2 ♥

2.8K 150 11
                                    



A mi lado llegaron mis padres, viendo a quien no quería ver pero sabía que tenía que hacerlo, inconscientemente toque el collar de guantes que colgaba en mi cuello.

-¿Es el verdad?- Los puños de Jefferson estaban cerrados, no quería verlo pelear sabia que los dos son incontrolables los he visto con otros pero entre ellos,  la verdad no deseaba verlos.

- Creo que debo hablar con él, estaremos bien – sabía que si le decía por los dos se calmaría, quiere tanto a mi bebe.

-De ninguna manera- se negó rotundamente, rodé los ojos por su actitud pero lo entendía.

-Por favor, cualquier cosa que me incomode te llamo y nos vamos, ¿Está bien? – hice que me mirara a los ojos, podía sentir como Connor nos miraba pero no es momento para que haga una escena de celos que por supuesto se que hará.

-Solo por ustedes, lo sabes Annie – dijo mientras salía de mi campo de visión.

Me dolía ver lo mucho que se esforzaba por tener algo conmigo pero no puedo estar con él si no siento nada, solo mas que una linda amistad, siempre está atento a los cuidados que recibo por el bebe, terapias de padres, pero lamentablemente él no lo es y las cosas deben ser como son.

-¿Has comido ya?- comenzando a mandar de nuevo, ¿Por qué no me sorprende?

-No, a eso venia – dije encarándolo, nos mirábamos atentamente, el con amor e ilusión pero yo con determinación y madurez - ¿Tu mesa?- pregunte seca, debo ser franca y no dejarme caer nuevamente.

-Sígueme, y por si querías saberlo vengo solo – cierta parte de mi se sintió aliviada lo que me hizo sonreír de lado, bueno ¿Quien me entiende?, estas hormonas no se controlan solas.

Nos acercamos a una mesa un poco apartada de todas la demás, me senté bajo la atenta mirada de él, me miraba de una manera que me hacía sentir diferente o tal vez me hacia recordar esos momentos que creí muertos y solo vivos en mis pesadillas y noches grises.

-¿Qué desean ordenar?- justo cuando él iba a hablar llego el mesero.

-Mmm me das el desayuno del día y una malteada con papas fritas – de verdad que estábamos tan hambrientos lo cual hizo que el mesero me mirara como si estuviera loca.

- De acuerdo ¿y usted caballero?- le pregunto a Connor quien seguía mirándome de esa manera.

- Lo mismo que ella y un café negro – dijo sin mirarlo, ¿Cuándo dejara de verme así?

-Enseguida regreso con su orden- dijo para salir de ahí.

Me acomode mejor en mi asiento y deje mi bolso a un lado, saque el móvil que por cierto cambie cuando me fui, y lo deje sobre la mesa. No quería ser la primera en hablar pero vamos ¿desde cuándo soy cobarde? Al menos no desde que lo deje.

-Hola Connor ¿cómo has estado? – pregunte con un tono bastante neutral, sin demostrar nada de emoción al verlo aunque aun así haya movido un poco mi mundo.

- Bastante mal, Tú te fuiste – exhale aire, no quería discutir o al menos alterarme, hablar de esto siempre lo hace.

-¿Y por qué me fui? – pregunte de nuevo, el solo pudo bajar su cabeza triste.

Iba a hablar hasta que sentí una patada algo fuerte en mi vientre, lo cual me hizo quejarme un poco, el alzo su mirada curioso, admito que sentir como patea mi bebe es lindo pero es muy fuerte.

-No amor, a mami le duele – dije mientras acariciaba lentamente mi vientre.

- ¿Tu? Estas...

-¿Embarazada? Si lo estoy – dije con una ligera sonrisa pero no recibí una por parte de él lo que me hizo sentir una punzada dolorosa en el pecho.

Mi Perdición,Mi Salvación y Mi Locura (Trilogía Curvas Impredecibles #1)Where stories live. Discover now