-¿Me estay webiando verdad?- me preguntó la Mica mirándome fijo- dime que es webeo o te saco la chucha ahora mismo.
-Ojalá fuera mentira- dije dirigiendo la mirada hacia ellas.
-¿Quién es el papá?- preguntó la Panchu.
Yo solté una risa amarga y miré el techo.
Ok, reconozco que me adelanté bastante a los hechos sobre mi embarazo.
Me salté la parte más importante que es cuando pierdo mi pureza, virtud, flor, rosa, o como diría la Mica...
Me profanaron la pachona.
Porque, sí, estoy embarazada, bueno, lo estuve, ya que fue hace 5 años atrás.
Y lo peor es que quedé embarazada cuando perdí mi virginidad.
Además de eso (que ya es horrible), ni siquiera fue algo maravilloso.
Comencemos con que tenía 17 años y era virgen. Ya tener 17 y ser virgen es raro, pero yo lo era y no me acomplejaba.
Tenía esa ilusión que sería mágico, con el amor de mi vida, que sería mi novio de hace 1000 años, en un prado de flores con una abeja picándome en el culo.
Pero todo eso se fue a la mierda 3 semanas antes del matrimonio de mi papá.
Estaba con el buzo del colegio ya que había tenido educación física ese día. Estaba en mi pieza y me dio hambre, por lo que como una persona normal, bajé a hacerme un pan. Iba bajando las escaleras cuando veo a un tipo muy cómodo sentado en el living viendo tele.
-¿Y tú?- le pregunté poniendo cara de extrañeza.
-Estoy esperando al Naiko, ¿no está verdad?
-No, ¿y la Almendra?
-Salió, dijo algo de poli y exámenes.
-Ah ya- todo claro no dije otra cosa.
Fui a la cocina y no había pan. Tomé una manzana, la lavé y volví al living.
-¿Podi llamar al Naiko?, no me voy a dar la paja de venir dos veces a la conchetumadre del mundo- se quejó agarrando su cabeza.
-Weon pobre, la cagaste. Ya ven, lo voy a llamar- dije riendo y subí a mi pieza.
-¿Cuál es el gusto de las minas de ajustar los pantalones del colegio?, se les ve la media raja y nos provocan.
-Uno, es buzo y es más cómodo ajustado, dos, ¿me estay viendo el culo degenerado?
-Es inevitable si lo tengo en toda la cara y casi siempre te lo veo, porque debo confesar que es uno de los más lindos de todo el liceo.
-Gracias, supongo- sonreí y fui a mi pieza.
Tomé mi teléfono y llamé al Naiko.
-Aló- contestó al tiro.
-Oye sabi que...- me interrumpió.
-Ya voy weon, estoy con el Edgar comprando unos materiales, que me espere, voy en la micro, chao- me cortó.
Miré mi teléfono y lo tiré a la cama.
-Está comprando unos materiales- le dije y él se echó para atrás en mi cama.
-PERO SI ES UN POWER POINT WEON, ¿QUÉ MATERIALES TIENE QUE COMPRAR?- gritó agarrando su pelo y soltó un grito ahogado.
-No sé, pregúntale tú a él- alcé mis hombros.
-Dale, gracias Mía, voy a la pieza de este weon.
Se fue dejándome sola de nuevo, me puse a escuchar música mientras hacía una tarea de física.
Minutos después vi a este weon en mi puerta con una sonrisa.
-¿Te sabi la contraseña de su compu?- me preguntó y negué con la cabeza. Suspiró y se aceró a mí- puta, ¿Qué estay haciendo?
Que weon más hincha ovarios.
-Una tarea, ¿me la queri hacer?- le ofrecí sonriendo inocente.
-Te ayudo si queri- se puso a mi lado y comenzó a ver los ejercicios.
Me explicó una fórmula y me ayudó a hacer algunos ejercicios. Era fácil igual, no tan complicado como pensaba.
Yo estaba concentrada resolviendo un ejercicio cuando siento que me tiran para atrás y él se sube sobre mí.
-¿Qué haces?- le pregunté asustada por la rápida acción.
-No me aguanté, sorry- dijo riendo y besó mis labios.
Fue rápido, pero a la vez dulce. Me soltó y se volvió a poner en donde estaba antes, haciendo como si nada hubiera pasado.
Quedé conmocionada, no era mi primer beso, pero igual no es algo que pase todos los días.
-Ya, sigamos- me dijo rojo. Agarré su cabeza y continué con el beso.
Él agarró mi cintura y me pegó de espaldas a la muralla. Seguimos con lo mismo hasta que yo enrollé mis piernas en sus caderas y me acostó, quedando él sobre mí.
Puso sus manos bajo la polera del colegio acariciando mi cintura y el borde de mi sostén. Me la sacó y bajó sus besos hasta mi cuello.
-Nico- gemí su nombre insegura- Nico, soy virgen.
Él se detuvo y me miró a los ojos.
Yo, yo estaba roja.
-No voy a hacer nada que no querai- me dijo serio.
-Ese es el problema, si quiero- confesé y sonreí.
-¿Segura?- me preguntó y yo asentí. Él me dio una última sonrisa para seguir en lo suyo.
¿Ven?
Weona.
¿Quién se acuesta con el amigo del hermanastro?
Sé que no soy la única, pero este weon no usó protección y yo con lo virginal y casta que era (QUE SE NOTE EL ERA), no usaba pastillas.
Juraba con toda mi pureza y santidad que sería virgen hasta encontrar al "indicado".
Indicado mi embarazo.
Quedé embarazada con 17 años, en tercero medio y sin tener puta idea lo que quería estudiar.
Además estaba sola, mi mamá me odiaba. No sabía que reacción tendría mi papá, sé que me adoraba, pero una cosa es saber que su hija va a tener un hijo de un weon que ni siquiera era su pololo y además tampoco le tenía la confianza como para decirle, aún.
A pesar de tener una buena relación con ella, la mamá del Naiko tampoco era una opción, la quería y tenía confianza, pero no para decirle esto. Y la Almendra menos, era la peor guardando secretos.
Y se acababa la gente adulta de confianza. No tenía a nadie, absolutamente nadie.
¿Qué se supone que hace una niña de 17 embarazada?
Y ahora volvamos a la parte donde le cuento a las chiquillas, las cuales son igual o peor que yo para llevar el secreto.
-Del Nico- les digo y se les desfigura la cara.
-¿El Gaule?- preguntó la Pancha y yo asiento- ¿Cómo weon?
-Puta le metió el pico po weon- dijo la Mica y me miró- ¿en serio?
-Sí.
-Pero si eras virgen.
-Era.
-¿Y quedaste preñá a la primera?, puta la weona yeta, la cagaste weon- dijo la Mica.
-Gracias, ya lo sabía- ironicé.
-¿Qué pensai hacer?- me preguntó la Panchu.
Suspiré, apoyé mi cabeza en la muralla y miré el techo.
-No sé- contesté suspirando- busqué información y bueno, mi opción es abortar.
-Ah no, me teni que estar webiando- me dijo la Mica.
-¿Qué más quieres que haga?, no tengo mamá, nadie más me apoya, no sé si el Nico se va a hacer cargo y no tengo otra salida.
-Pero si ni siquiera le has dicho, ¿Cómo vas a saber que él no quiere un hijo?
-Está por salir del colegio y entrar a la U, ¿crees que en sus planes se encuentra tener un hijo con una weona de tercero?
-No, pero quizás se quiera hacer responsable- defendió la Panchu- tiene derecho a saber.
-No, no tiene. Él no va a saber que estoy esperando guagua y no se va a enterar de nada y ustedes no le dirán.
-¿Y cómo vas a abortar?- preguntó la Mica.
-Encontré una clínica abortiva en Puente alto y...
-Tú te volviste loca, ¿Te vai a meter a allá a abortar?- dijo la Panchu con gracia- de verdad tú estay mal.
-¿Qué tiene?- pregunté y ella negó con la cabeza.
-Es puente alto, tú eri una mina que no conoces otro mall que no sea el parque Arauco, alto las condes o el costanera y te vas a meter para allá, ¿sabes cómo llegar?
-Me acompañan ustedes- las miré rogando con la mirada.
-Ni cagando- dijo la Mica sin pensarlo- ni cagando Mía, ni nosotras, las pobres, nos metemos allá.
-¿Entonces qué?- las miré y la Panchu se puso de pie.
-Hablaré con mi hermana, sé que ella tiene un dato- dijo la Panchu tendiendo una mano para que me pusiera de pie.
Editado 28 febrero 2018.