Victoria Sandoval, exitosa empresaria, manipuladora, sin escrúpulos y capaz de todo por conseguir lo que quiere. Oculta un gran secreto.
Dionisio Ferrer, hombre ambicioso, cruel, y altanero. Heredero de una gran fortuna, dueño de una de las más grandes empresas de exportaciones de lanchas de México.
|El precio para conseguir lo deseado, será bastante caro, pero nada impedirá desatar la guerra entre ambos por los mismos intereses.|
Oficina de Victoria.
Sandoval & Asociados.
7:30 AM.
*Secretaria*
- Disculpe Señora, la buscan.
- ¿Qué acaso no sabés tocar la puerta? - Con prepotencia.
- Disculpeme, el señor entró sin mi concentimiento y no dejó siquiera que lo anunciará
- Ya ya, ¿Quién es? ¡Que entré de una vez! - Ordenó
En ese momento un hombre, con gran porte, mirada seductora y voz estremecedora se paró frente a su puerta.
No es posible. Se decía Victoria a si misma, mientras se paraba frente a su escritorio, con una expresión de sorpresa en el rostro y algo de desconcierto.
- ¿No me esperabas cierto? - Le decía acercándose lentamente hacía dónde estaba ella.
- No, ¿Qué es lo que quieres aquí? - Respondio de manera fria.
- Tengo algunos puntos que tratar contigo - Sonrió irónicamente.
- Retirate Delia, luego te llamó, y que sea la última vez que dejas pasar a alguien a mi oficina de está manera - Se dirigió a su secretaria.
- Sí, con permiso.
Los dejo sólos y cerro la puerta.
- Déjate de misterios, ya dime que es lo que quieres Dionisio - Le decía mientras se sentaba en la silla de su escritorio.
- Quería comentarte, que no vas a poder ganarme está vez Victoria - Le dijo con algo de prepotencia en su voz.
- ¿De qué hablas? - Se hacía la desentendida.
- No finjas, me refiero al chantaje que estás haciendo con la empresa de Conceptos para conseguir la exportación de éste año.
- ¿Y tú cómo sabés eso? - Interrogó.
- Tengo contactos, pero ya dime porque lo hacés, ¿Tienes miedo de perder? Por eso juegas sucio.
- No tengo porque darte explicaciones de mis cosas, y desde ya te digo, que no son chantajes, sino negocios. Y tampoco tengo miedo, y mucho menos de alguien cómo tu - Le respondió desafiante.
- Soltó una risa fuerte. Pongamos que te creo, siempre fuiste una cobarde que ataca por la espalda, nunca de frente.
- Piensa lo que quieras, y si viniste sólo para difamarme en mi propia empresa, mejor lárgate, antes de que te saqué
- No hace falta, yo me voy por mi cuenta - Dió media vuelta y camino hacía la puerta, antes de abrila volteó - Ten cuidado, no valla a ser que te envenenes con tú propio veneno. - Sonrió sinicamente y se fué.
Ella quedo boca abierta, admirada por esa aclaración, ¿Acaso era verdad eso?
Dionisio la había dejado pensando. Decían por ahí, que en la vida todo vuelve.
Y esas palabras le retumbaban en la cabeza a cada momento:
"Ten cuidado, no valla a ser que te envenenes con tú propio veneno".
Por querer vengar la muerte de su padre, hacerle pagar uno por uno a todos aquellos socios que lo embaucaron y lo hundieron en la miseria provocando que él se quitará la vida. Ella se estaba ahogando en un veneno letal, que le estaba costando su felicidad.
Luego de torturarse un buen rato con esas palabras que rondaban su mente, siguió trabajando y más tarde iría a resguardarse en los brazos cálidos de su fiel cómplice, su mamá.
8:00 PM.
- Llegando a casa de Doña Guadalupe -
Suena el timbre, la empleada abre.
- Buenas noches Señora, pasé por favor
- Buenas noches, ¿Está mi mamá?
- Sí, está en su habitación esperándola.
- ¿Ha sí? - Preguntó confundida. Con permiso entonces - Subió hacia arriba.
- Buenas noches ma. - Se paro en la puerta saludando a su mamá que estaba sentada en la cama.
- Hola pequeña, ven, pasá
Pasó mirando con timidez a su madre y con las lágrimas que ya desbordaban de sus ojos.
Ella lo notó y la abrazo cuando llegó a su lado.
- ¿Qué pasá mi amor? Te veo preocupada.
- ¿No recuerdas que fecha es hoy? -Le respondió con los ojos vidriosos.
- Hoy es... - Pensó por un momento, y se acerco a abrazarla más fuerte.
- Ella correspondió a su abrazo. Hoy hace 17 años de que aquél infeliz se llevo a mi niña - Lloraba entre los brazos de su mamá.
- Ya 17 años - Suspiraba ahogada conteniendo sus lágrimas.
- Sí, y aún no logró superar esté dolor que aveces siento que me ahoga, que me consume por dentro.
En algún lugar de España...
- ¡Aranza, ya apresuráte que tienes que ir a la secundaria!
- Ya voy, mamá - Respondiá la joven mientras bajaba las escaleras.
- Voy a empezar a despertarte cuatro horas antes, niña tardas mucho - Se quejaba.
- No seas enojona, es normal que tarde, anoche no dormí muy bien
- ¿Porque ahora? - Revoleaba los ojos.
- Otra vez soñé con aquella mujer del camino, esa del cabello largo, castaño, de hermosos ojos verdes.
- Ha, que extraño. - Nerviosa. Bueno, pero ya ya apuráte, que ya vendrá tu papá por ti.
- Esta bien.
Volviendo a México.
Relata Victoria.
Dicen que las personas más amargadas, son las que más sufren. Y si, eso es muy cierto, odio decirlo, pero mi vida, es un desastre emocional constante. Un sube y baja de sensaciones, sucesos extraños, y sentimientos encontrados, que no puedo, no quiero volver a sentir nunca.
Regresar al trabajo, al día siguiente de el aniversario de desaparecida de mi hija, es un martirio, y más aún si tengo que ponerme a analizar valances, cuentas, y sin duda, no faltan las discuciones con Dionisio.
¿Qué acaso ese hombre no se cansa de aparecer en mi vida?, pero... siempre cuando necesito a alguien, él llega, para discutir, pero llega. Eso es raro.
Relata Dionisio.
Es agotador, soportar a Isadora, y eso que aún no estamos casados, sus celos son tontos, y para ser preciso, son con Victoria. Una mujer con la que nisiquiera puedo tener una plática normal, ni civilizada, siempre terminamos discutiendo o apunto de matarnos.
Aveces pienso que podría llevarme mejor con ella, al fin y al cabo, tenemos algo en común, nuestro trabajo. A parte, nos conocemos desde siempre, de hecho soliamos ser amigos de niños, pero todo eso acabo cuando ocurrió la tragedia. Será mejor que me valla a la oficina antes de que despierte Isadora y comience a reclamar. Pensadólo bien, me gusta pelear con Victoria, se ve linda cuando se enoja.
-Sandoval & Asociados-
- Buenos días señora Victoria - La recibía la secretaria.
- Buenos días Delia, ¿Algún recado?
- Sí, de heco una mala noticia, según me informarón
- Lo que me faltaba. - Susurró. ¿Dime cuál?
-Prefiero que la vea usted misma-Le entregaba un sobre.
- ¿Qué es esto? -Lo observa.
- Lo trajo el señor con el que usted negociaba, Don Veléz si no me equivoco
- ¿El mismo lo trajo?, ¿A que hora? - Mientras tomaba el sobre.
- Cuando yo llegué el estaba esperando afuera, lo dejo, me encargo que se lo entregará y se fué.
- Está bien, gracias.
Se retiro a su oficina a abrir ese sobre.
Se sienta en su escritorio, y a medida que va leyendo, la expresión de su rostro va cambiando totalmente.
¡Maldito infeliz! -Grito dandóle un golpe al escritorio. ¿Como demonios se atrevió a abandonar mi negocio, por exportarle productos a Dionisio? ¡Encima a él! Si hubiese sido otra persona, no estaría tan molesta, pero me va a oir ese idiota.
Salió de su oficina como alma que la lleva el diablo, pasando por donde se encontraba Delia.
- No me pases llamadas al celular, voy a salir y no quiero interrupciones.
Si siquiera dejar que le respondiera, bajo al estacionamiento y se fué directo a Conceptos.
Al llegar se presentó con su nombre, la hicieron esperar un rato, resulta que Fabro Veléz estaba en una junta, lo que más odiaba aparte de no dormir lo suficiente, era esperar. Decidió ser paciente. Cuando por fin se desocupó, la recepcionista la dejó entrar, ¿Y que creen?, allí estaba.
Sin pedir permiso, entró abriendo la puerta de un portazo, él quedó horrorizadó al ver el enojo que se cargaba Victoria, sabía que había cometido un grave error, pero lo hecho, hecho estaba.
-Dime ahora mismo, que carajo te propuso Dionisio para que me hicieras esto, ¡Estúpido!
- El solo la miraba espantado. Na..na..da - Tartamudeaba. No se de que me hablas Victoria.
- No te hagas el imbécil, dímelo ahora mismo, porque soy capaz de ahorcarte si no hablas - Le decía mientras lo tenía tomado del cuello de la camisa. ¡Habla! - Le gritaba exaltada.
CONTINUARÁ...
Espero y les guste la historia, como ven es Tekila...
Ojála y les agrade, dejen los comentarios para saber y seguir publicando.
Atte: @RosiLhl