Hawa: Debemos salir a flote |...

By meg-books

848K 85.1K 12.5K

COMPLETA - PRONTO EN LIBRERÍAS. Tras los intensos acontecimientos que han ocurrido últimamente, Audrey recibe... More

Sinopsis
❄ Preludio ❄
Capítulo 1
Capítulo 2 (Parte 1/2)
Capítulo 2 (Parte 2/2)
Capítulo 3
Capítulo 4 (Parte 1/2)
Capítulo 4 (Parte 2/2)
Capítulo 5 (Parte 1/2)
Capítulo 5 (Parte 2/2)
Capítulo 6 (Parte 1/2)
Capítulo 6 (Parte 2/2)
Capítulo 7
Capítulo 8 (Parte 1/2)
Capítulo 8 (Parte 2/2)
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12 (Parte 1/2)
Capítulo 12 (Parte 2/2)
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19 (Parte 2/2)
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22 (Parte 1/2)
Capítulo 22 (Parte 2/2)
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25 (Parte 1/2)
Capítulo 25 (Parte 2/2)
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28 (Parte 1/2)
Capítulo 28 (Parte 2/2)
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33 (Parte 1/2)
Capítulo 33 (Parte 2/2)
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36 (Parte 1/2)
Capítulo 36 (Parte 2/2)
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41 (Parte 1/2)
Capítulo 41 (Parte 2/2)
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44 (Parte 1/2)
Capítulo 44 (Parte 2/2)
Capítulo 45 (Final)
Top 15 Comentarios + Agradecimientos
Tercer libro: Gea + Avisos
¡Concurso!

Capítulo 19 (Parte 1/2)

11.5K 1.3K 93
By meg-books

¿Que no quiso hacerme frente? Ni siquiera sé cómo tomar eso. ¿Lo habrá hecho por miedo, o...?

—¿Podemos ya avanzar de una vez? —pregunta incómodo.

—Dijiste que tu padre no confió en ti para ir al mirador...

—Vinimos para que te enseñe algo, ¿no es así? —Responde, muy evasivo— No sé qué habrá pasado para volvieras tan emotiva, pero yo no puedo perder el tiempo.

Se da media vuelta y su figura desaparece mientras baja por la colina. Su repentino cambio me sorprende un poco, pero no tengo ganas de que se ponga de malas. Se nota que realmente no quiere hablar del tema. Emprendo la marcha de un brinco y trato de seguirlo a través de los árboles.

—Lo lamento... —musito, tratando de no correr tan rápido y caerme por la inercia— tienes razón, no debería perder tu tiempo con mis estupideces.

Sam voltea ligeramente la cabeza para verme con las cejas arqueadas.

—Yo no dije que dijeras estupideces. Simplemente, dejemos el tema aquí. No voy a hablarte sobre lo que Abner hace o no conmigo.

Intento que no se enoje, pero parece que lo empeoro un poco. Sé que no va a contarme lo que sucede entre él su padre, pues Sam no dejará de verme más como una ignisia que como una multi.

—No quiero meterme entre lo que hagas con tu padre...

—¿Por eso me preguntabas todo esto? —se voltea por completo, de repente, y yo tengo que dar unos pasos atrás para que no quede tan cerca de mí— ¿Todo esto de si podía o no confiar en alguien?

—No, no... —tartamudeo, no quiero que piense cualquier cosa— No lo hacía para entrometerme, te lo juro.

—Porque ya te dije que no, no tengo a nadie, así que por esa razón tampoco diré nada.

—Sam —digo, con voz calma. Levanto las manos para que se detenga un momento—, tranquilo. Lo dije por mí, de verdad. Solo estaba pensando en eso... y te tenía a ti cerca para hablar al respecto.

Parece querer responderme, pero cierra la boca y se da media vuelta para seguir caminando. Reacciono y vuelvo a seguirlo, tratando de ir a la par suya esta vez.

—¿Estás molesto?

—No.

—No quería molestarte.

—Que te digo que estoy bien.

—No tocaré ese tema de nuevo si no quieres.

—Mejor así.

—¿Entonces ya no estás molesto?

Sam se detiene y levanta las manos como si quisiera estrujar dos bolsas de aire.

—¿Siempre eres tan...?

—Perdón. Cerraré la boca. Sólo pasa que no me gusta que la gente quede enfadada conmigo.

—Eres la chica más rara que he conocido... —masculla mientras volvemos a caminar.

—¿Por qué dices eso?

—Porque primero estás en tu auto asustada pensando en marcharte. Luego bajas y te enojas por el sitio que elegí. Después te pones toda emotiva quién sabe por qué y me sueltas todo el tema de que quieres confesar cosas que ahora no puedes expresar, o que la gente en quienes confías no podrán creerte. Me agarraste desprevenido con toda tu extraña filosofía, así que me pongo en tu situación y te ofrezco un tiempo para meditarlo. Y ahora te pones en plan arrepentida y no dejas de hablar. Te repito que no estoy molesto contigo. Ahora, por favor, tengamos una clase en paz.

Me quedo sin poder decir nada. Lo sigo entre los árboles en silencio, y creo que Sam lo agradece en su interior. ¿Cómo no van a pensar que soy demasiado inestable emocionalmente si termino actuando así?

«Vamos, Audrey. Mantente serena por hoy, ya volverás al Gremio y arreglarás todo el tema de Fénix y las llaves. Concéntrate en la lección de Sam».

Prefiero no decir nada más hasta que llegamos a terreno plano. Ya no estamos en el bosque, pero tampoco en la parte de las viviendas. Más parece el intermedio entre las dos zonas, aunque no se ve ninguna casa. Sólo percibo algunos bellos caminos hechos de adoquines y, en el centro, una fuente gigante.

—Con que esta era el agua que decías que había en el medio de las colinas —comento al cabo.

—Sí. Nada de hawas escondidos detrás de los árboles —responde sarcástico—. Si quieres puedes ir y darte una vuelta.

—Ya, de acuerdo —lo atajo, acercándome al borde de la fuente—. Tenía miedo de salir del auto porque no te veía por ninguna parte.

Sam se acerca al borde de piedra que rodea la enorme fuente. Ésta tiene en el centro la estatua de un ángel desnudo que se pasa una mano por el cabello y la otra por el vientre, como si se estuviera duchando. Alrededor de ella, es como si hubieran construido una piscina gigante, porque no hay nada más que unos tres o cuatros metros cuadrados hasta llegar a los bordes.

—Siempre venía aquí de pequeño para practicar —dice, mientras mete los dedos en el agua y juega con ella.

Me acomodo cerca de Sam y lo imito, sumergiendo mi dedo índice y sintiendo la baja temperatura del agua.

—Definitivamente es un sitio mejor que la playa —comento, comenzando a hacer girar el dedo—. Mucho menos... público.

Sam levanta la mano, con la palma hacia abajo y los dedos posicionados en forma de flor abierta, y entonces de la fuente surge un pequeño remolino de agua que se eleva hasta dar con su piel. Se queda mirándolo como si nada, con la cabeza ladeada y los ojos relajados, mientras que yo separo la vista de mi propia mano y me quedo prestándole toda mi atención. El agua gira y gira sin parar en un largo cilindro, y Sam ni siquiera está moviendo la mano o los dedos.

—Sin dudas —comenta medio tarde.

Trato de despegar mi mirada de lo que está haciendo para no verme tan asombrada y atraída. Vuelvo a sumergir la mano y hago una leve contracción de músculos para lograr que se provoque una pequeña explosión dentro del agua.

En efecto, lo hace. Y no me sorprende demasiado.

—Vaya —comenta él, aunque sin un entusiasmo exuberante—, al parecer no estás tan escasa de conocimiento como creía, ¿no es así?

Me mira fijamente, sin previo aviso, y creo que me ruborizo un poco. ¿Es una forma suave de comentar que estoy haciendo algo bien?

—He estado practicando, aunque no lo creas —digo, volviendo mi atención abajo—. Me está gustando hacerlo, y creo que eso es porque no se me da tan mal.

—¿Practicando? —pregunta, frunciendo el ceño— ¿Dónde?

—En la ducha —respondo, y se me escapa una carcajada seca como un resoplido. Sam sonríe—. ¿Dónde más podría?

—Mira, todos los días se aprende algo nuevo —exclama, cerrando la mano en un puño y rompiendo su conexión con el agua. La espiral se deshace y cae con brusquedad— ¡Los ignisios se duchan!

—Ja, ja. Qué gracioso.

—Sí, es un chiste viejo entre nosotros.

Sam se pone en pie y me lo quedo mirando en espera de que me diga qué tengo que hacer.

Pero no me aguanto la paciencia.

—¿Qué haremos?

—Ya parece que controlas bien el agua.

—Entonces, ¿qué? ¿Ya está? —pregunto incrédula.

—No, vamos a ir un paso adelante.

Vaya. Nunca llegué a eso. Creo que nunca he pasado un primer paso siquiera. Supongo que, con los ignisios, siempre quedé atascada en la primera lección.

—¿Y cuál es ese?

Sam me hace un gesto para que me ponga en pie, y le obedezco. Se inclina hacia adelante y apoya la palma en la superficie del agua, sin sumergirla. Ladea un poco la cabeza para verme con una mezcla de fascinación y misterio.

—¿Estás lista?

Continue Reading

You'll Also Like

21.2M 1.3M 154
¿Qué puede desear más el futuro rey, el trono o a esa mujer? Registrado en Safe Creative bajo el Código de registro: 1802285905396 Me abstengo de pe...
2.3M 218K 32
Cómo los gatos hacen antes de morir: El día a día de Samuel «Y como los gatos hacen antes de morir, me alejé de las personas que estimaba» La madre d...
71.1M 3M 60
Culpa mía es una película basada en la trilogía "Culpables" - Próximamente disponible en Amazon Prime. ¡Disponible los 16 primeros capítulos! **Ganad...
57.3M 3M 26
TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Si...