voltear de golpe. 

Un señor con el pelo del mismo tono que Josh hace entrada al lado del hermano de mi novio. 

Me mira y murmura lo siguiente: 

—Vaya, veo que tus gustos han mejorado.

Me vuelvo a sonrojar por segunda vez en el día. 

—Papá, por favor —agrega el castaño—. No empieces.

—¿Qué? Es la verdad, es más hermosa que la descerebrada de Claudia. 

Me remuevo en mi asiento un poco incomoda. 

Sé que la quiso mucho, pero no puedo evitar sentir celos al imaginarla sentada en el mismo lugar en el que estoy yo, disfrutando de la compañía de Josh y admirando la belleza del amor de su familia.

La señora llega a salvarme de la situación.

  —¡Arnold! deja a la pobre chica en paz—Deja un tazón repleto de pollo empanizado y otro repleto de vegetales. 

—Espero que te guste, Camille lo he hecho de forma muy especial.

—Muchas gracias, señora—musito.

—Mi nombre es Martha, así que por favor dime así—susurra, viéndome directo a los ojos.

Lleno mi plato y empiezo a comer con ganas. Estoy hambrienta.

—Y dime Cam ¿Qué haces para ganarte la vida? —pregunta Arnold, de manera confianzuda. 

Bebo de mi vaso y agrego lo siguiente:

—Soy pintora —Sonrío—. Y antes de irme a México financiaba la empresa de mi padre. 

Se rasca la barbilla. 

—Vaya, así que eres rica.

Martha lo fulmina con la mirada y sólo se encoje de hombros. 

—No me gusta decir que soy rica, pero tengo buenos ingresos — comento, mientras clavo mi tenedor en un pedazo de lechuga—. ¿Y usted? 

Él carraspea la garganta. 

—Al igual que tú soy pintor, salvo que yo trabajo en una escuela dando clases. Hace mucho que deje de pintar para mí. 

—Eso es grandioso.

—¿A ti te gustaría dar clases? —me cuestiona, señalándome mientras sostiene una pieza de pollo entre sus dedos. 

 —He querido hacerlo —Josh me mira embelesado, igual que su madre y su hermano—, pero no se me  ha presentado la oportunidad. 

Lo había pensando en un par de ocasiones, pero nunca lo intenté porque James decía que no quería que alguno de mis alumnos se fijara en mí.  Y yo como idiota, lo obedecí. 

Ahora me doy cuenta que fui una idiota. 

— Pues estás de suerte, porque en la universidad necesitamos a alguien.

¿Me está hablando en serio? 

Espero que así sea, porque en verdad necesito un empleo. 

—Por mí encantada —Volteo a ver a su hijo—. ¿Cuando empezaría?

—Pasado mañana, espero que no sea un problema  —Enarca una ceja. 

—¡No, por supuesto que no! —exclamo emocionada. 

No puedo evitar sentir alegría. 

Mi vida se está acomodando. 

Primero Josh.

Luego André.

Y ahora un empleo.

  ——————————————————————————— 

Perdón por la tardanza, tuve que hacerme un pequeño espacio para poder escribir esto, estoy repleta de trabajos y tareas. 

Perdón por hacer este capitulo más corto que lo habitual, pero no quería forzar las siguientes cosas que pasarán. 

Yo no sé, si fuera Camille estaría feliz de que Josh me presentara como su novia, aunque en sí, él nunca se lo ha pedido 7u7

Los amo. 

Coman mucho pastel <3 <3 <3



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