Inside

By comfortingsounds

211K 12.8K 3.6K

Allison y Harry, cuya amistad fue destruida años atrás, volverán a unirse para intentar resolver un misterios... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
Nota de la autora

36

3.9K 249 128
By comfortingsounds

Detengo el coche en mitad de la amplia y solitaria extensión de tierra en la que nos encontramos. Después de que cese el ruido del motor y transcurran varios segundos, comienzo a escuchar en la lejanía el graznido de un par de gaviotas que sobrevuelan la playa. Al frente, el mar se extiende hasta la infinitud. El sonido de las olas me llega vagamente a través de los cristales del vehículo. Harry me mira.

—¿Por qué aquí? —pregunta, con cierta incomodidad. No le devuelvo la mirada.

—Es el primer lugar que se me ha venido a la mente.

Abro la puerta y salgo al exterior. El viento me revolotea el pelo y el olor a sal empieza a impregnárseme en él. Permanezco de pie delante del coche, mientras Harry cojea hasta acudir a mi lado.

—¿Vamos?

No espera mi respuesta. Comienza a caminar con relativa rapidez y se adentra en la playa a través de las tablas de maderas colocadas sobre la arena. Lo sigo en silencio, con las manos introducidas en mi abrigo y el rostro entumecido por el frío. Harry se detiene al final de la pasarela y se queda observando la arena con cierta vacilación.

—Creo que no voy a poder.

—No importa —le digo—. Aquí estamos bien.

La madera cruje bajo nuestros cuerpos cuando nos sentamos sobre ella. La playa está completamente vacía, a excepción del pequeño grupo de gaviotas que vuelan por encima de nuestras cabezas. Una de ellas se posa a cinco metros de nosotros y examina la zona, dejando tras sí un rastro de pequeñas huellas. Un par de minutos después, fracasada su búsqueda, emprende el vuelo de nuevo. Una pluma blanca y gris se queda revoloteando en el aire.

Todo está exactamente igual que la última vez que pisé este suelo, ocho años atrás. Solo que ahora el calor de mayo ha sido sustituido por un gélido aire que me entumece las manos y me agrieta los labios. Observo el acantilado que se extiende a nuestra derecha. Las olas rompen con fuerza contra él, incesantemente. El sol brilla con fuerza en el cielo despejado, y no puedo evitar pensar en lo extraño que me resulta sentir su leve calidez sobre mi piel después de estos duros meses de invierno.

—Todavía me arrepiento de lo que ocurrió aquel día.

Giro la cabeza para mirarlo. Hace ya un par de semanas que decidió cortarse el pelo, pero aún me cuesta acostumbrarme a la ausencia de sus rizos acariciándole el cuello. Recuerdo el día que tomó la decisión de deshacerse de ellos, todavía postrado en la cama del hospital. Decía que le molestaba el roce del pelo contra la almohada, aunque sé que aquello fue simplemente una forma de intentar dejar atrás el pasado.

—Ya hablamos de esto, Harry. Y sabes que no tiene importancia.

—Para mí sí —responde. Clava la mirada en el horizonte, extendiendo el brazo hacia él—. Estábamos justo allí, lo recuerdo perfectamente...

Me quedé observándola durante varios minutos, mientras el resto de niños jugaban y gritaban a mi alrededor. Estaba a tan solo un par de metros de la orilla, en cuclillas, examinando algo que se encontraba en la arena. El agua del mar la alcanzaba ligeramente cada vez que las olas rompían, empapando sus bermudas vaqueras, pero a ella no parecía importarle. Me incorporé y me acerqué lentamente. Descubrí que el objeto de su contemplación era un pulpo que la corriente había arrastrado hasta la playa. Me agaché junto a ella y observé al animal en silencio.

—¿Qué haces? —pregunté. No apartó la vista para mirarme.

—Observar a un pulpo.

—¿Por qué?

—Porque está muerto —se limitó a responder. Encogí el rostro en una mueca de disgusto.

—Es asqueroso.

Allison se encogió de hombros y se sentó sobre la arena con un suspiro.

—Me gustaría saber por qué las personas y los animales tienen que morir.

—Mi abuelo dice que morimos porque vivir se termina volviendo aburrido —contesté.

—Eso lo dice porque es viejo.

Nos quedamos ambos en silencio, acompañados del cadáver de aquel pobre pulpo. Allison parecía tranquila, pero a mí el corazón me latía demasiado deprisa. Hacía tiempo que la compañía de mi amiga me hacía sentir de aquella forma. Mi madre se reía; decía que era demasiado joven como para entender lo que era el amor. Sin embargo, yo sabía que, desde hacía tiempo, ella y la señora Cooper conspiraban a nuestras espaldas para que lo que desde siempre había sido una amistad terminase convirtiéndose en algo más en un futuro. El problema era que aquel futuro parecía haber llegado a mí demasiado pronto.

—Harry, ¡cuidado!

Abandoné bruscamente mis pensamientos y, sobresaltado, miré a mi amiga sin entender qué sucedía. Justo entonces, una ola rompió con demasiada fuerza a tan solo unos metros de donde nos encontrábamos. Allison había conseguido huir a tiempo, pero yo, abstraído en mi mente, no me había percatado de ello. El agua me zambulló y me arrastró consigo, revolcándome por la arena. Cuando me vi liberado de ella, el pulpo había desaparecido y yo estaba empapado de los pies a la cabeza.

Las carcajadas de Allison no tardaron en llegar. Me incorporé como pude, mareado y avergonzado. La observé destornillarse de risa mientras el calor me subía por las mejillas.

—Ven aquí —le dije, extendiendo los brazos y caminando hacia ella. Allison abrió mucho sus ojos oscuros en señal de sorpresa y comenzó a retroceder. Sonreí con malicia y, acto seguido, eché a correr. Allison soltó un grito y empezó también a correr, huyendo de mí.

Nos alejamos de donde se encontraban el resto de niños, ignorando las voces de los profesores que nos pedían que volviéramos junto a ellos. Allison gritaba y reía, mientras yo me esforzaba por alcanzarla. Nos acercábamos cada vez más al acantilado y sabía que el momento no tardaría en llegar. Ella también pareció darse cuenta y comenzó a disminuir la velocidad hasta detenerse por completo. Yo seguí acercándome. Allison se giró hacia mí y me miró con los ojos llenos de angustia. Me pareció tan vulnerable en aquel momento que enseguida me sentí culpable por mis intenciones y me paré en seco. Ella suspiró aliviada y se sentó sobre la arena seca, exhausta. Avancé un par de pasos y me senté frente a ella, observándola en silencio. El corazón me latía de nuevo con fuerza, y sabía que no era solo debido al reciente esfuerzo físico. A lo mejor era demasiado joven para entender el amor, pero eso no significaba que no tuviese derecho a vivirlo.

Allison me miró con extrañeza.

—¿Qué pasa?

La besé como respuesta. Un segundo después la tenía frente a mí, con el rostro desencajado y el horror hospedado en sus ojos. Tragué saliva y empecé a temblar. Me descubrí deseando que el agua volviese de nuevo y me llevase consigo, ahogando así mi arrepentimiento.

¿Por qué has hecho eso? —preguntó Allison en un murmuro.

No respondí. Tampoco sentí que fuese necesario hacerlo. Me puse en pie y comencé a caminar, sintiendo la ira y la vergüenza crecer dentro de mí.

He cargado con esos dos sentimientos ocho años —explica Harry—. De hecho, a veces creo que nunca me han abandonado del todo.

—Éramos niños, Harry.

Él sacude la cabeza.

—Me miraste de la misma forma la última vez, en mi casa.

—¿Por qué lo dices como si fuese mi culpa? —pregunto, dolida.

—No estoy intentando culparte de nada, Allison. Solo quiero que dejes de tener miedo a querer a alguien.

—¿Y cómo pretendes que no le tenga miedo, cuando solo he visto a la gente sufrir por el simple hecho de querer? Mis padres se amaban, y por un desliz, por un maldito desliz, se fue todo a la mierda. Mi madre aún sigue guardando rencor a mi padre por lo que hizo. ¿Y Paige? Paige perdió a Logan y sufría tanto que quiso quitarse su propia vida. ¿De verdad es una locura tenerle miedo a todo eso?

—A veces las cosas salen bien.

—Terminarían encontrando a alguien mejor que yo.

—Por eso no te preocupes —dice—. No soy muy exigente.

Harry me lanza una mirada divertida y no puedo evitar esbozar una sonrisa. Guardamos silencio durante varios segundos, con el único sonido de las gaviotas, el viento y el mar.

—Me voy a Philadelphia.

Me observa. Sus ojos son impenetrables.

—¿Biología? —pregunta, y yo asiento. Él chasquea la lengua—. Ahora entiendo lo del pulpo.

Vuelvo a sonreír.

—¿Qué vas a hacer tú?

Harry tarda un rato en responder. Tanto, que comienzo a pensar que no ha oído mi pregunta. Es entonces cuando se aclara la garganta y responde:

—He pensado en opositar a policía.

—¿Lo dices en serio? —pregunto, sorprendida. Harry se encoge de hombros.

—¿Por qué no? La policía de Baltimore necesita una reforma.

—No te lo voy a negar.

Reímos juntos. Es una risa tímida, apagada, como si escondiese algo tras ella que ninguno de los dos es capaz de decir.

—¿Harry? —lo llamo. Él me mira, expectante—. Tengo algo para ti.

—Oh, no. Dime que estás de coña. —Lo mando a callar, llevándome el dedo índice a los labios. Introduzco la mano en mi chaquetón y saco un pequeño paquete envuelto en papel de regalo. Harry me lanza una mirada suplicante—. Allison... 

—Cierra el pico y ábrelo.

Harry suelta un largo suspiro y, con gesto resignado, toma el paquete entre sus manos. Lo abre con cuidado, como si su único objetivo fuese no rasgar el envoltorio. Lo deja sobre su regazo y observa la caja de color azul.

—¿Qué es?

—Si lo abrieras, lo sabrías.

—Vale. —Quita la tapa y la coloca junto al envoltorio. Aparta el fino papel que actúa como protector y se queda observando el interior, sin decir nada. Agarra la cadena de plata y la alza hasta quedar frente a sus ojos. De la cadena cuelga una chapa metálica, que se mece suavemente de un lado a otro.

—Es como el que dejaste sobre el ataúd de Logan —digo—. Pensé que era hora de que empezases a recuperar lo perdido. Y mira. —Introduzco los dedos por el cuello de mi jersey y le enseño un colgante idéntico—. Ahora lo llevamos los dos.

Él aprieta la mandíbula, con los ojos ligeramente húmedos. Abre el colgante y lo cierra sobre su cuello. Lo coloca cuidadosamente sobre su chaqueta y me mira, en silencio. Me pasa un brazo por los hombros y me acerca a su cuerpo, plantando un beso en mi sien.

—Feliz cumpleaños, Harry.

Nos mantenemos así durante un largo rato. El cielo está comenzando a teñirse de naranja, y sé que no nos queda mucho para marcharnos. También sé que, si pudiera, alargaría este momento varias horas más, o incluso para siempre. Pero no nos queda más opción que ceñirnos al tiempo y ser sus esclavos. Permitir que empiece y acabe con lo que tenemos. Esperar a que nos cure y nos devuelva todo lo que se llevó consigo. Quizás porque da igual cuánto perdamos o cuánto suframos; él nos hará reconstruirnos de nuevo.

FIN


















Continue Reading

You'll Also Like

147K 3.2K 111
"Solo...esta vez no me dejes ir"
557K 75.4K 45
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
1.5M 70.7K 26
En un abrir y cerrar de ojos todo cambió. Sus vidas, sus familias... ya nada volvería a ser igual que antes.
483K 49.5K 124
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...