"No hay casualidades. Todo tiene su razón de ser. Las personas no llegan a nuestra vida por suerte, juegos de azar o caprichos divinos. Llegan porque tienen que llegar."
Cuatro meses... cuatro meses desde que vinimos a vivirnos a Berlin.
Las cosas en casa estaban marchando muy bien.
Mamá estaba conforme con la decoración del hogar, al cual le había puesto mucho empeño. Debo decir que la casa era realmente hermosa.
Ella también pasaba noches estudiando Alemán online y preparándose para un examen que tenía que hacer para homologar su título como médico.
Papá por su parte estaba satisfecho con su nueva firma, y en las noches junto a mamá también se dedicaba a aprender un poco el idioma.
En la firma hablaba inglés pero para el resto de las cosas necesitaba sí ó sí el idioma.
Mis hermanos habían empezado hace una semana con la escuela simultánea al curso de alemán. A Tobi se le estaba haciendo muy fácil el idioma y a Lilly ni se diga, ya tenía su grupo de amigas: Maren y Franziska, me caían bien las chicuelas y me alegraba el hecho de que mis hermanos se estuvieran adaptando tan satisfactoriamente.
En cuanto a mí, seguía en mi curso de alemán y se me iba bien el idioma también, aunque lo odiaba porque a pesar de que iba avanzando rápido aun no lograba expresarme tal cual como quería.
Había planeado hacer de ocho a diez meses de idioma pero por como iban las cosas estaba segura que seis meses serían más que suficientes para alcanzar el nivel que me exigían en el College.
Nate y yo estábamos bien, o al menos eso supongo. Había días en los que hablábamos mucho y otros en los que no hablábamos casi nada, por la diferencia de horario más nuestras ocupaciones. A veces no alcanzábamos sino a escribirnos un mensaje de buenos días o buenas noches.
Lo peor del caso es que no me sentía mal por eso, supongo que me estaba acostumbrando a que sea como sea cada quién esta viviendo diferentes experiencias ahora mismo.
Debo decir que tenía miedo de empezar a dejar de quererlo pero luego lo veía cuando hacíamos Video Chat y sentía aún dentro de mí esa emoción inexplicable por verlo y esas ganas de querer besarlo. Él me decía lo mismo. En las relaciones hay altos y bajos y supongo que en estos momentos nosotros nos encontrábamos en uno de esos "bajos" pero sé que pronto subiríamos otra vez.
Había conocido gente de todo el mundo, desde musulmanes hasta judíos, desde asiáticos hasta africanos y había aprendido en estos meses mucho acerca de otras culturas.
Melanie y yo nos habíamos hecho muy buenas amigas, a veces se quedaba en mi casa o yo en la de ella, veíamos películas y hacíamos las típicas cosas de chicas. Nos entendíamos tan bien que a veces parecía que nos conocíamos desde hace mucho mas tiempo.
Mis padres y los suyos se entendían de maravilla, cosa que facilitaba aún más nuestra amistad.
Melanie estába loca, no exagero.
Cada fin de semana, llegaba el dilema de tener que elegir con que chico salir, como si fuera una obligación que tuviera con ellos. Era tan hermosa que de verdad casi todos los chicos querían salir con ella; decía que solo salía con ellos para tener un poco de diversión y pasar el rato y dado que cada fin de semana era un chico diferente, supe que no estaba exagerando.
La familia de Melanie "Los Neumann" era muy conocida en el ciudad, su padre era alemán y co-fundador de una firma que yo no tenía ni idea para que era, pero no quise preguntarle directamente a Mel porque no quería parecer chismosa.
De Niklas...bueno, de él nunca supe más nada y siendo sinceros creo que era mejor así. Los primeros días después del accidente no hice nada más que pensar en él, cada chico que veía se parecía a él, definitivamente me estaba volviendo loca.
Navidad y año nuevo se estaban acercando y los padres de Melanie nos habían invitado a una gala navideña que estaban organizando a nombre de la firma.
Mis padres al principio no querían aceptar —por pena, supongo yo—pero luego de cientos de llamadas por parte de la mamá de Melanie, mi mamá se vio casi obligada a aceptar. A mi me parecía increíble poder compartir navidad con la que ahora se estaba convirtiendo en mi mejor amiga.
~•~
Barbara nos había pedido el favor a Melanie y a mí de pegar unos folletos por todo el insti y organizar unos estantes que estaban muy desordenados.
De vez en cuando, cuando estamos aburridas y sin nada que hacer o veíamos a Barbara en apuros, Mel y yo nos ofrecíamos a ayudarla y ella no dudaba en aceptar, porqué—cito "Siempre tenía mucho que hacer".
—Debemos ir hoy en la tarde a comprar los vestidos para la Gala. ¡Será la bomba! Debemos lucir hermosas Salo, que todos nos miren y nos deseen, que todos hablen de nosotras— dijo emocionada mientras pegaba uno de los folletos.
—Cálmate—reí— Sabes que quiero algo sencillo, nada llamativo— agregué.
—¿Algo sencillo? ¿Estás loca? Esta es la gala del año y no lo digo porque sean mis padres y sus socios los que la organizan, lo digo por qué es así y vendrá Raymundo y todo el mundo así que hay que estar espléndidas— reiteró.
— Mel, que quieras lucirte y eso... lo entiendo, al fin de cuentas eres una de las anfitrionas pero sabes que eso de llamar la atención no es lo mío. No quiero que nadie me mire, soy muy torpe y si llego a cometer una burrada, no quiero que nadie lo note—respondí con una risilla.
Mel frunció el ceño y puso los ojos en blanco.
— ¡Mala suerte! Eres mi mejor amiga y tus padres son algunos de los invitados especiales de mis padres, así que te tienes que lucir porque sí ó sí todos te van a mirar — Se quejó— Irá todo el mundo Salomé, actores y cantantes, ¡Hasta el dueño del insti con su familia! Tienen dos hijos que están como Dios manda, no podemos ir como un espantapájaros.
¿Actores y cantantes?¿El dueño del Instituto? Este Instituto tenía sedes por todas partes del mundo, el señor Heine (El dueño del Instituto) se la pasaba de viaje en viaje; que se tome el tiempo de venir a la fiesta de la firma de los papás de Melanie solo podía significar una cosa...
—Mel, ¿De cuánta gente estamos hablando? ¿Cuánta gente irá a la fiesta de tus papás? Yo pensé que solo irían trabajadores de la firma y unos cuantos amigos–dije. Ella me miró confundida y de repente sus ojos se abrieron como señal de que entendió algo.
—¡Claro Salomé!, jamás hemos hablado de lo que hacen mis padres–tomó mi mano y nos sentamos en uno de los banquillos del patio frente a la fuente–Verás, mamá es abogada y mi padre economista, no es que ocupen cien por ciento de su tiempo en su carrera pero en lo que hacen utilizan un poco de sus conocimientos. Cuando vivíamos en Miami, era porque mi padre tenía que encontrar más patrocinadores para los proyectos que él y sus socios tenían en mente y allá empezó todo. Papá co-fundó una firma para llevar a cabo servicios humanitarios, ellos por decirlo así sirven como mecanismo de alerta y apoyan la participación política a nivel de comunidad. Lo que buscan digamos, es el beneficio social. Papá quería ayudar a familias en Venezuela y toda Latinoamérica incluyendo otras partes del mundo, así que el y sus socios fundaron una ONG, ellos tienes muchos Elite-Partner, ¡Trabajan también con UNICEF y con otras entidades!— Explicó. Wow ¡Que genial era eso! — La Gala que se hará en navidad, es también para recoger fondos para algunos de los proyectos, se harán subastas y todo tipo de actividades, se recibirán donaciones, etc...Por eso irá tanta gente importante y por eso también hay que lucir bien, estará en los periódicos y todo eso sirve para recaudar muchos más fondos. ¿Entiendes ahora?— preguntó y me miraba ansiosa esperando una respuesta.
Yo estaba en Schock, me parecía una iniciativa excelente de parte de los Neumann.
—Tus papás de hecho ya lo sabían. Mamá quiere que en un futuro, cuando tu mamá homologe su título aquí, también trabaje con nosotros como médico en los diferentes proyectos que vienen— acentuó.
«I N C R E I B L E»
Terminamos de ayudar a Bárbara y nos dirigimos de nuevo a clases. Al salir, llamé a mamá para avisarle que iría con Melanie a comprar un vestido para la Gala. Mañana era nuestro último día de clases antes de navidad y eso nos tenía más que emocionadas.
(...)
Melanie me llevó a una tienda de ropa que no conocía, donde tenían vestidos muy hermosos y costosos.
Yo tenía en casa un par de High Heels que combinarían con el vestido que había elegido, así que me ahorraría lo de los zapatos y así podría comprármelo.
Compré un vestido rojo, estilo corsé que resaltaba mi figura, corto adelante y largo atrás. Era muy hermoso y para nada atrevido. Mel por su parte decidió arriesgarse un poco más y decidió comprarse un vestido negro,con escote exagerado, el vestido era largo y con un corte en la pierna derecha que se veía demasiado sexy, su espalda era libre, mostraba absolutamente todo pero en ella se veía elegante y femenino, resaltaba sus curvas y su cuerpo entrenado.
(...)
Al llegar a casa decidí llamar a Nate para contarle todo lo que me había contado Mel y quería mostrarle con ansias el vestido que me compré. Lo llamé un par de veces y no contestó—una vez más—.
Le mostré a mamá el vestido y ella estaba mucho mas emocionada que yo, dijo que luciría hermosa y se puso algo nostálgica porque yo estaba creciendo.
Al llegar a mi habitación, revisé nuevamente mi celular y tenía un mensaje nuevo de Nate.
"Perdóname hermosa, he estado algo ocupado hoy organizando mis maletas . No puedo llamarte por eso te escribo, necesitaba contarte algo: mamá organizó un viaje para navidad, nos iremos mañana a visitar a mis tíos a Chicago, estaré algunos días ausente pero te prometo que para navidad te llamaré...siento mucho esto Salomé, quería hablar contigo pero muchas cosas se me están saliendo de las manos. Te amo y eso no va a cambiar, nunca dudes de mi amor princesa — Nate"
No necesitaba esto, definitivamente no. Nate no se había tomado ni siquiera la molestia de contarme que se iría de viaje y ¿un día antes me lo dice? ¡Ni siquiera es capaz de llamarme!
¿Qué estaba pasando con él ? ¿Qué estaba pasando con nosotros?. Algo abrumada respondí con un "Ok, te amo...buen viaje :)" porque no tenía ganas de ponerme a discutir.
Estaba exhausta del hecho de que ya Nate y yo no éramos los mismos. No sabía si hablarlo con él, ni siquiera sabía cuándo hacerlo, nunca podía...siempre estaba ocupado.
Arrojé mi teléfono al escritorio y me dispuse a dormir. Estaba triste, sí.
No sabía como resolver esto con Nate, ni siquiera me había dado cuenta de que habíamos llegado hasta este punto los dos. Necesitaba calmarme, pensar en las cosas lindas que habíamos pasado juntos...«Esto se arreglará», decía, estaba segura de eso.
Cerré mis ojos y sentí como una lagrima recorría mis pómulos.
Y entonces lo vi, a él, con su sonrisa perfecta y su seguridad. No podía dejar de mirarlo, de su boca salió un leve susurro en el que me decía "No llores, estoy aquí para ti y siempre lo estaré", pero no era Nate quien me estaba diciendo esto...era él, Niklas.