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Odiaba el hecho de tener que regresar a Pennsylvania, enserio lo odio, excepto por una sola persona: Caden Rivers. Él es una buena razón para regresar, es solo que mientras estuve en Australia viaje mucho, a algunas playas en Queensland y luego fui con mis hermanos a Fiji, ¿quien quiere marcharse cuando ahí es el paraíso?, ni siquiera parecía invierno ahí, me gustaba mucho el clima de Australia, además de que cada mañana hacía montaba las olas y ahora lo único que montare será a mi novio.
—Juro que sino aterrizamos en America pronto, saltare del avión– dramatiza mi hermano, enserio es un dramático, la última vez que tomamos un ferry y eso fue semanas atrás Grand estaba muriendo, gritando y llamando la atención de las personas porque terminamos en Auckland, él había estado gritando cosas como: «¡AUSTRALIA TE NECESITO!, JAMÁS CONOCERE A MI ESPOSA»
—Y yo seré feliz sino tengo que escuchar el nombre de Caden por el resto de mi vida– Dean se une a el grupo de los dramáticos, aunque puede que los entienda, he estado hablando de Caden por las últimas catorce horas de viaje, pero ya quería llegar y ver a mi novio, no fue de mucha ayuda el hecho de que me obligaran a ver una serie coreana mis hermanos, entendía, pero gracias a los subtítulos en inglés de no haber sido así no tendría idea de lo que hablaban, todo lo que yo quería era llegar a casa y dejar de estar imaginando que los de la serie éramos Caden y yo, porque enserio, necesito a mi novio, lo extraño como una maldita loca.
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Nada más veo a Caden en la linea de espera y salto a sus brazos, probablemente parezco un koala pero estoy emocionada de verlo, no lo vi en tres meses, así que comienzo a besar hasta que se nos acaba el aire.
—Nuevamente te equivocas de chico nena– escucho la risa de Dash, no tardo en golpearle con el libro que traía en mi mano la cabeza.
—Eso hubiera dicho desde el inicio– esto de besar al River equivocado se esta volviendo costumbre, a este paso se volverá una tradición. —¿Dónde esta Caden?– bajo de Dash y comienzo a buscar a mi novio con la mirada.
—Probablemente cagandose del miedo– lo miro curiosa, ¿porque diablos Caden tendría miedo? —Lo sabrás luego, me mando por ti ya que no se fiaba de mandar a Danny, yo creo que también es su error por enviarme a mi, debería saber a estas alturas lo mucho que me gusta meterle mano a mi cuñada.