Capitulo 37

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 Laura estaba contenta. Hoy sería el día en que Ross volvería a casa. Por las llamadas que había tenido con él, le había dicho que visitó a su padre los últimos días y que mejoró su relación con él. En parte Laura estaba feliz por Ross, al fin las cosas estaban saliendo bien y ya no veía la hora de tenerlo vuelta en casa para besarlo y demostrarle cuanto lo había extrañado.

De pronto, alguien comenzó a tocar la puerta de la sala principal con suficiente fuerza como para mover los cuadros que colgaban en la entrada. Laura puso los ojos en blanco. De seguro era Edd, los últimos días que los había pasado con él había aprendido que podía ser muy irritable. Le gustaba hacerla enojar, y eso en cierta forma a ella le divertía. Apagando la televisión, Laura se puso de pie y caminó hacia la puerta. Cuando la abrió se arrepintió e intentó cerrarla de golpe, pero los policías que tenía al frente fueron más ágiles que ella y entraron violentamente. Laura comenzó a temblar, el terror se plasmó por todo su rostro. Los policías empezaron a inspeccionar toda la casa, con sus armas apuntando al frente, pero uno de ellos en especial se detuvo a verla.

— ¿Laura?— preguntó uno de los hombres, y ella reconoció al instante esa voz.

— ¿F-Frank? — tartamudeó. — ¿Qué... que es lo que hacen?

— Venimos a sacarte de aquí, nena.

Al frente de sus ojos, tenía la posibilidad de acabar al fin con todo esto. Podría irse, ser libre. Pero, ¿Quién imaginaría que iba a terminar enamorada de Ross? No quería. Simplemente no quería irse de allí, y terminar con todo lo que había vivido junto a Ross. Quería quedarse allí, con él. Con él era feliz.

— ¿Dónde está Ross? — preguntó Frank.

— No lo sé, salió y desde entonces no ha vuelto. — tragó saliva. Y agradeció tantísimo que Ross no estuviera ahí.

— Lynch no está aquí. — avisó uno de los policías, bajando la guardia.

— Bien. — suspiró Frank. — vigilen, puede que vuelva.— miró a Laura. — ven, ya no tienes que estar aquí. — la cogió del brazo y la incitó a moverse, pero ella se quedó inmóvil.

— Pero... Frank, yo...

— ¿Qué? ¿Quieres quedarte, acaso? — Laura mírame. — dijo, ella obedeció. — él no te ha violado, ¿O sí?

Ella negó rápidamente con la cabeza.

— Entonces si no quieres que lo haga, sígueme. Toda tu familia está muy preocupada por ti.

Laura guardó silencio. No quería levantar sospechas de que a Ross le importaba, y simplemente siguió a Frank. Daría cualquier cosa por quedarse ahí, pero ahora que la habían encontrado, no podía hacer nada al respecto.

— ¿Cómo me encontraste? — preguntó Laura, con los ojos húmedos. Ya no faltaba mucho para que se echara a llorar, pensando que tal vez, ya nunca más podría ver a Ross.

— El detective John contacto a un amigo de Ross. Peter, creo que se llamaba. Le ofreció una gran cantidad de dinero a cambio que le dijera donde se encontraba y él accedió. Fue muy fácil convencerlo.— se rió.

Laura no dijo nada más. Lo único que quería era irse de allí... escapar y ser feliz junto a Ross.

Edd caminaba por las calles mientras silbaba una canción. Se le había hecho tarde para ver a Laura. Él y su mala costumbre de levantarse tan tarde. Cuando dobló la siguiente esquina para llegar a la casa de Ross, retrocedió rápidamente y se escondió en una muralla de espalda al ver que la casa estaba rodeada por autos policiales. Esto solo significaba una cosa; habían encontrado a Laura. Cerró y abrió los ojos fuertemente. Ross lo mataría, pero ahora lo único que importaba era poder contactar a Ross... contactarlo y decirle que se habían llevado a Laura. 

ACOSADA ||Raura hot|| Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora