"Te estaré vigilando." Laura Marano no puede olvidar las últimas palabras de Ross Lynch, el hombre al que una vez consideró tímido y conservador, y ahora lo describe como impulsivo y agresivo. Hacía meses que recibe cartas y llamadas anónimas de alguien que dicen estar vigilándola. Cartas eróticas que prometen cumplir cada y una de sus fantasías sexuales. Pero todo cambió, cuando recibió una llamada de Ross, el cual prometió que iba a violarla. Aterrorizada, Laura Marano siguió el consejo de su detective encargado de su caso al mudarse de ciudad, y así una vez por todas lograr liberarse de Ross Lynch.
O al menos eso era lo que creía.