Mi Perdición,Mi Salvación y M...

By maritsita

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- Dime que no es cierto - dijo apretando la mandíbula ,oh dios, era tan hermoso, pero no ¡piensa Annie! -Que... More

Prologo:
capitulo 1
capitulo 2
capítulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 9
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capítulo 19
capitulo 20 ♥
capítulo 21
capitulo 22 ;D
capitulo 23 :/
capitulo 24
capitulo 25... 7u7
capitulo 26
capitulo 27
capitulo 28
capitulo 29
capitulo 30
capitulo 31
capitulo 32
capitulo 33
capitulo 34
capitulo 35
capitulo 36
notita importante
capitulo 37
capitulo 38
Segunda Parte
Capitulo 1
¡Gracias!
3 ♥
4 ♥
5♥
6 ♥
emergencia!!!!
7 ♥
8♥
9 ♥
10 ♥
11 ♥
12 ♥
13 ♥
14♥
15♥
16♥ 1/3
17 ♥ 2/3
18♥ 3/3
19♥
20♥
21♥
Feliz día del amor y la amistad !!!!
22 ♥
23♥
24 1/2 ♥
24 2/2 ♥
Disculpa Sincera
25♥ (FINAL)
Epilogo ♥
♥ AGRADECIMIENTOS ♥

2 ♥

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By maritsita



A mi lado llegaron mis padres, viendo a quien no quería ver pero sabía que tenía que hacerlo, inconscientemente toque el collar de guantes que colgaba en mi cuello.

-¿Es el verdad?- Los puños de Jefferson estaban cerrados, no quería verlo pelear sabia que los dos son incontrolables los he visto con otros pero entre ellos,  la verdad no deseaba verlos.

- Creo que debo hablar con él, estaremos bien – sabía que si le decía por los dos se calmaría, quiere tanto a mi bebe.

-De ninguna manera- se negó rotundamente, rodé los ojos por su actitud pero lo entendía.

-Por favor, cualquier cosa que me incomode te llamo y nos vamos, ¿Está bien? – hice que me mirara a los ojos, podía sentir como Connor nos miraba pero no es momento para que haga una escena de celos que por supuesto se que hará.

-Solo por ustedes, lo sabes Annie – dijo mientras salía de mi campo de visión.

Me dolía ver lo mucho que se esforzaba por tener algo conmigo pero no puedo estar con él si no siento nada, solo mas que una linda amistad, siempre está atento a los cuidados que recibo por el bebe, terapias de padres, pero lamentablemente él no lo es y las cosas deben ser como son.

-¿Has comido ya?- comenzando a mandar de nuevo, ¿Por qué no me sorprende?

-No, a eso venia – dije encarándolo, nos mirábamos atentamente, el con amor e ilusión pero yo con determinación y madurez - ¿Tu mesa?- pregunte seca, debo ser franca y no dejarme caer nuevamente.

-Sígueme, y por si querías saberlo vengo solo – cierta parte de mi se sintió aliviada lo que me hizo sonreír de lado, bueno ¿Quien me entiende?, estas hormonas no se controlan solas.

Nos acercamos a una mesa un poco apartada de todas la demás, me senté bajo la atenta mirada de él, me miraba de una manera que me hacía sentir diferente o tal vez me hacia recordar esos momentos que creí muertos y solo vivos en mis pesadillas y noches grises.

-¿Qué desean ordenar?- justo cuando él iba a hablar llego el mesero.

-Mmm me das el desayuno del día y una malteada con papas fritas – de verdad que estábamos tan hambrientos lo cual hizo que el mesero me mirara como si estuviera loca.

- De acuerdo ¿y usted caballero?- le pregunto a Connor quien seguía mirándome de esa manera.

- Lo mismo que ella y un café negro – dijo sin mirarlo, ¿Cuándo dejara de verme así?

-Enseguida regreso con su orden- dijo para salir de ahí.

Me acomode mejor en mi asiento y deje mi bolso a un lado, saque el móvil que por cierto cambie cuando me fui, y lo deje sobre la mesa. No quería ser la primera en hablar pero vamos ¿desde cuándo soy cobarde? Al menos no desde que lo deje.

-Hola Connor ¿cómo has estado? – pregunte con un tono bastante neutral, sin demostrar nada de emoción al verlo aunque aun así haya movido un poco mi mundo.

- Bastante mal, Tú te fuiste – exhale aire, no quería discutir o al menos alterarme, hablar de esto siempre lo hace.

-¿Y por qué me fui? – pregunte de nuevo, el solo pudo bajar su cabeza triste.

Iba a hablar hasta que sentí una patada algo fuerte en mi vientre, lo cual me hizo quejarme un poco, el alzo su mirada curioso, admito que sentir como patea mi bebe es lindo pero es muy fuerte.

-No amor, a mami le duele – dije mientras acariciaba lentamente mi vientre.

- ¿Tu? Estas...

-¿Embarazada? Si lo estoy – dije con una ligera sonrisa pero no recibí una por parte de él lo que me hizo sentir una punzada dolorosa en el pecho.

-Felicidades, espero que estén felices – en su voz se escuchaba el dolor y lo entendía ya que no sabía que el bebe era de él.

-Bueno al menos yo lo estoy, no sé el – dije mientras escuchaba la voz del mesero.

-Aquí esta su desayuno, que lo disfruten – dijo mientras se iba dejándonos solos nuevamente.

Mire mi almuerzo huevos fritos, con tocino y pan tostado mas mis papas fritas y la malteada de chocolate, el aun no decía nada, así que dejaría que procesara lo que intentaba decirle.

-¿sabes quién es el padre? Pensé que era aquel chico con el que entraste- dijo extrañado aunque se escuchaba el enojo en su voz ronca.

-Se quien es el padre, y no precisamente es de Jefferson – dije refiriéndome a mi amigo – Su padre está frente a mi – dije mirando de nuevo mi delicioso desayuno para tomar una papa y sumergirla dentro de la malteada.

-Es... ¿Es mío? – pregunto a lo que asentí con la papa dentro de mi boca, busque con la mirada la mesa de mis padres, hablaban muy animadamente con Jefferson y él me miraba con su sonrisa tan natural.

-Lo que escuchaste – regrese la vista de nuevo a él, me acerque a mi bolso y busque la fotografía del ultrasonido, la encontré y la mire mientras sonreía y se la pase .

Al dársela sus ojos casi salían de su rostro, seguí comiendo sin importarme quien me viera incluso el, disfrutaba de cada bocado mientras en mi cabeza se formulaban las posibles maneras de arreglar la situación.

-¿Por qué no me habías dicho? Es mi hijo merecía saberlo – su voz seria pero a la vez calmada hizo que mi corazón se acelerara.

-Por la misma razón por la que me fui, además no nos ha hecho falta nada – no estaba dispuesta a pedirle algo o parecer una sufrida embarazada.

-Annie.... Ustedes – parecía procesar la palabras que quería decir –ustedes son míos, tu mi mujer y el mi hijo – vaya pero si se había tardado ¿no?

-¡¿TUYOS?! ¡Desconfiaste de mi muchas veces, tu falta de confianza al no decirme que la prensa o tu publicidad importo más que lo que yo sufrí! ¿Y ahora vienes con que mi bebe y yo te pertenecemos? – mi voz comenzó a alzarse, jodida mierda la que se carga orangután sexy y... y... ¡ahg! Malditas hormonas.

-Sabes que lo son, te niegas a escucharme y decirte la verdad, eres mía desde que te vi por primera vez – su arrogancia y muestra de macho alfa no estaba ayudando.

-Deje de serlo cuando perdiste la confianza en mí, Alexander – puede que sea cierto pero aun siento cosas por él, verlo de nuevo movió mi mundo pero era tan exasperante su actitud en este momento.

-No, déjame repararlo, déjame estar a su lado – tomo mi mano, ese tacto se sintió tan extraño comenzaba a olvidarle por completo-¿Pensé que jamás lo usarías? – pregunto sonriendo.

-¿De qué hablas?- me solté de su agarre, no entiendo a lo que se refiere.

-Yo mande a que te hicieran ese collar - ¡Bum! Como agua de balde frío me callo esa noticia.

-¿Tu? ¿Qué? – pregunte aun incrédula, esto no puede estar pasando.

-Así es, solo que se lo había dado a Jessie, para que te lo diera después de la pelea del sábado pero paso todo menos como lo había planeado....

-Bueno ahora entiendo porque sus palabras – dije mientras intentaba asimilar lo que había dicho hace un momento.

-¿Me dejaras remediarlo?- su suplica me hacía verlo raro, tengo demasiado que no lo veo, había olvidado cómo es que era sentir algo.

-No tienes por qué pedirme permiso está más que claro que no soy quien para que me pidas ayuda al momento de las decisiones- comencé a hablar, tendría que dejar en claro mis puntos de vista- pero inténtalo, claro si estás dispuesto a las consecuencias, no te negare el ver a tu hijo pero mi cariño por ti cambio... ¿Me quieres devuelta en tu vida? Házmelo saber y demuéstralo – dije seria, vi como sus facciones de alguna forma se relajaron.

-Has cambiado, nena – ¡ash! De nuevo esos apodos, me comenzaba a incomodar sus muestras de cariño.

-Tuve que hacerlo, por mi bien y por mi hijo – su expresión cambio, pero es la verdad que no le pazca es su problema.

-Nuestro, Annie, Nuestro – su sonrisa de galán, de cierta forma me hizo sonreír de lado, jamás cambiara.

Comimos en silencio, yo mirando a todos lado bajo su atenta mirada, la cual me ponía nerviosa, pedí mas malteada, hablamos muy amenamente sobre nuestras vidas, bueno el me preguntaba a mí, solo pregunte por su familia , por Hugo y su esposa.

Regresar con él será una verdadera locura pero ¿en verdad quiero estar con el de nuevo? De verdad lo quiero estar pero no quiero sufrir, por otro lado me pongo a pensar en Jefferson no quiero herir sus sentimientos, lo quiero y mucho pero tampoco puedo obligar a mi corazón a que lo ame cuando no es así, se que el encontrara el amor, se que lo hará.

-¿Tu y él? ¿Qué son?- vaya si que estaba ansioso por preguntar por él.

-¿Quién? ¿Jefferson y yo? – voltee a verlo, no lo había visto ya que en mi campo de visión estaba el nombrado.

-Si – su voz roca me daba a entender que estaba celoso, bueno al menos eso jamás se le quitara.

-Mira no tengo por qué darte explicaciones a ti, pero por si esto te tranquiliza no, no somos nada....- dije rodando los ojos, vaya si que mi hijo tiene un padre celoso – Eres el papa de mi hijo pero aun no somos nada... solo que él está enamorado de mi – jejeje eso le picara un poco ¿Qué? Quiero reírme de él.

-Maldito... ella es mía – escuche como susurraba, parece cavernícola, me lo imagine y comencé a reírme.

Dolía un poco mi vientre por el esfuerzo, dios imaginarlo con un garrote y diciendo ella es mía con un taparrabo, dios sí que es gracioso.

-Perdón, lamento mi descuido – dije recomponiéndome, me acomode mejor en mi asiento bajo la atenta mira de él y su sonrisa moja bragas- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara o qué? – dije mientras tomaba mi rostros.

-No, solo que extrañaba tu risa, tu voz, a ti, te amo y lo sabes – dijo mientras sentía un calor subir por mis mejillas lo que me hizo hacer un puchero de enfado – y mas ese puchero, creo que el embarazo te sienta muy bien, Querida - ¿Y a este que le pasa? Malditas hormonas, a esta hora se les ocurre aparecer.

- Querida tu abuela –le saque la lengua como la persona madura que soy.

- ¿Cuándo podre verlos de nuevo?- pregunto mientras se acercaba hasta quedar a un lado mío.

-No lo sé, en dos meses será mi último chequeo – dije mientras disimulaba que su cercanía me ponía nerviosa.

- No puedo, es mucho tiempo – dijo negándose, sus manos acariciaron mis brazos enviándome descargas eléctricas – Regresa a casa – es demasiado lo que me está pidiendo, no puedo regresar así como así, una mano en mi vientre me hace dejar mis pensamientos de lado.

Sus ojos no se despegan del él como si tratara de ver adentro de mi vientre, una ligera patada fue lo que sentí justo por debajo de su mano haciendo que los dos sonriéramos, intento subir mi blusa pero me negué.

-Por favor- termine aceptando, tenía que dejarlo sentir a su hijo.

Su mano suavemente fue subiendo mi blusa, comenzó a hablarle, llamarlo pero nada sucedía, sabía que era normal pero él estaba ansioso por sentirlo de nuevo, y ahí estaba inesperadamente una pequeña manita apareció marcándose en mi vientre, eso conmovió mi corazón, sabía que él lo reclamaba y mi bebe lo llamaba, fue hermoso ver como sus manos se tocaban a través de mi y termino por besar mi vientre y bajar mi blusa.

-Annie, es hora – apareció Jefferson frente a nosotros, junto a mis padres quienes veían la escena anterior, solo asentí suavemente.

- ¿Me dejaras verlos? – pregunto mientras tomaba mi bolso estaba a punto de pararme.

- No puedo negarte eso pero no sobre pases la línea, Maxwell – dije mientras me levantaba con cuidado del mi lugar.

-¿Me darás tu numero? – pregunto algo temeroso, sonreí y busque en mi bolso una tarjeta en la cual viene anotado mi número.

- Hasta luego, Connor – me despedí de él, depositando un beso en su mejilla con barba.

Salí de ese lugar bajo su atenta mirada en mi llena de amor y en Jefferson de odio, lo entiendo alguien quiere su lugar, pero él tiene que recuperar lo con creces de eso estoy segura.


***POV CONNOR***

Todo estaba mal, había ido a buscar a Annie a su casa el día siguiente, pero ya no estaba, sus padres se negaban a darme información sobre ella, llame demasiadas veces a su móvil pero ninguna contesto. Necesitaba hablar con ella decirle que todo esto fue un error, pero no ella simplemente no estaba.

La busque por cielo mar tierra, nadie me decía nada si siquiera Jessie, no tenia medio de cómo localizarla, es como si la tierra se la hubiera tragado, nada está bien, yo la necesitaba conmigo cada noche, saber que está bien.

DOS MESES DESPUÉS

Aun nada de ella, sigo insistiendo a sus padres pero se niegan a decirme algo, se que ellos saben donde esta, ya no puedo dormir bien, mi jodido mundo se cae a pedazos sin ella, apenas y salgo del trabajo o mi casa... su casa, mis padres dicen que debo mantener la esperanza que entienda como se sintió, mi madre está molesta pero la entiendo, si ella fuera Annie haría lo mismo. Natasha por otro lado sigue insistiendo en que nos casemos pero miles de veces le he dicho que no la amo.

No después de que la encontré hablando en mi despacho con una mujer, por lo que escuche era la ex mejor amiga de Annie, habían planeado todo para que la prense viera mal a Annie, mintieron, tanto a mí como a los de publicidad, esa chica estaba loca, quería lejos a Annie que nunca fuera feliz, habían mencionado unas cartas de amenaza, fue así como las descubrí mande a que despidieran a Natasha de su trabajo y prohibirle la entrada a mi empresa.

Pero aun así ella hacía falta en mi vida, necesitaba verla, ver su rostro por las mañanas, su sonrisa gélida, su amabilidad para mi jodido carácter, me estaba volviendo loco.

TRES MESES DESPUÉS 

Mi aspecto era una completa mierda, había descuidado mi imagen, trabajaba hasta muy tarde para mantenerme ocupado y no pensar en ella aunque claro eso nunca funcionaba, en este momento tenía una junta a la cual debía ir pero no quería ver a nadie hoy no era uno de mis días de tranquilidad.

- Señor Maxwell, la junta con los inversionistas de Seattle es en 5 minutos - dijo Roxan mi secretaria, al entrar a mi oficina

- Gracias Roxan, puedes retirarte - dije despegando la mirada de unos papeles, suspiré frustrado con las manos en mi rostro extrañaba mucho a Annie.

MI ANNIE; sin ella no era nada, es tan hermosa, una criatura exótica, sus ojos, su hermoso cabello, sus sexy's caderas, me traía loco pero ella es tan insegura de si misma que no ve cuan hermosa es.

UN MES DESPUÉS

Aquí me encontraba frente a mi saco, últimamente estaba más que alterado, me sentía tan impotente no poderla encontrar, ¿y si ella estaba con alguien más? ¿Me habrá olvidado? Miles de dudas se formulaban en mi cabeza al igual que la ira en mi cuerpo.

-¡Dios Connor! para te vas a lastimar, Necesito que estés bien para la pelea de esta noche- dijo Parker mi entrenador.

-¡JODER! Necesito un trago- dije gruñendo no he estado muy bien hace mucho o desde que no sé nada de mi Annie, si mi Annie por que siempre ha sido mía desde el momento en que la vi.

-¡NO! Lo único que necesitas es dejar de tomar, no sé qué es lo que te pasa pero tú no eras así, llegas agresivo con todo el mundo- dijo exasperado.

¿Qué me has hecho Annie? ¡Joder! no dejo de pensar en ti, me tienes hechizado, no sé cómo pero lo has hecho sin darte cuenta, Eres Mi Perdición, Mi Salvación y Mi excitante y hermosa LOCURA.

*****************************************************

Necesitaba estar un momento a solas, estar lejos de la oficina, lejos de quien me conozca. Había conocido de un restauran nuevo, solo quería estar solo con mis pensamientos, negando la posibilidad de que esto estaba mal, había llegado al lugar ordene una mesa alejada de las demás para no ser molestado, mi mirada se dirigió a la puerta al escuchar unas voces familiares.

¿Los padres de Annie? Justo cuando iba a ir con ellos, me pare en seco al verla de nuevo ¿Annie? ¿Mi Annie estaba aquí? No podía creerlo, mi corazón latía como caballo de carrera, de nuevo ver su sonrisa, pero esta fue borrada mientras me acercaba y miraba a un hombre hablar y sonreír con ella.

-¿Annie? ¿Eres tú?- La llame pero ella seguía de espaladas a mí y a un lado aquel hombre.

En cuanto giro, mi mundo dio un vuelco de felicidad, de nuevo estaba frente a mí pero algo en ella era diferente, estaba más hermosa de lo que recordaba, su rostro brillaba bajo el sol y su cabello estaba diferente y claro.

-Connor- De sus labios exquisitos salió mi nombre, aun era posible que me recordara y eso me hizo sentir en el décimo cielo.

A su lado estaban sus padres quienes me veían asombrados por mi aspecto, ella solo me miraba mientras toca algo en su cuello.... ¿Serán? ¿Lo había tenido ella? El collar que había mandado hacer para ella, adornaba su hermoso cuello.

-¿Es el verdad?- Los puños de aquel tipo estaban cerrados, me negaba a la idea de que fuera algo de ella por lo mataría.

- Creo que debo hablar con él, estaremos bien – ella contesto al momento aunque no entendía por qué se refería en terceras personas.

-De ninguna manera- se negó rotundamente, ella solo rodó sus ojos mientras se giraba a verlo de una manera que no era bien vista para mí.

-Por favor, cualquier cosa que me incomode te llamo y nos vamos, está bien – hizo que la mirara a los ojos, me jodía que lo viera de esa manera, si no es porque hay gente aquí me la llevaba en este mismo instante.

-Solo por ustedes, lo sabes Annie – dijo mientras salía de Nuestro campo de visión.

Ella parecía estar perdida en sus pensamientos pero aun así no quitaba lo hermosa que se veía, aun seguía siendo tan o más hermosa de lo que es, tanto sufrimiento para solo verla unos segundo valieron la pena, ella es lo único que puede calmar a la bestia que hay en mí, mi verdadera droga personal.

-¿Has comido ya?- pregunte ya que aun así quería estar con ella un poco más, además estaba un poco delgada y eso me preocupo por un instante

-No, a eso venia – dije encarándome. Nos mirábamos atentamente, yo con amor e ilusión pero ella con determinación y madurez - ¿Tu mesa?- pregunto seca, su actitud y manera de dirigirse a las personas había cambiado o ¿solo conmigo?

-Sígueme, y por si querías saberlo vengo solo – no quería que pensara que estaba con alguien o con Natasha, pero creo que me apresure a decirle que venía solo.

Nos acercamos a mi mesa, sus movimiento al caminar eran parecidos a los que conocía pero ahora con firmeza y eso me gustaba pero la verdad es que no sabía que tanto había cambiado o si ella quería arreglar las cosas entre nosotros.

-¿Qué desean ordenar?- justo cuando iba a hablar llego el mesero, menuda mierda me pasa.

-Mmm me das el desayuno del día y una malteada con papas fritas – me sorprendió al escuchar lo que pidió, ella jamás había sido tan segura a la hora de comida cuando estábamos juntos por lo cual la mire curioso.

- de acuerdo ¿y usted caballero?- me pregunto, pero aun no podía dejar de mirarla y no pretendía hacerlo.

- Lo mismo que ella y un café negro – dije sin mirarlo.

-Enseguida regreso con su orden- dijo para salir de ahí.

Se acomodo mejor en su asiento y dejo su bolso a un lado, saco el móvil que por cierto era diferente al que tenía antes por eso no podía localizarla había cambiado de numero y lo dejo sobre la mesa.

-Hola Connor ¿cómo has estado? – pregunto con un tono bastante neutral, sin demostrar nada de emoción, es diferente después de todo

- Bastante mal, Tú te fuiste – No quería empezar con eso pero no pude evitarlo, se que no esperaba mi contestación por su expresión.

-¿Y por qué me fui? – vaya que su pregunta logro darme donde más me duele y saber que yo fui el responsable dolió, solo pude bajar mi cabeza dolido.

Escuche como emitió un quejido suave de dolor por lo que me alerte y subí la mirada parta ver si estaba bien pero mi sorpresa fue otra al escuchar lo que había dicho.

-No amor, a mami le duele – dijo mientras acariciaba lentamente su vientre.

- ¿Tu? Estas...

No podía imaginar si realmente lo estaba pero lo que más me dolería es que no fuera mío o que fuera de aquel tipo con el que venía.

-¿Embarazada? Si lo estoy – dijo con una ligera sonrisa pero no recibió una por parte de mí.

-Felicidades, espero que estén felices – la ira comenzaba a inundar mi cerebro, mi visión comenzaba a tornarse roja, no podía con esto.

-Bueno al menos yo lo estoy, no sé el – dijo mientras escuchaba la voz del mesero.

-Aquí esta su desayuno, que lo disfruten – dijo mientras se iba dejándonos solos nuevamente.

No entendí lo que quería decirme, o sea que ¿No sabe quién es el padre?¿ acaso no era de aquel tipo?

-¿sabes quién es el padre? Pensé que era aquel chico con el que entraste- dije extrañado aunque en mi voz se podía escuchar el enojo.

-Se quien es el padre, y no precisamente es de Jefferson – dijo refiriéndose a la persona con la que venía – Su padre está frente a mi – ¿Qué? ¿Tengo un hijo? No sabía cómo reaccionar a ella pero si hacia cuentas atrás la última vez que tuvimos relaciones no nos cuidamos.

-Es... ¿Es mío? – pregunte a lo que asintió, todo esto parecía tan irreal, no puedo asimilar el que tengo un hijo nuestro, ahora entiendo porque se veía distinta.

-Lo que escuchaste – regreso la vista de nuevo a mí, se acerco a su bolso y busco algo en él, no entendí que busco pero cuando lo encontró sonrió tanto que me sentí celoso por el motivo de su sonrisa.

Frente a mi estaba una fotografía de ultrasonido, mis ojos se abrieron como platos, mi hijo estaba ahí se veía tan hermoso, se miraba fuerte, pensar que alguien tan hermoso y pequeño estaba dentro de ella y era parte d mi hizo a mi corazón latir tan rápido, era niño, tenía 6 meses 1/2, pero me jodía que no me hubiera dicho sobre mi hijo.

-¿Por qué no me habías dicho? Es mi hijo merecía saberlo – su actitud tan relajada me hacia querer azotarla, pero no era el momento para pensar en eso.

-Por la misma razón por la que me fui, además no nos ha hecho falta nada – su voz prepotente me hacía ver en la mujer madura que se ha convertido pero necesita de mi como yo de ella.

-Annie.... Ustedes – intentaba relajarme, procesar lo que iba a decir -ustedes son míos, tu mi mujer y el mi hijo – es inevitable no reclamarlos como míos por que lo son, tanto ella como el bebe aunque se niegue a sí misma lo es.

-¡¿TUYOS?! ¡Desconfiaste de mí muchas veces, tú falta de confianza al no decirme que la prensa o tu publicidad importo más que lo que yo sufrí! ¿Y ahora vienes con que mi bebe y yo te pertenecemos? – su voz comenzó a elevarse y eso no era bueno para su salud, por lo tanto me limite a contestar tranquilamente.

-Sabes que lo son, te niegas a escucharme y decirte la verdad, eres mía desde que te vi por primera vez – y es la verdad, se negaba a saber la verdad pero no quería que nuestra primera vez sin vernos hace mucho fuera tan tensa.

-Deje de serlo cuando perdiste la confianza en mí, Alexander- su voz cansada de pelear lo decía todo, sabia que podía volver conmigo pero de eso no se trata yo debía arreglar lo que yo provoque.

-No, déjame repararlo, déjame estar a su lado – tome su mano, su expresión de confusión al sentir mi tacto me dolió, olvido ciertas cosas de nosotros -Pensé que jamás lo usarías – dije al verlo su collar, nuestro collar ella significaba mi victoria en cada pelea, mi máximo trofeo.

-¿De qué hablas?- se soltó de mi agarre, no sabía a lo que me refería.

-Yo mande a que te hicieran ese collar – creo que Jessie no le había dicho, pero me alegra que no lo haya hecho si no, ni siquiera lo hubiera utilizado.

-¿Tu? ¿Qué? – pregunto aun incrédula.

-Así es, solo que se lo había dado a Jessie, para que te lo diera después de la pelea del sábado pero paso todo menos como lo había planeado....

-Bueno ahora entiendo porque sus palabras – dijo mientras intentaba asimilar lo que había dicho hace un momento.

-¿Me dejaras remediarlo?- suplicarle es lo mas mínimo que puedo hacer por ella, haré cualquier cosa por recuperarlos.

-No tienes por qué pedirme permiso está más que claro que no soy quien para que me pidas ayuda al momento de las decisiones- comenzó a hablar, su seriedad era inigualable- pero inténtalo, claro si estás dispuesto a las consecuencias, no te negare el ver a tu hijo pero mi cariño por ti cambio... ¿Me quieres devuelta en tu vida? Házmelo saber y demuéstralo – dijo seria, al menos me daba la oportunidad de intentarlo de luchar por ella pero sé que no será fácil.

-Has cambiado, nena – Extrañaba tanto llamarla de esa manera, pero vi que le incomodaba un poco mis muestras de cariño.

-Tuve que hacerlo, por mi bien y por mi hijo – eso para nada me agrado, no quería que cambiara por alguien como yo, lo hizo y el único culpable soy yo.

-Nuestro, Annie, Nuestro – sonreí tan típico de mi, sabía que esa sonrisa la ponía demasiada nerviosa.

Comimos en silencio, ella mirando a todos lado bajo mi atenta mirada, la cual la ponía nerviosa, pidió mas malteada, hablamos muy amenamente sobre nuestras vidas, bueno yo le preguntaba a ella, solo pregunto por mi familia y por Hugo y su esposa. Se rehusaba a contarme sobre su vida pero aunque sea supe algunas cosa lo básico, la escuela, con quienes vive, la carrera que eligió y estaba orgulloso de ella.

-¿Tu y él? ¿Qué son?- mi curiosidad gano, no quería que hubiera alguien más en su vida, no quería competencia.

-¿Quién? ¿Jefferson y yo? – volteo a verme, no me había visto ya que ella lo miraba y eso me ponía muy celoso.

-Si – mi voz estaba ronca, pero ¿Quién no estaría celoso? Tener que ver a tu mujer con otro es verdaderamente una jodida mierda.

-Mira no tengo por qué darte explicaciones a ti, pero por si esto te tranquiliza no, no somos nada....- dijo rodando los ojos, vaya que es valiente sabe que esa expresión me molesta – Eres el papa de mi hijo pero aun no somos nada... solo que él está enamorado de mi – ¿Enamorado? Oh no, tengo que comenzar un plan para sacarlo de su vida.

-Maldito... ella es mía – susurre, para que no me escuchara pero creo que sí lo hizo de la nada comenzó a reír fuerte y no sé qué pasaba por su mente.

-Perdón, lamento mi descuido – dije recomponiéndose, se acomodo mejor en su asiento, no podía dejar de verla, su risa era música para mis oídos- ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara o qué? – dijo mientras tomaba su rostro.

-No solo, que extrañaba tu risa, tu voz, a ti, te amo y lo sabes – dije mientras veía como el color subía a sus mejillas lo que hizo fue un puchero de enfado – y mas ese puchero, creo que el embarazo te sienta muy bien, Querida- su sonrojo estaba al descubierto, se veía más que hermosa.

- Querida tu abuela – saco la lengua como la niña tierna y jodidamente sexy que aun era.

- ¿Cuándo podre verlos de nuevo?- pregunte mientras me acercaba hasta quedar a un lado de ella permitiendo que su magnífico olor llegara a mis pulmones.

-No lo sé, en dos meses será mi último chequeo – dijo mientras disimulaba que mi cercanía la ponía nerviosa.

- No puedo, es mucho tiempo – dije negándose, mis manos no pudieron evitar tocar y acariciar sus brazos – Regresa a casa –no pude evitar tocar su vientre haciendo que me mirara a los ojos, sus impresionantes ojos azules, la sensación que sentía en este momento nadie me la quitara.

Mis ojos no se despegan del el intentaba ver dentro del a mi hijo, una ligera patada fue lo que sentí justo por debajo de mi mano haciendo que los dos sonriéramos, intento subir su blusa pero me lo impide.

-Por favor- termino aceptando.

Mi mano subió lentamente su blusa sintiendo su piel suave y tersa entre mis dedos, comencé a hablarle, llamarlo pero nada sucedía, sabía que era normal perol estaba ansioso por sentirlo de nuevo, y ahí estaba inesperadamente una pequeña manita apareció marcándose en su vientre, eso fue lo más hermoso que había visto, sabía que de alguna manera el sentía que era mío y eso es lo único que me importa, termine por besar su vientre y bajar su blusa.

-Annie, es hora – apareció aquel tipo, mierda, no soportaba que la mirara tanto, ella es mía, asintió a lo que dijo.

- ¿Me dejaras verlos? – pregunte mientras tomaba su bolso.

- No puedo negarte eso pero no sobre pases la línea Maxwell – dijo como sentencia, al menos era un avance y no me daría por vencido ante la oportunidad.

-¿Me darás tu numero? – pregunte algo temeroso, ella solo sonrío y busco en su bolso, me dio una tarjeta donde venia anotado su nombre y número de teléfono.

- Hasta luego, Connor – se despidió de mí con un beso en la mejilla, aquellos suaves labios me tocaron nuevamente enviando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

Verla Salir de aquel lugar fue lo más doloroso, pero un parte de mi estaba completa, sentí esa clase de euforia que no sabes cómo explicarla, ver aquella hermosa niña de ojos azules y saber que en su vientre esta el fruto de nuestro amor me hace sentir orgulloso de ella, jamás me perdonare haber preferido el que dirán de mi imagen antes que a ella, será mi peor error en esta vida, ver en lo que se ha convertido es una forma de demostrarme que ella puede con esto y más, pero juro que la voy a recuperar ella es y siempre será mi mujer.

Salí de aquel restauran con una sonrisa enorme, ¡Era papa! Es lo más hermoso que te puedan decir, estaba dispuesto a ir con mis padres y contarles la dicha de que son abuelos, pero sé que no estarán del todo contentos. Busqué mi auto y acelere lo más que pude hasta llegar a la casa de mis padres.

Mentiría si no dijera que me siento como un adolescente que está a punto de ser regañado por sus padres por haber embarazado a una niña, pero la verdad es que fue en un acto de amor, lo cual jamás me había dicho. Toqué la puerta se escucharon unos pasos delicados y determinados.

-Hijo...


***Hola Baby's****

Lamento demasiado no poder haber actualizado desde casi tres días pero es que la verdad estaba muy ocupada, ayudando a una tía a hacer tamales jejeje, organizando todo para la cena de noche buena, hoy precisamente iba a actualizar pero como amaneció muy frió los vientos estaban fuertes y mi Internet iba y regresaba y entonces no podía hacer nada, lo bueno de todo esto es que guardo los capítulos en Word y puedo trabajar mas a gusto, pero aquí esta tarde pero seguro, espero que sea de su gran agrado, por eso me di a la tarea de hacerles el capitulo mas largo.

Ya saben que cualquier comentario y voto sera bien recibido.

Os ama, Ana ♥

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