A la mañana siguiente despertaron porque el despertador de Mark comenzó a sonar, sino hubieran seguido durmiendo tan felices. Estaban los dos abrazados y a Jackson le sorprendió despertar así con él, pero no lo soltó, simplemente le dijo que retrasara la alarma. Mark le hizo caso y siguieron juntos 10 minutos más, hasta que volvió a sonar.
-Ahh... odio ese chisme –dijo Jackson quejándose medio dormido.
A Mark le hizo gracia y apagó la alarma. Tenían que levantarse pero realmente hubiera hecho un pacto con el mismo diablo para no separarse de Jackson aquella mañana.
-No quiero entrenar –confesó Mark.
-Tú puedes faltar, te quedan dos semanas –susurró el menor y luego se removió hasta separarse del otro.
Se levantaron los dos y se estiraron un poco, parecían estar de buen humor y sobretodo descansados.
-Que incómodo es dormir con ropa –comentó Jackson recolocándosela, estaba toda echa una ruina y muy arrugada.
-Lo cierto es que sí, pero si amanecías desnudo igual te asustabas –dijo Mark bromeando, para la sorpresa de Jackson, ya que pensó que el americano ni si quiera conocía la palabra "broma" de lo serio que era.
-La próxima vez si me duermo al menos me quitas los pantalones.
-¿La próxima vez? ¿Qué te hace pensar que vamos a dormir más veces juntos?
-Bueno, es innegable que así se coge mucha más confianza y que has dormido mejor.
-Ah... Todavía no puedo confiar en la persona que me quita el sueño –dijo Mark con doble sentido, aunque el otro no lo captó.
-¿Desayunamos? –preguntó Jackson, los dos estaban vestidos de todas formas y se cambiarían en breve.
-Claro.
Fueron a desayunar juntos y, al ser primera hora de la mañana, aún no había mucha gente. Se sentaron en una de las mesas y desayunaron tranquilamente, no hablaban, pero no era incómodo.
-Gracias de nuevo por ayudarme ayer –dijo Mark sonriendo un poco, estaban terminando.
-Ah... No era gratis, igual te pido un favor si se me ocurre dentro de un rato.
-¿Si se te ocurre? No puedes pedirme mucho, me debes noches de descanso por tus escándalos.
-Es cierto, me aseguraré de que duermas... ¿Cuántas noches? Te vigilaré para que duermas sin molestias –dijo Jackson riendo un poco. Él no lo sabía, pero aquellas cosas hacían que la cabeza de Mark se alborotara cada vez más.
-¿Entonces debes venir 3 noches a dormir conmigo? –preguntó Mark con una cara bastante tierna.
-¿Es eso lo que te iba a pedir yo a ti? ¡Oye! Yo era el que iba a pedirte un favor a ti no al contrario... Estoy pagando de nuevo.
-Después de cenar te espero en mi cuarto –sentenció el americano y se levantó de allí. Antes de irse le revolvió el pelo al menor y cuando estuvo de espaldas a él sonrió contento de su logro.
Entrenaron por separado, comieron cada uno con su selección y lo mismo con la cena. Pero cuando Mark salía del comedor, el chino se apresuró a ir corriendo hasta él y subieron juntos a la habitación hablando de lo bien que habían ido sus entrenamientos.
Al entrar Mark respondió a los mensajes que tenía en su móvil y Jackson aprovechó para hacer lo mismo, aunque terminó mucho antes.
-¿Con cuánta gente hablas? –preguntó Jackson rodando por la cama aburrido de que no le dieran conversación.
-Con toda mi familia –respondió el otro y se sacó un selfie que lo mandó al grupo familiar y escuchó como Jackson se reía de fondo. -¿De qué te ríes?
-¿Quieres que te saque yo una foto? Así te ven lo flaco que estás y lo poco que comes.
-No, está bien con esta.
Mark dejó el teléfono cargando en la mesita y luego cogió su bolsita de aseo con su cepillo de dientes.
-Yo me voy a mi pasillo y ahora vengo –dijo Jackson levantándose.
Se lavaron los dientes por separado y se reencontraron en la puerta, al llegar la situación para Mark era algo incómoda porque sabía que se iban a desnudar y le ponía nervioso.
-¿Dormimos? –preguntó Jackson y no terminó de cerrarse la puerta cuando ya estaba sin camiseta.
"Joder" fue lo que pensó el más alto cuando vio que ya empezaba a quitarse ropa.
-Sí, claro.
A Mark no le quedó otra que quitarse la camiseta de igual manera y la dejó colocada en la silla, luego se quitó los pantalones y los colocó, todo el tiempo dándole la espalda. Cuando se giró Jackson estaba tumbado en bóxer en la cama y sin arroparse, esperándole.
-Lo que tardas –se quejó el chino y palmeó a su lado en la cama para que fuera con él.
Mark se metió en la cama y se arroparon, pero sin tocarse, se quedaron tumbados boca arriba mirando al techo y algo silenciosos.
-¿Acostumbras a dormir con muchos chicos también? –preguntó Mark y no se atrevió a mirarlo.
-¿Con chicos? No, a veces en china con algún amigo si quedamos para ver películas o para jugar.
-¿A qué juegas? –preguntó Mark. Se tumbó de costado para mirarlo, a lo mejor ahora le confesaba que eran juegos adultos y le gustaban también los hombres.
-Generalmente a videojuegos... A veces a las cartas o algún juego de mesa.
-Ahh... vaya.
-¿Y tú? Porque cada vez que se te acerca alguien sin camiseta parece que tienes alergia a los hombres, se te nota incómodo –dijo Jackson tumbándose de costado también.
-¿Alergia? Alergia dice... ¿Alergia yo? –preguntó Mark sorprendido casi riendo, notablemente nervioso.
-¿Ves? Estás incómodo –dijo el chino divertido.
-No, no... No me incomodan, a veces duermo con chicos, con amigos claro, con mis amigos a veces... que son chicos... y dormimos... dormimos como tú y yo, aunque no somos tan amigos –dijo Mark nervioso sin saber qué responder y notó cómo debajo de la sábana una mano le picaba las costillas y se sobresaltó tanto que casi se pone de pie en la cama.
-¿Qué? Soy yo, no pasa nada... ¿Así que ya somos amigos? –preguntó Jackson sonriente, no entendía por qué el otro se ponía así pero lo dejó pasar.
-¿Eh? No, pero casi, sigue así.
Se durmieron, y así pasaron los 2 días y noches siguientes. Entrenando y durmiendo juntos. Aunque les faltaba una noche más de las que le prometió Jackson a Mark por haberlo desvelado los días anteriores, esa noche decidieron dormir por separado así tenían tiempo para estar a solas y poder hacer videollamadas o simplemente llamar a sus familias. Cuando dormían juntos a Jackson le parecía normal, aunque siempre despertaran abrazados no le parecía nada extraño ni gay porque él nunca se planteó serlo ni tuvo amigos que lo fueran. Por el contrario Mark estaba feliz de la vida cada vez que sentía que los brazos del mayor lo rodeaban.
Al hablar con su familia ellos se sintieron aliviados porque lo vieron realmente feliz, al principio pensaron que se debía a JB y eso les asustaba pero el chico les dejó claro que no le importaba nada en absoluto y que lo único que quería de él era ganarlo en las finales.
Su familia tras verlo tan animado se alegraron por él y cuando colgaron, Mark fue a dormir, solo. La cama tenía aún el olor a Jackson así que no tardó en abrazarse a la almohada imaginándose que era él como un idiota, aunque no sabía si el chino se hacía el tonto o el difícil y que estaba captando sus indirectas pero fingía que no se enteraba o es que directamente no estaba pillando nada. De todas formas, él durmió feliz.
Jackson por su lado habló con sus padres, con su hermana y les puso al corriente de todo. Las competiciones de esgrima habían empezado unos días atrás y en breve iba a competir él así que su familia le mandó muchos ánimos y le dijeron que descansara bien. Se despidió y fue a dormir tan normal como había dormido toda su vida, sin echar de menos a Mark ni soñar con que estaba con él. Se quedó dormido en un santiamén.
A la mañana siguiente ya era día 8 y el más madrugador de los dos fue el primero en llegar al comedor, aunque se encontró con una pequeña sorpresa y es que estaban allí también JB, que no lo había visto, y Yugyeom, que enseguida se percató de su presencia pero fingió no verlo.
Mark miró alrededor deseando que llegara Jackson pero no aparecía así que no le quedó otra que entrar y acercarse con una bandeja a coger el desayuno. Dispuesto a sentarse con su comida, vio cómo se acercaba el más pequeño de los dos coreanos a él.
-Buen provecho –dijo Yugyeom y le dio un golpe a la bandeja de Mark haciendo que toda su comida se derramara en el suelo. Todos los miraron y el primero en acercarse fue JB que le dio un empujón al coreano para que siguiera de camino a la mesa y miró al americano. No dijo nada pero sus ojos transmitían un "perdón", cosa que Mark captó pero no dijo nada.