Hospital

נכתב על ידי P1-221

568K 36.7K 12.9K

Hospital, es una historia llena de misterios, en la que el protagonista Naúm, se verá envuelto. Adéntrate en... עוד

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo

Capítulo 12

13.7K 1K 492
נכתב על ידי P1-221

—Vamos Lizzeth —le dijo Victoria una vez que Lizzeth ya había recuperado la conciencia. Recargada a la pared, sin muchas fuerzas para poder levantarse. Se veía afligida y demacrada. Victoria giró a verme con preocupación—, necesitamos un poco de agua Naúm, Lizzeth parece estar deshidratada.

—No, no —soltó Lizzeth al instante, parpadeo repetidas veces y trató de incorporarse, pero no lo logró—, no estoy deshidratada, lo sé porque no me siento así. Antes me deshidrataba al correr, por lo tanto sé lo que se siente.

—Entonces... —Victoria permaneció en silencio, su rostro se tornó nostálgico y trató de sonreír—... Son los síntomas del embarazo.

Lizzeth alzó su cabeza con los ojos abiertos como platos, sin duda le sorprendía saberlo.

—Ay no —se quejó—, no quiero que los síntomas estén presentes. Quiero salir cuanto antes de aquí.

Victoria se acercó a Lizzeth y tomó su mano con suavidad, comenzó a acariciarla y le sonrió levemente.

—¿Estás segura Lizzeth? —Le preguntó—. Mira, escúchame. Ya no te seguiré molestando con tu decisión, pero debes de pensarlo muy bien antes de hacer lo que piensas. Cuando estés adulta te arrepentirás de haberle hecho daño a un ser inocente. ¿Por qué mejor no te esperas a que nazca? Así podrás decidir mejor, si lo quieres o, si deseas darlo en adopción.

Lizzeth agachó su cabeza de nuevo, pareció asimilar la situación. Llevó sus manos a su estomago y volvió la mirada a nosotros.

—Mis padres...

—No pienses en tus padres Lizzeth, piensa en ti —interrumpió Victoria—. Ya eres mayor de edad y tus padres deben aceptar lo que has hecho.

—Es que no lo sé Victoria —explotó Lizzeth algo desesperada, movía sus manos como si explicase algo con ellas aunque sólo lo hacía por nerviosismo—, sé perfectamente el regaño que me darán mis padres cuando se enteren, me gritarán, me echarán de la casa. Y a mi novio, no sé que pueda hacerle mi papá. Mis padres son completamente salvajes, todo el tiempo gritan, pelean. Y así como ellos fueron conmigo pienso que yo seré así con mis hijos. Y no quiero, no todavía.

Me puse a su altura, estaba de cuclillas frente a ambas y tomé su mano para inspirarle confianza.

—Lizzeth —le llamé, centró su mirada en mí—, No sabes lo que se siente enterarse que nunca más volverás a tener hijos. Mi esposa ya no podrá hacerlo. En el caso de Victoria es muy difícil y esperemos que pronto pueda concebir uno. Tú aún eres una jovencita, 19 años no es casi nada. No trates de arruinar tu vida haciendo las cosas por miedo. Debes dejar que el tiempo pase y las cosas se irán dando como tengan que hacerlo.

—Es cierto Lizzeth —habló Victoria y tomó la otra mano de ella—, por favor, no abortes a tu hijo. Deja que el tiempo pase como dice Naúm y acepta lo que la vida te tenga preparado.

Lizzeth se soltó suavemente, comenzó a ponerse de pie pensando en lo que le dijimos. Permaneció quieta y sus lágrimas caían lentamente una tras otra. Las de Victoria también. Matías la observaba atento, como si esperara a que volviese a desmayarse para esta vez sí poder sostenerla.

—Puede que así sea —habló por fin. Caminó unos cuantos pasos al frente y giró a vernos de nuevo—, el niño que llevo dentro no tiene la culpa. Pero yo no quiero criarlo todavía. No estoy preparada y quiero seguir disfrutando un poco más como joven. —Dio un suspiro de nostalgia y prosiguió—. Afrontaré a mis padres. Mi novio me exige que lo aborte. Hablaré con él, le diré que lo tendré pero que... —Lizzeth permaneció callada y agachó su cabeza de nuevo, le costaba hablar de su situación. Permaneció un momento así antes de levantarla de nuevo y tratar de sonreír—. Lo daré en adopción.

—Oh Lizzeth —expresó Victoria con alegría. Caminó a ella con paso rápido y tomó su cara con ambas manos—, me hace tan feliz escucharte decir eso. A pesar de que yo no soy nada tuyo.

Lizzeth sonrió mientras Victoria aún tomaba su cabeza con delicadeza, lentamente fue retirando sus manos y permaneció en silencio al percatarse que Lizzeth iba a tomar de nuevo la palabra.

—Victoria —habló con algo de duda en sus palabras. Observó el suelo y luego observo a Victoria para continuar hablando—, ¿tú aceptarías a mi hijo? Es decir, ¿te gustaría adoptarlo?

La pregunta tomó por sorpresa a Victoria y a mí. Nunca nos imaginamos que Lizzeth se atrevería a decir eso, no hace apenas unos minutos. Victoria permaneció inmóvil, sus palabras se cortaron y sus lágrimas caían libremente.

—Sí —fue lo único que emitieron los labios de Victoria. Se abalanzó hacia Lizzeth y la apretó en un cálido abrazo. Matías sin pensarlo y sin saber el por qué de la situación, se unió a ellas también. Se separaron, Victoria limpiaba sus lágrimas con la manga de su blusa negra, sonreía ante todo. Perdió a su bebé y ese dolor nada lo iba a cambiar nunca, pero dentro de nueve meses iba a tener uno, que, aunque no iba a ser de ella, estaba seguro de que lo iba a querer como tal—. No sabes qué feliz me haces Lizzeth. Mi esposo y yo queríamos adoptar pero por nuestra edad ya no se nos permitía. Gracias Lizzeth, muchísimas gracias.

Un abrazo más fue lo que concluyó el momento, sólo esperaba con todo el corazón que saliéramos de aquí lo antes posible, para que puedan cumplir su propósito. Y que todo saliera a la perfección.

Bajamos antes de que los demás viniesen a ver cómo nos fue. No se habían inmutado por ir a buscarnos, se encontraban platicando, o, más que nada, escuchando las palabras furiosas de Ricardo, quien soltaba una maldición tras otra cada vez que decía una frase.

—¿Qué encontraron? —Pregunté callando a Ricardo, no podía estar atemorizándonos a todos sólo porque se la pasaba gritando y lo único que quería era salir de aquí, sin importar lo que sucediera con los demás. Me fulminaron con la mirada, Ricardo estrelló sus manos en sus piernas y se dirigió a mí con furia.

—Míralo por ti mismo —me respondió entre dientes mientras con su mano derecha señalaba todas las puertillas de los casilleros. Estaban abiertas y en ninguno de ellos se encontraba algo. Todos estaban completamente vacíos. Una vez que terminé de observar volví mi mirada a Ricardo quien ya me miraba con las cejas levantadas esperando una respuesta de mi parte.

—Allá arriba —solté tratando de evitar más el tema de estos casilleros vacíos—, hay otro mueble con tres cajoncillos, los tres están cerrados bajo llave y, probablemente ésos sí tengan algo ahí dentro.

Ricardo cambió su mirada de furia a asombro, no lo pensó dos veces y corrió de nuevo hacia arriba en busca de esos cajoncillos. Cristy me miró desde su lugar, Johana estaba a su lado. Cada vez se veía un poco menos apagada, como si la fiebre estuviera disminuyendo, aunque necesitaba ayuda inmediata, si la fiebre subía bastantes grados podría ser mortal.

A Doroteo no le veía más deseos de volver a acercarse a Johana por recordarle a su hija, de vez en cuando le echaba una que otra mirada pero hasta ahí, casi ni se dirigían la palabra. Donato y él tampoco, siempre estaban juntos, o Donato quería estar cerca de su hermano para ver si lograba algo, pero casi nunca iniciaban conversación. Él me lo había pedido a mí, hablar con Doroteo sobre su relación, pero aún no consideraba el momento.

—¡Hijo de perra! —Se escuchó el grito de Ricardo maldiciendo a la vez que un golpe se escuchó. Era el del casillero haciendo contacto con el suelo. Ricardo seguramente lo había arrojado al percatarse de que éste no podía abrirse.

Subimos las escaleras, aquí abajo ya no había nada que hacer definitivamente. Nunca pensamos en el cuerpo de la maestra Ximena y, para nuestra suerte, Matías no alcanzó a visualizarlo. Si lo hubiera hecho, probablemente hubiera quedado un poco traumado.

Continuaban escuchándose golpes en el casillero, ahora patadas. Entré al cuarto donde estaba Ricardo y era un desastre. El casillero en el suelo, el escritorio volteado y las batas esparcidas en el suelo, lo único que quedaba intacto eran los cuadros en las paredes que, no tardaban en estar rotos si Ricardo continuaba con esa furia.

—Ricardo —le llamé, era el único que estaba dentro del cuarto con él. Cuando me vio sentí una mirada demoníaca sobre mí, parecía que los ojos de Ricardo iban a salirse de sus órbitas, ya se encontraba completamente alterado y hasta su tos había cesado.

—¿Qué quieres Naúm? —Me preguntó con coraje, hasta miedo daba hablar con él. Parecía darte un golpe duro cada vez que gritaba—. Aquí dentro debe de haber algo, por algo está cerrado bajo llave. Tenemos que abrirlo a como dé lugar. Ayúdame a sacarlo.

Lo hicimos, tomé uno de los bordes y Ricardo el otro, lo sacamos y colocamos los cajoncillos hacia arriba, aún no sabíamos cómo íbamos a abrirlo, pero algo se nos ocurriría pronto.

Donato y Doroteo se unieron a nosotros al instante, parecían tener los mismos pensamientos. Se movieron al mismo tiempo y cada uno se colocó en los bordes restantes.

Donato tomó el lugar por donde abría el primer cajoncillo y trató de forzarlo para abrirlo, era inútil, eso ya lo había realizado yo y Ricardo seguramente también.

Observé a Cristy, quien miraba atentamente el cuerpo de Ricardo, parecía estarlo disfrutando mientras lo veía enojado. Se mordía el labio inferior mientras que sujetaba su brazo roto con el brazo sano. Cuando sintió mi mirada sobre ella inmediatamente cambió de postura y se ruborizó un poco.

—Voy a brincar encima de él —dijo Ricardo y se subió encima del casillero—, trataré de abollar la cerradura. —Ricardo comenzó a brincar encima del casillero, provocaba un ruido tedioso y escandaloso. El ruido hacia que mi cabeza comenzará a doler—. Sujétenlo bien —dijo Ricardo, ninguno lo mantenía sujeto y eso hacia que el casillero comenzara a deslizarse y eso podía hacerlo caer. Donato y Doroteo lo hicieron, Ricardo continuó golpeando y yo no pude más, el dolor regresó y fue bastante fuerte. Di unos pasos hacia atrás y me senté en el suelo recargado a a la pared, e inmediatamente Johana se sentó a mi lado.

—¿Estás bien? —Me preguntó, asentí aunque eso no era suficiente, por mis gestos era obvio que Johana sabía que eso no era cierto.

El casillero comenzó a deslizarse hacia enfrente. Alguien tenía que sujetarlo para que Ricardo no resbalara. Fue Lizzeth quien lo hizo, se colocó y lo sostuvo con sus manos. Ricardo paró de brincar, al ver a Lizzeth frente a ella desató aún más su furia.

—¡Quítate Lizzeth! —Le gritó e inconscientemente, sólo, dejándose llevar por el coraje, Lanzó a Lizzeth hacia la pared con una fuerte patada en el estómago. Lizzeth comenzó a quejarse del dolor y Ricardo permaneció quieto y un poco asustado, por primera vez, preocupado por Lizzeth, no había medido sus agresiones y ahora ya era demasiado tarde.

Lizzeth no aguantó sus lágrimas, el dolor debía ser terrible. Sentí un impulso de ir a golpearlo pero Doroteo se adelantó.

—¡Maldito infeliz! —Le gritó Doroteo y se abalanzó a él iniciando una pelea de nuevo. Donato intentaba separarlos mientras que yo miraba a Lizzeth. Estaba sufriendo mucho, la patada había sido demasiado fuerte.

Victoria ya estaba frente a ella brindándole su ayuda. Me quedé tirado, el dolor de cabeza no me permitía moverme.

—¡Lizzeth! ¡Lizzeth! —Gritó Victoria mientras veía cómo Lizzeth se quejaba cada vez un poco menos, pero no era porque el dolor iba disminuyendo, era porque estaba perdiendo la conciencia.

—¡Dios mío está sangrando! —Alarmó Cristy mientras señalaba con su índice la parte baja de Lizzeth. No alcanzaba a ver sangre desde mi ángulo pero sabía que todo estaba mal, muy mal. Lizzeth estaba embarazada y esa patada podía provocar lo peor, podía provocar lo que Lizzeth quería en un principio, pero sabía que ahora ya no lo quería así, y era abortar.

המשך קריאה

You'll Also Like

10.4K 973 15
Dime ¿cómo se siente estar ahí arriba?
7.2K 380 20
•>>(DOUSHINO)<<• 🔞 ¿Listo para conocer el infierno llamado amor? El amor con sentimientos egoístas puede volverse enfermizo Y destrozar las esperanz...
61.6K 2.8K 43
Una secuela de My Living Nightmare. La nada negra que ahora envolvía mi alma era lo único que parecía mantenerme en marcha. El pensamiento de él impr...
2.3K 472 21
Nunca creí que sería tan bueno para ocultar un crimen, mucho menos pensé que ese mismo crimen sería una de las causas de mi muerte. Siempre quise ser...