Los Reclutas (Seventeen) [1ra...

By LaChicaMingyu

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[Historia ganadora de la 2da edición de los KPOP AWARDS. En la categoría: Historia original] Una serie de a... More

Prólogo.
Capítulo 1. Primer Reclutamiento.
Capítulo 2: Sigan las reglas.
Capítulo 3: Bienvenido al equipo.
Capítulo 4: Segundo reclutamiento.
Capítulo 5: Dos más.
Capítulo 6: Conozcan a los superiores.
Capítulo 7: Buena puntería.
Capítulo 8: Información.
Capítulo 10: El último recluta.
Capítulo 11: Análisis.
Capítulo 12: El contrato.
Capítulo 13: Diva.
Capítulo 14: La trágica misión.
Capítulo 15: Abecedario.
Capítulo 16: Planes y dispositivos.
Capítulo 17: Fuyumi Nakahora.
Capítulo 18: Primera Mision.
Capítulo 19: ¿Aún vive?
Capítulo 20: Hospital.
Capítulo 21: El Jefe.
Capítulo 22: Visita desagradable.
Capítulo 23: Mas pistas.
Capítulo 24: Sospechoso.
Capítulo 25: Accidente.
Capítulo 26: Cada vez más cerca.
Capítulo 27: La carta.
Capítulo 28: Un nuevo análisis.
Capítulo 29: Nueva adquisición.
Capitulo 30: Mensaje subliminal.
Capítulo 31: Negado a aceptarlo.
Capítulo 32: Esto es guerra.
Capítulo 33: Preocupaciones.
Capítulo 34: Día libre.
Capítulo 35: El plan.
Capítulo 36: Misión nocturna.
Capítulo 37: Jang Do Yoon.
¡SORPRESA!: Booktrailer.

Capítulo 9: Organización Secreta Pledis en Jeju.

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By LaChicaMingyu

Tenían suerte que Seungcheol había decidido revisar la copia que le había hecho a las cartas de transferencia de Chan y Hansol. El castaño había olvidado por completo que los chicos no irían a la casa... ambos serían recogidos en el aeropuerto luego de que sus padres los despidieran.

—¿Tu despistado y olvidando algo? —preguntó Jihoon con sorpresa, mientras leía la copia— Eso no ocurre a menudo...

—Lo sé, pero todo esto de los asesinatos, los reclutas y entrenamientos me está volviendo loco —suspiró tomándose la cabeza entre las manos—. Al menos sé que ustedes estarán apoyándome en mi equipo.

En la noche del día anterior, Mingyu y Wonwoo habían sido entrenados por los tres líderes calificando oficialmente para el equipo de Seungcheol. El mayor había quedado realmente sorprendido por la fuerza corporal de Wonwoo; era demasiado delgado, pero su fuerza probablemente lo superaba en peso. Ambos chicos le sonrieron al mismo tiempo.

Aún debían esperar que JeongHan llegara a la casa antes de ir al aeropuerto para ir a buscar a los dos menores.

¿Pueden repetirme el plan? —preguntó, el ahora castaño, MingHao.

—Cuando JeongHan llegue, iremos al aeropuerto. El equipo de Jihoonie ira en su camioneta, lo mismo con el equipo de Soon Young. Wonwoo y Mingyu vendrán conmigo —explicó—. Todos ustedes irán directamente a la parte del helipuerto, mientras que nosotros tres iremos a por Chan y Hansol... —señaló a los dos miembros de su equipo— Luego nos reuniremos con ustedes e iremos a Jeju.

—¿Entraremos todos en el helicóptero? —preguntó Seok Min.

—Sí, es un helicóptero militar... con capacidad hasta quince personas —declaró Jihoon, sacudiendo su ahora castaño cabello.

MingHao, Jihoon y Soon Young habían decidido cambiar su color por uno castaño oscuro, mientras que Joshua había preferido el negro. El timbre de la entrada resonó en toda la sala, donde los nueve chicos estaban esperando. Seungcheol se levantó y fue a abrir.

JeongHan estaba del otro lado, sujetando con dos maletas a cada lado de su cuerpo y con la gorra de su sudadera cubriendo su cabeza.

—¿Viniste de incógnito o qué? —bromeó Soon Young al verlo entrar con su equipaje.

—No es eso, odio mi cabello de esta manera —protestó.

—Quítate la gorra, quiero verte —dijo Jihoon, inclinando la cabeza con curiosidad.

—No lo haré, ni loco —negó—. Si es posible llevaré esta gorra el resto del año.

Sin que se diera cuenta, Mingyu se había acercado a él y le había quitado la gorra de un solo jalón. Tenía el cabello completamente corto y negro; con ambos lados casi rasurados y en el centro, su cabello ligeramente mas largo, echado hacia atrás. Era un cambio muy grande, pero no le quedaba tan mal como él creía.

—No me miren así —exclamó volviendo a ponerse su gorra con rapidez.

—No exageres, no te queda mal —rio Seok Min, levantándose junto a todos los demás. Era hora de partir.

—No, peor que eso —replicó.

—Es hora de irnos, Jeonghan... deja de quejarte y síguenos —comentó el líder general.

—Yo opino que te queda muy bien —comentó Joshua al pasar caminando por su lado, sin mirarlo.

El recién llegado esbozó una pequeña sonrisa y comenzó a caminar detrás de los demás.

Tal y como habían planeado los equipos fueron divididos en las camionetas de los respectivos líderes (JeongHan fue, a pedido de Jihoon, en su carro) hasta el Aeropuerto Nacional de Corea y al llegar, todos, salvo el equipo liderado por S.Coups que fue en busca de los dos reclutas más jóvenes, se dirigieron al helipuerto.

—Buenos días, soy Choi Seungcheol, el secretario del director de la escuela —dijo con amabilidad y estrechando las manos de los padres de ambos jóvenes—. Yo seré quien los acompañaré hasta el campus escolar día a día —sonrió.

—Muchísimas gracias por darle una oportunidad a nuestros hijos —el padre de Hansol habló con orgullo. Jamás habría pensado que su hijo podría tener una beca.

—No tiene que agradecernos, fueron sus habilidades quienes permitieron la beca —sonrió—. Y realmente lamento esto, pero debemos irnos de inmediato... nuestro vuelo saldrá en media hora.

Las familias de los chicos comenzaron a abrazar a sus hijos con fuerza y mientras las madres lloraban por tener que dejar ir a sus bebés, Chan y Hansol se quejaban de que ya habían tenido suficientes besos y abrazos por el resto de sus vidas.

Después de cinco minutos, todos por fin pudieron partir.

—Lamento la escena... soy hijo único, jamás me alejé tanto de mi madre —comentó Chan, apenado.

—Aunque, en realidad, no te alejarás tanto... seguirás estando en el país. Sólo que ella no lo sabrá —comentó Hansol, pensativo. El menor asintió.

—¿A dónde iremos ahora? —inquirió Chan.

—Camino al helipuerto, los demás nos esperan abordo. —Seungcheol iba directo a una puerta bloqueada por una mujer policía.

Al ver que dicha mujer no los dejaría pasar, el líder general tuvo que mostrarle su credencial de identificación de la Organización Secreta Pledis. Al descubrir quién estaba frente a ella, la policía abrió los ojos impresionada e hizo una reverencia disculpándose, para luego hacerse a un lado y abrirles la puerta a los jóvenes agentes.

Seungcheol condujo a los novatos hasta el helipuerto, donde un gran helicóptero militar los esperaba con sus hélices girando a toda velocidad y emitiendo un ruido ensordecedor. El viento producido por estas, agitaba la ropa y cabello de todos los agentes fuera del gran vehículo.

—Ya está todo listo para partir, señor —gritó un hombre uniformado, para hacerse oír por sobre el ruido—. El vuelo durará cuarenta minutos aproximadamente.

—Perfecto, muchas gracias —exclamó el castaño.

Con una señal, les pidió a los menores que lo siguiera hasta el transporte y subieran con cuidado. Después de tomar asiento y colocarse correctamente los cinturones de seguridad, una nueva señal echa por los líderes le indicó al hombre fuera del helicóptero que podía cerrar las puertas para que este se elevara y comenzara el viaje.

[...]

Cuarenta y cinco minutos más tarde, el helicóptero se hallaba descendiendo sobre el helipuerto de la sede de la O.S.P en Jeju. Poco a poco, la velocidad de giro de las hélices fue disminuyendo hasta detenerse por completo y todos pudieron bajarse del transporte aéreo.

—¡Chicos! Bienvenidos —el líder de los agentes superiores, JR, recibió con un fuerte abrazo a cada uno de los líderes—. Novatos, bienvenidos. —Todos respondieron el saludo con una reverencia formal—. Entremos, los demás están descansando... hace dos horas llegamos de una misión.

—¿Qué clase de misión? —curioseó Jun.

—Resulta que hay un infiltrado norcoreano en el gobierno —comentó—, debemos descubrir quién es antes de que intente atacar al presidente e iniciar un golpe de estado.

—Ellos son fuertes, poseen un arsenal de armas donde quiera que estén —afirmó Jihoon.

—Sí, para nuestra buena suerte ya tenemos en la mira al sospechoso principal —dijo, abriendo la puerta—. Pero para nuestra mala suerte, Aron fue herido en un tiroteo...

—Santo Dios, ¿él está bien? —JeongHan sonó atemorizado.

—Sí, la bala sólo le rosó el flanco derecho —asintió con una sonrisa tranquilizadora—. Pero tendrá que recuperarse por completo antes de poder seguir con la misión junto a nosotros.

—¿Regla número ocho? —preguntó Dokyeom.

—Exacto, Dokyeom-ssi —sonrió Jihoon con orgullo.

"En caso de cualquier herida de bala, sin importar la gravedad de esta, el agente no tendrá permitido llevar a cabo misiones con su equipo" —citó Chan—, ¿no debería estar incluida en uno de los incisos de la regla dos?

—Podría, pero esa habla sobre la prohibición de toda actividad dentro de la Organización en caso de una enfermedad —explicó Soon Young—. Esta, en cambio, sólo impide la ejecución de misiones... pero no el entrenamiento.

Es un poco ilógico —comentó The8.

—Con cuerdo con él, es ilógico —coincidió Junhui.

—Una persona herida por una bala, no tendría que entrenar ni ejecutar misiones... —habló Mingyu— ¿Entrenar artes marciales con un brazo perforado por una bala? ¿Te imaginas que te den un golpe en la herida?

—Es verdad... —comentó Hansol— Una persona con gripe, puede que no sea capaz de correr y respirar al mismo tiempo... y por eso no pueda hacer misiones. Pero si puede entrenar ya que el esfuerzo y la presión de que tu vida está en riesgo, es menor.

—Sí, todos están en lo cierto —comentó Seungcheol—. Pero lamentablemente, nosotros no pusimos las reglas y debemos obedecerlas tal y como dice el libro.

—¿Quien las puso? —curioseó Joshua.

—La Organización lleva muchísimos años de actividad, nadie sabe quien creó las reglas o si las han modificado con el tiempo —comentó Jong Hyun—. Yo pienso igual que ustedes, es ilógico y un tanto ridículo... pero no podemos hacer nada.

El líder superior los guío a todos a una gran habitación con muchas camas, él siempre solía decir que esa habitación con múltiples camas les recordaba a los cuartos del ejército. Aunque estás literas eran notablemente más cómodas.

—Pónganse cómodos, le avisaré a los demás que ya están aquí —sonrió el azabache antes de salir de la habitación.

—¡Pido la de arriba! —exclamaron Chan, Hansol y Mingyu antes de correr para reservar sus camas.

—¿Pueden comportarse como gente adulta? —gruño Seungcheol sentándose en la cama más alejada de todas, junto a la ventana.

—En mi defensa, Chan y yo aún no somos adultos... somos adolescentes —dijo Hansol, sonriendo. Ganándose una mirada seria del líder general.

—Vamos Cheol —dijo Jihoon—. Déjalos ser adolescentes mientras puedan...

—¿Mientras podamos? —preguntó Chan desde su cama.

—Cuando tengamos nuestra primera misión, no podrán ser escandalosos... —explicó el menor de los líderes.

—Tendrán que fingir ser adultos y comportarse como tal —Seungcheol se levantó de su cama y tomó su teléfono, que no dejaba de vibrar—. Los expedientes de los médicos ya están listos, le pediré a alguno de los chicos que lo impriman y los traeré.

La puerta se abrió y los agentes pertenecientes a esta sede entraron en la habitación. Todos salvo Aron.

—Buenas tardes y bienvenidos —sonrieron los superiores.

Los tres líderes abrazaron a Ren, Baekho y Minhyun con afecto. Cuando Jihoon y Ren se unieron en un largo y afectivo abrazo, tanto JR como Seungcheol pusieron los ojos en blanco, notablemente celosos. Todos salieron de la habitación, dejando a los novatos solos por un rato.

—¿Pueden dejar de hacer eso cada vez que estamos juntos? —protestó Min Ki con los labios fruncidos.

—Tres años juntos, Seungcheol, tres años —recordó Jihoon con molestia—. Si no te cambié hasta el momento, dudo hacerlo en el futuro —rio.

—Ya dejen el amor para más tarde... —se quejó Soon Young, con los ojos en blanco— Chicos, debemos entrenar a Chan, Hansol y JeongHan... así que usaremos el gimnasio por un rato.

—Luego iremos los tres por nuestro último recluta, Boo SeungKwan —dijo Jihoon, pensativo.

—De acuerdo, si no es molestia... me gustaría ver los entrenamientos —dijo Baekho.

—Por supuesto, luego podemos entrenar juntos —sonrió el líder general—. Hace tiempo que no peleamos juntos...

[...]

—¿Cómo es que él si puede estar rubio? —señaló JeongHan, cuando los tres líderes volvieron a ingresar a la habitación.

—Él usa peluca para las misiones —dijo Jihoon.

—¡¿No podrían haberme dicho eso antes de cortar mi cabello?! —exclamó, ofendido.

—JeongHan, actúas como una mujer. Ya basta —reprendió Seungcheol—. El líder soy yo, fui yo quien decidió no mencionar nada de la peluca y hacer que tengas el cabello corto —espetó.

—Pero las reglas dicen que deben mantener el cabello corto y oscuro —comentó.

—SeokMin-ssi, podrías decirnos que es lo que dice la regla número quince, ¿por favor? —pidió el mayor de todos los presentes.

"Todo agente debe mantener su cabello corto y de tintura oscura (negra o marrón) durante una misión" —citó.

—Exacto, durante una misión —dijo Soon Young.

—Y Min Ki no está en una misión ahora, por lo que puede tener su cabello como él quiera —replicó. JeongHan abrió la boca para hablar, pero Joshua le toco el brazo para que se callara—. Ahora, sé que recién llegamos, pero Chan, Hansol e incluso tú, JeongHan, deben ser clasificados para los equipos. Síganme.

Cuando los tres líderes y los dos agentes más jóvenes salieron del cuarto, JeongHan suspiró con pesadez antes de levantarse de la cama en la que estaba sentado junto a Joshua y SeokMin.

Hyung... —el americano se levantó junto a él y comenzó a caminar a su lado hasta la puerta— Sé que no estás contento con esto, pero Seungcheol es el líder y debemos hacer todo lo que él pida. Tal vez no sea justo lo que hizo, pero tendremos que aceptarlo...

—Es injusto, Joshua —reiteró antes de salir de la habitación con los demás.

* * *

El entrenamiento fue rápido, para la buena fortuna de los líderes pudieron notar quien estaría en cada equipo con facilidad. Jihoon había quedado total y completamente asombrado con la habilidad y puntería que JeongHan poseía; había acertado todas y cada una de las indicaciones. Chan había en el 30% de los disparos y Hansol en el 50%.

—Hansol, te dije dieciocho —habló Jihoon—. ¿No has notado que hay una cruz indicando que ahí no debes disparar?

Todos (incluso el mismo Hansol) sisearon y se estremecieron de dolor al ver que, en la entrepierna del maniquí, había un agujero de bala. El adolescente se disculpó apenado, dejó el arma en el estante y se alejó.

A la hora de combatir cuerpo a cuerpo, Hansol fue el más fuerte. Y durante las artes marciales quien se destacó fue el menor de todos, Chan.

—Perfecto, bienvenidos a los equipos —sonrío Jihoon, palmeándole la espalda a JeongHan—. Ahora, me gustaría hablar contigo un momento —miró al más alto y este asintió.

—Descansemos un rato y luego vayamos por Boo Seungkwan, a las seis y media sale de su clase de canto —dijo Soon Young, mirando el reloj.

El líder del equipo de armas y su nuevo miembro se dirigieron a la cocina por algo de tomar. Cuando tuvieron sus vasos con agua en la mano, ambos se sentaron en la mesa.

—Quiero disculparme por el comportamiento de Seungcheol —comentó—. Él siente mucha presión sobre sus hombros; el reclutamiento de chicos tan jóvenes, el entrenamiento, los asesinatos y su padre...

—¿Su padre? —preguntó, un tanto confundido.

—Su padre es nuestro jefe —confesó—, creo que ninguno lo ha notado hasta ahora. Él es el actual jefe de la Organización Pledis. Seungcheol siente que, teniendo a su a padre en un puesto tan importante, no debe decepcionarlo y se sobre-esfuerza por dar lo mejor de sí, para hacer lo que cree mejor para la empresa. Es por eso que nosotros dos debemos prácticamente escondernos de todos, solo Soon Young hyung y algunos de los nuevos saben de mi larga relación con Cheol.

—Lo entiendo, pero, ¿"chicos tan jóvenes"? Hablan como si no tuvieran nuestra edad... incluso tu pareces más joven que yo.

—Lo soy —asintió—. JeongHan... Soon Young y yo, sin contar a nuestros agentes caídos, estamos metidos en esto desde los trece años, Seungcheol desde que tiene memoria —explicó—. Hemos pasado por cosas terribles, perdimos familiares y amigos en esto... y gracias al señor Choi, Seungcheol se culpa de todo.

—Pero no es su culpa si un agente muere en acción —dijo, tristemente—. Por lo que he visto hasta ahora esto se parece a cualquier película de acción que he visto y, según esas películas, todo depende de la capacidad de la persona que es herida o no; nadie más que esa persona o la suerte de la misma tiene la culpa, no los demás. O bueno, al menos en la gran mayoría de los casos.

—Es verdad, pero Seungcheol no es capaz de entenderlo —suspiró el más joven.

~~~~ ~~~~ ~~~~ ~~~~ ~~~~ ~~~~

N/a: Hey~ holi :) 

Espero que les haya gustado el capítulo n.n  Si JeongHan nos salió un poco diva, imagínense Seungkwan :v 

Ando media ciega hoy (mas que de costumbre, lol) así que perdón si hay algún error ortográfico, alguna palabra de más o algo. Tuve que corregir el capítulo anterior, era un desastre xD

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