KYA - Deborah Hirt ©

By Deborahhirt

703K 55.7K 5.3K

¿Por qué "Kya"? Porque no hay un título que pueda describir todo este gran desastre, mi vida, mi historia, mi... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Max. Extra
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Max. Extra
Capítulo 36
Capítulo 37
Max. Extra
Max. Extra
Capítulo 38
Capítulo 39
Max. Extra
Capítulo 40
Capítulo 41
Max. Extra
Max. Extra
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Max. Extra
Capítulo 46
Extra. Gea
Extra. Max
Capítulo 47
Capítulo 49
Extra. Max
Extra. Max
Capítulo 50
Capítulo 51
Epílogo
Kya 2 -Eggers1 -Deborah Hirt
KYA 2 YA ESTÁ AQUÍ!

Capítulo 48

9.7K 858 113
By Deborahhirt

Darren camina lentamente mientras que recorremos el parque. Acabamos de comprar los helados, pero él se mueve muy despacio y me desespera.

—¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro.

Revuelvo el vasito de plástico con la cuchara y después pruebo un poco. Fresas y crema americana. Un clásico.

—¿Por qué siempre estás sola en la Universidad?

Oír esa pregunta me resulta extraño, pero me hace reír con cinismo por lo patética que me siento.

—No lo sé, no había pensado en eso.

—¿Pero tienes amigas?

—¿Para qué quieres saber eso?

Él se encoge de hombros.

—Compartimos dos materias, pero jamás te vi hablando con ninguna chica, ni tampoco entrar al baño con alguna chica, en los ensayos la mayoría de las chicas te ignoran, y...

Me río de nuevo y miro los altos árboles que están al otro lado del sendero que estamos recorriendo. Ya sé a dónde quiere llegar.

—¿Crees que soy una de esas niñas odiosas que se creen el centro del universo?

Él frunce el ceño, y me hace reír porque su cara lo dice todo.

—Antes lo creía. Pero después me confundiste por completo. Tú no eres así.

—Claro que no lo soy, es sólo que no soy buena haciendo amistades.

—¿Y en la secundaria tenías amigas?

Pongo los ojos en blanco y pruebo otro poco de ese helado.

—La secundaria fue una mierda. Todas eran odiosas. Incluso las que tenían el doble de dinero que mis padres, y nunca entendí por qué.

Darren me mira y después sonríe.

—¿Mucha envidia, tal vez?

Niego levemente con la cabeza. Ya no quiero hablar sobre esto, pero tampoco quiero regresar a casa. No quiero ir a esa cena.

—No era envidia. No tenían motivos. Es algo que jamás entenderé. Yo era normal, y ellas siempre me trataron como si fuese una mierda...

—Entonces si era envidia, Eggers.

Darren se detiene y yo por instinto también lo hago.

—Darren...

—Eres la chica más sencilla, dulce y divertida que jamás conocí en toda mi vida. Y apuesto que todas esas tontas morían por ser como tú.

Oírlo decir eso hace que sienta algo en el pecho, es una mezcla de dolor y gratitud que me hace sentir mejor.

—Tengo que decirte algo... —susurro al recordar ese asunto importante que olvidé por completo en toda nuestra salida.

—Sí, vas a decir que soy guapo, que te caigo bien, pero que quieres que sólo seamos amigos...

Abro los ojos de par en par y al ver su cara noto que está bromeando, aprieto los labios para no reír, pero no logro contenerme. Dejo escapar algunas carcajadas y él me acompaña hasta que me detengo.

—No iba a decir eso —golpeo su hombro levemente con mi puño y él sonríe.

—Ven, vamos a sentarnos. No me van las charlas de pie.

Darren camina hasta las bancas al otro lado del lugar y se sienta, sigue comiendo su helado y yo busco la manera de decírselo.

—Habla.

—Bueno... —No sé por dónde comenzar, pero lo necesito para que todo funcione—. La cosa es que... No podré bailar en Le Grand por un tiempo...

Darren deja de comer su helado y ahora veo que su expresión cambia por completo.

—Los mareos y... ¡Estás embarazada! —chilla completamente horrorizado y yo abro los ojos de par en par.

—¿Qué? ¡No! —digo lo más rápido que puedo.

—¿No?

—¡No!

Él suelta un suspiro y yo me río, pero no sé si es por los nervios o qué.

—Que susto...

—Sí.

—¿Y entonces qué?

Sonrío levemente y vuelvo a mirarlo.

—Mis padres me enviarán a Sídney. Pasé las audiciones de la Academia Breent Street...

Darren abre los ojos de par en par y cuando logra reaccionar, enloquece. Se ve feliz, emocionado, incluso se pone de pie, me abraza y hace que dé un par de vueltas por el lugar mientras que le digo que vieron algunos de nuestros bailes en los vídeos que papá envió por mí.

—¿Me vieron a mí también? —exclama con más sorpresa que alegría.

—Sí, y necesito que seas mi compañero para los vídeos de presentación que debo realizar. Tenemos que hacer alguna coreografía y...

Me miro al espejo y coloco el vestido sobre mí para ver cómo luce. No estoy para nada segura de esto. Estoy aterrada, quiero faltar, pero será imposible. Es el cumpleaños de Alex, hay una gran cena esta noche en un exclusivo restaurante con más de cuarenta personas y Max estará ahí. Volveré a verlo después de casi tres semanas sin saber nada de él. Y no sé cómo voy a reaccionar cuando lo tenga cara a cara.

El vestido que mamá escogió para mi es hermoso, corte princesa de color piel, y además tengo hermosos tacones rojos para combinar.

—Tengo que hacer esto —me digo a mi misma cuando me quito la bata y me coloco el vestido. Con todos esos kilos que ya no tengo me veo extraña, pero me siento bien, por así decirlo.

Después rizo mi cabello, me maquilló lo necesario y por último coloco mis tacones.

Cuando bajo las escaleras todas están ahí esperándome. Saben que será incómodo, pero nadie dice nada. Sólo tendré que soportarlo y fingir que nada más sucede para que Alex tenga una hermosa cena de cumpleaños, y sobre todo, para que no sospeche de nada. Lo último que quiero es que mate a Max el día de su cumpleaños.

—Ese vestido te queda precioso, cielo —dice mamá, viéndome con detenimiento.

—Gracias.

—Trata de no pensar, Kya. Disfruta de la cena, si ese tipo sabe lo que es la vergüenza, no aparecerá esta noche.

—Eso espero.

—Vamos, no pienses en eso —murmura mamá acariciando mi espalda.

Llegamos al restaurante y cruzamos todo el lugar hasta la sección especial. Las luces son tenues, hay varios arreglos florales en las mesas y velas bajas. Se ve delicado y no pega con el estilo de Alex, pero igual me gusta.

Papá tiene una inmensa caja de regalos entre manos y mamá al ver a Alex corre a abrazarlo. Él se ve feliz animado. Sonriente y al mismo tiempo distinto.

—Mi niño bonito... —comenta mamá mientras que besa a Alex y lo abraza. Alex le acaricia la cara y el cabello y después mamá como siempre empieza a llorar.

—Oh, lo siento...

Cuando es mi turno de abrazar a Alex lo hago con todas mis fuerzas y escondo mi cara en su pecho mientras que él me acaricia el pelo. Es un abrazo de feliz cumpleaños, de culpa, miedo y arrepentimiento. Si Alex se entera jamás me perdonará.

—Feliz cumpleaños, Alex —susurro con la voz entrecortada.

—Te adoro, princesa.

A medida que avanza el tiempo los invitados de Alex y el resto de la familia van llegando. Entro en pánico cada vez que veo a alguien acercarse, pero respiro cuando veo que no es Max. Todos saludan, hablan y beben algún que otro trago mientras que ríen. Alex se ve feliz, y ahora que lo pienso Iana no está aquí aún.

—¿Notaste que Iana no está?

—Estaba viendo eso —responde Simón por lo bajo—. Pero, mejor, cierra la boca. No la invoques.

—Tienes razón.

Alguien más se asoma a la puerta y Alex de inmediato abandona su charla y se pone de pie. Al verla de lejos puedo asegurar que es Iana, pero cuando la veo de cerca, frunzo el ceño y noto que Simon también.

—Oh... es la chica esa —comenta él.

—¿Qué chica?

Alex se acerca a ella con prisa, ambos se miran, ella sonríe y después lo abraza. La situación se ve rara porque parece que ambos quieren hacer algo más y no pueden o algo así.

—La chica que mamá contrató para él. La vi unas cuantas veces, es agradable.

Miro a Alex sonreírle y noto como ella se pone nerviosa al ver toda la gente. Es rubia, tiene un sencillo vestido color coral y nada de maquillaje.

—A ella le gusta —comenta por lo bajo.

—Sí, se le nota —responde Simón.

—Y a él también. Sólo que aún no lo sabe —agrego con una sonrisa. Me gusta ver la cara de idiota de Alex, y quiero saber más sobre ella.

Los meseros se acercan con el primer plato y todos empiezan a comer. No tengo hambre la verdad, pero mamá ya me llamó la atención por las dos copas de vino blanco que tomé sin siquiera darme cuenta. El abuelo y la abuela hablan al otro lado de la mesa, mamá les sigue la conversación y papá charla con Simón y el abuelo. Es una mezcla extraña, solo quiero largarme de aquí.

Alex se acerca a nuestra mesa y trae con él a la chica rubia que ahora sí se ve más que aterrada.

—Familia... —dice para llamar la atención. Todos se callan y miran sin disimulo a esa pobre chica que parece estar muriendo—, ella es Iris, sobrina de Loren. Me ayuda en casa. Creí que sería bueno que se sentara con ustedes, estará más cómoda.

—Oh, bienvenida, cariño. Es un placer —responde mamá con una sonrisa. Todo saludamos desde lejos y Alex nos presenta a cada uno rápidamente. Después mamá se corre un asiento y deja que Iris se siente a mi lado.

—Oh, por Dios. Estoy aterrada —comenta mirándome fijamente. No sé por qué pero ver su cara así me hace reír un poco.

—No estés aterrada, nos caes bien. Supongo.

Ella sonríe y después mira mi vestido. Me siento algo incómoda, pero Simon se mete en la conversación, yo tomo otra copa más de vino, y cuando lo noto, los tres estamos riendo y hablando muy fuerte, que incluso algunos se voltean a vernos.

—¿Me acompañas al baño? —pregunta cuando acaba una copa de vino. Estamos bebiendo, y papá aún no se ha dado cuenta. Pero sé que esto será un desastre.

—Sí, yo también me estoy probando...

Llegamos al baño, Iris se mete a uno de los cubículos y yo al otro. Reímos porque las dos hablamos la una a la otra para que no se escuche el incómodo sonido del pipi y después estallamos en risas porque notamos que lo hicimos a propósito.

—Me caes muy bien. Incluso mejor que la novia de Alex —aseguro cuando me lavo las manos.

—Y tú también me caes bien, incluso mejor que la novia de Alex —responde de la misma manera. Las dos nos miramos y al segundo siguiente estallamos en risas.

Retoco mi labial, me miro al espejo para comprobar que todo está bien y después acomodo mi cabello.

Ahora si estoy mucho más relajada.

Cuando regresamos al salón me detengo en seco al verlo de espaldas a mí. Me toma por sorpresa, hace que pierda el aliento y que quiera salir corriendo.

Mis piernas no se mueven y parece que mi silencio lo llama de alguna manera porque él se voltea, y me ve. Sus ojos recorren mi cuerpo y noto que hay algo que no le gusta por la cara que pone.

—Hola, Max —dice Iris con una sonrisa y sigue caminando. Yo me muevo rápidamente, miro el suelo y paso por su lado. Siento como él quiere detenerme, pero alejo mi mano antes de que él lograra tocarme.

Todos en la mesa están tensos y papá me mira enojado, nervioso, desesperado. Ahora me siento diferente y sólo sé que tengo que soportarlo.

—¿Todo está bien? —pregunta mamá con preocupación. Asiento levemente y trato de fingir que nada sucede, que él no está aquí, pero por más que lo intente, no lo logro. Él no deja de mirarme y creo que en cierto modo todo el mundo lo nota, incluyendo a Alex, que me mira en más de dos ocasiones.

—¿Me das tu chaqueta? —le pregunto a Simón.

—¿Tienes frío?

—No, pero él no deja de mirarme y me incomoda.

Simón me da su chaqueta y me la pongo lo más rápido posible. Ahora tengo los hombros cubiertos y gran parte de mi escote, no me siento tan incómoda, pero la mirada de Max sigue sobre mí.

A la hora del postre Alex se pone de pie, todo el mundo recarga sus copas con alguna bebida y él se prepara para hablar.

—Quiero agradecerles a todos por estar aquí, fue una hermosa velada. Gracias a mis padres —señala a mamá y a papá con su copa de vino—, a mi familia —señala el resto de la mesa—, y a mis amigos. Brindo por ustedes.

—¡Y nosotros brindaremos por ti, mi niño! —exclama mamá elevando su copa aún más alto. Alex le sonríe de manera tierna y después me mira a mí...

Oh, no...

—Y ahora que lo pienso, también quiero brindar por mi princesa, por mi hermana, por esa niña que aunque me cueste reconocer se está convirtiendo en toda una mujer... —Alex me sonríe a mí y sólo siento como mis ojos se llenan de lágrimas. Todos están viéndome y me estoy muriendo de vergüenza—. Brindo por mi hermana Kya y su futura carrera de baile en Australia.

Cierro los ojos levemente y finjo que todo está bien, sonrío como puedo y hago el brindis con todos los demás.

Max no deja de mirarme, hago contacto visual por unos segundos y noto su mala cara, su confusión. Su boca diciéndome "¿Qué?"

Miro el suelo mientras que todos empiezan a saludar y abrazar a Alex y de pronto la pantalla de mi móvil se enciende.

Una llamada de Max. La rechazo. Dos llamada, tres llamadas, las rechazo, cuatro llamadas, cinco llamadas, las rechazo, seis llamadas, siete, ocho, las rechazo.

Un mensaje, dos mensajes, tres, cinco, siete, nueve, diez mensajes de Max.

Cuando mamá se acerca a la multitud de gente para saludar a Alex yo la acompaño, no me despego ni un segundo. Hay muchos amigos que siguen con los abrazos y estamos casi al final de la fila, pero Alex ya nos vio y sé que espera ansioso por nosotras.

—¿Cómo que Australia? —pregunta Max rápidamente tomándome del brazo. Hace que jadee por la sorpresa y que lo mire fijamente.

—Déjame.

—¿Te vas?

—Déjame —repito una vez más.

—Basta, Maxwell —interviene mi madre y hace que él suelte mi brazo.

—¿Sucede algo? —pregunta Alex con mala cara. Primero mira a Max y después a mí, pero mamá interviene y dice que todo está bien, que nada sucede.

—Ya me iba, Alex. Tengo cosas que hacer.

Alex sólo asiente levemente.

—¿Cosas que hacer a las once de la noche? —pregunta mi madre con esa cara de odio que intimida a cualquiera.

—Sí, señora Eggers —responde secamente, y después me mira fijo—. Tendré visitas en media hora.

Abro los ojos de par en par porque comprendí su mensaje, pero después agacho la cabeza y espero a que él salude a Alex y se largue.

Cuando por fin lo veo cruzar la puerta, suelto un suspiro de alivio, y abrazo a Alex una vez más para desearle un feliz cumpleaños.

Cuando regreso del baño, Alex está abrazando a Iris. Se ven adorables juntos y puedo asegurar que hay algo entre ellos. Además, Iana no está aquí...

Me siento en mi lugar y la pantalla de mi celular se enciende, corto la llamada rápidamente y cuando lo noto, Alex toma mi teléfono y se aleja unos cuantos metros.

Me pongo de pie al igual que mamá y papá. Acabo de entrar en pánico...

—Alex, dame mi teléfono —grito y trato de acercarme.

—Alex... —advierte mi madre.

Cuando veo que la cara de Alex se transforma sólo cierro los ojos y trato de no morir porque sé lo que acaba de encontrar en mi teléfono.

—¿Max? —pregunta mirándome con asco, odio, es una mirada que me duele.

—Alex, no... No puedes...

Él está revisando mi celular, mueve su dedo de un lado al otro de la pantalla y cuando me abalanzo hacia él para tratar de arrancárselo de las manos el me detiene.

—Kya... —susurra por lo bajo. Mira la pantalla de mi celular y noto como se enfurece—. ¿Qué es esto? —grita, haciendo que todo el mundo de voltee a ver el show—, ¿Puedes explicarme qué mierda es esto?

Coloca el celular delante de mi cara y ahí está esa foto, la foto que nos tomamos en casa de Max, en su cama, los dos cubiertos con las sábanas posando para la cámara. Yo sonrío mientras que Max sólo se ve serio, pero está abrazándome.

—¿Qué mierda es esto, Kya? —grita una vez más, me toma del brazo y me sacude con fuerza. Ya empecé a llorar, trato de hablar, pero no puedo del todo.

—Deja que lo explique...

—¿Qué me vas a explicar?

Él empieza a pasar todas las fotos que tengo en esa conversación con Max y después suelta mi teléfono con brusquedad sobre el suelo.

—Barcelona... ¿Estuvo en Barcelona contigo?

—¿Qué? —grita papá al otro lado.

—Alex...

—¿En qué demonios estabas pensando?

Alex suelta mi brazo y corre hacia la salida. Papá toma mi teléfono celular, enciende la pantalla y ve la foto que me tome con Max en Barcelona, estamos en la playa y...

Papá sólo me mira con decepción y después niega levemente con la cabeza.

—Papá...

Trato de hacer algo, pero después reacciono y salgo detrás de Alex. Si logra encontrar a Max, lo matará...


,"0",?R

Continue Reading

You'll Also Like

6.2K 1.4K 39
[Completa] Un año... un año para rectificar el camino. Un año para aceptar ser alguien quien no es. Joshua Lockhart tiene su futuro asegurado pero no...
134K 14K 44
«Intenso, apasionado, adictivo. Son las únicas palabras que me vienen a la mente cuando pienso en él, siento que me metí al infierno y bailé con el d...
7K 755 54
Tras recibir una llamada de la comisaría de Wildwood, Yvonne Winchester recibe una nueva misión, destruir la mayor mafia del país y meter entre rejas...
1.5M 112K 83
Becky tiene 23 años y una hija de 4 años que fue diagnosticada con leucemia, para salvar la vida de su hija ella decide vender su cuerpo en un club...