Después de ese día el amo me a estado tratado mas distante, casi no juega conmigo ni me habla, Frisk me dice que me tranquilice que solo sera pasajero, que esta molesto, que agradezca que no me mato. Pero el que me ignore es peor que morir.
Siempre veo a Frisk y a Sans por los rincones, besándose dulce o indecorosamente, la envidio en esos momentos, quisiera que mi amo me tratara así.
Me encontraba sentada al pie de las escaleras, jugueteando con el borde de mi vestido corto de encaje negro, no tenia mucho que hacer. Durante la cena Papyrus no me hablo, nisiquiera me dio permiso de comer directamente, Sans tuvo que dármelo, mordí mis labios ante el pensamiento, enserio lo hice enojar.
Mis ojos se llenaron de lagrimas en un segundo, que tal si el jamas me vuelve a hablar de la misma forma? solloce en la soledad del salón un momento, hasta que una patada suave toco mi espalda, mire en dirección a esta para encontrarme con el esqueleto Mayor mirándome con curiosidad seria, su diente dorado brillaba con intensidad a la luz presente
- Quítate, necesito pasar - Dijo, su voz era mas grave que la de Papyrus, sonaba agresiva y plana. Sin pensarlo me moví a un lado dándole espacio para pasar, lo cual hizo y luego voltio a mi dirección sin sacar las manos de sus bolsillos - Porque lloras? - Pregunto, lo mire sin levantar la cabeza, el nunca antes me había hablado.
- No es de importancia... eh.... - No sabia como debía decirle, no era mi amo, pero era el hermano del que si lo era, el pareció darse cuenta de mi desconocimiento.
- Dime Sans, no importa - Bostezo, de verdad no le importaba - bueno, si no quieres decirme... Ya Frisk me dijo el porque. Mira, no te preocupes por el jefe, se le pasara - Dijo prácticamente lo dijo que Frisk me dijo, así que no me proporciono ningún consuelo, le agradecí por su consejo con una pequeña inclinación de cabeza. - Y deja de llorar, a el no le gustara - Sin decir nada mas el esqueleto desapareció ante mis ojos, en el momento no le tome importancia, tenia mi mente concentrada en Papyrus.
Me levante del lugar, limpiando el polvo sobre la parte trasera de mi vestido, y me dirigí sin motivo alguno al comedor. Como era de esperarse estaba vació, me senté en una de las sillas de la mesa y juguetee con el mantel, no había visto a Papyrus en todo el día donde estará?
Como si mis pensamientos fueran escuchados el mencionado esqueleto entro a la cocina, reconocí sus pasos de inmediato y voltee a verlo, el me miro de vuelta, vestia un pantalon ajustado de cuero negro, una camiseta de tiros negro desgarrada y una camiseta abierta roja sobre esta, ademas de unas botas de cuero con algunos pinchos decortadolas. Fuera de la ropa se veía igual que aquella ves en la cocina, frió, como si estuviera cubierto de hielo. Me levante de la silla y le reverencie, el solo paso de mi caminando de vuelta por donde vino, lo mire y me desespere y sin que pudiera detenerlo la palabra salio de mi boca
- Papyrus!! - Grite fuerte, el se detuvo y me miro de nuevo, mas enojado que antes, tape mi boca al darme cuenta lo que hice y retrocedí unos pasos, camino hacia mi hasta detenerse a escasos centímetros de mi y se acerco a mi rostro, mirándome con ira
- Que? - Su voz sonó penetrante, literalmente dolorosa, sus pupilas rojas miraban a mis ojos como su fueran agujas clavándose en estos.
- Yo... eh... Y-Yo encerio lamento lo de la otra vez... porque.. usted me a-
- Habla claro, mascota - Su voz me corto, nunca antes me había dicho tal cosa al tartamudear, trague saliva y respire profundo, tratando hablar con toda la claridad posible
- Lamento... lo de la otra vez... pero usted me a estado ignorando y yo... me preguntaba el porque... - pregunte tímidamente, mi voz apenas era audible, lo mire tímida, mis mejillas ardían por el creciente sonrojo que se retiro de inmediato dejando solo palidez a su paso al ver como un hueso me apuntaba, tenia la sensación de que si lo tocaba me lastimaría así que me aleje cuanto pude. El hueso estaba en mano de mi amo, el cual me apuntaba con este
- No me hables entiendes? No tienes la autoridad... Yo te hablare cuando yo desee - Dicho esto el esqueleto desapareció el hueso de su mano, y me dio la espalda, retirándose, mi cuerpo que hasta el momento estaba congelado callo sobre el suelo dejándome sentada sobre este como si fuera una marioneta, donde, sin poder evitarlo, llore desconsoladamente
que eh hecho?
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