La Ilusión de una Verdad |ECA...

By AzenethMireles

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Primera parte de la saga: El Camino al Paraíso. Aunque te vallas, sabes que jamás podrás huir de tu pasado... More

Aclaración
Dedicatorias
Prefacio
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capítulo 17
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capítulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Epílogo
ESPECIAL *Conociendo a Cathalinna Capaldi*
ESPECIAL *El desastre que es mi vida*
ESPECIAL *Compras Navideñas*
Último especial

Capitulo 18

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By AzenethMireles

(Solo digo lo que veo)

Marina estaba encantada con la diversidad de recetas que sabía, y es que realmente mi nana se había encargado de enseñarme mucho, y otro tanto que yo había aprendido por mi cuenta. Estuvimos haciendo un estofado, yo le ayudaba como podía más que nada para aprender su receta, pues me estaba dedicando a los postres, la repostería era mi parte favorita de la cocina, hice las famosas galletas de algodón haciendo unas cuantas modificaciones a los ingredientes e hice algunos postres que mi nana me hacía de pequeña.

Casi habíamos terminado con la cena cuando escuchamos el timbre. Daniel apareció por la puerta de la cocina y con un dedo en sus labios dijo en voz baja.

—Ni una palabra a nadie sobre nuestro secreto.

Marina y yo nos miramos, ella aún tenía una mirada sorprendida. En cuanto Daniel salió de la cocina ella se giró hacia mí.

—Aún se me hace extraño, nunca pensé que se lo fuese a tomar tan natural.
—Él adora a Clary, supongo que esa es la razón.
—Puede que tengas razón.

—Hola Daniel —escuché la voz de mi queridísima Gemma.
—Gemma querida, pasa, Cathalinna y mi esposa están en la cocina.
—Gracias.

Dicho esto, no pasó mucho para que mi amiga estuviera junto a mi, ayudándome a terminar mis postres.

Daniel se había ido a su despacho, así que me quedé sola con Gemma en la sala cuando terminamos de decorar los postres. Era hora de torturar a mi amiga sobre su nueva relación, y además decirle las novedades del día de hoy, lo lamento Daniel, no puede ser secreto de cuatro, tendrá que ser de cinco porque no hay secretos entre Gem y yo.

—Y bien Gemma... ¿No tenías algo que contarme?
—Amm... no —dice evasiva.
—Eres mentirosa, claro que tienes que contarme bien sobre Michell. ¿Lo sabe ya Stella?
—Rayos, Cathy, no puedo creer que siempre me saques toda la información —suspira más emocionada que frustrada— Y no, Stella no sabe nada de nada, aunque igual no creo que se tarde mucho en enterarse, se siente extraño que tu mejor amigo sea tu novio.

—No tengo punto de comparación —dije medio riendo.
—Obvio que no, jamás quisiste aceptar a Rodrigo, inclusive no te despediste de él.
—¿Vas a recriminármelo toda la vida?
—El tiempo que sea necesario —dijo ella decidida.
—Bien, ¿Y Kaleb? —había decidido que era mejor poner en contexto a Gemma, después de todo, corría el riesgo de que en cualquier momento él apareciera con la tal Jessica.

—Voy a dejar el tema, creo que todo esto fue una locura —dijo frustrada con las manos en su rostro— es decir, nunca hablamos acerca de ser algo y simplemente ya dejé que dos veces me ganara el deseo antes de pensar en las consecuencias emocionales de todo.

—Lo siento Gem.
—No tienes nada que sentir —dijo después de unos minutos de silencio, pero el tono que usó a continuación no me había gustado para nada— no es tu culpa, en todo caso es mía por confiar en un desconocido.
—Gem, no te lo dije para que lo detestes...
—No lo hago, sé que parece así, pero a la única persona a la que justo ahora detesto es a mi misma, créeme.
—Lo hago, no lo dudes —le dije afectiva, entonces ella suspiró y con una sonrisa que no llegó a sus ojos me dijo.

—Voy a salir con él el martes, iremos a cenar —iba a protestar, pero ni siquiera me dejó— ya sé que el miércoles tengo examen, pero te prometo que voy a leer algo antes, por favor Cathy, de verdad quiero ir, necesito saber si esto con Michell va a funcionar o no, no quiero lastimarlo y solo lo sabré con la convivencia... —Gemma seguía rogándome que la dejara salir, lo cuál resultaba gracioso si tomamos en cuenta que ni siquiera en Grecia le pedía permiso a Alethia para salir.

—Gem, ve. No eres una niña, y yo no soy Alethia, solo ve y diviértete mucho.... y no tomes alcohol por favor —le digo recordando lo ocurrido con Kaleb.
—Cielos, no —dice contrariada— te juro que no vuelvo a hacer una locura como esa.
—Espero le hayas dicho que no me dormiré hasta que llegues —amenazo.
—Claro que lo sabe, le dije que, aunque fuésemos amigos de años, eras diferente como juez que como amiga, le dije que eras el primer filtro, pero el más importante. Y que, si tú no lo considerabas bueno para mí, harías hasta lo imposible para deshacerte de él —dijo Gemma segura y seria.

—¡Dios!, me has puesto como un monstruo —le digo riendo.
—Bueno, es preferible, así se comportará.

Ambas reímos por sus tontas ocurrencias, esa era la Gem que yo adoraba, la loca amiga que siempre tenía ocurrencias extrañas.

—¿Tía Marina? —dijo la voz de Kaleb asomándose. Gemma se tensó enseguida y su risa se apagó.
—Hola Kaleb —dije de lo más normal, el chico nos miró a ambas, sin embargo fue clara su sorpresa ver a Gemma.
—Hola Gemma —saludó Kaleb.
—Hola Kaleb —respondió ella y pude escuchar esa nota de llanto contenido en ella.

—¿Han visto a mi tía?
—Subió con Clary.
—Deberías irte a cambiar amiga —dijo Gemma mirándome.
—Cierto, ¿Me acompañas? —dije solo para evitar que se quedara sola con Kaleb, ella tomó la oferta y se levantó.
—Con permiso —dijo al pasar al lado del chico que se mantenía cabizbajo.

Con Gemma subí a darme una ducha rápida y a ponerme el vestido que Clary me había escogido esa mañana, acomodé mi cabello y Gemma me compartió de su labial. Ella estuvo en su teléfono todo el tiempo.

—¿Por qué te enojaste con Raymond? —dijo de repente sorprendiéndome.
—¿De qué hablas?
—Cathalinna por favor, conmigo no —dijo con cierto tono de regaño— le llamaste "el idiota de mi clase de literatura" y eso solo lo haces cuando estas molesta con él. Además de que están aquí tu y Clary sin él. ¿Hizo algo?

—Nada de importancia, o eso espero —ella me miró confundida.
—No te entiendo.
—Estuvo coqueteando con una chica, la verdad es que no la vi bien, pero Clary si, y eso fue lo que me molestó, mira, se que él tiene derecho a rehacer su vida si así lo quiere, pero Clary no tiene que cargar con esas consecuencias, no cuando ella apenas y sabe algo de su mamá.

—¿No será que estás celosa? —inquirió mi amiga divertida.
—Claro que no Gem, ¿Cómo puedes pensar eso?

—Mami, dice la abuela que si puedes bajar por favor —dijo Clary asomando la cabecita por la puerta.
—Si Muñeca, enseguida voy, ¿Tu ya estás lista?
—Casi, solo me falta ponerme mis zapatos.
—Ve entonces —le dije y ella salió cerrando la puerta, cuando miré a Gemma ella lucía perpleja.

—Ahora veo por qué no te afecta —dijo ahora con una sonrisa tierna— es ella quien te preocupa realmente.
—Te lo dije.
—¿Sabes? Es extraño escucharla decirte mamá, no sé, me dio escalofríos, pero no de una mala manera.
—La adoro Gem, y no quiero que nada la lastime, ni siquiera Raymond y eso es lo que hará si frente a ella se va a coquetear con cualquier chica.
—Será mejor que bajemos, tu suegra te llama.
—Técnicamente no es mi suegra, no salgo con su hijo.
—Pero su nieta te dice mamá, eso te hace su nuera —dijo con tanta determinación que no me atreví a llevarle la contraria.

Al bajar, Athala y Greta estaban colocando la mesa, así que les ayudamos. Era sorprendente cómo nos habíamos acoplado en poco tiempo a esta familia, hasta Gemma parecía a gusto con todos. Solo faltaba Roxana, pero Greta la había justificado diciendo que tenía muchos deberes y era necesario que los terminara. Yo no le creí, y estaba segura que Gemma tampoco, Athala solo se había encogido de hombros.

Cuando terminamos de poner la mesa, fuimos a la sala a esperar a los demás y grande fue nuestra sorpresa al ver a una rubia de ojos castaños sentada junto a Kaleb. Athala se había sentado a su lado y charlaban, Greta por otro lado, estaba tan incómoda como Gemma o como yo.

—Chicas, vengan quiero presentarles a Jessica —dijo Athala alegre mientras señalaba a la chica junto a ella, luego se dirigió a ella— son mis amigas, la castaña bonita es Gemma Connelly y la rubia es Cathalinna Capaldi, la novia de Raymond.

—No soy su novia —aclaré, pero Athala le restó importancia a mi comentario.
—Aún, pero algún día lo serás —dijo, recordándome a Tiffanny. Ni Gemma ni yo saludamos a la chica, tal vez pareciese grosero, pero tampoco se me hacía correcto ser hipócrita.

Camille nos salvó de responder al aparecer emocionada repartiéndole besos en las mejillas a todo el mundo.

—Es bonita —dijo Gemma en un momento en el que estábamos un tanto alejadas de todos.
—No como tú —le dije a mi amiga.
—Es bonita igual, no puedo competir con alguien así —dijo ella cabizbaja.
—Gemma, no sé que es lo que ese imbécil te hizo, pero es obvio que no puedes competir con ella, ella es lo que él merece, tú eres mucho más que eso.

Gemma me sonrió de lado un poco más animada, entonces enfocó algo detrás de mí y su sonrisa cambió de intención.

—Llegó el papá de tu hija —dijo con melodía y por alguna razón, eso me dio risa.

Me giré y lo vi, estaba parado a mitad de la sala y no se veía nada feliz y todos parecieron darse cuenta de ello. Estaba tenso y su mandíbula estaba apretada, sus ojos habitualmente llenos de diversión, estaban obscuros y furiosos, como si en el mar de su mirada hubiese un huracán.

—Hola familia —dijo en tono tan frío que hasta sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral.
—Hola —saludamos todos, Raymond caminó hacia mí y ya a unos cuantos pasos dijo.
—Cathalinna ¿Podemos hablar un momento?

Todos me miraban expectantes. Como si estuviesen esperando que lanzara una señal de S.O.S. o algo así. Ya sabía de qué quería que habláramos, así que no estaba para nada preocupada, aquí el preocupado debía ser él. Miré a los presentes y decidí que no quería que hubiese público en lo que le diría. Después de todo, su vida era solo de él.

Con toda la dignidad de la que era capaz, me levanté y erguida caminé hacia Raymond, sin embargo, pasé de largo. Eso le sorprendió, pero no dijo nada, simplemente me siguió escaleras arriba bufando como un toro. Lo llevé a la habitación que me había prestado Marina y una vez ambos estuvimos dentro cerré la puerta. Esperé unos segundos antes de girarme hacia él, estaba respirando con los ojos cerrados, como si intentase calmar su respiración, sin mucho éxito, al final solo me miró.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó con furia contenida.
—¿Hacer qué? —pregunté, no era que no lo supiera ya, pero habíamos hecho tantas cosas... que en realidad no sabía cuál de ellas es la que le había molestado.
—En primer lugar, llevarte a MI hija sin mi permiso.

—¡Ay Raymond!, por favor, no habías visto a tu hija desde no sé cuánto tiempo —le dije enojada— ¿Ahora resulta que la adoras con tu alma, no?, Además, no me la llevé te dije a dónde íbamos y te dejé una nota.
—No era forma Cathalinna. No tenías derecho, como tampoco lo tenías de haber gastado millonadas en la comida del restaurante.
—Yo no pedí nada, todo lo pidió Clary.
—Pero tú fuiste quien la dejó pedir a su antojo —estaba enojado, eso era seguro— y quien le compró todo lo que quiso de ropa y juguetes.

—Raymond, la has tenido abandonada por años, era una forma de compensarlo, la tienes en un abandono total —le grité ya desesperada. No quería recurrir al reproche.

—Cathalinna, no tienes ningún derecho con ella, no es tu hija, y no sabes lo que es mejor para ella como para...


—¿Y tú si lo sabes? —le dije con ironía y dolor— ¿Crees que lo mejor para ella es vivir con sus abuelos toda su vida y que su padre no quiera verla? ¿Crees que lo mejor para ella es que solo vea cómo a todas sus amigas las van a ver sus padres a las presentaciones de la academia y a ella no? ¿Cómo a todas les dan increíbles regalos de cumpleaños y a ella no? Dime Raymond —lo reté— ¿Eso es lo mejor para ella? ¿Tan deshumanizado eres? ¿Tan poco quieres a la niña?

—Tú no sabes... —comenzó a decir, pero lo interrumpí, a esta altura ambos estábamos gritando y seguramente nuestros gritos se escuchaban hasta la planta baja.

—Ya lo sé, yo no sé lo que es sufrir el abandono —dramaticé poniendo cara de sufrimiento— de la persona que más amé en mi vida, superar su engaño y su mentira perfecta, y que me dejara con la responsabilidad de cuidar a una pequeña niña que además es idéntica a ella, ni lo que es recordarla al ver a la niña... No —le dije seria— no lo sé. Nunca me pasó. Pero si me sucediera, si fuera yo la que se queda embarazada, no estaría lamentándome toda la vida... porque, para empezar, tienes que luchar no solo por ti, sino también por ella, porque, por si se te olvida o si no lo quieres aceptar, te tengo una mala noticia. CLARY ES TU HIJA, y jamás va a dejar de serlo, y los hijos no son eternos Raymond.

—¿Tú que puedes saber de hijos? —me dijo con un resentimiento enorme. Pero en ese momento estaba demasiado enfadada para que me importara.

—Tal vez no sea madre, Rickford, pero puedo decirte algo que sé que en algún momento de tu vida vas a recordar —sentencié apuntándolo con mi dedo— los hijos no son eternos Raymond, ahorita Clary te necesita, quiere que la escuches, que la mimes, que la cargues, que juegues con ella, quiere enseñarte sus dibujos, sus pasos de baile, las nuevas palabras que descubre, quiere regalarte sus risas, su tiempo, quiere hacer lo que haces tú. Entiéndelo, ahorita eres su superhéroe, eres lo máximo en esta tierra para ella. Eres su ejemplo a seguir, son tus huellas las que ella quiere seguir, quiere ser tu sombra, quiere tomarte la mano y que le hagas cosquillas, quiere que rías con ella.

<<Después, después Raymond —le digo ya bajando el tono, sé que lágrimas ya corren por mis mejillas, porque siento mi boca salada— ella ya no va a buscarte, ella va a darse cuenta de que no tiene tu atención, y va a buscar otras atenciones, ella va a seguir a las personas que se las den. Ya no va a querer cantarte una canción, ni acampar contigo, ni que le leas un cuento. Ella va a crecer, y esa venda que tiene ahorita, se va a caer, y va a ver quién eres en realidad. Que siempre la aislaste de tu vida, y que no te importaba lo que hiciera.

<<¿Te has preguntado que va a pasar el día en que seas tú quien la busque a ella? —por ese breve momento, su expresión cambió, como si no creyera que alguna vez el fuera a necesitar de su hija— Tal vez tu niña ya no va a ser una bebé, va a ser grande, y ya no le va a interesar que su papi la abrace, o la cuide. Le va a dar pena que la vean de la mano de su papá, o simplemente va a ignorarte, igual que haces tú con ella ahora. ¿Ahora, qué camino quieres para tu hija? ¿Quieres que sea igual que su mamá, que solo busque conveniencias? ¿Que solo busque comodidades? ¿Ya pensaste en todos los peligros que puede correr esa pequeña? ¿En todos los malos caminos que podría seguir sin un buen guía?

Raymond también lloraba, enserio esperaba que esto le ayudara en algo.

—Debes dejar de ser egoísta —le dije más cerca de él y en voz bajita— porque si sigues como estás ahora, le estarás haciendo lo mismo que le hizo su mamá. Abandonarla. Si sigues pensando en ti antes que en Clary, perdóname, pero no eres mucho mejor que su mamá —suspiré calmándome un poco y le dije ya tranquila— Rayrick, tienes un tesoro enorme, Clary es tu más grande tesoro, porque es la única que siempre va a estar de tu lado, sin importar si estás equivocado. No pierdas a tu hija Gordo, porque si lo haces, vas a arrepentirte toda tu vida.

Guardamos silencio unos minutos, ninguno habló, sin embargo, yo tenía una batalla interna, sabía que, si le decía la razón por la que me llevé a Clary de ahí, tal vez él malinterpretara las cosas, pero ¿Y si no lo hacía? tal vez fuera la única manera en que entrara en razón respecto a Clary. En realidad, ahí yo peligraba bastante, tanto que tal vez el me prohibiera ver a Clary nuevamente. Pero debía hacerlo por bien de ella, de Clary. Tomé aire y le dije en la voz más calmada y suave que pude.

—¿Sabes por qué me llevé a Clary de ahí? —el me miró, hacía un rato que no levantaba la vista del piso, probablemente desde que había comenzado a llorar. Sus ojos estaban hinchados y curiosos, él meneó la cabeza negando, entonces yo seguí— Su mamá la abandonó Rayrick, la dejó a los días de nacida, ¿Qué le ibas a decir cuando te viera con una mujer de tu brazo? "Mira hija, ella es la que va a reemplazar a tu madre, a la cuál por cierto no conociste, pero te aviso, ella no es tu mamá he" ¿Eso le ibas a decir?

Ray abrió sus ojos como platos, estaban asustados y denotaban preocupación y culpa.

—Ray, ella no está lista para afrontar eso. No tiene a su papá con ella, no puedes simplemente de repente presentarle a una nueva mamá, cuando ni siquiera conoce bien a su papá. Es una niña Raymond, iba a hacer preguntas. Y casi puedo apostarte que serían preguntas, que tú tampoco estabas listo para responder en ese momento. Yo no soy madre, pero si soy esa hija, que se alejó de sus padres por mi bien, porque estar cerca de ellos, solo me lastimaba. Piénsalo.

Me di la vuelta para salir de la habitación y comencé a caminar, la verdad es que la conversación también me había dejado algo sentimental, pero si con eso yo ayudaba a Clary, habría valido la pena. Al menos ya había descargado todo el enojo del día, sabía que en más de una vez había herido a Raymond con mis comentarios, pero este no era el momento de pedirle disculpas, debía dejarlo escarmentar... ya llegaría el momento de los sentimentalismos y las disculpas por haber herido sus sentimientos.

Entonces sentí cómo Raymond me jalaba del brazo, y cómo de repente me estrechaba entre sus brazos con fuerza, aunque sin hacerme daño. Tenía su cara escondida en mi pelo y me abrazaba como si con eso salvara su vida. Tardé un poco, pero después de vacilar un par de veces, le devolví el abrazo. Parecía un niño pequeño llorando, sollozaba. Traté de relajar mi respiración, normalmente cuando Gem estaba en crisis y me abrazaba cual koala, si yo mantenía una respiración acompasada y tranquila, ella terminaba calmándose. Intentaría lo mismo con Raymod, tal vez funcionara. Comencé a regular mi respiración, inhalando, exhalando, con calma y tranquila. Tal vez si que me había pasado un poco.

La respiración de Raymond también comenzó a cambiar, a ser más lenta, más rítmica, justo cuando pensé que ya había decidido aflojar su abrazo, me apretó más, como si tuviera miedo de que su salvavidas se fuera.... y a decir verdad me sentía demasiado extraña haciendo de su salvavidas. Digo, no es que me molestara, pero su salvavidas no tenía que ser yo. Llegó el momento en que nuestra respiración se sincronizó, después de eso solo pasaron unos minutos para que me soltara... bueno, al menos ya había aflojado su abrazo, fui yo quien lo hizo separarse.

—Creo que deberíamos bajar, o subirán a asegurarse de que no nos hemos matado —dije sonriendo. Lo que hizo que él sonriera conmigo.
—No quiero que mi madre me incrimine de asesinato.
—Tu mamá no haría eso —le dije convencida.
—Yo creía eso hasta hoy cuando llegué... me advertía con su mirada que no te hiciera nada.
—Bien, entonces evitemos que vayas a la cárcel y bajemos.

Primero salí yo, me asomé en el cuarto de Clary para descartar que no estuviera ahí, y al asegurarme, bajé a la sala, y en cuanto entré, todos corrieron a verme, Gem me abrazó y todos me preguntaban si estaba bien, debo admitir que esta familia era demasiado divertida.

—Creo que ella está bien, no tienen de qué preocuparse —dijo Rayrick apareciendo en la puerta ya con su habitual sonrisa ladina. Todos lo miraron asombrados, entonces se hizo un silencio bastante incómodo, que finalmente Raymond rompió— ¿Alguien más tiene hambre?

Todos parecieron salir de una especia de trance, entonces todos se fueron cada quien por su lado... luego pareció que recordaron que íbamos a cenar y todos se fueron al comedor, bueno, todos excepto Athala, quien se acercó a Raymond y le dijo con voz maquiavélica.

—Quién diría que sería ella la que te pusiera en tú lugar primito...
—Athala... —advirtió Raymond.
—Solo digo lo que veo, jamás creí verlo Ray, pero he aquí... Y solo para que sepas, Camille concuerda conmigo.

—Vamos Athala, dame un respiro de eso...
—Yo no fui, tus acciones hablan primo... llevaste a Clary a Mountauk, en lo personal, eso dice mucho.
—No empieces...
—Bien, no lo hago —dijo, entonces me miró a mí— Vamos Cathy, tengo hambre, la tía Marina cocina increíble, y me llegó el rumor de que Clary ya probó el postre y dice que está delicioso.

Me tomó del brazo y me llevó hasta la cocina en plan "Yo sé que lo dejé pensando en la ecuación de la vida y eso me hace feliz" Me senté a su lado en la cena, estaba Athala a mi izquierda y Gem a mi derecha, Greta estaba junto a Athala y Camille junto a Gemma, las tres conversábamos como viejas amigas. Eso me hizo pensar en Victoria. Ella era muy amiga de Roxana, y probablemente en ese momento estaban las dos juntas cenando. La cena fue buena, amena y divertida.

Al finalizar la cena, Kaleb se había ofrecido a llevarnos dado que le quedaba de paso para su departamento, pero por obvias razones, no pensábamos aceptar.

—No es molestia enserio —había dicho el chico sonriente.

—Es que, enserio no queremos molestar —había dicho Gemma ya con una nota peligrosa en su voz, que aparentemente solo yo detecté.

Busqué a Raymond con la mirada y cuando encontré sus ojos, recé para que entendiera mi pedido de auxilio. Su rostro mostró confusión, pero enseguida cambió a uno de entendimiento.

—Yo puedo llevar a Gem y Cathy, así solo dejas a Jess y tu y Athala se van al departamento —ofreció Raymond a su primo.

—En realidad, de ser ese el caso, me voy con ustedes —dijo Athala mirando a Raymond— esta noche quiero dormir —añadió mirando divertida a su hermano y Jessica, la chica solo le había sonreído cómplice, Kaleb... bueno, era difícil descifrar su expresión.

—Bien no se diga más —había dicho Marina— Kaleb, váyanse que se hace más noche y llámame cuando lleguen.

—Sí tía —dijo el chico antes de salir con Jessica.

—Cuida a las chicas —aconsejó Marina a su hijo.

—Claro mamá.

Nos despedimos de todos y nos fuimos al auto de Raymond, iba a subirme atrás, pero Athala no me lo había permitido, así que terminé siendo copiloto. A los pocos minutos de viaje, y en medio de una amena charla, Athala se quedó dormida y Gemma se dispuso a hacer lo mismo.

—Gracias Gordo —le dije cuando estuve segura que ambas dormían.

—No sé que sucede aquí, pero si en algo puedo ayudar dímelo Princessa.

—No es el algo mío, pero igual gracias.

El viaje había pasado sin más incidentes, y en un cómodo silencio que ninguno se atrevió a romper, resultaba tranquilizador poder estar en silencio después de habernos gritado unas horas antes, era una sensación de paz.

—Servidas señoritas —dijo una vez llegamos a Delta Gamma. Procedí a despertar a mis amigas, que bajaron enseguida aún adormiladas, ya estaba casi fuera cuando me volví a sentar en el asiento y me giré hacia Rayrick.

—Gracias de nuevo y lo siento por lo de antes —agregué.

—¿Por qué? —inquirió, como no sabía a qué se estaba refiriendo, decidí abarcar todas las opciones.

—Por todo Gordo, pero más que nada, por estar con Clary —añadí para darle un beso en la mejilla— Descansa Gordo.

Una vez hecho esto salí del auto y arrastré a Gemma y Athala dentro de la fraternidad, esperando no hubiesen notado nada. Era tarde, así que la única que estaba ahí era Tiffanny.

—Que bueno que llegan, tengo mucho sueño y mañana salgo temprano para Yale —añadió mirándome significativamente, Athala solo bufó.

Subimos a nuestro piso y una vez ahí Athala se fue a su cuarto y Gemma y yo hicimos nuestro ritual pre-bed, luego cada una se fue a su habitación, estaba ya rindiéndome a la inconsciencia cuando un peso en mi cama me alerto, no era otra sino Gemma.

—Debemos averiguar qué sucede con Athala y Roxana —dijo convencida.
—Si, ya lo había pensado —dije adormilada— pero no sé si sea buena idea... es meternos en situaciones familiares.
—Siendo honestas Cathalinna... ya estamos metidas hasta el cuello con esa familia y lo sabes.
—Si, bueno... creo que sí.

—Tú ibas a decirme algo de Clary, me lo dijiste por teléfono.
—Si, bueno, ya la escuchaste —dije incorporándome en la cama— me dijo mamá.

—Aún no puedo creerlo, esa niña es sorprendente. ¿Raymond lo sabe?

—No, no lo sabe, solo lo sabemos Marina, Daniel, tú y yo.

—¿Daniel no se molestó?

—Sorprendentemente no, solo me pidió que lo guardáramos en secreto. ¿Sabes? Me convencí a mi misma de que no... bueno, ya sabes, y ahora pasa esto. No te lo dije antes, porque no lo había terminado de asimilar.

—¿Cómo te sientes exactamente?

—No sabría cómo explicártelo, pero fue como si me calentaran el pecho, y sentí un escalofrío, pero definitivamente me sacó una sonrisa con esa palabra.

—No sé que decirte, supongo que algún día lo experimentaré y entonces sabré cómo es que te sientes justo ahora, pero si te hace bien, yo te apoyo. Aún así, ¿Con Raymond no hay nada?

—Gem, no hay nada. Pero solo el tiempo lo dirá —le dije pensando en lo que había pasado el día que llegamos a Mountauk.

—Bueno, en lo que ese tiempo llega, ¿Puedo quedarme a dormir esta noche?

—Tus demonios son los míos Gem —le respondí simplemente, haciéndole un lugarcito en la cama.

Hacía mucho tiempo que no dormíamos juntas, desde antes de irnos de Grecia. Habíamos adquirido la costumbre cuando ambas empezamos a tener problemas con el mundo, especialmente con nuestros padres. Y ambas nos habíamos prometido que compartiríamos los demonios de la otra lo mejor que pudiésemos, esta vez, me tocaba contenerla a ella. Y sabía perfectamente que su demonio esta vez, tenía nombre y apellido y además una novia con la que seguramente esta noche se estaría divirtiendo en grande.

Hasta ese momento, no supe cuán importante era Kaleb Smith para Gemma. Le hacía el suficiente daño como para que ella tuviera miedo de dormir sola, y solo por eso, Kaleb se unió a mi lista de personas a evitar, ya le había advertido que no jugara con mi amiga, y no me había hecho caso.

—Gracias Cath —susurró Gemma.

—Descansa Gem —respondí dispuesta a dormir. 

****************

Hola mis Seres de Luz!!!! Sé que los he tenido un poco (MUCHO) abandonados. Espero que les guste a todos. Y de nuevo, disculpen la demora con la historia, prometo no dejar que pase tanto tiempo. I promise U. 

Por ahora.... Voy a hacerles un maratón empezando hoy y terminando el viernes, así que.... serán tres capítulos en una semana, hasta para mí es mucho jajaja

¡¡¡¡Gemma y Cathy conocieron a Jessica!!!! y al parecer Athala se lleva muy bien con ella... 

Recuerden que si esta historia les gusta...

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Quiero saber que piensan sobre las modificaciones....

Abrazos y Saludos

11/07/18
11/11/19
07/07/20

Azeneth

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