El chico de los audífonos. [B...

By LadyOfTheCrazyDreams

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Nunca se quitó esos malditos audífonos. Ni cuando por primera vez en toda mi vida, me atreví a hablarle, l... More

S I N O P S I S
Epígrafe
Parte 1: Cuando fuimos amigos.
Capitulo 1: ¿Me odiará? ¿Por qué?
Capítulo 2: Le falta un tornillo.
Capitulo 3: Negación.
Capítulo 4: Como en un solo día me di cuenta del sorprendente cambio en mi vida.
Capítulo 5: Audífonos chinos. Parte 1.
Parte 2. Capítulo 5: Audífonos Chinos.
Capítulo 6: Es un maldito sueño.
Capítulo 7: Corazón(es) roto(s).
Capítulo 8: Galletas con relleno de dulce hipocresía.
Capítulo 9: Mancha atractiva.
Capitulo 10: Dulce melodía.
Capítulo 11: Paletas.
Una decisión que me tiene loca.
Capítulo 12: ¿Amigos o desconocidos?
Capítulo 13: Dulces versiones.
Capítulo 14: Mi fallido intento de cambiar.
Capítulo 15: ¿Me dejarías abrazarte?
Capítulo 16: Miradas extrañas.
Capítulo 17: Locuras nocturnas.
Capítulo 18: Entre el frío y la fantasía.
Capítulo 19: Privilegios.
Capítulo 20: Películas celosas.
Capítulo 21: Dulces labios.
Capítulo 22: Feliz (pre-)cumpleaños. Parte 1.
Capítulo 22: Parte 2
Capítulo 23: Encuentros.
Capítulo 24: La cámara la adora
Capítulo 25: Sería más complicado a como en los libros.
Parte 2: Cuando el título toma su sentido.
Capítulo 27: Feliz Navidad, mi amor.
Capítulo 28: Feliz Año nuevo, Chandler.
AVISO IMPORTANTE LEER👀
ESPECIAL 50K. Parte 1.
Capítulo 29: No sé cómo terminamos de esta forma.
Capítulo 30: Querido diario, el chico de los audífonos no me quiere.
Capítulo 31: Juguemos un rato.
Capítulo 32: ¿Y así querían seguir siendo "amigos"?
Capítulo 33: ¿Celos? ¿Qué es eso? ¿Se come?
Capítulo 34: Dolores sinceros.
Capítulo 35: Definitivamente nunca la recuperaría.
¡ESPECIAL DE PREGUNTAS!
Capítulo 36: Eres hermosa, Maddie.
Capítulo 37: El tiempo pasa tan rápido...
Capítulo 38: Oh, querido karma, gracias por destruirme.
Capítulo 39: ¿Ella se fue?
Capítulo 40: Tal como una Julieta del siglo XIV.
Capítulo 41: ¿Escuché a su estómago "gruñir"?
Capítulo 42: Y la curiosidad mató al gato.
Capítulo 43: Chad, sonrojos locos
Capítulo 44: Te amo, mi chico de los audífonos.
Capítulo 45: El chico de los audífonos. (FINAL)
Epílogo.
Agradecimientos.
ANUNCIO IMPORTANTE

Capítulo 26: ¡Este es mi momento!

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By LadyOfTheCrazyDreams

N/A:

FELIZ FELIZ NAVIDAD A TODOOOS, ESPERO LA HAYA PASADO GENIAL <3 

¿Santa les llevó los Chad que les mandé? Jajajaja

FELICES FIESTAS A TOODOOS :D 

BUENAAS REGRESÓÓ LA PERDIDAAAA.

INMENSAS DISCULPAS POR LA LARGA ESPERA, EN SERIO :(

Mi inspiración no ayudóóóó en nadaaaaa y me mantuve algo ocupada.

U.U ESTOY TAN APENADA EN SERIO.

Por eso cuando capturé a la inspiración, hice un capítulo algo largo, desde el POV de Chad para que lo disfruten :3

¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAAS POR LOS 46K!! No creí que llegaría tan rápido e.e

Así que lo prometido es deuda, LES TRAJE ACTUALIZACIÓN DOBLE :3  :D (Ahí está la mitad del maratón e.e?, de igual forma la próxima actualización o tiene que ser pronto o será doble, y así, se cumple el maratón de a poco).

Con el siguiente capítulo les traeré los dos  capítulos especiales que eligieron por votación mayoría desde el POV de Chad ;3 para no hacerlos esperar tanto por estos dos. QUE ME SALIERON LARGUITOS AH. 

Espero disfruten de estos capítulos, y me sigo disculpando por la tardanza... Buscaré como actualizar dentro de día y medio, y tal vez hasta le salgo con capítulo el mero primer día de año nuevo, quién sabe aslñajslka, solo mi tiempo lo decidirá e inspiración.

SIN DUDA TIENEN QUE LEER EL 26 Y 27, SÉ QUE LAS VA A ENCANTAR PORQUE YO AMÉ ESCRIBIRLOS <3.

Ahhh y le dedico este cap a   Alexsander59 que me lo pidió :3

ADEMÁS, LES TRAIGOOO

UNA IMAGEN BIEN ZHENZUALONA 7u7

De Chad y Maddie con los sexos invertidos. ¿A QUÉ NO ESTÁN HERMOSOS? XD Fue divertido.

ESTE ZENZHUAL DIBUJO FUE HECHO (la mera idea también fue por parte de ella :3) POR LA GENIAL  RipleyWylde

EN SERIO LES RE CONTRA RECOMIENDO SUS MARAVILLOSAS HISTORIAS <3, EN ESPECIAL "KHUMÉ" QUE ME VA ENCANTANDO CADA VEZ QUE LO LEO, RECONTRA RECOMENDADAAA *-* Posd: ¿Alguien por aquí la lee? Yo sé que sí, ¿Ah que no es genial? <3


Ay Chad de mujer, con solo imaginarlo me vuelvo lesbiana por él <3.

Buee, creo que ¡Eso, eso, esoo es todo amiguitos! *Inserte imagen del cerdito de los Looney Toons* *Igualito a ella, xd*.

Disfruten la lectura, ¡Y no se salten el cap 27! ¡Tiene una mini sorpresita!

Atte. Luxen_Herondale_A.


Capítulo 26: ¡Este es mi momento!


Capítulo 26: ¡Este es mi momento!

Chad.

¡Sí! Por fin, era hora, ¿No creen? Este chico necesitaba contar la historia desde su perspectiva, con su opinión totalmente diferente a la de la chica sandía (Nah, ni tanto), se preguntarán, ¿La amo? ¿Cómo obtienen a alguien como yo?... Oye, no, la segunda pregunta fue muy arrogante, y yo no tengo el ego tan elevado como otros protagonistas, ja, con costo y me medio acepto, pero bueno, regresando a la primera pregunta, si no es obvia su respuesta, más adelante se las contestaré con acciones, oh, sí, muchas acciones, algunas estúpidas, cursis, y otras locas... En fin, ¡Este es mi momento!

¿Por dónde empiezo? Si les soy sincero, me siento como si tuviera que explicar las cosas desde el inicio y a ello nos atrasaríamos... Mejor regresemos a la continuación de lo que pasó en el capítulo anterior:

—Un movimiento por aquí, un conejo por allá, ¡Dime dónde estás! —Cantó mi pequeña hermanita al sentarse en mi abdomen. La nena no pesaba nada así que no pude quejarme de que me sacó el aire. Una lástima, a decir verdad, porque quise buscar una excusa que la hiciera irse y dejarme solo sufriendo en silencio con el revoltijo emocional que llevaba desde el lunes.

Pasó un día y medio desde que la vi y nunca había estado tan ansioso y nervioso a la vez por verla.

—Chaddie, ¡Chad! —gritaron Charlie y Chase en coro lanzándose encima de mi sin cuidado a Cloe, empujándola a un lado haciendo que cayera en el suelo de una forma muy graciosa, nana Allison venía detrás de ellos con gesto cansado y las manos llenas de burbujas de ¿Champú? ¿Jabón? Lo que sea.

Me incorporé un poco con los codos y vi como los dos niños idénticos andaban únicamente en calzoncillos de Batman y Flash respectivamente, a la vez se pusieron de pie encima de mí y ahí sí solté un jadeo porque me dolió cuando ¿Creo que Charlie? Saltó mientras se apartaba de Allison, una señora entrando a los sesentas que cuando yo estaba de pequeño me cuidó mientras mis padres se la pasaban en su oficina casi todo el día.

Cuidó a Charlotte, me aguantó a mí, y ahora batalla con los trillizos. Ella era dulce y amable, siempre le tuve afecto hasta convertirse para mí en una tercera abuela, así que me vi en la obligación de ayudarle con los pequeños diablillos que no se querían duchar.

—¡Ja! ¡Los atrapé! —exclamé cuando los atraje hacia mí en un abrazo, hice que los dos se pegaran entre sí con sus cabezas y se quejaran. Me reí un poco y tomé una manta que tenía debajo de mí para taparlos, los envolví juntos de forma que a nana Allison se le hizo más fácil llevárselos a la ducha.

—Muchas gracias, señorito Chandler—me dijo, le sonreí y regresé mi atención al libro que leía con anterioridad, pero luego de domar completamente a los niños agregó: —Ah, por cierto, casi se me olvida, su mamá me dijo que los planes cambiaron y que ahora se van a las diez por si acaso pensó en invitar a su novia, así le informa del cambio de planes.

Mis mejillas ardieron ante su último comentario, ¿Por qué me sonrojé? Otras veces me hubiera deprimido ante su broma de "novia", pero esa vez fue diferente, las cosas con Maddie habían cambiado en un abrir y cerrar de ojos y lo sabía muy bien en ese momento, ya que hace casi dos días que la había besado varias veces y le confesé una minúscula parte de lo que sentía por ella, porque era demasiado como para expresarlo en unas simples palabras, la amaba tanto, que el sentimiento me abrumaba. Semanas atrás dije que ella me volvió loco, porque antes de empezarle a hablar lo que causó en mi interior fue una mezcla entre amor sin saber el porqué, odio por lo que hizo en el pasado, impotencia al creer que no correspondería a mi amor y tristeza por haberme enamorado de ella desde que éramos niños a sabiendas que mis formas de reaccionar a su cercanía reflejaban todo lo contrario a lo que pude sentir. Aún recordaba como si hubiera sido ayer cuando me quedaba embobado viéndola cuando no se daba cuenta en las clases o en los recesos, o los nervios que me domaron y no me permitieron dirigirle la palabra por lo que actuaba de toda forma contraria a lo que yo quería.

Pero la explicación a mi comportamiento cortante con ella después de noveno grado era otra...

A pesar de todo no podía dejar de quererle, nunca pude dejar de amar a Maddie, intenté interesarme en otras chicas y no funcionó, ni con la única que creí logrado el olvidarla, tampoco. Busqué como querer a otras, pero ella nunca salió de mi corazón. A decir verdad, es difícil dejar de amar a alguien cuando te enamoraste profundamente, cuando a pesar de no tenerla a mi lado, se volvió mi todo. "Amar" a alguien que no le interesas no duele en sí, porque el sentimiento de "amor", el "amar" es algo que te hace sentir más vivo, provoca que te emociones, sientas tantas cosas maravillosas, hasta causa felicidad, lo que duele es que esa persona no sienta lo mismo que tú. Lo que duele es que algo los separe, lo que duele son los obstáculos impuestos, lo que duele son las cosas que te impiden el "dar" y "recibir" ese amor.

Joder, creo que me salí del tema. Mil disculpas, la emoción al hablar sobre el amor, ya saben...

—No, aún no somos novios oficiales—respondí, aunque me costó decirlo, y darme cuenta de eso fue como un golpe en los huevos, y esa experiencia dolía demasiado, créanme, sé lo que siente esas patadas en las entrepiernas que a Maddie le encantan dar, a pesar que no me la ha dado ella.

Y vamos de nuevo a pensar en ella...

Nana Allison me vio con gesto pensativo y las cejas alzadas, como si no me creyera. —Qué raro, ¡sí Mirtha me contó ayer que el lunes ustedes dos estaban en una sola besucadera!

¿Quién era Mirtha? ¿Cómo pudo vernos si se suponía que estábamos solos?

Igual tampoco me importaba. —Quiero proponérselo de una manera, algo original, aunque no sé cómo en realidad...

—¡Ahh! ¡Qué emoción! ¡¡SÍÍ!! ¡Sí! ¡Chad tiene novia! Pero debe pasar por un par de pruebas para poder ser tu novia, nosotros tenemos que darle su visto bueno, ¿verdad, Charlie y Chase? —chilló Cloe levantándose del suelo alfombrado.

Los mencionados intentaron salirse de la trampa en que quedaron, pero nuestra nana aseguró el agarre. —¡Sí! ¿Nos traerá penes de diferentes colores a cómo Maddie? —Aportó Chase, ¿o fue Charlie? A como estaban no sabía diferenciarlos, ah, soy un fraude como hermano mayor.

Me reí a carcajadas ante el recuerdo de aquel día en que Maddie les dijo que "Penes" eran paletas, y mamá se negó a decirles la verdad, yo no paré de reírme así que no serví para aclarar dudas, por lo que así quedó entre ellos.

—Mejor me los llevo antes que se me escapen—declaró nana Allison. Ella junto con mi abuela paterna, y mis dos mejores amigos actuales eran los únicos que sabían de mi amor por Maddie—. Le recomendaría algo, pero nunca tuve un novio, aunque, basándome en las novelas y películas románticas que he visto, le digo que los fuegos artificiales están muy usados, también las pancartas y cenas románticas...eh, espere, creo que las cenas son para matrimonios, también los fuegos artificiales, ah, ¡es lo que le digo! De relaciones amorosas no conozco ni un pepino, lo siento, señorito Chad.

El registro amoroso de nana Allison era muy triste, es decir, se enamoró de su mejor amiga a los quince años, pero jamás le confesó su amor por miedo a ser rechazada y que en sus tiempos el amor entre mujeres "no era muy bien visto", ella siempre creyó que su mejor amiga era el amor de su vida por lo que no se volvió a enamorar de alguien más en lo que lleva de vida, los hombres nunca le interesaron y a los pocos que se fijaron en ella los rechazó, dedicó parte de su vida al servicio en diferentes casas hasta que hace treinta años fue contratada por mis abuelos paternos para cuidar de papá y mis tíos, no tuvo hijos y fue hija única en una familia de calibre humilde.

Al conocer su historia, me dieron ganas de escribirla, plasmar cada experiencia que salía de su boca y pasarlas al papel. Pero como era malo escribiendo, se me pasó, más tarde le pasé la tarea a una vieja amiga que conocí en Wattpad y era apasionada a la escritura. Yo solo era apasionado al arte, el dibujo, a los libros, un tanto a los comics, un poco de animes y un amor más inmenso que cuatro soles juntos a la música. Mi fiel compañera, amiga en mi soledad y reconfortante para la depresión, la ideal para los momentos tanto felices como malos, no sé qué sería de la vida sin música, simplemente nada sería lo mismo, no sería un mundo que me gustaría vivir.

Y eso que a través de los libros vivo por muchos mundos.

Oh rayos, de nuevo desviándome de tema, ups, lo siento, ¿En qué estaba?

—Descuida, ya se me ocurrirá algo, eh, ¿Nana?

—¿Dígame, señorito Chad? —replicó viéndome con esos ojos oscuros... No pude evitar notar a su cabello rubio cenizo volviéndose cada mes un poco más blanco. Eso me hizo pensar en cómo el humano envejecía al paso del tiempo, la mortalidad que teníamos, y cuestionándome el sentido de lo mismo.

Uff, mi mente era un revoltijo de diferentes pensamientos, podía pensar en comida y a la vez en un juego de natación, en que debería superar mi record en nado mariposa y que las tartaletas de fresa y chocolate eran deliciosas.

En ese momento, pensar en el amor y al mismo tiempo buscando un sentido a la existencia del ser humano. Maldita mente la mía.

—¿Podrías, por favor, preparar tus galletas especiales antes del viaje? —pregunté, sus galletas de arroz eran exquisitas, aunque no se sintiera el "arroz", eran de mis favoritas junto las Oreos y las con chispas de chocolate.

—¡Claro! Las haré después de bañar a este par de monitos—Me dedicó su cálida sonrisa y salió de mi habitación.

Cloe estaba muy silenciosa, por lo que la busqué, ¿Y adónde la hallé? Ni más ni menos registrando mi caja de dibujos.

—¡Cloe! —Mi caja de dibujos la había escondido debajo de mi cama, era larga y negra (como mi alma, oh seh) y contenía todos los dibujos personales que salieron desde mi alma, los retratos y escenas que me salían sin pensarlo con solo dejarme llevar por la hermosa inspiración que me atacaba de repente y no podía desperdiciar.

Mi hermanita tenía alrededor un montón de papeles, los sacó todos y era un desastre épico (se advierte que puedo exagerar), y entre sus pequeñas manos sostenía un retrato de Maddie que hice hace unos días, se lo intenté quitar, pero lo apartó y se levantó sin importar pisar los demás dibujos, me sacó la lengua y me dedicó una mirada de inocencia fingida. —¿Por qué dibujaste a Maddie?

—Dame ese dibujo, Cloe...—dije con lentitud, volví a intentar quitárselo, pero lo abrazó—. ¿Qué haces revisando mis cosas?

—Solo quería buscar un novio para Barbie—Se excusó dándome su carita de bebé adorable. Señaló el apartado de muñecos de edición limitada de Star Wars y Star Trek que estaban en mi comoda al lado de mi cama—. Pero vi algo negro debajo de tu cama y quería asegurarme que no era un monstuo*, y saqué la caja, lo siento...

—Cloe, se dice "Monstruo", oh, cariño, por favor, ¡ya deja de usar a mis muñecos coleccionables como novios para tus muñecas! Esta es la séptima vez, ah, ¿Qué pasó con tus Ken? —declaré. Ah, ¿Eso sonó muy infantil? Que puedo decir, si era un pequeño amante de Star Wars y Star Trek, y esas ediciones fueron un regalo de navidades pasadas.

—Eh, es que mami me compró nuevas muñecas, pero no tenían a sus novios—Se encogió de hombros, abrazó más fuerte al papel arrugándolo un poco y agregó: —Dibujas mejor que yo, y mucho a la vecina.

Claro, si los suyos eran unos garabatos sin forma aparente. Hasta las casitas que hacía Charlie eran arte comparado a sus rayones de colores.

—¿Me devolverías mi dibujo? —le pregunté con el tono más amable que pude usar.

—No, se lo tengo que enseñar a Mad—Me acerqué a ella, pero terminó corriendo fuera de mi cuarto, la perseguí por el corredor y atrapé, la cargué y le quité mi dibujo.

—¡¡NOOO!! ¡Se lo tengo que dar a Mad!! —Lloriqueó, pero le besé la mejilla riendo un poco por los pucheros que hizo—. ¡Quiero que me dibujes también!

—Ya lo hice, pequeña—Tenía como diez retratos de ella sola, quince de los tres niños juntos e incontables de la familia junta. ¡Hasta tenía uno colgado en su habitación!

—¡Quiero otro! —La bajé metiéndola en su habitación—. ¡¡Le diré a Maddie que le hiciste un dibujo!!

—No me importa—mentí sacándole la lengua de manera infantil, de por sí la acción ya lo era, pero con una expresión más burlona—. Mejor anda a escoger que muñecas llevarás donde abue Ella.

—Ya los alisté.

—¡Igual, no vuelvas a hurgar en mi cuarto! —advertí yéndome de regreso a mi habitación.

Cerré la puerta, y me dirigí a recoger el alboroto que creó mi hermana menor. Oh, hermanitos, siempre de necios.

Al terminar de acomodar los dibujos en su lugar, tomé la caja y la escondí en el armario. Busqué mi teléfono y sonreí como idiota al ver que tenía un mensaje suyo.

"¿Está mejor tu abuelo? ¿Cómo estás? Necesito hablar contigo". – Recibido a las 4:30pm.

"Oh, no, no me digas que me vas a terminar antes siquiera de haber comenzado la relación". – Enviado a las 4:31pm.

"Y sí, está mejor, gracias; y por tu culpa me acabo de poner ansioso por lo que sea que me dirás, ¿Saldrás que todo fue una broma adelantada del día de los inocentes? ¿Qué no quieres salir con un marginado social solo porque dañaría tu imagen? ¿Me dirás lo locamente enamorada que estás de mí desde que somos bebés y no nos dimos cuenta que nuestras madres eran amigas hasta que se rencontraron para ser vecinas cuando teníamos entre siete o seis años?". – Enviado a las 4:31pm.

"¿Qué? Jajaja, demasiadas preguntas y ninguna es acertada, excepto la última... Un poco, así que esta especie de "Tenemos que hablar" será la mejor que has recibido en toda tu vida ;)". – Recibido a las 4:33pm.

"Me alegro por él. Somos dos ansiosos entonces, primordialmente por lo que pasó el lunes... ;)". – Recibido a las 4:33pm.

"Ese emoji es muy comprometedor, ¿Os gustaría vernos ahora mismo, mi lady?, dime lugar y allí estaré, más rápido que Flash". - Enviado a las 4:34pm.

"No te compares con mi amor flash, e.e, y bueno, si quieres voy a tu casa, o vienes a la mía, pero ya que estás aquí tiene que ser lo más pronto posible". – Recibido a las 4:36pm.

"Espera, el imbécil de mi hermano está en casa, mejor sería que fuera a la tuya". – Recibido a las 4:36pm.

"¿No que tu amor era Spider-Man? No, en mi casa los niños andan sueltos y pues... ¡Ah! Se me ocurrió una idea mejor, ¿La casa del árbol?". – Enviado a las 4:36pm.

"¡Los dos lo son!, ah, salúdamelos, y perfecto, iré a tu casa dentro de diez minutos, tengo que arreglarme". – Recibido a las 4:37pm.

"Golosa como siempre, chica sandía. Jaja, ¿En diez minutos? Creí que necesitarías una hora, y no, yo pasaré por tu casa, ¿sí?". – Enviado a las 4:38pm.

"Y no es necesario que te arregles, siempre andas hermosa de cualquier forma, hasta con el cabello enredado, ejemplo el día en que te besé y ese fue un resultado, así me fascina". – Enviado a las 4:38pm.

"Obviamente no me manejo desarreglada, pero necesito mis retoques, ah, por Dios, chico de los audífonos, ¿Ahora comenzarás con los cumplidos para que me tengas comiendo de la palma de tu mano? Por lo menos se más original". – Recibido a las 4:38pm.

"Y no quiero que mi hermano se dé cuenta que saldré contigo, sospecho que anda de espía calculando mis movimientos y no quiero que nadie, NADIE, arruine mi oportunidad para hablar contigo, tengo mucho que decirte y entre más tiempo pasa, más loca me vuelvo". – Enviado a las 4:39pm.

"Sé que estás acostumbrada a los mismos, tienes razón, buscaré ser más original, oh, Maddie, te ves tan hermosa como la portada de Lady Midnight, ;) (En serio me encantó junto con la de Princesa Mecánica), ¿Qué tal...?: Eres más hermosa que Afrodita y tan inteligente como Atenea, ¿te parece? Es que si te doy cumplidos lectores no creo que me comprendas del todo (los de libros son los más originales que me sé, creo), ehh, y sé que te gusta la mitología griega, así que...". – Enviado a las 4:42pm.

"Amo tu locura". – Enviado a las 4:42pm.

"El segundo mensaje fue más bello, ¡ups!, Jajaja, mentira, buen intento". -Recibido a las 4:43pm.

"Espera, ¿Cómo es la portada de "Lady Midnight"?". – Recibido a las 4:43pm.

"Foto". – Enviado a las 4:43pm.

"Oh, linda, ¡yo soy más bella!". -Recibido a las 4:44pm.

"Ese ego también es adorable en ti". – Enviado a las 4:44pm.

"Eres raro, ¿Cómo te puede parecer adorable alguien tan arrogante?". – Recibido a las 4:45pm.

"¡Pero así me besaste!

Simple, porque eres tú". – Enviado a las 4:45pm.

"Estúpido chico de los audífonos". – Recibido a las 4:46pm.

"O sea que besaste muchas veces a un estúpido, aahhh". – Enviado a las 4:46pm.

"Tu culpa". – Recibido a las 4:47pm.

"Ya estoy saliendo de mi casa, ahí nos vemos". – Recibido a las 4:48pm.

"Tráeles penes verdes a los niños, jajaja". – Enviado a las 4:48pm.

"Oh, DIOS, perdón por eso, de nuevo, que vergüenza". – Recibido a las 4:49pm.

"Hablaba en serio, ya verás por qué ;)". Enviado a las 4:50pm.

"Dime". – Recibido a las 4:50pm.

"Mee". – Enviado a las 4:50pm.

"Te odio". – Recibido a las 4:51pm.

"No es cierto, me amas..."; Antes que pudiera enviar el mensaje tocaron la puerta, y como no respondí, mi prima Mia la abrió sin permiso.

Sus ojos azules iguales a los de mi tío Caleb me vieron con gesto de enfadado y los labios fruncidos. Entró a mi habitación y se cruzó de brazos. —Eres el culpable por el que nuestro grupo se acaba de separar.

—¿Disculpa? —contesté levantándome del sofá.

—¡No te hagas el sordo que me enoja repetir las cosas dos veces! —Casi gritó, se acomodó el cabello hacia atrás y me fulminó con su mirada.

¿Era realmente yo el culpable? De todas formas, no me importaba, siempre quise vengarme de ellos por el daño que les hicieron a muchas personas en la escuela, pero mi amor por Maddie me impidió ser consumido por la venganza, así que no tenía remordimientos sobre que, si era culpable o no de la desintegración de su grupo, era lo mejor, personas así juntas solo daño hacían, y separadas esperaba que menos.

"Ahora tienes a Maddie, te prefirió a ti antes que a ellos, ella era la líder, la que incitaba a los otros a lastimar a los demás, ya no lo hará, tu puedes cambiarla", me susurró una voz en el interior de mi cabeza.

El amor era más grande que cualquier sentimiento de odio que pude haber tenido, más grande que cualquier metáfora que explicara su amplitud, de la cual no había, y la misma podría definirlo, pero, definir es limitarse.

El amor no conocía límites. Era capaz de cambiar a las personas... O eso esperaba.

Pero, Maddie no me necesitaba para cambiar, ya lo había hecho por sí sola desde el inicio de clases, meses atrás, y hasta se me olvidó la última vez que acosó a alguien o lo insultó por pura tontería en este año. Por eso decidí acercarme a ella sin importar el pasado, sin importar lo que hizo antes, sin importar nada más que el amor que le tenía.

Quería darme una oportunidad con ella después de tanto tiempo que fui incapaz de dirigirle una palabra. Así que me hice su amigo, y a pesar de luchar contra todos mis impulsos, al final cedí, y aproveché esa obra, entendí que era mi última oportunidad y debía tomarla a como sea, ¿El resultado? Fue magnífico e inesperado.

Oh joder, me alegró tanto el saber que ella me correspondía, aunque no lo haya dicho, me enamoré más cuando lo demostró desde el primer beso.

Esos besos fueron como abrir las puertas para tener algo. Y no permitiría que nadie cerrara esas puertas de nuevo. Nadie.

Y que sus amigos se separen si quieren, a mí me da igual. No me importa si sueno egoísta o no, pero es la verdad.

El humano era capaz de llegar a ser tan egoísta en cuestiones del amor.

—Eh, Mia, cálmate—Su enojo era muy visible, y era extraño en ella que estuviera así, naturalmente era puras sonrisas y arcoíris—. Su grupo ya estaba dividido, ¿no recuerdas lo que hizo el príncipe Danny?

¿Puf, en otras palabras, yo los terminé de separar?

—¿Cómo quieres que me calme? ¡Ya no estaré en la cima, coña! ¡Tanto que me costó llegar! ¿Acaso crees que fue fácil? Oh no, pero vienes tú y todo se empieza a desmoronar, antes pensaba que sería divertido que Maddie y tú anduvieran, lo admito, pero no razoné en las consecuencias o que pasaría lo que está pasando justo ahora, ¡Ah!, ¡Nos alejaste de Maddie! ¡Ella es la unión de todo! ¡El centro! Sin ella, el grupo no tiene sentido... Primero lo de Dan, es aceptable y no tienes culpa, ¿¡Pero con la pelea del lunes!? Te pasaste, maldita sea, o sea, ya no seré popular porque ya me separé de Scott, ¡El grupo era lo único que me quedaba! ¿Qué será de él sin Maddie? —Se quejó, lágrimas saliendo de sus lindos ojos mientras pateó la puerta de madera oscura.

La abracé y acuné su rostro en mi hombro. —Mia, por Dios, no creo que dejes de ser popular solo porque tu grupito se desintegre, mira que puedes brillar por tu cuenta, no necesitas un grupo...

—¡Que hablas tú si eres un inepto asocial!

Me separé de ella e ignoré su comentario. Ya estaba acostumbrado, a decir verdad.

—¿No pueden seguir siendo un grupo sin Maddie? —sugerí.

—Por supuesto que no pueden, yo los uní, sin mí, ni siquiera se hubieran fijado en la existencia del otro—Habló una voz que me volvía loco. Giré la cabeza y vislumbré a Maddie Adkins en el umbral de la puerta, con su típica expresión fría y sonrisa arrogante. Mia se limpió los mocos resultados de su llanto y se acercó a Mad, la abrazó y volvió a romperse.

Maddie se veía tan hermosa como siempre, tan guapa como una muñeca de porcelana, con esos ojos verdes pistachos y cabello castaño rizado, sus rasgos delicados, perfectos y bien definidos, por algo todos los chicos de la escuela babeaban por ella, la deseaban tanto por su cara bonita como el cuerpo bien moldeado que fue teniendo con el paso de los años, sus curvas y buenas proporciones tanto en su busto como en su trasero.

Un jodido y bello trasero con forma de corazón. Jodidamente perfecto, como todo en ella.

Me quedé al menos un largo minuto hipnotizado por su extraordinaria belleza. Tuvimos contacto visual por otro minuto más y después regresó su atención a mi prima llorona.

—Por favor, Mad, no nos dejes, por favor—balbuceó Mia.

—Mia...

—Nena, lo siento, pero yo no olvidaré como me trataron todos, excepto vos y Dy, el lunes.... Escuché lo que dijiste, y Chad no tiene ninguna culpa, si alguien la tiene sería yo, yo fui la que no aceptó a Maxon y prefirió a Chad, y eso mismo originó el conflicto... Obviamente si me peleo con Maxon, todos, menos Dylan y tú, estarían de su lado, así como pasó con Danny... También fui la culpable de no importarme su falsa amistad, la que se cansó de ella y se fue alejando de todos, yo soy la única culpable, pero no puedo decirte que lo siento, porque no es así, más bien siento que me quité un peso de encima y ya no importa quedarme sin el montón de hipócritas, ya aprendí que la calidad es cien veces mejor que la cantidad cuando de amigos se habla—explicó Maddie. Sonreí orgulloso por lo último que dijo, uf, sin duda cambiaba cada día más.

—La popularidad me hacía alguien, ¡Se supone que tú más que nadie entiende sobre eso! Y ahora no la tendré...

—Te entiendo, sentí lo mismo, pero como Dylan siempre me ha dicho "No necesitas que todo mundo te conozca para ser importante", puedes ser importante para una persona y con eso bastará si el sentimiento es el más sincero... Me he dado cuenta que ser popular no vale la pena, y en realidad nunca lo valió, eso no te hace alguien... Me dejé llevar por una venganza hasta que se volvió parte de mí, pero por dentro jamás estuve satisfecha, siempre pensé que lo que hacía era incorrecto, pero lo hice para no permitir que nadie me lastimara como una vez lo hicieron, y, para que no perdiera su respeto, tanto el de ustedes como el de todos los estudiantes en la escuela, tenía qué, pero ahora ya me cansé, ya no puedo seguir con esa mascara, así que, que no te importe a vos, eres hermosa, agradable y de gran corazón, ya no dejes que este feo mundo te quite eso—le dijo limpiando sus lágrimas.

A pesar que lo sospechaba desde un principio, escucharlo salir de su boca era una sensación diferente, me daba más impresión, porque la cosa iba más allá de lo que pensaba.

¿Qué le habrán hecho a Maddie para que se volviera así?

Mi prima dejó de abrazar a Maddie y le dedicó una mirada de odio, recargando a sus palabras del mismo sentimiento. —Eres una tonta, ahí te quiero ver sufriendo por no ser popular, y a ti, estúpido Chad, te odio, ¿Me oíste? Te puedes ir a la mierda con tu estúpida novia. Los dos son un par de egoístas y tontos, tal para cual, ¿No creen?

Y se fue sin dejar de llorar.

Nunca había conocido ese lado de Mia Gedemer. Y me asustaba verdaderamente...

Maddie quedó viendo afuera y se quitó una pelusa de su hombro, yo no sabía que decir en esa situación, sin embargo, al verla tan linda ahí, se me olvidó lo que acababa de pasar y solo se me ocurrió besarla hasta el cansancio.

Me moví cerca de la chica más popular de la escuela, y la más bonita sin duda.

Y yo que siempre me idealicé otro tipo de chica, me terminé enamorando de alguien muy diferente a mí y mis ideales.

—Chad...—empezó ella, le tomé la mano y la acerqué más mí rodeando con mis manos a su estrecha cintura, cerré la puerta de mi habitación y puse el seguro por si acaso.

Estábamos tan cerca que podía sentir su cálido aliento mezclarse con el mío, no pude resistirme más y la besé.

La besé con todo al estilo francés, y la sensación de nuestras lenguas tocándose y jugando me transportaron a una felicidad absoluta. A pesar de ser un novato en besos, ponía demasiados sentimientos en cada gesto, y simplemente me dejé llevar. La apreté más a mi cuerpo y el contacto dado hizo que algo ahí abajo despertara. Y por la forma en que me acariciaba y besaba ayudaba a que un amigo especial se pusiera duro. Muy duro.

Oh, qué vergüenza, por lo que no evité sonrojarme. Odiaba ser tan inexperto en estas cosas, y lo único básico que sabía lo había leído en libros, visto en películas o series, o alguna que otro porno de Tumblr.

Puedes ser una mente "sana", nótese el sarcasmo, pero a la hora de las acciones un novato inocente.

Acaricié su cabello, enredé mis dedos con el mismo y acaricié su cintura, muy tentado a meter la mano bajo su camisa, pero eso sería muy atrevido en nuestras circunstancias, ella me rodeó con sus brazos y no sé cómo minutos después le terminé arrinconando contra la pared. Estaba ansioso y feliz de tenerla entre mis brazos y poder besarle a sabiendas que ella sentía lo mismo que yo.

—A este paso no llegaremos a la casa del árbol—Logró decir ella entre besos.

Me separé un poco de ella, nuestras frentes tocándose y yo rozando mis labios con los suyos de forma coqueta. —No tengo problema en quedarme aquí.

Maddie me volvió a besar y acarició mis mejillas, gesto que me encantó y volvió loco de amor. —Chandler Gedemer, tengo que confesarte algo que creo que con mis acciones delaté.

—¿Qué cosa? —Tomamos un poco de distancia, se quitó su abrigo y lo dejó en mi sofá negro, después observó toda mi habitación y se sentó en la orilla de mi cama. La seguí y me senté a su lado, no dejó de verme y tomó mi mano, hice que se entrelazaran nuestros dedos y me acerqué lo más que pude a ella.

—Estoy...—Comenzó, pero alguien tocó la puerta ruidosamente interrumpiéndola.

"Oh joder ¿qué les costaba dejarme solo?", pensé.

—Anda—susurró dándome un casto beso.

Sonreí de lado y fui a abrir la puerta. Para mi sorpresa era quién menos esperaba que tocaría de una manera tan brusca.

Unos ojos iguales a los de su hermana y padre, rasgos afilados y un cabello color castaño eran pertenecientes a mi primo Fredd Gedemer, se notaba enojado y un poco nervioso a la vez por su forma de hablar. —¿Por qué no me dijiste que Jamie Adkins vino hace aproximadamente casi un mes? ¿Por qué nadie me lo dijo?

—¿Qué con mi hermano? —preguntó Maddie levantándose de mi cama y posicionándose a mi lado. La pálida piel de mi primo se tornó de un rosa semejante a rojo en el área de su cara al escuchar a Maddie, y su expresión enojada disminuyó, siendo sustituida por "admiración" hacia la chica a mi lado, ¿Por qué? Yo conocía dos razones: La primera, por ser ella la hermana de su ex mejor amigo, y la segunda, estuvo enamorado de la mismísima, pero siendo tres años menores que nosotros, la chica popular jamás lo determinó, ni cuando venía a la casa con Mia, mucho menos en la escuela.

Después de recorrernos con la mirada agregó, decepción reflejada en sus gestos: —... Y, ¿Qué están haciendo ustedes? ¿Por qué tienen el cabello revuelto y los labios hinchados? ¿Por qué Maddie tiene la blusa un poco subida y arrugada? Que yo sepa Maddison Adkins nunca anda con alguna arruga en su ropa por lo que es raro y significa algo... ¿Estaban por follar?

¿Aún sigue enamorado de ella? Creí que la había olvidado, pero de solo pensar que siguiera sintiendo algo por Maddison Adkins, un sentimiento de culpabilidad me inundó, ya que yo de igual forma estoy enamorado de ella, pero la diferencia actual era que ella estaba interesada en mí.

¿Fredd me odiará por eso? A pesar de llevar años viviendo en la misma casa a causa de que sus padres viajaran con frecuencia y mis primos se negaran el ir por sus vidas ya realizadas aquí, mudándose en mi hogar, bien recibidos por mis padres, nunca conocí realmente a Fredd, solo lo superficial: Que era un nerd nato, y que desde hace unos años pasó encerrado en su habitación todo el tiempo que se le era posible. Pocas veces cruzábamos palabras, así que nuestra relación no era muy fuerte.

¿Se enojará conmigo? Esperaba que no, a pesar de no tener una buena relación, no quería que me odiara él también en estos momentos, donde Mia empezó a hacerlo.

Cuando Mia decía que odiaba a alguien, iba muy en serio, y ahora que lo pienso, ¿Debí seguirla? ¿Para qué? ¿Para empeorar las cosas? Mejor esperar a que se calmara. Personas enojadas, no están dispuestas a escuchar, así que solo sería una hiriente forma de perder el tiempo y saliva.

—Creo que la respuesta a lo último es privada... Eso te ganas por pasar en tu habitación todo el tiempo, ¿No que no te importaba y que dijiste que no te lo volviéramos a mencionar, ni mostrarlo en pintura? —debatí.

—¿Qué pasó entre mi hermano y vos...? ¿Finnick? ¿Verdad? —inquirió Mad, y el aura de decepción de mi primo creció notoriamente ante el olvido de su nombre por parte de Maddie.

—Se llama, Fredd—le susurré a la chica de ojos verdes como el pistacho, oh, mi color favorito.

—Ah, lo siento.

—Como sea...—Su voz se quebró y dijo en un murmuro: — Debieron decírmelo, y ahora apenas que Mia está enojada contigo llegó a interrumpir mi partida de lol, para decírmelo, ¿Por qué? Lo esperaba de ella, pero ¿De ti, Chad?

—En realidad, se me olvidó, lo siento mucho, Fredd—le dije apenado.

Me dedicó una mirada incómoda y se encogió de hombros. —Maddie, ¿Está bien...? ¿Cómo le va con Hanna? ¿Qué tal les va en el internado?

Antes, Jamie, Hanna y Fredd fueron un trío de amigos inseparables, pero yo desconocía la razón por lo cual se separaron, dejaron de hablarse, de ser amigos, Jamie y Hanna se fueron al mismo internado juntos, dejándolo solo, provocando un cambio radical en mi primo.

"Aunque bueno, te entiendo, Fredd, sé lo que se siente que una de las personas que más quisiste te abandonaran...", pensé en ese momento sintiéndome realmente mal ante el recuerdo de una chica en especial, lo irónico fue que una de las razones por las cuales Regina me abandonó se encontraba a mi lado y la había besado minutos antes.

—Eh, sí, están perfectos y les va de maravilla—contestó "Mads".

Fredd bajó la mirada a sus pies y cruzó sus manos detrás de su espalda. —Ya veo, está bien... Mándale saludos de mi parte, por favor.

—Bueno, de hecho, hoy regresó, ya sabes, las festividades, mañana la víspera de navidad e iremos a New york en familia, así que, ¿No gustas hablarle? La última vez que lo vi estaba en la sala de cine, con Hanna—Maddie dijo lo último con inseguridad, cosa rara en su general forma de hablar. Oh, joder, ahora que recuerdo, semanas antes ella me había invitado y por mi idiotez no le dije nada, ¿Cómo pude pensar que aceptaría ir conmigo donde mi abuela a pocas horas de que el vuelo saliera, dejando de lado sus planes?

Ego-, ego-, egoísta.

—¡MADDIE! ¡CHAD TE DIBUJÓ! ¡MADDIEEE! —gritó mi hermanita de cinco años entrando a la habitación y abrazando directamente a la susodicha.

Maddie la cargó y abrazó riendo, después me vio con una mirada acusadora en broma al hablar: —¿El mismo dibujo para tu clase?

Llevo dibujándote ocho años, cariño, por favor.

—No... Eh, me retiro... Feliz Navidad adelantada, Maddie—Se despidió Fredd antes de irse.

Después, Charlie y Chase aparecieron semi-vestidos, uno solo con sus pantaloncillos y el otro andaba en camisa y calzoncillos, abrazando cada uno las piernas de Maddie. Me reí ante la escena y tomé a uno de los trillizos para ayudarle con la carga, pero él se resistió y provocó que ella se desestabilizara, la sujeté del codo para evitar que se cayera, y nos quedamos viendo fijamente hasta reír por lo sucedido.

—¡Maddie! ¿Nos traes paletas? —preguntó Chase. Charlie le pegó en la cabeza y negó con la cabeza.

—¡Son penes!

—Ah, ¡Sí trajo! —gritó Cloe viendo en dirección al sofá, donde reposaba el abrigo rosa de Maddie, de él se notaba varios palos blancos saliéndose del bolsillo.

—¿Cómo sabes que lo son? —pregunté entornando los ojos.

Maddie rio y asintió besando la mejilla de mi hermana, luego la bajó e intentó librar a sus piernas de mis hermanitos consiguiéndolo ya que los niños se fueron corriendo al sofá, en espera de ella para que les diera los disque "penes".

Me contuve una carcajada y la seguí, sacó del bolsillo de su abrigo varias paletas con formas de corazón y círculos, dándole tres a cada uno. —Cloe es un detector nato de dulces.

—Ya me di cuenta—repuso Mad con una sonrisa.

—¿Cómo se dice, niños?

—¡Gracias! —gritaron los tres al unísono. Eran fanáticos a las paletas, valga la redundancia.

—Bien, ahora, Charlie y Chase váyanse a terminar de vestir o Maddie no les volverá a traer paletas, ¿Verdad, Mad?

—¡Mentiroso! —objetó Cloe con los labios y lengua muy rojas, se levantó y fue a ver bajo mi cama—. Chad aquí tenía una caja llena de dibujos tuyos, Maddie.

La mencionada se sonrojó y me vio con las cejas alzadas. —¿En serio? No creo que él...

—Aquí estaba—chilló la niña de cinco años, buscó en los cajones de los muebles al lado de mi cama y cuando se iba a dirigir al armario la detuve riendo nervioso.

—Alto ahí, pequeña, ¿Qué te dije de hurgar en mis cosas?

—Pero, pero—Puso sus ojos de gato adorable y suspiré negando con la cabeza—. Quería enseñárselos a Mad.

—Otro día...

—Quiero ver esos dibujos—declaró Maddie a mis espaldas, la sorpresa coloreó su rostro y una sonrisa sincera lo complementaba.

—¡Sí! ¡Muéstraselos! —Aportaron los niños, y Charlie agregó: —Aunque no tengo idea de que hablen, hazlo, Chad.

Supe que fue Charlie porque era el único que pronunciaba mi nombre incompleto de tal forma: "Cha".

—Se lo mostraré hasta que se vayan de mi cuarto.

—¡¡Sí!! —gritó Cloe, en seguida tomó a los otros dos pequeños de las manos y los arrastró fuera de mi habitación.

Estaba tan acostumbrado a sus miradas que sonreí al pillarla viéndome sin descaro, se acercó a mí y tomó mis manos, aproveché su gesto para acercarla más a mí y darle un dulce beso en sus labios.

—Ya empecé a amar a tus labios—le dije, me abrazó tomándome por sorpresa y volvió a besar, el beso duró un poco más del que yo le di y eso me dejó algo embobado.

—Sentimiento mutuo... Creí que aquel dibujo era el único—comentó contra mis labios y acariciando mi mejilla.

—De hecho, ese lo hice ese mismo día en la clase de literatura—Me volvió a dar varios toques de labios sin soltarme del abrazo.

—Por favor, enséñamelos—murmuró con una sonrisita coqueta.

Posé mis manos en su cintura sin dejar de sonreír. —Lo haré, con una condición.

—Dímela.

Acaricié su mejilla con ternura y le di un beso esquimal. —Solo si me besas mucho, mucho.

—Con gusto—Pude sentir su sonrisa contra mis labios mientras me besaba y enredaba sus dedos en mi cabello.

No sé cuánto tiempo pasó porque mientras la besaba mis preocupaciones se extinguieron y solo era capaz de pensar en ella, y lo mucho que la amo.

—Ahora, quiero verlos—Reí y me separé con cuidado de ella, me dirigí a mi armario y lo abrí, saqué la caja y la posé en mi cama, no estaba muy seguro de querer hacerlo, quise un mejor momento para enseñárselos, sin embargo, ella insistió y no me pude resistir, menos con los besos que me dio.

Oh, cuanto deseaba decirle mi "novia", ya, oficialmente. Estaba tan impaciente y mi mente ya estaba maquinando una idea para pedírselo...

Me senté en la cama y ella hizo lo mismo, la caja entre nosotros, ninguno dijo nada, ella esperaba con gestos que delataron su inquietud y yo buscaba el valor para enseñarle algo tan íntimo, más privado que mi propio cuerpo, joder, era como enseñarle una parte de mi alma, ya que ponía una parte de ella en cada uno de mis dibujos y pinturas.

Abrí la caja negra y la empujé un poco más hacia ella, tomó uno un par y los vio, sonrió de una manera tan hermosa que le dio una sacudida a mi corazón, la mirada brillante y sorprendida, ¿Le habrán gustado?

Me habían dicho que tenía talento, y las noches de desvelo por practicar y practicar no fueron en vano.

Me asomé a ver cuáles agarró, uno era un retrato de su perfil derecho que siempre observaba en clases, el otro era uno a color de sus ojos, el cuál recuerdo que me costó pintarlo, porque no lograba encontrar un color exacto para asemejarse a los de realidad.

Cogió otro, ese era de Regina y me incomodé, se lo quise quitar, pero esa acción me delataría totalmente...

—¿Por qué la dibujaste? ¿Ella fue aquella novia que dijiste? —Me vio directo a los ojos, no se notaba molesta, pero si curiosa.

Puufffff.

Desvié mi mirada y me rasqué la nuca. —No, pero, ¿La conoces?

El incómodo silencio de su parte me dejó más bien confundido.

Y yo me enojé un poco, si no la reconocía hubiera sido el puto colmo, después de haberle hecho tanto daño hasta llevarla al supuesto "suicidio" que cuestioné en esos días, ¿Y no tener un mínimo sentimiento de culpa?

Respiré hondo para ahuyentar a la furia que deseaba crecer en mí. Maldita sea, cuando por fin había logrado superar su "muerte", había logrado dejar de culparme cada estúpido día que pasó, cuando logré salir de la depresión y volver a sonreír luego de dos largos años, recibí un extraño y estúpido correo, recordando así todo lo sucedido en el pasado, haciendo que cayera de nuevo.

Yo deseaba olvidar, superar, pero si no me dejan, ¿Cómo? ¿¡Hasta cuándo!?

"Pero tienes a Maddie, cuéntale, dile cómo te sientes, ella no te dejará caer", volvió a susurrar esa voz.

No podía fiarme, ¿Qué debía hacer realmente?

Regina Kwallent... ¿Eran amigos? ¿En qué momento? —Su sonrisa anterior se esfumó, siendo reemplazada por unos labios fruncidos y mirada escéptica.

—Mi relación con ella era muy privada, ya sabes que era de un grado menor, a pesar de tener mi edad... así que no nos manteníamos mucho en la escuela, en cambio afuera, uf, todo el tiempo posible, fue mi mejor amiga... Pero fui un inútil, a pesar de estar para ella, no fui suficiente para evitar que pensara en morirse... No pude detenerla a tiempo, por más que lo intentaba—Su recuerdo, aquel cabello rubio y su típica mirada triste me llegaron a la mente, así mi voz tomó un tono débil.

Una de las razones por la cual odié e ignoré a Maddie Adkins, a partir de noveno grado, fue porque ella le hizo bullying a Regina junto con Ashley antes que la misma fuera removida de su trono, y yo de idiota cegado por el amor nunca le creí a mi mejor amiga cuando la acusaba estando en vida.

Pero después de la etapa de sufrimiento y más aislamiento social durante dos años, me di cuenta que debía avanzar, que por más intentara ignorar y olvidar a Maddison, no podía y me di cuenta lo perdidamente enamorado que estoy/estuve de ella, y a pesar de todos sus errores, podría cambiar... Sé que es egoísta de mi parte el querer ser feliz con ella precisamente... Pero ya no soportaba el sufrimiento y aferrarme al pasado me perjudicaba en todo. No podía dejar que mi vida cayera en un agujero por alguien que ya no estaba a mi lado físicamente. Y que no me dejó ayudarle...

Pero con ese correo y esas apariciones esporádicas me hacen sospechar que, en realidad, su "muerte" fue toda una maldita mentira.

—Espera, ella es... ¿Esa chica de octavo que se suicidó hace tres años...? ¿A la que Ashley le tuvo envidia por haberle robado a su novio e hizo su vida miserable desde mediados de séptimo y siguió molestándola en octavo?

—Regina siempre fue una chica muy sensible, y desde primaria la molestaban... Sí, y ella no le robó el novio, no tuvo culpa que Dallas le estuviera coqueteando e intentara seducirla... Así que esos dos primeros años de secundaria fueron la gota que derramó su vaso... Y Mad...

—Oh, Chad, en serio lo siento tanto... ¿Chad? —Intentó tomar mi mano, pero la aparté con brusquedad.

—¿Acaso no recuerdas haberla molestado también? ¿No recuerdas que hiciste que tu ex novio Danny jugara con sus sentimientos en esos tiempos? ¿Qué la jodiste hasta el cansancio? ¿Las incontables veces que fuiste una de las que la maltrató verbalmente y metió su cabeza al excusado? ¿Acaso lo olvidaste? ¿Y sabes qué más? Esa chica lloró a mares, se creyó todas esas groserías que le decían, sufrió tanto en una etapa donde debió hacer todo lo contrario... Y por eso no quiso seguir viviendo... Prefirió la muerte ante seguir aguantándote, a ti y a tus amigas, a todos ustedes... Ella, ella... se suicidó, me abandonó, y tampoco me permitió ayudarle, rescatarla del precipicio en el que ustedes la dejaron... Ella era alguien que quería demasiado, y ¡Joder! ¡Ustedes le arrebataron con tantos abusos sus ganas de vivir! Fueron parte de esas agonías que al final escapó de la peor forma... —rebatí con desprecio. Podía amarla, pero eso jamás lo olvidaría, aunque no me lo haya hecho a mí, sino a mi mejor amiga—. ¿Se te olvidó? Ja, claro, como no tienes conciencia de todo lo jodido que hiciste...

—Claro que lo recuerdo, soy muy consciente del daño que cometí, y por eso mismo me desteto, y ya me cansé de lastimar, ya no puedo más, realmente nunca quise ser así, pero las circunstancias me llevaron a convertirme en un monstruo, mierda, ¡Perdón! ¿Sí? Merezco que me devuelvan todo lo que hice, acepto que me equivoqué y sin justificación por tantas veces, pero, pero, por favor, Chad... No me odies por eso, te lo pido, sé que no merezco el perdón de ella, pero yo necesito el tuyo... —Sinceridad irradió en cada una de sus palabras y lágrimas salieron de esos hermosos ojos verdes, apartó la caja y se acercó a mí, abrazándome mientras rompía a llorar desconsoladamente hundiendo su rostro entre mi hombro y cuello, me abrazó tan fuerte, y el verla llorar me partió el alma—. Sé que fui una mierda de persona, la peor, pero ya no quiero ser así, quiero cambiar, he intentado hacerlo, y de a pasos de tortuga lo voy haciendo... Quiero una nueva oportunidad, para empezar de cero, ser quién siempre quise ser, yo misma, una Maddie diferente, contraria a la que fui siendo desde noveno grado... Y por supuesto que soy consciente de cada error, a cada chica que le bajé la autoestima e incluso llegué a golpear, a cada chico que intimidé e hice menos, esa carga la llevo cada día reprendiéndome... Te juro que, si pudiera corregir el pasado, eso sería lo primero que cambiaría... Y ya es demasiado tarde para remediarlo con cada persona afectada, e incluso con Regina...

Todo sentimiento de odio se desvaneció de mí. Necesitaba perdonarle, necesitaba ser feliz con ella.

Tenía que olvidar el pasado, dejarlo ir y aceptar mi presente sin miedo al futuro.

Maddie Adkins se derrumbó entre mis brazos, demostrando debilidad después de tanto tiempo siendo fuerte, impasible y una chica sin sentimientos afectados ante cualquier escena, ya sea en su contra o no.

—Regina no está muerta—Solté sin creérmelo a mí mismo.

Ella se había ido de la escuela a mediados de febrero, se mudó a otra ciudad y nuestra comunicación se tornó más débil, al mes siguiente de su mudanza la fui a visitar, pero lo único que encontré fue a una mamá destrozada aferrándose a las cenizas de su hija.

Según la mamá de Regina, la señora Azalea, ella se había intentado suicidar con una sobre dosis de pastillas, pero logró sobrevivir y a la semana siguiente volvió a tomar las pastillas, ya en el hospital se escapó y regresó a su casa, para colgarse con una soga atada a su cuello, tal hecho hizo que la muy alegre señora Azalea se volviera a mudar a un lugar que desconocía mi persona y así nunca más volverla a ver después de enterarme de lo sucedido.

Tal vez todo fue una falsa, las cenizas y el acta de defunción... Pero, ¿Por qué haría eso Regina? ¿Qué necesidad tuvo de mentir de esa forma?

No lo entendía.

De igual forma me alegraba un poco, y a la vez no podía evitar sentir enojo hacia Regina.

—¿Qué? —susurró Maddie con la voz rota.

—O eso creo...

Se apartó de mí y aproveché a limpiar sus lágrimas con ternura.

—¿Por qué lo crees? —Por un instante me distraje con su cabello, lo tenía suelto y con rizos, a como me encantaba.

Vi la hora en el reloj digital pegado arriba del marco de la puerta, ya era muy tarde y tener esa conversación nos atrasaría demasiado. —Te lo cuento otro día, ¿sí? Por favor, es que primero quiero estar muy seguro, y tampoco tenemos mucho tiempo.

Suspiró y ladeó su cabeza. —¿Seguro, chico de los audífonos?

Sonreí ante la mención de ese apodo, se me olvidó quién fue el primero en decirme así... O ese dato se hallaba en lo más profundo de mis recuerdos, escondido en una caja verde, del mismo color que mis ojos sin expresión alguna que los modificara.

Le besé sus labios y metí una mano bajo su camisa para hacerle cosquillas en su cintura, punto débil que aprendí la última vez que estuvimos en la casa del árbol. Rio a carcajadas y se retorció para evitar más cosquillas hasta que la tumbé en mi cama, quedando yo encima de ella. Me reí también y le dejé de hacer cosquillas, oportunidad que ella aprovechó para hacerme a mí en mi cuello, mi debilidad secreta que no sé cómo descubrió.

Así al final me terminó tumbando a mí, ella encima de mí haciéndome cosquillas, para que dejara de hacerlo tuve que abrazarla sin parar de reír.

Que hermoso fue escucharla reír, y reconfortante después de haberla visto llorar.

Quedamos abrazados de tal forma que ni me importó si los dibujos se estropeaban o no, porque la tenía entre mis brazos y a pesar de nuestro pasado, ansiábamos un presente y futuro juntos.

—Seguro, chica sandía.


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