Al fin llegó el día 14, la última competición de esgrima, la final, y en ella competía el equipo de Jackson con él incluido. Se levantaron muy temprano y el chino estaba diferente, nada perezoso ni pesado, tampoco gracioso, se le notaba muy serio y nervioso.
Fueron a desayunar y Jackson tomó algo ligero, después fueron al estadio juntos y se acercaron al entrenador, ya había mucha gente allí trabajando para que todo estuviera listo.
-Entrenador, este es Mark, el chico de la otra vez –dijo Jackson señalando a su amigo.
-¿Se queda aquí de nuevo? –preguntó el hombre, parecía algo estresado.
-Sí, viene conmigo.
-Está bien, ve a entrenar –dijo el señor.
-¿Quieres que te ayude? –preguntó Mark con una angelical sonrisa.
-Eh... claro, vente –dijo el menor.
Se fueron a correr para entrar en calor. Cuando sus músculos estaban lo suficientemente calientes hicieron movilidad articular y estiraron para evitar lesiones de forma general. Jackson se sentó en el suelo y le pidió ayuda para que lo estirase mejor en la parte inferior de su cuerpo.
Mark se sentó frente a él y se agarraron las manos para hacer algunos estiramientos y luego se colocó detrás del chico y se subió encima de él mientras agarraba sus piernas para estirar otras zonas, lo cierto es que se quedó algo impresionado con la flexibilidad de aquel chico.
Era extraño para los dos, sus cuerpos estaban muy pegados y sus cabezas igual. El americano no pudo ocultar alguna sonrisa nerviosa cuando hacían los ejercicios y Jackson no se explicaba a sí mismo por qué no había salido corriendo de allí.
Al terminar se levantaron y fueron con el entrenador que no sospechaba nada raro, pero los compañeros ciertamente comenzaban a pensar cosas de Jackson y su sexualidad. No les dijeron nada pero Mark le dio un abrazo bastante cariñoso mientras le decía palabras de ánimo.
-Ya ganaste en la vez anterior, sabes que lo vas a hacer muy bien y no te pongas nervioso, si empiezas a fallar al principio analiza bien la forma de atacar y primero defiende, luego ve a por él porque si te alteras y empiezas a lanzar estocadas como un loco sabrá que estás nervioso... ¿Mm? Tú puedes de nuevo –dijo Mark sin separarse del abrazo y luego le dio un beso en la mejilla antes de mirarse, aun así no se soltaron.
-Gracias, por todo –dijo el chino y se separó despacio de él hasta terminar por revolverle el pelo.
Mark siguió sonriéndole hasta que fue a sentarse para concentrarse y al resto de su equipo les deseó buena suerte, luego se sentó donde la otra vez. También estaba nervioso pero confiaba en que pudieran ganar.
Llegó la hora, se pusieron los trajes y hablaron con el entrenador por última vez antes de comenzar la competición. Jackson miró a Mark una última vez y el americano le sonrió alzando un puño diciendo "Fighting". El chino le sonrió y luego se colocó la máscara, iba a ser el primero de nuevo ya que el orden de la otra vez estuvo bien ante los ojos del entrenador y comenzó la competición.
Jackson tuvo que luchar tres veces de nuevo y la última vez volvió a ser el último que salía. Fue largo y reñido, a veces parecía que iban a ganar y otras que iban a perder y dos de los combates los ganó el equipo contrario, el equipo de Corea.
Se notaba que los dos equipos eran muy buenos y algunos del equipo coreano eran prácticamente intocables. Mark a lo lejos vio como JB y Yugyeom con el resto de deportistas coreanos que querían ver la competición estaban sentados enfrente pero desvió la mirada, no quería nada con ellos.
Finalmente cuando todo parecía perdido y que la selección coreana iba a ganar llegó el turno de Jackson, el último turno. Los contrarios iban tres puntos por delante y Jackson logró empatar, todo estaba muy tenso para los dos equipos pero finalmente el punto de gracia lo metió Jackson que se quitó la máscara y empezó a correr bastante hiperactivo nada más meterlo y todos los de su selección se abalanzaron sobre él. Tras saludarles volvió a la pista y saludó al coreano.
Ambas selecciones se saludaron entre ellas y luego Jackson miró a Mark sonriendo y se acercaron corriendo el uno al otro hasta abrazarse como la otra vez, el americano se subió a él como un koala felicitándole.
Las cámaras estaban enfocando a todos los deportistas, tanto los chinos como los coreanos, aunque de nuevo se coló aquella emotiva imagen de ellos dos abrazados con tanta efusividad y los padres de Jackson que estaban presentes se acercaron a ellos. La madre se preguntaba si al americano realmente le gustaba su hijito del alma y si Jackson sabría algo de eso.
Se separaron y el chico se abrazó con su familia bajo la mirada y la sonrisa del americano que estaba realmente contento de que Jackson fuera junto a sus compañeros el nuevo campeón mundial de esgrima.
-Jackson tengo que ir a entrenar, luego nos vemos –dijo Mark alegre y le dio un beso en la mejilla antes de irse.
Cuando el americano se fue la madre miró a su hijo aún contenta y le acarició la cara llena de orgullo. Todo iba bien hasta que ella quiso preguntar sobre la relación de ellos dos.
-Hijo... ¿Le gustas a tu nuevo amigo? –preguntó ella y la cara del chico fue un poema.
-¿Gustarle a Mark? No, no creo, es cariñoso pero nunca me ha dicho que sea gay –dijo Jackson que no quería que sus padres pensaran cosas raras y luego se acercaron los de la selección.
Todos fueron a celebrar con el entrenador mientras que el americano por su parte iba a entrenar con su selección el resto de mañana. No era mucho pero al menos estuvo dos horas allí en el tatami peleando y practicando patadas.
Salió para ir directo a los baños del pasillo pero se encontró con JB que salía del baño, afortunadamente sin la insoportable compañía de Yugyeom.
-Hombre Mark... ¿Cuándo piensas hacer pública tu relación con Jackson? –preguntó malamente en inglés.
-Alguno de estos días –respondió el americano sonriente, no iba a discutir con él.
Se fue a ducharse y se arregló en su cuarto con unos jeans y una camiseta azul clarita, pensó que a lo mejor el chico estaría por allí aún y podría verlo antes de que se fuera a comer. Estaba buscando con la mirada al chino pero unas voces lo llamaron desde la entrada, sus padres.
Mark se acercó bastante cortado a ellos y les saludó correctamente, agradeció que Jackson no tardara en llegar.
-Vamos a comer... ¿Quieres venir? –preguntó la madre.
-¿Yo? Pero es familiar –dijo Mark algo avergonzado.
-No pasa nada, eres mi amigo y quiero que comas hoy conmigo también, me has ayudado mucho –dijo Jackson alegre.
-Pero yo no puedo estar mucho fuera, esta tarde tengo entrenamiento –dijo Mark con su timidez.
-Mañana pasaré el día entero fuera y mi entrenador quiere celebrar esta noche con todos juntos, vente a comer anda –le dijo Jackson en inglés, pensó que así sonaría más convincente.
-Está bien, siempre consigues lo que quieres –respondió Mark riendo un poco.
Y así fue, comieron los cuatro juntos de nuevo en un restaurante brasileño que ponían de todo tipo de comida internacional. Afortunadamente no hubo ninguna chica que intentara ligar con alguno de los chicos. Tampoco quisieron tocar el tema del amor ya que Jackson contaba emocionado todas las emociones que tuvo durante los dos combates y con los distintos contrincantes que le tocaron. Se veía realmente alucinando y casi no se creía que hubieran ganado y ahora fueran los campeones del mundo.
Sus padres también quisieron hablar de lo orgullosos que estaban de su pequeño y empezaron a contar la forma en la que lo vieron crecer y superarse, primero no quería hacer esgrima cuando empezó ya que le resultaba aburrido, él siempre quiso ir a más y cuando lo pusieron con unos chicos más mayores es cuando le empezó a gustar más. Fue a su primera competición y aunque no ganó, eso le sirvió para aprender de los errores y a concentrarse más en el deporte para superarse cada día más. Cuando fue a los siguientes torneos estuvo mucho mejor y en muchas ocasiones ganó, cada vez lo hacía mejor y su entrenador lo sabía por eso lo recomendó al equipo nacional. Ellos contaron la forma en la que Jackson lo pasó peor a la hora de compaginar sus estudios con el deporte porque al entrar en un equipo profesional tenía menos tiempo para estudiar, pero aun así él lograba aprobar todas las asignaturas.
Mark no sabía nada de aquella historia pero le interesó mucho saberla, al parecer Jackson era muy bien hijo, siempre decían que a pesar de todo él era estudioso y trabajador pero cuando llegaba a casa y podía ayudar a sus padres, también lo hacía. Sus padres dijeron que estaban felices de tener un hijo tan bueno y noble con un gran corazón.
-Yaaaa... Me queréis hacer llorar –dijo Jackson para terminar con aquel tema.
-No, no, que sigan si es genial tu historia –dijo Mark para que le contaran más cosas del otro chico.
-Anda, ahora te has vuelto cotilla –se quejó el menor y los dos rieron un poco.
-Tus padres tienen razón, eres buena persona y pareces noble, pero ellos no saben lo pesado que eres a veces.
-¡Sí que lo sabemos! Soy la que más sufre... En pleno verano y Jackson todo el día pegado a mi como una garrapata diciéndome que me quiere mucho y abrazándome sin descanso... El día que tenga novia no sé cómo lo va a aguantar –bromeó la madre y luego ella rio un poco.
Jackson y Mark pusieron unas caras un poco raras pero terminaron fingiendo una risa pensando en esas mañanas que despertaban juntos así de abrazados. Afortunadamente vino un chico a tomar nota del postre y Mark tuvo que irse algo rápido para ir a su entrenamiento de por la tarde. Se despidió de todos ellos y los dejó allí en el restaurante.
Cuando volvió se cambió a toda prisa y fue a entrenar corriendo, por suerte no llegó tarde o eso le hubiera supuesto un castigo físico. Trató de no pensar en Jackson, hacer su entrenamiento normal y estar concentrado.