Lunes; uno de los peores días, ¿porque?, inicio de semana, y para mi era aun peor tener que ver a Alexa.
Hice mi rutina, me cambie el uniforme, me peine, etc.
Al terminar baje a desayunar, ahí estaba Charlie sirviendo el desayuno.
-Hola.—le saludé sin ánimos.
Charlie: ¿qué te pasa hoy enana?.—pregunto mientras se sentaba en la mesa.
-No es nada, solo sueño.—respondí, igualando su acción.
Ambos desayunamos, al terminar lavamos nuestros platos y nos dirigimos al intituto.
Charlie fue a buscar a Leondre, mientras que yo me adelantaba.
(...)
Al llegar al instituto fui por mi libro de matemáticas que había dejado en mi casillero.
Leo: hey, tenemos que hablar.—se acercó a mí.
Lo ignore por completo, cerré mi casillero y me dirigí al aula.
Al entrar vi a Marina junto con Alexa, me senté en otra mesa y la ignore.
Leondre entró después de mi, el miro a Alexa y se sentó dos mesas atrás de la de Alexa, con unos chicos.
Mire a Leondre confundida y el me sonrió.
No quería estar mal con él, pero aún me molestaba lo que había hecho, mejor dicho, el no haberme contado, se suponía que nos teníamos confianza.
(...)
Justo estábamos a punto de salir al almuerzo, faltaban unos 15 minutos, pero en la mesa donde me encontraba era difícil no distraerse.
Toda la clase nos la pasamos riendo, y la profesora harta ya nos había advertido que el que se riera de nuevo,no saldría al descanso.
Hana empezó a burlarse de la profesora sin que ésta lo notará, no pude aguantar la risa, y me reí.
-Señorita ____ esta castigada.—gritó desde su escritorio.
-¿qué?, pero..
-Nada, de "peros", ya le había advertido.—me interrumpió.
Tan solo rodé los ojos.
Leo:
La profesora había castigado a ____, pronto se me vino a la mente un plan.
-Augus, acusame de que te he pegado.—le pedí.
Augus: que pero si no lo has hecho.—dijo inocente.
-Solo hazlo! ¿o tendré que pegarte de verdad?.—le pregunte.
El negó y se quejo, llamando la atención de la profesora.
-Augus, ¿que le pasa?.—preguntó seriamente la profesora.
Augus: Leo.. Leondre me ha pegado.—dijo no tan creíble.
-Eso es cierto, joven Devries?.—me miró la profesora.
-Solo ha sido un golpe de "compas".—le sonreí.
Augus: que no, me ha dolido.—me siguió el juego.
___ me veía confundida.
-Al parecer tendrás un compañero en el castigo ___.—dijo la profesora.
Vi como ___ maldijo, y me reí de ella.
-Gracias.—le dije a Augus.
El me miro confundido.
-Sabes necesito otro favor.—le pedí.
El al principio se negó pero no paso tanto tiempo para que lo convenciera.
Le explique lo que tenía que hacer, el asintió.
El timbre sonó y todos salieron, la profesora nos pidió que nos pasaramos en una de las mesas de enfrente.
Ambos tomamos nuestras cosas e hicimos lo que la profesora nos pidió.
____:
La profesora hacía mas intenso el castigo, hizo que nos sentaramos juntos.
La profesora nos empezó a sermonear con que debemos poner atención en clase y debemos respetar a nuestros compañeros por más de 5 minutos, aunque parecía que nunca se callaría.
Escuchamos que tocarán la puerta, la profesora se dirigió a abrirla y ahí estaba Augus.
-¿si?.—pregunto la profesora.
Augus: el profesor de literatura la busca.—dijo nervioso.
-Andreu?.—dijo emocionada.
Augus asintió y se fue, la profesora fue hacía el escritorio saco su labial y se aplicó un poco.
Pues claro la profesora tiene una 'leve atracción' hacia el profesor de literatura.
Ella se acomodo la ropa.
-Pero si solo va a hablar con usted, no va a una cena romántica.—dije inconscientemente.
-Metase en sus asuntos, ahora vuelvo.—dijo la profesora.
Yo reí por su comportamiento
Leo: me encanta cuando sonríes.—comentó.
Yo dejé de hacerlo y lo ignore, no me gustaba comportarme como una niñita, pero a la vez me gustaba ver lo que hacía Leo por arreglar las cosas.
Me levante y me dirigí a la puerta, quería irme de ahí, llegué a la puerta e intenté abrir, pero nada.
-¡mierda!, nos ha encerrado.—murmuré.
Leo: sin palabrotas.—reía.
-solo no me hables.—dije volviendo a mi lugar.
Leo: me pregunto si hacías lo mismo que la profesora cada vez que iba a casa de Charlie.—dijo entre risas.
-No lo hacía, no soy una ridícula.—me defendí.
Leo: hablemos por favor.—dijo tiernamente.
-No, no quiero.—me levanté de ahí.
El me seguía a donde iba, era insoportable.
Hasta que el me cargo (tipo así):
-¡BAJAME TARADO!.—intentaba hacer que me bajará.
El tomo una silla y me bajo haciendo que me sentará ahí, por último me acorralo con sus brazos a la silla, intente levantarme pero el lo impidió.
-me dejas en paz o gritó.—dije enojada.
Leo: grita.—contestó desafiante.
Grite, el me tomó las manos y me besó, el separo sus labios de los mios y sonrió.
Sentí como mis mejillas ardían, en ese momento el timbre sonó.
Leo: Hablarás conmigo, quieras o no.—dijo soltando mis manos.
-Te recuerdo que ahora tenemos clase de química y debemos llegar temprano.—comenté.
Escuchamos que la puerta se abrió, Leo se incorporó por lo que yo me levante rápidamente de la silla.
Era la profesora y por suerte no nos había visto como estábamos antes si no hubiese pensado mal.
-¿qué hacen fuera de sus lugares?.—nos preguntó, pero ninguno le contestó.—Da igual, vayan a su siguiente clase.—ordenó.
Tome mi mochila lo más rápido y salí de ahí antes de que Leo me obligará a hablar con él.