Su dulce debilidad ©

By TRomaldo

791K 55K 10.6K

Reece Wood no era un chico bueno pero tampoco era cruel. No bebía en exceso pero ello no significaba que no l... More

PRÓLOGO
CAPÍTULO 1: EL TRATO
CAPÍTULO 2: Un Amigo De La Infancia
CAPÍTULO 3: EL JUEGO EMPIEZA
CAPÍTULO 4: RECHAZADA
CAPÍTULO 5: CAMBIO DE IMAGEN
CAPÍTULO 6: EL PRIMER ERROR
CAPÍTULO 7: ¿JAKE ESTÁ ENAMORADO?
CAPÍTULO 8: TODO EMPIEZ AQUÍ
CAPÍTULO 9: EL JUEGO EMPIEZA
CAPÍTULO 10: HERIDAS
CAPÍTULO 11: REECE EN ACCIÓN
CAPÍTULO 12: JACKSON NO ES EL ÚNICO QUE PUEDE AYUDAR
CAPÍTULO 13: VACACIONES Y FIESTAS
CAPÍTULO 14: DESEO
CAPÍTULO 15: JUGANDO
CAPÍTULO 16: PERDIENDO EL CONTROL
CAPÍTULO 17: BUSCANDO A AMY
CAPÍTULO 18: ¿SORPRENDIDO?
CAPÍTULO 20: CORAZONES ROTOS
CAPÍTULO 21: ¿ME PERDONAS?
CAPÍTULO 22: LA ÚLTIMA VEZ, REECE
CAPÍTULO 23: EL PERDÓN DE JAKE
CAPITULO 24: METIDA DE PATA
CAPÍTULO 25: CUANDO YA ES TARDE
CAPÍTULO 26: TAN LEJOS
CAPÍTULO 27: UN NUEVO JUEGO
CAPÍTULO 28: ENCUENTROS, DECEPCIONES Y CONFESIONES
CAPÍTULO 29: QUÉDATE CONMIGO ESTA VEZ
CAPÍTULO 30: DISCUSIONES
CAPÍTULO 31: UNA TARDE DE AMOR
CAPÍTULO 32: LA CURIOSIDAD DE REECE
CAPITULO 33: QUE EMPIECE EL JUEGO
CAPÍTULO 34: JESSICA
CAPITULO 35: RECUPERARLA
CAPITULO 36: SECRETOS DE HUNTER
CAPITULO 37: UNA NOCHE DIFERENTE
CAPÍTULO 38: AMY Y HUNTER
Capítulo 39: ELLA Y YO

CAPÍTULO 19: LA PRIMERA VEZ

16.1K 1.4K 196
By TRomaldo


LA PRIMERA VEZ

Horas, copas y bebidas después Reece se sentía mejor que nunca. No estaba ebrio pero caminaba con tanta torpeza que no podía evitar balancearse de lado a lado. Todo lucía extraño pero se sentía demasiado feliz como para preocuparse por ello. Había estado incluso coqueteando con algunas chicas hasta que notó que Amy no estaba a su lado.  Se pasó buscándola desesperado y, una vez la encontró en el jardín, fue a ella sin pensarlo dos veces, la abrazó desde atrás y hundió el rostro en la curvatura del cuello, dándole besos como tanto le gustaba. Eso era todo. No era como si quisiera arrancarle ese inocente vestido con los dientes. Claro que no. Joder, ¿por qué era tan preciosa? 

Peor aún, ¿por qué no quería alejarse de ella? Podría simplemente dejarla allí un momento allí o abandonarla a su suerte por el resto de la noche. Lo sopesó un par de segundos pero terminó por desechar la idea al pensarlo detenidamente. Amy sería una deliciosa presa para alguien como Mark, ese idiota que no la había dejado de mirar desde que llegaron. Y por la mierda que no dejaría a su inocente angelito ir desprotegido por ahí, a la vista de cualquier imbécil que no fuese él.

Bueno, quizá sí estaba algo tomado. ¿Pero qué importaba cuando ella se divertía a su lado?

Como siempre, habían terminado tomando aire en una de las bancas de los exteriores, hablándose y riéndose. Y Reece no podía pensar en otra cosa que no fuera ella. Ambos habían hablado y reído juntos, pero entonces había advertido que, por alguna razón, Amy estaba tomada otra vez. Y ella se ponía tan cariñosa que se le hacía imposible alejarse de ella. En un sofá del salón, y con ella sentada sobre su regazo, miraba embobado los labios entreabiertos de la joven, viendo con molestia aquellos ojos que lo observaban tristes y acongojados.

―Amy... ―murmuró preocupado, arrastrando las palabras lentamente―. ¿Qué sucede?

Amy se abrazó a él y Reece la abrazó aún más como acto reflejo, acariciándole la espalda en un intento por tranquilizarla. Odiaba admitir que realmente odiaba cada vez con más fuerza verla borracha por culpa suya.

― ¿Me odias? ―preguntó ella con una extraña voz infantil.

¿Qué?

Había esperado cualquier comentario fuera de lugar debido a su condición, pero no que le preguntara algo tan estúpido. Así que dejó que las palabras salieran de él.

― ¿Cómo demonios podría odiarte? ―rió en voz baja, tomando las mejillas sonrojadas de Amy antes de dar otro largo sorbo a su vaso de alcohol―. Eres tan inocente... ―Se burló.

Y tenerla encima de él tan tierna y cariñosa, no lo ayudaba en absoluto, necesitaba de pronto algo más fuerte que alcohol para ignorar que la temperatura en él empezaba a subir con exageración. Pero, joder, ella se veía muy adorable como para pensar en alejarse. Es más, acababa de decir que le gustaba y que...

Entonces, cuando ella le sonrió y se irguió sobre él para darle torpes besos por doquier, supo que no había nada que en aquel momento pudiera hacer.

― ¿Entonces por qué me evitas?

―Sólo tenía cosas que hacer, no significa que te esté evitando ―mintió.

Soltó un bufido cuando recibió un enorme abrazo por parte de ella. Y sin embargo no intentó alejarla. Al contrario, la abrazó de la cintura y la atrajo lentamente en un inconsciente intento por sentirla tan cerca como le era posible.

―Eres uno de los pocos amigos verdaderos que tengo ―Le dijo ella con tristeza―. Y no quisiera perderte.

Aquello le dolió de tal manera que se recriminó a sí mismo por dejarse llevar. ¿Acaso le molestaba que sólo lo viese como un amigo? Joder, si se besaban de esa manera no podía solo considerarlo un amigo.

Se levantó con ella y sólo después de notar que Amy estaba más borracha de lo que esperaba, demasiado quizá, tuvo que levantarla en brazos para subir las escaleras cuando se topó con Taylor y Hunter.

―¿Qué le hiciste? ―bramó Hunter al verla.

―Tranquilo, sólo la llevaré a descansar un...

― ¡No quiero dormir!

― ¡Reece, no le hagas nada!

Entonces los empujó y subió las escaleras.

Había tomado lo suficiente como para sentir que todo a su alrededor le daba vueltas con cada paso que daba. No estaba borracho, o al menos no quería aceptarlo, pero con toda la seguridad que tuvo fue a una habitación, intentando no caerse y matar a ambos en el proceso. Allí arriba todo se veía tan borroso y oscuro que por un momento pensó estar sumergido en un sueño infinito. Entre risas y palabras sinsentido, soltó una maldición entre dientes cuando se tropezó con su propio pie por segunda vez. La abrazó de manera repentina y se estrechó contra ella, sujetándola de los muslos y cerrando los ojos para estabilizarse cuando, de pronto, sintió las piernas de Amy enrollarse alrededor de su cintura. La mantuvo presionada contra la fría pared, deslizando la punta de la nariz en ella, en el cuello y mejillas.

― ¿Ya te dije estás preciosa? ―murmuró sobre Amy, acariciándole los labios con los suyos, apenas rozándolos antes de apresarlos entre sus dientes―. Eres increíble, Amy ―susurró.

Sonrió orgulloso al verla sonrojarse y esbozar una inmensa sonrisa que le calentó el pecho. Estaba tan embobado mirándolo, perdido en aquellos ojos castaños que no le importó decir todo lo que gritaba su corazón. Dejó que el alcohol hablara por él, que la mirara sin temor ni malicia, tan solo apreciándola y observando cada detalle de ese rostro tan dulce que lo hacía hacer tantas estupideces.

―Eres... ―siguió diciendo, su corazón latiendo a velocidades inhumanas cuando los dedos de Amy acariciaron su nuca lentamente―. Eres tan...

Sus ojos se cerraron con fuerza en el preciso instante en el que sintió los suaves labios de Amy sobre los suyos, dándole un beso tan dulce como indescriptible. Aquel instante fue inefable en toda su esencia, se quedó sin palabras y sin pensamientos de culpabilidad que se encargarían de molestarlo más tarde. Ahora sólo la disfrutó y, por primera vez, tan sólo pensó en ella.

La sujetó con firmeza y a tientas entró a una habitación que nunca había visto antes. Dejándose arrasar por ella, la dejó caer de espaldas sobre el colchón y la tomó del mentón con marcada desesperación. Sus respiraciones de hacían cada vez más agitadas y su pecho no dejaba de estrujarse palpitante, a la espera de algo que tantas noches había imaginado.

―Reece...  ―murmuró Amy en un su oído, apenas un susurro que lo hizo estremecer―. Eres la única persona que no me ha hecho daño.

Joder

Su mente pareció nublarse ante aquellas palabras cuando empezó a bajar los besos en ella, a besarle el cuello mientras sus manos viajaban expertas al traje de la muchacha. Aunque estaba tan extasiado por ello que le fue imposible no querer arrancarle aquel pequeño disfraz con los dientes. Pero lo hizo, moldeó el cuerpo de Amy en una firme caricia, deslizando las manos desde sus hombros hasta sus pechos, su cintura y presionándole los muslos sin pudor, contemplándola embobado desde arriba. La vio sonreír tímida, pero fue aquella sonrisa temblorosa e insegura la que hizo alejar los ojos de ella. La tomó del rostro y la obligó a mirarlo directamente a los ojos. Conocía muy bien esa mirada, y le dolió. Quiso que en ese momento una Amy más segura estuviese en su lugar, que confiara más en sí misma.

―No tienes nada de qué avergonzarte ―La animó―. Ya te he dicho que eres hermosa. Vamos, Amy, borra esa carita.

Ella apenas volvió a darle otro beso y a deslizar las manos en él, retirándole la molesta camiseta que traía encima entonces. Por algún razón se sentía torpe e idiota con ella, como si estuviese por arruinarla allí mismo. Pero lo hizo. La sostuvo de las mejillas y la adoró. Sin ningún pensamiento de malicia ni culpabilidad se permitió quererla como debió hacerlo siempre. Fue tan increíble aquella sensación que no pudo dejar de observar cómo lo miraba, la manera en la que se aferraba a él, como si Reece fuese lo único que la sostenía cuando arremetió en ella finalmente. Se movió nervioso, acariciando el labio inferior de Amy con su pulgar, moviendo las caderas lánguido y rítmico contra ella. La sintió y saboreó magnifico, guardando ese momento en su memoria como si fuese lo más preciado que tenía.

― ¡Reece! ―bramó ella con fuerza, aferrándose a él y cerrando los ojos inquieta.

Por supuesto que en ese momento no lo pensó ni mucho menos se detuvo a pensar en al menos aquella mínima posibilidad. Pero horas después, además de torturarse a sí mismo al saberse completa y jodídamente rendido a ella, no fue precisamente orgullo lo que sintió al reparar lo que había hecho. No importaba lo borracho que había estado, Reece simplemente no pudo quedarse tranquilo al advertir aquel pequeño pero importante detalle. Había desvirgado a Amy pero, aún peor, había sido en una noche de borrachera. Además, nuevamente estaba ella rondando por su cabeza. Necesitaba arrancársela de su ser y alejarse de Amy antes de que aquello que le quemaba el pecho, eso que sentía con tanta intensidad por ella, se hiciera aún más fuerte.

.

NO ME ODIEN! Esto iba a pasar tarde o tempano. Pero no se preocupen! Amy tendrá lo que merece;) Espero que haya disfrutado la lectura. Qué les pareció?

Continue Reading

You'll Also Like

62.9K 2.8K 35
Leanne es una chica que tiene una vida perfecta, madre soñadora con su boda, prometido leal y algo cerrado de pensamiento. El dinero nunca había sido...
405K 18.9K 49
¿Como reaccionarían, como se sentirían si de un día para el otro deben irse a California, a vivir un una fraternidad con tus hermanastros y su mejor...
83.2K 4.1K 34
Skyler es una chica con un pasado terrible que trata de ocultar todo el tiempo. Mientras ella cursa su segundo año pasaran cosas que pondrán su vida...
3.4M 159K 42
[DISPONIBLE SOLO HASTA EL CAP 5] Cuando el destino decide unir dos caminos, Lo hace con fuerza. Brooklyn Jones. Delicada Inocente Temerosa Adorable ...