28-03-16 21:00 pm.
—Yo me voy, iré a ver a Kun.— Se despidió Yuta mientras se levantaba de la mesa, lo que había empezado como una comida terminó integrando la cena.
—Ve con cuidada, Nakamoto.— Lo despidió Johnny con una sonrisa y con la mano. Parecía que la felicidad que tenía no se le iba ya al escuchar el nombre del chino.
—Yo paso al rato a la casa, debo recoger unas cosas.— Anunció Doyoung tras cortar un pedazo de su rebanada de pastel. Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Taeyong.
—Yo creo que solo unos tres días más con nosotros, por favor.— Habló Ten sonriendo. Al lado de él Jaehyun le robó un poco del helado.
—Yo te acompaño, Doyoung.— Ese fue Jaehyun, justo al terminar aquellas palabras, Taeyong lo pateó por debajo de la mesa.
—No, no creo que a tu novio le agrade que me acompañes.— Ni siquiera intentó ocultar sus celos. Jun se movió incómodo en su silla mientras seguía tomando por el popote de su bebida aún cuando el vaso estaba vacío.
—No lo incomodes, Jae.— Pidió Taeyong en un susurro. Jaehyun mordió su labio para no soltarle las cosas que quería decir en frente de todos.
—A ver, a ver, hablemos de otra cosa ¿sí? Es incómodo.— Pidió Ten con un tono lindo que ni había puesto esfuerzo en que saliera.
Jaehyun ya no habló, quería gritarle a Taeyong que no lo hiciera, sabía que solo buscaría el momento en que este se fuera. Taeyong no era tonto, había dejado una pequeña bolsa con todo cerca del restaurante para solo tomarla y seguir a alguien. No tenía planeado que fuera Doyoung, le había dicho que cualquiera que se fuera solo. Yuta era muy arriesgado, pero cuando Doyoung habló supo que su amigo ya tenía a la víctima.
Podía ser un hijo de puta, aquel hijo de puta que distrajo a Hansol, Sicheng y Taeil para no sentir la presencia de Taeyong detrás de él. Podía ser ese hijo de puta que amarró las manos de los tres para que no huyeran, podía ser ese hijo de puta que le avisó a Taeyong que Mark había salido de casa; pero a pesar de eso, Doyoung seguía siendo el chico que amó por mucho tiempo.
Jaehyun se sumió tanto en sus pensamientos de remordimiento que no notó la insistencia de Jun en hacerle caso. Cuando vio el rostro molesto de su novio había pensado en reír, pero no salió ni una sola reacción de su cuerpo.
—Perdón, ¿qué pasa?— Preguntó completamente confundido. Jun observó como los demás estaban sumidos en su propia platica.
—Jaehyun, puedo notar el miedo que tienes de perder a Doyoung.— Susurró en el oído de su novio. Jaehyun pudo sentir como si su cuerpo entero temblara, después de todo Jun tenía razón. —Me iré primero, sálvalo.— Dicho esto se levantó tomando su chaqueta del respaldo de la silla.
—¿Te vas, Jun?— Preguntó un poco sorprendido Taeyong. Jun asintió con la cabeza mientras se colocaba la chaqueta.
—Nos vemos luego.— Le guiñó el ojo a Jaehyun. Jaehyun había pensado en solo dejarlo ir pero algo dentro de él temía por lo que fuera a pasar, por lo que se levantó y dejó un beso en sus labios.
—Nos vemos en casa, Jun.— Susurró entre sus labios.
Doyoung había visto todo eso por lo que Johnny palmeó su espalda con tranquilidad. Taeyong sonrió y despidió a Jun con la mano.
—Supongo que son el uno para el otro, ¿no?— Le habló en un susurro Ten. Taeyong sonrió, Ten juraba que jamás había visto la sonrisa que mostró su novio en ese instante. Podía notar en ella lo feliz que estaba por ambos o tal vez solo por Jaehyun.
—Lo son. Pero más nosotros.— Unió sus labios de forma rápida con Ten.
Johnny observó que aquel besó comenzaba a ser bastante intenso por lo que quitó de la mano de Doyoung el pan que se estaba por comer y lo lanzó directo al par de tórtolos. Doyoung solo observó el pan hasta que este cayó al piso. Jaehyun por su lado decidió por reír.
—¡No te rías!— Lo amenazó Doyoung con un dedo mientras con su otra mano golpeaba el hombro de Johnny. —Me debes un pan. ¡Y ustedes! Estamos en un lugar público, tengan un poco de pudor, si quieren Johnny y yo nos vamos a quedar a otro lado y así ustedes tienen una merecida noche.—
Todos rieron ante la cara de pánico que mostró Taeyong. Jaehyun se sintió mal pocos segundos después pero aún así siguió riendo.
22:50 pm.
Después de reír hasta que las lágrimas salieran de sus ojos y que el estomago reclamara los esfuerzos enormes de algunos de retener la risa, decidieron que era tiempo de irse.
Taeyong limpió sus manos con lentitud, Johnny y Ten ya estaban saliendo del restaurante, Jaehyun observaba a Taeyong y Doyoung estaba con lentitud abriendo los dulces que les dieron junto a la cuenta.
—Déjame acompañarte.— Pidió de nuevo Jaehyun, Taeyong hizo bolita la servilleta con la que limpiaba y lanzó al rostro de Jaehyun.
—Ya te dijo que no, no seas tan insistente.— Doyoung le agradeció aquellas palabras a Taeyong con un gesto de su mano.
Cuando Doyoung terminó sus dulces, los tres se levantaron y salieron juntos del restaurante.
A unos metros de este era cuando los amigos se separaban: Johnny, Ten y Jaehyun irían al mismo camino, Taeyong iría por el mismo camino de Doyoung y después se separarían.
La despedida entre Ten y Taeyong fue entre besos y palabras de amor. Jaehyun intentó de nuevo ir con Doyoung pero este llegó a un punto en decirle que su compañía era desagradable. Taeyong se despidió de Johnny y Ten con sonrisas.
Taeyong y Doyoung emprendieron el camino juntos. En el silencio de la noche ambos sonreían ante la incomodidad entre ellos.
—Taeyong, ¿podríamos tener una llamada cuando nos separemos? Así no me sentiré tan solo.— Pidió el menor. Taeyong sonrió y tras acariciar la espalda de este asintió con la cabeza.
Platicaron un rato y al llegar a la zona donde se separaban ambos se despidieron con una sonrisa.
—¡Oh! Espera, quiero darte algo.— Taeyong detuvo rápido a Doyoung. Este se quedó en su lugar extrañado.
Cuando Taeyong puso sus guantes sintió la presencia de alguien, volteó al instante y vio a los amigos de Mark pasar. Mordió su labio ante la desesperación, lo que lo llevó al borde de casi entrar en pánico fue ver a un chico, se podía decir mayor que él y Doyoung, con ellos.
—¡Hyung!— Mierda, Doyoung lo conocía. Aquel chico vio al menor y le sonrió. Taeyong estaba en pánico.
—¡Hola! Soy Lee Taeyong.— Se presentó con una sonrisa, aquel chico lo vio.
—Kang Joon, mucho gusto.— Inclinó su cabeza y Taeyong rápidamente hizo una reverencia.
Taeyong se excusó un poco y mandó el número 1 a Jaehyun. Aquel número era el que indicaba la necesidad de ayuda, a los segundos Jaehyun le contestó con un 5, no entendió del todo aquel mensaje, no recordaba para qué era el 5. Con pesadez volvió hacia los chicos.
—Chicos, mejor me voy yendo, ya es tarde y está oscuro.— Se disculpó Doyoung con los chicos. Taeyong supo que debía de esperar antes de irse él igual, en su camino había una forma de llegar al de Doyoung.
Después de 10 minutos de platica, Taeyong se excusó.
———
29-03-16 12:20 am.
Yuta estaba acostado junto al cuerpo dormido de Kun. Todo estaba tan silencioso que se había puesto hasta a contar las veces que respiraba el chico. Con su mano acariciaba con tranquilidad los estampados de fruta que llevaba la pijama de su compañero, reía por lo bajo de vez en cuando ante lo gracioso que se veía así.
La luz proveniente del celular de Kun alumbró la habitación oscura, ignoró aquello y continuó con sus acciones. Cuando su propio celular sonó indicándole la llegada de un mensaje, decidió quitarle el sonido sin siquiera ver lo que había recibido.
Cuando regresó la vista a Kun, después de dejar su celular en la mesa de noche, se encontró con el rostro recién despertado del chino.
—Vuelve a dormir.— Susurró Yuta acariciando ahora el cabello del contrario. Kun sonrió un poco y guió su mano a la mejilla del japonés, la cual acarició con tranquilidad.
—¿Qué haces en mi cama?— Preguntó con una voz tan adormilada que hizo reír a Yuta.
—Mi cama estaba fría.— Habló sin detener las caricias en el cabello contrario.
Hubo un largo silencio donde solo ambos se vieron a los ojos, solo se podía escuchar a la lejanía los ruidos de la ciudad. Incluso parecía que ambos habían dejado de respirar para no molestar aquel silencio.
En el momento en que Kun había abierto la boca para hablar los labios del japonés se unieron con los suyos. No tardó nada en continuar aquel beso.
Lo que había empezado con un beso terminó volviéndose caricias entre ambos, en unos segundos Yuta se puso sobre Kun y continuó con aquellos rápidos besos.
—Te amo.— Susurró Yuta entra uno de los besos. Las manos de Kun, las que se encontraban ya bajo la playera del japonés, se detuvieron. —Y mucho.—
—También te amo.—
El celular de Kun dejó salir el brillo indicando la llamada de alguien. Yuta observó el celular, cuando este dejó de brillar se dedicó a besar de nuevo al chino, incluso se dio la oportunidad de bajar su pantalón cuando el brillo volvió a aparecer.
—Esta es una señal de que no debemos de tener sexo si aún no somos novios o qué.— Se quejó Yuta mientras se bajaba de la cama. Kun no pudo evitar reír mientras volvía a subir su pantalón de la pijama.
Tomó rápido su celular, era una llamada de Ten. Supuso que sería importante al notar que la llamada anterior había sido de él igual.
—¿Qué pasa?— Preguntó mientras Yuta se sentaba con las piernas cruzadas a su lado, se podía ver la molestia en su rostro.
—Doyoung se despidió de ellos y y y ..... está muerto.— Lloró Ten del otro lado de la línea.
Yuta observó como Kun había quedado paralizado en su lugar, intentó actuar lindo para llamar la atención contraria pero no hubo reacción alguna. Cuando le apartó el celular la llamada ya estaba terminada.
—Estoy seguro que lo que sea que hayan dicho ha apagado tus ganas.—
—Mataron a Doyoung.— Susurró.
————
6:00 am
Taeyong llegó a la sala funeraria donde velaban a Doyoung. Se encontró con un Jun sentado en la primera mesa, se veía claramente que intentaba no quedarse dormido sobre su mano.
Le sorprendió que tanta gente estuviera presente. No alcanzaba a ver a ninguno de sus conocidos, así que después de darle un golpecito en el hombro a Jun para que despertara, se encaminó a la pequeña habitación donde se encontraba la foto de Doyoung.
Cuando entró vio una escena que por primera vez lo hizo sentirse culpable.
Vio a un chico con cabello castaño muy claro llorando como si le hubieran arrancado la vida, atrás de él estaba un chico que le acariciaba la espalda con los sollozos presentes.
Tomó aire y se acercó al altar. Dio las dos reverencias completas con un poco de remordimiento sobre sus hombros. Al dar la media reverencia vio por unos segundos la foto de un Doyoung sonriente. ¿Cómo iba a voltear y ver a la familia detrás de él cuando él mató a su hijo?
Se dio la vuelta y dio la última media reverencia dirigida a la familia. Lloró, por primera vez lloró.
—Saca la hipocresía.— Le pidió Jun cuando se sentó frente a él. Estaba comiendo unas papas de camarón, eran unas que solía comer Doyoung.
—Jun, es la primera vez que lloro por uno.— Susurró mientras tomaba una de las servilletas de la mesa. Limpió sus lágrimas y la hizo bolita. —¿Dónde están todos?— Preguntó al ver que seguían sin aparecer.
—Afuera, vinieron unos minutos y ninguno aguantó. Kun tuvo un ataque de pánico o algo así y se salieron a tranquilizarlo.— Habló sin ver a Taeyong, estaba sumido en la señora que servía la sopa de la mañana.
—Kun, Kun.— Negó con la cabeza varias veces. —¿Cómo está, Jae?— Preguntó con temor. Su corazón estaba doliendo por su mejor amigo.
—Parece que le quitaste la vida.— Dicho esto se levantó para ir por dos raciones de sopa.
Y fue cuando recordó lo frágil que Jaehyun era.
Media hora después, Taeyong observó como los chicos entraron. Ten se acercó a su novio.
—Taeyong, quiero que me regresen a Doyoung. Quiero de vuelta a Taeil, a Hansol, a Sicheng y a Mark. Taeyong, ¿por qué se los llevaron?— Lloró entre los brazos de Taeyong.
Taeyong se disculpó en su cabeza.
Jaehyun le sostuvo la mirada a Taeyong por unos minutos antes de que los brazos de Jun lo hicieran romper de nuevo en llanto.
Por otro lado, Kun se ocultaba en la espalda de Yuta. Le dolía el cuerpo sin saber muy bien la razón de que eso pasara. Estaba asqueado de Taeyong y Jaehyun, le asqueaba que ambos lloraran a Doyoung cuando uno lo mató y el otro no lo detuvo.
Yuta pensaba en como volvería a casa con Kun. Se preguntaba cómo vería su cuarto, aquel vacío que habitaba después de la muerte de Hansol parecía que renacería. En casa ahora habían dos cuartos vacíos y los dos eran de sus personas favoritas.
—Hyung.— Susurró Ten entre los brazos de Taeyong. —¿Por qué no me dieron pistas como con Mark? Podría haber hecho algo, podría haber salvado a Doyounggie.—
Taeyong besó su cabeza y después de unos segundos de silencio habló.
—No lo sé, Ten.— Y era verdad, no sabía por qué había dejado de mandar mensajes. No sabía por qué no había dado pistas para que alguien salvara a Doyoung.
Taeyong no entendía en qué momento decidió matar a Doyoung.
———
30-03-16 13:00 pm.
El departamento de Jun era un caos. El pobre estaba que lanzaba a todos los presentes por la ventana. Solo tenía dos habitaciones y habían seis personas frente a él.
Habían dicho que sus respectivas viviendas estaban repletas de memorias de Doyoung, Jaehyun lo dijo por el hecho de que Doyoung había ido varias veces a su departamento y Taeyong solo estaba ahí por su mejor amigo y Ten.
Habían quedado en que Jun dormiría en el sofá y los demás se repartirían como pudieran.
Taeyong y Ten eran los únicos que dormirían solos. Jaehyun, Johnny, Yuta y Kun dormirían en el cuarto de Jun, los dos primeros en la cama y los últimos en un colchón inflable.
—¿Gustan comer algo?— Preguntó desde la cocina a los seis chicos sentados en la sala.
—Solo pide pollo.— Habló Jaehyun. Jun rodó los ojos y descolgó el teléfono de la cocina.
Jun jamás se había sentido tan incómodo, aunque siguiera llamando hipócritas en su cabeza al dúo inseparable; sentía el dolor en su rostro. Y ver a todos llorar de vez en cuando era como no hablar el mismo idioma de un grupo de personas.
Cuando el pollo llegó, Jun decidió comer pegado a la pared de la ventana de su departamento. Su comedor era pequeño así que solo cuatro personas estaban sentados en sillas, las otras dos en unos pequeños bancos.
Jaehyun se sentó junto a él unos veinte minutos después. Recargó su cabeza sobre su hombro y Jun lo movió divertido, una sonrisa apreció en el rostro de Jaehyun.
—Estás cansado, después de comer te vas a dormir ¿sí?— Pidió Jun con una sonrisa, había querido besarlo pero sabía que sería una ofensa para la memoria de Doyoung. Doyoung siempre amó a Jaehyun y nadie lo podía negar.
—Lo haré, igual deberías dormir un poco. Perdón por arrastrarte.— Susurró viendo la última ala que quedaba sobre su plato. Jun dejó a un lado su plato y el de su novio y tomó su mano.
—No te disculpes.— Y no dijo nada más.
En el momento en que todos terminaron de comer, el silencio se sintió mayor, no habían hablado en la comida pero el sonido de ellos al comer los hacía sentir menos solitarios y vacíos.
—Yo tiro todo esto, vayan a descansar.— Jun dio palmaditas en la espalda de Kun mientras hablaba.
—Muchas gracias, Junyoung.— Que Taeyong lo llamara por su nombre completo lo había sacado un poco de onda, pero aún así empezó a recoger la mesa.
Cuando Ten y Taeyong se encerraron en la habitación y estuvieron acostados, el mayor dejó a Ten llorar en su pecho todo lo que quisiera.
—¿cuándo va a parar esa persona?— Preguntó tapando a ambos por completo. Taeyong acercó más a Ten.
—No lo sé.— Contestó viendo a los ojos al menor.
—Tae.— Volvió a hablar el pequeño tailandés. Taeyong alzó las cejas en forma de pregunta. —¿Por eso quieres ser psicólogo? ¿Por lo que te hizo Jongbin?— Taeyong los destapó sentándose.
—No.— Habló viendo fijamente a la puerta. Ten se sentó en el pequeño espacio que quedó detrás de Taeyong y lo abrazó.
—¿Podrías ayudarme a superar este dolor, Tae?— Preguntó en susurros. —¿Puedo ayudarte a superar ese dolor?— Dejó un pequeño besó en su hombro.
—Lo puedo intentar.— Susurró. —Y no, no quiero ayuda. Yo podré con esto, Ten.— Sonrió aunque sabía que no podía verlo el contrario.
—Te amo.— Soltó Ten. Taeyong asintió con la cabeza.
—Lo sé, y yo te amo a ti.— Vio como por debajo de la puerta, la luz del pasillo se apagaba.
—A Jun le tocó un departamento bastante oscuro ¿no crees?— Ten intentó sonar energético pero fue un intento tan fallido que hasta se dio vergüenza.
El departamento de Jun estaba mal iluminado y Jun lo sabía. Solo había una ventana en la sala de estar. Y las habitaciones igual solo tenían una ventana, pero en estas apenas y pasaba la luz.
Podía estar el sol cegando a todos y apenas un rayo pasaría por todas las ventanas.
Era increíble que estuviera en el mismo edificio y piso que el de Johnny y Ten debido a que en el suyo pasaba tanto sol que a veces podían jurar que con solo ponerse frente a la ventana de la sala se broncearían.
Taeyong y Ten se habían vuelto a acostar, solo que Ten tenía la cabeza sobre el pecho de Taeyong.
—Espero que todos se reencontraran. Sé que donde sea que estén, Hansol está riendo junto a Taeil y Sicheng sigue aprendiendo el idioma solo para pedir comida. Igual sé que Mark llegó a ellos con su risa diciéndoles "llegó por quien lloraban" y después Doyoung llegó a intentar poner orden en el desorden que están haciendo.—
—¿Lo crees así?— Preguntó Taeyong tras escuchar a su novio.
—Estoy seguro que es así, igual sé que se ríen de nosotros por llorar.—
"Y te están gritando que yo los maté." Pensó Taeyong.
Sentirse así de culpable había comenzado a preocuparlo. Si se encontraba así ¿cómo podría terminar todo?
—Ten, ¿qué tan importante es Yuta para ti?— Preguntó pero el tailandés ya había caído dormido.
*
Yuta abrazaba con todas sus fuerzas a Kun mientras escuchaba lo que parecían risas provenientes del sueño de Jaehyun.
Kun había caído rendido después de llorar por un largo rato. Yuta solo permaneció a su lado y jamás lo dejó de abrazar.
El japonés por fin comprendía lo que Kun debía de haber sentido al regresar a una casa donde vivía con dos de sus amigos. Se preguntaba qué sería de Kun al llegar a casa, parecía que la muerte de Doyoung le había arrancado el alma.
—¿Sabrás algo, Kun?— Preguntó poniendo su cabeza sobre el brazo del chico.
Jaehyun abrió los ojos lentamente ante aquella pregunta, le dio poca importancia y volvió a envolverse entre las sábanas.
—Te amo, Kun.— Dejó un beso en la mejilla del chino y se volteó para encontrarse con un Jaehyun envuelto como oruga.
———
Unas horas después, Yuta se encontró con Taeyong sentado en el sofá, Jun había salido, y juntos se pusieron a ver un programa de variedades y sin si quiera notarlo ambos estaban bromeando y riendo.
—¿Sabes? Doyoung era un sol, era la mejor persona que podías conocer. No había nadie más amable y admirable como él.— Habló Yuta mientras veía el comercial que pasaba.
—¿Era tu mejor amigo?— La culpa volvía a su pecho.
—Todos son mis mejores amigos, pero viví con Doyoung. Sabía todo de él y él de mí.—
—Yo te puedo decir todo sobre mí y tú todo sobre ti.— Habló amistoso, después de Doyoung ya no sabía dónde tenía la cabeza.
—¿De verdad?— No pudo evitar reír por la repentina propuesta.
—Y de paso me enseñas japonés.— Le guiñó un ojo divertido.
—De acuerdo, de acuerdo.— Ambos se vieron por unos segundos y sonrieron.
Jaehyun mandó a Kun y Johnny a dormir con Ten. No había podido dormir bien debido a que los recuerdos con Doyoung golpearon su cabeza una y otra vez. Incluso los recuerdos de cómo fueron planeadas las muertes de los pasados y como él participó en las tres primeras.
Había querido huir de aquellos recuerdos y como lo atormentaban desde el inicio. Tanto él como Taeyong sabían que sencillamente su cabeza ya se había ido lejos de la razón. Jaehyun había perdido varias cosas tras lo sucedido.
Se abrazó a sus piernas mientras las voces de Taeil, Sicheng, Hansol, Mark y Doyoung hablaban sin parar dentro de su cabeza, incluso el rostro de todos empezó a aparecer frente a sus ojos.
Las risas de todos aparecieron y lo que hizo a Jaehyun perder la razón fue escuchar las súplicas y llantos de los tres primeros. Lo que alcanzó a escuchar esa noche antes de abandonarlos con Taeyong.
—¡Jaehyun!— Escuchó el grito desesperado de su amigo frente a él. No entendía lo que sucedía mucho menos la razón de que Taeyong lo tuviera tomado por los brazos.
Pudo observar a los demás presentes en la puerta. Tenían una cara de horror y supo que debió de ser algo fuerte para que Johnny tuviera abrazado a Kun.
—¡Trae el kit! ¡Rápido!— Le gritó Taeyong a la persona más cercana él, Yuta.
Ten se acercó rápido y apartó a Taeyong de Jaehyun, estaba demasiado alterado y eso no ayudaría en nada.
—Jaehyun, ¿qué pasó?— Preguntó con tranquilidad mientras limpiaba algo del brazo del contrario. Jaehyun seguía en shock, no entendía nada.
—Yoon, ¿estás bien? ¿Qué sucedió?— Preguntó un ya calmado Taeyong que recibía el kit de primeros auxilios de las manos del japonés.
Jaehyun dirigió su vista a su mano, encontró la sangra en esta y aún más en su brazo. Asustado vio a su alrededor y pudo encontrar los retratos rotos y los vidrios con sangre al rededor. Incluso una foto de él y Jun estaba manchada por la sangre.
—No tengo idea.— Susurró. Taeyong tomó aire y decidió comenzar a curar a su amigo.
Jaehyun supo que había hecho una idiotez del tamaño del mundo al notar que Taeyong curaba sin fin su brazo y su mano. Parecía como si se hubiera rebanado parte del brazo y la mano con los vidrios, solo verse le bastó para asustarse de sí mismo.
Al terminar de curarlo, quedó vendado en casi la totalidad de su brazo.
—Necesito a Dongyoung.— Dicho esto tomó del brazo a Taeyong. —¿Puedes regresármelo? Solo eso te pido.—
—Hey, tranquilo. Él está en un lugar mejor, pequeño.— Taeyong lo envolvió entre sus brazos mientras maldecía en su cabeza.
—Su lugar es con nosotros, hyung. Su lugar es conmigo.—
——
Cuando Jun llegó hubo un caos del tamaño del mundo. Taeyong juraba que jamás había visto ese lado tan preocupado de Junyoung. Ambos se encerraron en la habitación mientras platicaban, todos podían escuchar el llanto de Jaehyun así que Ten subió el volumen de la televisión hasta que el llanto desapareció bajo el ruido.
—Voy a la tienda.— Anunció Taeyong, Yuta alzó la mano mientras se levantaba de su lugar en el sofá.
—Te acompaño.—
Después de que todos encargaran lo que querían al par estos salieron con tranquilidad entre pequeñas bromas.
Taeyong iba caminando detrás de Yuta con sus manos sobre los hombros de este, habían estado riendo hasta que el japonés tuvo que atender una llamada de la familia de Doyoung.
Sin pensarlo, en solo unas pocas horas, Taeyong había encontrado en Yuta a un gran amigo.
Su cabeza le recordó que él le quitó a Hansol y solo pudo recargar su frente contra la cabeza de Yuta, este se detuvo.
—Debemos celebrar juntos Navidad.— Le susurró, pero lo hizo más para convencerse a sí mismo que no quería apartar a Yuta de su lado.
Y fue cuando sus planes cayeron al piso. Faltaban tan pocos días y él había decidido entablar amistad con el japonés, agregando que Jaehyun no lo podía ayudar, los problemas de su mejor amigo habían incrementado con tanta rapidez que asustaban.
En conclusión, estaba jodido.
———
Dentro de la casa, Kun tomó aire, su cuerpo había empezado a temblar levemente con el solo pensamiento de lo que diría. Con la mano sobre el control remoto decidió hablar.
—Es Taeyong.— Susurró. Johnny y Ten lo voltearon a ver confundidos.
—¿Ser qué?— Preguntó Johnny pegado al programa en la televisión.
—Es él, solo eso les puedo decir.—