Amor inmarcesible. (CAMREN)

By Sidwaay

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Lauren Jauregui lo sabe, pero no lo quiere admitir, su matrimonio ya no es lo que solía ser, las cosas habían... More

Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60 (FINAL).
Epílogo.

Capítulo 27.

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By Sidwaay


El café giraba en una sola dirección en aquella pequeña taza, la cuchara se revolvía sin mucha atención por parte de Lauren quien observaba cómo su ex psicóloga y amiga Ally Brooke entraba a la tranquila cafetería.

- Ey, buenos días guapa. – Saludó animadamente la ojiverde.

- Buenos días Lauren. – Respondió feliz.

Aquel día el sol se colaba con gracia entre las nubes en el cielo, no hacía tanto frío y para Lauren comenzaba una nueva etapa en el ejército. Su madre estaría cuidando del pequeño ojiverde hasta que ella saliera del trabajo para luego ir a buscarlo.

- Debo decir que el uniforme hace resaltar el color de tus ojos. – Apuntó Ally mientras esperaba que el alto chico que atendía le brindara una taza de café.

- ¿Es éso una clase de coqueteo Srita. Brooke? – Dijo de buenas ganas la soldado.

- Oh, claro que no, no eres mi tipo... Sólo estoy muy feliz de ver que lograste volver. – Rió a lo bajo.

- Y eso es gran parte a tu ayuda profesional y amistad.

Hizo un gesto casi solemne con la cabeza haciendo reír ésta vez fuertemente a Ally la cual negó con la cabeza al ver cómo un chico alto le servía una taza de café.

- No quiero arruinar tu primer día de vuelta como soldado Jauregui, pero ¿Cómo es eso que llevarás a juicio la custodia de Cameron? – Preguntó tranquilamente Ally.

- Oh... - Frunció el ceño. – Pues que Camila ha pasado todos los límites, ya te lo he contado... No creo que pueda soportar más y más discusiones sobre el asunto... Camila ha perdido el último pensamiento de cordura aquella mañana que se llevó a Cameron sin avisarme y con ello ha acabado el último resquicio de paciencia que me quedaba... - Dijo amargamente.

Los ojos expresivos de su amiga recorrieron un par de veces su rostro para luego volver al café.

- Algo pasa con Camila... - Refirió Ally.

- ¿Algo como qué? – Preguntó confundida.

- Nunca pude darte una impresión sobre ella cuando estábamos haciendo terapia, quiero decir, no podía, claramente estábamos tratando tu TEPT y no tu divorcio... Ahora que lo pienso... - Se interrumpió y no siguió la idea.

Apretó la mandíbula mientras dirigía su mirada hasta el ventanal que dejaba ver a quienes bebían café afuera del lugar de una forma casi fugaz aquella mañana en la ciudad.

- Podrías pedir una evaluación psicológica de Camila para el juicio de la custodia... - Se limitó a decir Ally.

Sus ojos casi salieron de sus órbitas al ver sorprendidos la propuesta que le estaba haciendo su amiga... ¿Qué estaba intentando?

- Ally ¿De qué me estás hablando? – Murmuró Lauren endureciendo los rasgos de su rostro.

- ¿Quieres realmente quedarte con tu hijo, no?

- Sí... Pero... Nunca haría algo así para meter en la mierda a Camila.

Ally suspiró pesadamente mientras se acomodaba en su asiento.

- No estamos hablando de hacer algo contra Camila... Pero si lo piensas bien, ¿Crees realmente que ella esté en condiciones para quedarse con el pequeño?, es decir, por todo lo que me has contado y lo que te ha hecho...

- Lo que me haya hecho a mí no va en contra de que sea una buena madre con Cameron... - Dijo cortando a la psicóloga.

- ¿Hasta cuándo la vas a defender, joder, Lauren? – Elevó el tono Ally.

Abrió la boca sorprendida por la actitud de su amiga. Podía ver la preocupación sincera de la psicóloga, pero se sintió confundida frente a lo le estaba proponiendo hacer... Si un informe sobre el estado anímico y una evaluación psicológica sobre Camila salía durante el juicio éso podía usarse a favor de la soldado... ¿Sería capaz de hacer algo así?

- Sólo piénsatelo, ¿Vale? – Dijo nuevamente Ally mirando la hora en su móvil. – Debo irme, cualquier cosa que necesites sabes que puedes llamarme... Que tengas un excelente día guapa.

La psicóloga se despidió con un par de besos en las mejillas dejando vacía la pequeña taza donde había estado el café... Lauren apretó sus puños mirando nuevamente por el ventanal para ésta vez no reconocer a ninguna de las personas anteriores, sólo un par de minutos, las personas iban y venían...

...

Cuando el agua caliente dejó de caer sobre su cuerpo adolorido sus pies temblorosos salieron de la ducha aquella mañana en que había despertado con una horrible gripe, había tenido que llamar al trabajo para avisar que no podría ir, pero que seguiría trabajando en sus diseños desde su piso.

Aún podía recordar la cara de reprobación que el Sr. Powell le había dirigido una vez que el almuerzo del viernes había terminado, ella sin excusas le explicó a su jefe que no tenía ningún avance sobre el nuevo proyecto del edificio comercial que debía construirse en la zona norte de la ciudad. Habían discutidos durante unos interminables minutos que finalmente se enmarcaron en una sutil advertencia por parte del hombre de cabellos blancos.

Ahora que se secaba el cabello desganadamente volvía a su mente cómo la noche anterior se había desvelado intentando buscar nuevas ideas y diseñar algo con el bolígrafo contra los papeles que hasta ésa misma hora seguían en blanco.

La pantalla pestañeando de su móvil le informó que tenía una llamada entrante, cuando detalló que quien llamaba era su hermana dejó la tarea con sus cabellos y contestó sin mucho ánimo.

- Ey, hola. – Saludó Sofía.

- Hola... ¿Ha pasado algo? – Dijo preocupada.

- ¿Tiene que pasar algo para que pueda llamarte? – Respondió algo sentida la menor.

- No... Perdona, es sólo que estoy con una gripe y he tenido que faltar al trabajo.

- Oh, ¿Estás bien?

- Lo soportable... Aunque voy aprovechar el tiempo y seguiré intentando hacer un nuevo proyecto que debo entregar pronto. – Dijo mientras se dirigía a la cocina para tomar una taza de café.

- Espero que lo logres... Por cierto, mamá ya me lo ha mencionado... - Sonó dudosa la voz al otro lado de la línea.

- ¿El qué?

- Ya sabes, lo del juicio, la custodia y todo éso. – Apuntó Sofía.

Se dejó apoyar en la encimera mientras intentaba re ordenar sus pensamientos internamente, era ilógico enfadarse con su madre y con su hermana, eran su familia, obviamente todos se enterarían en algún momento y ella misma necesitaba el apoyo de parte de ellos para superar lo que se venía.

- Si bueno... Lauren lo ha decidido... - Habló Camila.

- Me gustaría decirte algo, pero no sé qué realmente... Lo siento mucho Kaki, deseaba que las cosas entre ustedes mejoraran...

- Sí, lo sé... No tengo ni puta idea en qué terminará ésto... Ni siquiera quiero imaginarlo, ¿Sabes? El simple hecho de que Cameron ya esté viviendo en dos lugares a la vez me hace sentir culpable.

El silencio al otro lado de la línea le hizo sentirse incomoda. Por una parte quería simplemente decirle a su hermana cuánto extrañaba a Lauren, pero por otra ella misma se frenaba de dejar andar todas las emociones del momento.

- Cambiando de tema, ¿Qué tal la universidad? – Dijo la arquitecta intentando sonar casual.

- Oh, ya sabes, lo normal... Me encanta y tal, sólo hay un detalle...

- Sofi, ¿Qué ha pasado? No me asustes...

- Me he tatuado y no sé cómo decirle a mamá y papá. – Rió a lo bajo.

Camila lanzó una leve carcajada mientras negaba con la cabeza al imaginar la tierna cara de culpabilidad que debía tener su hermana menor.

- Vale, no será mucho... Al menos no has cogido sífilis o gonorrea. – Respondió Camila.

- Oh, bueno...

- ¡¿Qué?! – Respondió casi gritando.

- Que es broma hermanita... - Rió Sofía.

...

Saludó cuadrándose frente a Mark Walker antes de entrar en aquel pequeño salón de reunión. El hombre le dirigió una pequeña sonrisa mientras otro grupo de soldados guardaba un impoluto silencio.

- Bueno, como podéis detallar estoy grato de anunciarles que la soldado Jauregui vuelve a estar entre nuestras filas. La mayoría aquí ya le conocéis, asi que espero que para Lauren ésto sea volver de la mejor manera. – Anunció el sargento al grupo de soldados.

Sus ojos se toparon con las amplias sonrisas de los hermanos Thompsons, Charles y Nataly le hicieron un silencioso gesto con la cabeza y Lauren sonrió dejando de lado un poco los nervios de la situación.

Había imaginado mucho tiempo el día en que finalmente volviera a vestir aquel uniforme y retomar sus actividades en el ejército, ella misma reconoció sus ansias por volver al entrenamiento, las misiones e incluso la posibilidad de ser llamada para combate.

- Ahora volved todos a vuestras actividades, tengan un buen día.

Los soldados se despidieron cuadrándose para salir en silencio del lugar, sin embargo Lauren pudo detallar el sonido de los murmullos una vez que éstos habían cruzado la puerta.

Charles y Nataly se quedaron en el lugar esperando que el sargento Walker se retirara y una vez que el hombre se despidiera en voz alta ambos hermanos se acercaron para abrazar grupalmente a la ojiverde.

- ¡Enhorabuena Lauren! - Dijo Charles riendo.

- No sabes lo felices que estamos por tenerte devuelta. – Sonrió Nataly mientras le dejaba un leve apretón en el hombro.

- Y yo de volver chicos... Más si es con vosotros. – Mencionó Lauren.

- Podrías pasarte a cenar a casa uno de éstos días, ya sabes, cotillear y reírnos de cómo Charles pronto comenzará a quedar calvo. – Dijo riendo a lo bajo Nataly.

- ¡Éso no es cierto! – Murmuró Charles llevándose una mano al cabello.

Los tres rieron mientras comenzaban a salir del lugar, Nataly seguía insistiendo sobre juntarse a cenar durante los próximos días mientras Charles interrumpía para hablar con devoción sobre su hija Lucy. Lauren les miraba sin responder mucho.

- Por supuesto puedes ir con Camila y el pequeño Cameron. – Apuntó Charles.

- Yo... Yo, bueno, chicos... La verdad es que Camila y yo nos hemos divorciado. – Dijo finalmente Lauren.

El silencio cortó rápidamente la conversación, la sonrisa casi perfecta de Nataly se transformó en una pequeña mueca y Charles miró rápidamente a todos lados buscando una forma de no hacer incómodo el momento.

- Lo siento mucho Lauren, no teníamos idea... - Murmuró Charles.

- Fue sólo hace unos días, aunque, Camila me lo pidió hace unos meses... Y ya, hemos terminado. – Aclaró Lauren pasándose una mano por el rostro.

- Oh, lo siento... - Repitió la rubia.

- De todos modos puedes ir con Cameron a la cena. – Sonrió levemente Charles.

- Claro... Gracias por la invitación. – Respondió Lauren.

Siguieron caminando por las instalaciones del ejército mientras Charles cambiaba el asunto para contarle a Lauren sobre la última misión que habían tenido cerca de Afganistán, la ojiverde escuchó con detalles mientras sus ojos volvían a detallar la zona de entrenamiento que estaba al aire libre en el lugar. Había un grupo de infantería dirigidos por otro de los sargentos y el pelotón de soldados que escuchaban atentamente al sargento Walker.

- Por cierto, una de nuestras primas ha sido re destinada a la unidad. – Anunció Nataly mientras comenzaba a buscar a alguien en el lugar.

Lauren dirigió sus ojos hacia donde sus amigos también buscaban entre los soldados que hablaban con Walker, de un segundo a otro una chica que llevaba también el uniforme y el cabello rubio con una coleta alta se giró sobre sus pies y saludó con efusividad.

- Ahí está... ¡Dianna! – Llamó Nataly mientras la chica nueva se acercaba luego de hacerle un gesto al sargento Walker quien afirmó con la cabeza.

La ojiverde detalló lo parecido de ambas chicas, sin embargo Dianna era un poco más baja que Nataly. Una pequeña sonrisa estaba dibujada en el rostro de la nueva soldado y Lauren pudo detallar la asombrosa mezcla entre verdes y miel que coloreaban los ojos de la chica.

- Ella es nuestra prima, Dianna Agron, vivía con nuestros tíos en Atlanta y llevaba algunos años en la división de allá, pero ahora le re destinaron aquí. – Explicó emocionado Charles mientras Dianna le sonreía a la ojiverde.

- Lauren Jauregui, un gusto. – Saludó extendiéndole la mano a la rubia.

- Un gusto, he oído de ti. – Sonrió Dianna ampliamente.

Elevó sus cejas con sorpresa para luego ver cómo Charles le dirigía una sonrisa y un guiño... Vaya, Dianna era hermosa y se veía encantadora con aquella sonrisa en el rostro. Lauren sonrió mientras sentía un leve rubor en las mejillas.


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¡Y qué pasará ahora!

Gracias por leer.

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