Hola chicaaas :D Como les prometí, hoy es mi cumpleaños así que aquí está el nuevo capítulo ;)
-Harry –susurró una dulce voz por detrás de mí-. Hazza… Cariño, despierta, debo irme a casa.
Los cinco primeros segundos me los pasé removiéndome encima del sofá felizmente, pero en el momento que las últimas cuatro palabras salieron por los labios de mi novio abrí los ojos de golpe, encontrándome con la cara del castaño a pocos centímetros de la mía.
-Por fin despierta –musitó Ed por detrás con sus brazos cruzados sobre el pecho-. Pensé que había muerto… qué lástima.
Levanté la cabeza hacia el pelirrojo y tanto Louis como yo lo fulminamos con la mirada.
-Mira que llegas a ser desagradable –criticó su primo negando con la cabeza con gesto de desaprobación.
-Respétame o te echo de mi casa de una patada, ¿eh?
-¡Pero si me voy ahora!
-¡No! –Levanté los brazos y los enrollé en el cuello de mi novio-. No te vayas.
Louis soltó una risita divertida en cuanto le demostré mi grandiosa capacidad de imitar a un koala y agarrarme al cuello de la gente como si me fuera la vida en ello.
-Debo irme, amor –me besó la mejilla y se alejó de mí, quedándose al lado de su primo.
Me incorporé en el sofá quedándome sentado en una punta, observándolos indignado.
-Pero yo no quiero que te vayas, Lou. Llevamos mucho tiempo sin hablar…
Ed rodó los ojos soltando así un suspiro melodramático y se encaminó hacia cualquier otra parte de la casa donde no pudiera ver nuestra siguiente escenita de despedida.
Miré a mi novio con gesto apenado y él me correspondió mientras soltaba un suspiro.
Tras unos segundos de silencio me levanté rápidamente y corrí hacia él, haciendo chocar nuestros cuerpos en un abrazo realmente ansiado.
-Te quiero –musité en su cuello-. Te quiero mucho. Siento ser tan idiota, de verdad, debí creerte a ti desde el primer momento. No quiero que te vayas, te necesito… necesito ayuda.
-No estás tan loco como para pedir ayuda, Hazz –rió por lo bajo haciéndome reír a mí también-. Pero si quieres, cuando regrese te pagaré un psicólogo.
-Tonto, Louis –le regalé un beso en el cuello y él me lo devolvió en la frente-. De verdad, necesito que me ayudes con esto…
Me acaricié la muñeca izquierda con cuidado y él bajó la mirada, comprendiendo ahora de lo que estaba hablando.
Entrelazó su mano con la mía cuidadosamente y la alzó con lentitud hasta la altura de sus labios. Lo miré de hito en hito observando cada movimiento que el chico hacía.
Sus ojos zafiro se clavaron en mis cicatrices, incomodándome. De repente se acercó mi brazo a sus labios y besó aquellas marcas blanquecinas.
Rozó cada una de mis cicatrices con dulzura haciendo que mis pulsaciones tomaran un ritmo más rápido.
-La vida es una mierda, Harry –se separó de mi brazo y yo lo pasé lentamente por su cuello-. Todos los que están ahí fuera son unos idiotas, unos estúpidos ignorantes que no comprenden que la sociedad no está basada tan solo en sus opiniones o su punto de vista, sino que gente como tú también forma parte del mundo.
-Lo sé –suspiré.
-Y, créeme cuando te digo que todos y cada uno de ellos pondrán obstáculos en tu camino y tratarán de hundirte a la más mínima. Querrán hacerte sentir inferior, y no porque te odien o tengan algo en contra de ti –acarició levemente mi mejilla antes de continuar-, sino porque serán ellos los que querrán sentirse superiores. Y por eso mismo, debes demostrarle que se equivocan. Demuéstrales que tú eres mejor que ellos y que sus estupideces no te afectan.
-Pero Louis, a mí sí que me afectan –mascullé.
-Pues no debes dejar que eso ocurra.
-Volvemos al mismo punto de antes, entonces. Necesito que me ayudes con ello… Yo solo no puedo.
El chico me miró directamente a los ojos por varios segundos, ceño fruncido levemente formando alguna que otra arruguita que indicaba que algo se cocía en su mente.
-Cuando terminen los estudios nos iremos de aquí –susurró.
Pestañeé un par de veces sin comprender.
-¿Qué?
-Nos compraremos una casa en la otra punta de Inglaterra y estudiaremos en una universidad nueva –me abrazó todavía más a él y nos miramos cara a cara, una sonrisa se formó en nuestros labios-. Tendremos nuestra propia casa y viviremos solos, sin nadie alrededor que nos impida estar juntos.
-¿Lo dices de verdad? –me mordí el labio inferior preso de la emoción que me invadía lentamente el cuerpo.
-Lo juro por la memoria de mi pez de colores –ambos reímos-. Y, es más, el día que cumplas 18 años, Harry… El día que cumplas 18 años nos iremos de viaje a Francia, España, Canadá, Estados Unidos o cualquier sitio que tú quieras, mi vida, donde tú prefieras ir, y ahí nos casaremos.
Para entonces la respiración se me cortó de inmediato y mi sangre pareció helarse en cuestión de segundos.
¿Matrimonio?
-¿A-Acabas de decir que…? –tragué saliva y él sonrió ampliamente.
-Que quiero casarme contigo, Harry –depositó un pequeño beso en mi nariz y lo miré anonadado-. Sé que no llevamos saliendo ni medio año, lo sé y soy consciente de ello. No te daré ningún anillo ahora, pero dentro de 2 años te querré ver en el altar esperándome.
-¿Do-Dos años? –repetí.
-Si tú quieres, claro… No quiero forzarte a casarte conmigo si…
-¡Sí quiero! –lo estrujé entre mis brazos y escondí mi rostro en su cuello para que no pudiera ver mi cara de estúpido enamorado.
-¿Sí? –pareció sorprendido.
-¡Sí!
-¿De verdad?
-¡Joder, Louis! –reí-. Me casaré contigo, sí, sí, sí, mil veces sí.
De repente el ruido de unas llaves caer hicieron que nos giráramos instintivamente, encontrándonos a Ed mirándonos con cara de horror con las llaves en sus pies.
-¡¿Una boda?! –chilló. Louis y yo asentimos felizmente- ¡¿Pretendéis arruinarme la existencia?! ¡¿Es que no teníais suficiente con esto, eh?! ¡La madre que os parió a los dos, que descansadas se quedaron esas mujeres!
-Tranquilo Ed, que será dentro de dos años –me giré hacia Louis y le di un corto beso en los labios con una sonrisa.
-¡Y además ya hay fecha! –Exclamó agachándose para coger las llaves- Mañana escribiré mi nota de suicidio.
-No exageres tanto, Edward –masculló Louis-. Si no quieres, no te invitamos.
-Si yo no me quejo por eso, no iba a ir de todas formas –gruñó cogiendo su chaqueta para ponérsela-. Yo lo digo porque este pasará a ser de mi familia.
Me señaló despectivamente y lo fulminé con la mirada sin que él no notara.
-Yo también te quiero –mascullé.
Una vez el pelirrojo se hubo puesto su chaqueta nos miró esperando a que nos moviéramos.
-Va, niño, que te llevaré a tu casa –se metió las manos en los bolsillos-. Y tú, Louis, tira ya para tu casa que la mía no es ningún hotel.
Ambos asentimos levemente y nos cogimos de las manos para salir de ahí, nuestros dedos entrelazados.
Salimos de la casa y nos quedamos delante del coche de Louis para que me pudiera despedir de él. Ed nos esperó al lado del suyo, observándonos desde la distancia.
-Te extrañaré mucho –lo abracé por última vez antes de retirarme-. Te amo, Lou.
-Y yo a ti amor –me regaló un beso lento con sabor a despedida y a los pocos segundos se echó hacia atrás lentamente-. Nos vemos el próximo viernes.
-No podré estar bien sin ti –me pasé la mano por el antebrazo rozando mis heridas-. No sé si llegaré a…
-Lo harás, Harry. ¿Por mí?
Asentí con la cabeza algo apenado y él me dio un último beso en los labios.
-Adiós Lou.
-Hasta pronto, Hazz.
A los pocos segundos ya me encontraba entrando en el coche de Ed para ir de vuelta a casa.
NARRA ZAYN
~ Al día siguiente… ~
-¡Maldita bola de pelo enana y sebosa! –escuché una voz demasiado reconocible salir del salón, por lo que suspiré con los ojos todavía cerrados-. ¡No es para ti, para de ladrar de una jodida vez!
Varios ladridos como respuesta hicieron que el rubio no tardara en echarse a gritar.
Me giré entre las sábanas para poder ver el despertador digital de mi mesita. Marcaba las 08:56am.
No eran ni las nueve de la mañana de un lunes que el irlandés ya estaba de pie y dando por culo. Qué hombre más pesado.
Aquél día había huelga general de educación, por lo que nadie iba a asistir a las clases, lo que significaba día libre.
Día de venganza.
-¡Que no! –gritó-. ¡Si quieres el desayuno te lo preparas tú solito, esto es para Zayn!
¿Para mí?
Me senté de golpe en el colchón notando un leve mareo que se me pasó al poco rato. Dejé que mis piernas colgaran por un extremo de la cama mientras miraba mi rostro dormido a través del espejo.
-Estúpida Rubia –gruñí con voz ronca.
Me levanté perezosamente de la cama y busqué mi ropa por toda la habitación, pero no la encontré. En aquellos momentos vestía con unos bóxers negros y nada más, por lo que pensé que sería buena idea vestirme si no quería que Niall…
Espera, Niall estaba ahí.
No me iba a vestir.
Sonreí maléficamente y me encaminé hacia la puerta para luego abrirla de par en par. Caminé hacia la cocina y entonces me encontré con Niall vistiendo con una camiseta y unos tejanos negros, andando descalzo mientras llevaba dos vasos de zumo de naranja a la mesa y los colocaba cuidadosamente para que todo estuviera perfecto.
Me apoyé en el marco de la puerta y me crucé de brazos viendo como el ser adorable que habitaba dentro de su mente se hacía cada vez más grande.
Cuando el rubio se giró hacia mí y pareció verme se quedó quieto como una estatua, sus ojos bajaron con picardía hacia el único trozo de tela que me cubría el cuerpo en aquellos momentos.
-Buenos días, Ni.
El chico luchó contra su propia voluntad para levantar la vista y mirarme a la cara con esos curiosos ojos azules que tanto enamoraban.
-Eh… Hola Zayn –se frotó el brazo y volvió su vista al suelo algo tímido.
Pero qué mono, pensé.
-¿Has preparado tú eso? –señalé los dos platos con tortitas cubiertas de sirope de fresa.
-Sí… Quería ir a llamarte ahora para que desayunáramos juntos…
Sonreí y caminé hacia él lentamente haciendo que me mirara de nuevo. Al pasar por su lado apoyé una de mis manos en su cintura y le di un pequeño beso en la mejilla.
-Gracias, muero de hambre –lo abracé y me fui a sentar a una de las sillas.
-Yo… eh… de nada –se sonrojó y se sentó en frente de mí-. No sé si estará muy bueno, no soy un gran cocinero.
-Vamos Niall, no te hagas la víctima que sabes perfectamente que todo lo que cocinas está buenísimo.
Y era verdad, aquello olía de maravilla.
-Si mueres intoxicado, que sepas que yo ya te advertí –ambos reímos.
Después de desayunar, cosa que deseé que no terminara nunca ya que aquello estaba de muerte, recogimos todos los platos y yo me vestí a mala gana.
Mientras me ponía los zapatos observé cómo más de la mitad de mi armario había sido invadido por la ropa de mi amigo irlandés, quien había pasado a quedarse a vivir por todo el morro.
-Nialler, eres peor que la novia obsesionada que nunca tuve –reí atándome los cordones de las bambas-. ¿Tú has visto el armario? ¡Lo has ocupado todo!
El rubio entró por la puerta con el cepillo de dientes en la boca y miró el armario satisfecho.
-A ezo ze le llama compadtid –balbuceó con la boca llena de dentífrico.
-¿Compartir? Eso es una invasión en toda regla, majo. Pronto necesitaré un armario nuevo, ¡cada vez traes más cosas!
Lo vi sonreír ampliamente y el dentífrico comenzó a resbalar por su barbilla. Qué asco de chico.
-¡Vete al lavabo antes de que me manches todo el suelo, guarro! –me quejé.
-¡Maniático de la limpieza! –gritó mientras se largaba.
Rodé los ojos y vi a Hatchi aparecer por la puerta meneando su cola con alegría en cuanto me vio.
-Creo que vas a tener que aprender a vivir con él, Hatchi –reí-. Se quedará por un buen tiempo.
NARRA LOUIS
A eso de las diez de la mañana mi móvil comenzó a sonar, siendo Zayn el que llamaba. Me dijo que estaba más que listo, bueno, estaban, ya que Niall también quería vengarse de Eleanor, y que pasarían a recogerme en diez minutos.
Yo quería hacerlo, quería darle su merecido a aquella chica… Pero no me veía capaz. No quería, no quería porque de alguna manera u otra ella seguía siendo importante para mí. Había sido mi novia hacía menos de medio año, alguien a quien yo quise más que a mí mismo durante un largo tiempo.
No quería hacerle daño, aunque ella me lo hubiera hecho a mí.
El coche de Zayn llegó a los pocos minutos, así que me despedí de mi familia algo inseguro de lo que iba a hacer y me fui con los chicos hacia el Starbucks, donde Eleanor trabajaba.
Y ahí estaba yo, en el asiento trasero del coche sin saber bien qué hacer.
-¿Estás bien, Lou? –preguntó Niall quien me miraba por el retrovisor del asiento del copiloto.
-Sí…
-Vale, ¿qué te ocurre?
Zayn levantó los ojos por dos segundos para mirarme por el retrovisor y luego los volvió a la carretera rápidamente.
-Es que… no me veo capaz de hacerle algo a Eleanor –tragué saliva y vi como el morocho negaba con la cabeza con desaprobación.
-Louis, ella te hizo daño –me recordó el rubio.
-Ya, pero yo la quería y…
-¿Y a Harry no le quieres? –preguntó Zayn antes de que Niall pudiera decir algo.
-¡Claro que sí! De hecho, os tengo que contar una cosa…
-¡Estás embarazado! –gritó Niall.
Zayn rió por lo bajo y yo rodé los ojos bajo la mirada divertida del rubio.
-No, idiota. Os lo contaré cuando estemos todos… También quiero que Liam esté con nosotros para algo tan importa…
-¡Os vais a casar! –me interrumpió Niall.
-No seas idiota, Niall –rió el morocho-. Son muy jóvenes para eso. ¿Verdad Lou?
Los miré sin decir nada y el rubor de mis mejillas aumentó considerablemente.
-No me jodas que es eso –Niall abrió los ojos como platos y me mordí el labio antes de asentir tímidamente- ¡Ay, la madre que me parió! ¡¿Os vais a casar?!
-¡¿Que os vais a casar?! –repitió Zayn cual loro.
-No ahora, cuando Harry cumpla los 18…
-¡Dios mío, debo llamar a Liam!
Niall se metió la mano en los bolsillos y se sacó el móvil para poder llamar al castaño, quien seguramente se encontraría entrenando junto con mi primo.
Se puso a conversar con él y ambos comenzaron a gritarse e insultarse entre ellos cuando el rubio anunció la noticia.
Zayn me miró por el rabillo del ojo y alzó una ceja.
-Si os vais a casar, esa es una razón de más por la cual deberías querer vengarte de ella.
-Ya, pero… No lo sé, Zayn –suspiré-. No lo sé.
-Bien, pues si no te convence el hecho de que te haya jodido a ti, recuerda que ella también le hizo daño a él.
Me lo quedé mirando pensativo y él estacionó el coche en la calle del Starbucks: habíamos llegado.
-Niall –masculló Zayn una vez salimos del coche-. Saca las lombrices de goma, los huevos, la harina y la cámara de fotos. Louis, ven conmigo, te explicaré el plan…
¿Huevos, harina y lombrices de mentira?
¿Y la cámara de fotos?
Oh dios mío... Esto iba a ser memorable.
Tuve que cortar el capítulo porque comencé a escribir y cuando me di cuenta había escrito MUCHO y resultaría muy pesado de leer, así que la venganza de Eleanor será en el próximo... lo siento :')
RESPONDO PREGUNTAAAAAAAAAS.
-AracieliMiller: ¿Has leído alguna otra novela que puedas recomendar de Ziall? Siiiiiii se llama "La Fuga" de @Mara1D22 (un saludo a Mara, SIGUE LA NOVELA)
-Breakthrulinson: ¿Qué películas te gustan más? Ehmm un clásico, como Titanic, o cualquiera que sea de comedia, me encanta reír :P
-Kmpanita010608: ¿Cuál es tu canción favorita? ¿Qué eres a parte de Directioner? Tengo muchísimas, de 1D me encantan She's Not Afraid y Heart Attack, pero me cuesta mucho elegir las demás. Vivo de la música. A parte de One Direction, estoy ENAMORADA de Five Seconds Of Summer *-* son tan asdfhgsafd
Bueno, no sé si habían más preguntas porque Wattpad ultimamente me funciona fatal...
Un beso, gracias por leer y por vuestras felicitaciones de cumpleaños :3 ♥