𝒩𝒶𝓇𝓇𝒶 𝒱𝒾𝓇𝑔𝑜
El silencio que transcurre desde su pregunta hasta que la camarera deja nuestras bebidas en la mesa se me hace eterno. Trago con dificultad mientras que remuevo la bebida con una pajita, apoyada en la mano izquierda y con la mirada fija.
"¿Empezar de nuevo?, ¿a qué se refiere con empezar de nuevo?, ¿estos días le habrá estado dando vueltas a como nos conocimos? "
Aparto la mirada del vaso y la elevo hacia su rostro, el cual me devuelve una mirada pacifica.
Sus rostro redondeado, sus labios sonrojados y cuarteados por el frío, la forma de su nariz, la expresión sombría de sus ojos cuando se concentra y los mechones de cabello que le caen a cada lado del rostro, a la altura de la frente, me da una imagen de él bastante triste.
- Tú no sabes nada de mí, ni me conoces.
Reanuda la conversación apartando la mirada de su bebida para fijarse en mi. Por un instante, contengo el aliento y dejo de darle vueltas a la pajita.
- Igual que yo no sé nada de ti.- continua por lo bajo.
La sensación amarga que atraviesa mi cuerpo me sorprende.
- Me recuerdas a mi hermano.- respondo de pronto con una leve sonrisa.- Nunca sé que estáis pensado y eso es algo que me molesta.
Capricornio endurece la mirada.
- Tú tampoco eres fácil de predecir- contesta.- Hablar contigo es como estar dentro de un laberinto. Por mucho que intente esquivar las trampas, aparecerán más y nunca llegaré a la salida.
Mantengo la mirada por un segundo hasta que me doy cuenta de que tiene razón. Soy igual que ellos. Somos unos simples adolescentes que piensan que si no dicen nada de lo que sienten y que si lo esconden con miles de trabas...todo les irá mejor.
Pero, no resuelve nada.
Suspiro pesadamente. Me dejo caer en el sofá, sintiendo como el abrigo me hace de almohada en el fondo de la espalda. Cierro los ojos por un momento intentando calmar todas estas emociones.
"¿Soy así de idiota? No pido ayuda cuando la necesito porque pienso que ya se resolverá..." frunzo el ceño.
Abro los ojos de nuevo, fijándome en cómo mi chocolate caliente emite columnas de humo en el aire.
- Hagámoslo.- digo elevando la mirada hacia él.
Capricornio entorna una ceja sin comprender mi respuesta. Me incorporo nuevamente para apoyar y cruzar los brazos en la mesa.
- Quiero conocerte.- suelto sorprendiéndolo.
Sonríe levemente. Capricornio desvía la mirada negando con la cabeza.
- Vamos Virgo. Tú no quieres eso.- murmulla dejándose caer en la silla y cruzando los brazos.
- Si no quisiera eso no estaría aquí y tampoco te lo habría pedido. - hago una breve pausa.- Además he reprimido mis ganas de molestarte por tener la razón.
Examino su expresión; aun no se fía completamente de mis palabras. No lo culpo, yo tampoco lo hago. Pero si queremos empezar de nuevo, este es el momento para dejar atrás la desconfianza.
- ¿No son razones suficientes para ti?- finalizo.
Capricornio se queda pensativo por unos minutos. Le doy un sorbo a mi chocolate caliente y vuelvo a dejar el vaso en la mesa con una sensación de nervios comiéndome el estómago.
- ¿Por qué quieres hacerlo?- me pregunta.
- Somos iguales.
Juego con una servilleta entre las manos para mantener a raya mis emociones. Con cada doblez me siento más relajada, también ayuda el sonido de la lluvia de fondo.
- Puede que seamos adolescentes idiotas, pero entre nosotros nos entendemos.- continúo mirándolo de reojo.
Capricornio me mira fijamente durante unos segundos. Parece que me está inspeccionando el alma hasta su último rincón, queriendo encontrar algo que le de motivos para seguir indagando.
No sé lo que es para mi Capricornio, pero ahora mismo quiero volver a empezar. Hacer borrón y cuenta nueva. En parte, porque él ha entrado en mi vida para cambiarla a su gusto y eso ya es motivo suficiente para sentir curiosidad por él.
- Vuelves a dar por hecho las cosas, Virgo. Ni nosotros mismos nos entendemos.- comenta con una sonrisa.
Por un breve instante, esa sonrisa llega hasta mí como un soplo de aire fresco. Bajo la mirada con una sonrisa de pura tranquilidad y paz, deshaciendo la restante tensión entre nosotros.
"Puede que vuelva a tener razón. Ni nosotros mismos nos entendemos para que venga otra persona a entendernos." reflexiono.
Segundos después, la alegre camarera aparece de nuevo a nuestro lado para preguntarnos si queremos algo de comer. Sonrío negando su petición, pero dándole las gracias. Ella me responde de la misma forma y se retira.
Un pequeño silencio se hace presente en el local con la lluvia golpeando las ventanas por detrás. No decimos nada cuando la luz de un trueno se desdibuja en el cielo y estalla segundos después.
Escucho el pitido de una notificación en mi móvil y lo cojo rápidamente para leer el mensaje de Tauro. Frunzo el ceño ante ello.
"Mamá pregunta por ti."
Enviado a las 17:09
"Dile que estoy con Sagitario."
Enviado a las 17:09
Y con esa nueva mentira guardo el móvil en el bolsillo.
"Ya le he mentido dos veces seguidas, eso si que es motivo para odiarme." pienso.
- ¿Tauro?- pregunta Capricornio llamando mi atención.
- Se pone muy pesado si no sabe dónde están las galletas.- contesto.
Escucho como Capricornio da un sorbo a su chocolate caliente.
- Si quieres conocerme, entonces no me mientas.- suelta. Mis mejillas se tiñen levemente.- Sé cuando mientes, tengo buen ojo para eso.
Desvío la mirada elevando el brazo derecho para cubrir mi boca con la mano. Una pequeña sonrisa nerviosa se hace presente.
- Tampoco te escondas.- dice.
Muerdo el interior de mi mejilla con el fin de reprimir una risa. Tomo aire y vuelvo la mirada hacia él.
- Mi madre estaba preguntando por mi en casa.- respondo.
- Se preocupa por ti.- dice dándole otro sorbo a su bebida.
- No lo entiendes. Le he mentido dos veces en el mismo día.- suelto sin pensarlo.
Me mira de reojo para luego sonreír levemente.
- No creo que sea malo mentir de vez en cuando. Siempre y cuando esa mentira no se convierta en una bola de nieve y provoque una gran colisión.- explica. Lo miro de reojo unos segundos antes de desviar la mirada.- Porque si esa bola de nieve se hace muy grande, luego no podrás detenerla y vivirás en una mentira toda tu vida. Acaso que colisione, pero eso te traerá muchas consecuencias.- finaliza.
- Hablas de ello como si lo hubieras vivido antes.
- Eso es algo que te contaré si llegas a querer conocerme más a fondo.- responde con una leve sonrisa.
Esbozo una sonrisa.
- ¿Siempre eres tan misterioso?- pregunto.
- Soy reservado con aquellos que no me interesa conocer.- responde puntualizando la segunda palabra.
- ¿Entonces no has querido conocerme?- pregunto provocando que me mire con curiosidad.- Antes, cuando te comportabas como un idiota conmigo.
Capricornio sonríe, provocando que sus ojos adquieran un brillo peculiar.
- Eso es diferente.- comenta
- Tengo toda la tarde para oírlo.- le animo.
Tras pensarlo un rato, se aclara la garganta para hablar. Por mi parte solo me acomodo en el sofá doblando las piernas bajo la mesa.
- La primera vez que te vi pensé que te había visto antes. No creo en el destino, pero me pareció raro sentir que te conocía de algo. Lo dejé pasar, pero cuando te volví a ver en mi portal y comprobé que eras un dolor de culo...- me quejo, pero él me calla poniendo un dedo en sus labios.- me resultó divertido. Eres una chica dura de descifrar que tiene un lado tierno si se escarba un poco.
Ruedo los ojos ante esa afirmación. Retira la mano de mi rostro.
- Supongo que tuve curiosidad por ti desde el principio.- dice antes de darle un nuevo sorbo a su bebida.- ¿Y tú querías conocerme?
- No.- respondo provocando que frunza el ceño.
- Te acabo de decir todo eso y tú solo me respondes con un "no".- contesta indignado.- Me merezco un poco de compasión, ¿no crees?
Sonrío ampliamente ante mi logro, provocando que mis mejillas estén doloridas por tanto sonreír.
- Bueno, vale.- termino diciendo.- A ver, al principio pensaba que me ibas a matar en la librería por haberme caído encima tuya.- intenta decir algo, pero le contesto con el mismo gesto que hizo antes.- Luego nos encontramos en tu portal y fue raro que te quedarás conmigo para fumar. No sé, podrías haberlo hecho en otro lado.- prosigo, tras haber retirado la mano. Me detengo por un momento, sintiendo como los recuerdos vienen a mi mente.- Eres un tío toca narices, pero has conseguido que tenga curiosidad por ti sin yo saberlo.- finalizo con una sonrisa triunfante.
Capricornio sonríe ampliamente y eso vuelve a llenar mi pecho de una felicidad instantánea.