Capitulo 8

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Laura se despertó. Y joder, con un dolor de cabeza horrible. Poso una de sus manos sobre su frente, tratando así de suavizar el dolor. Pero entonces recordó, y se inclinó de golpe con el corazón latiéndole a mil. ¿Qué había pasado? Y lo más importante... ¿Dónde estaba? Se quitó la manta que tenía encima, y se tocó por todo el cuerpo, cerciorándose de que nada malo le haya pasado. Ya un poco más segura, se levantó de la cama para inspeccionar la habitación en que se encontraba. Era sencilla, pequeña, con unos cuantos muebles y las paredes pintadas de blanco. Pero lo que más llamo su atención fue el escritorio que yacía a un lado de la habitación. Camino hacia este y abrió un grueso libro que estaba encima.

Lo que vio a continuación la dejo helada.

Fotografías de ella era lo que se encontraba en el interior del libro. Desde cuando salía de su casa, salía del trabajo y hasta cuando se subía a su auto o simplemente cuando hablaba con sus amigos. Miles de fotos de ella, desde que era una adolescente de quince años hasta sus veinte y tres años de edad. Recorrió las páginas, y la última fotografía que había de ella era desde... ayer.

Cerró con brusquedad el libro, no podía seguir viendo eso que la asustaba cada vez más. Se fijó en las hojas de papel en blanco que estaban a un lado, junto con un bolígrafo de tinta negra. El papel tenía la misma textura en que Justin solía enviarle las cartas. Y entonces comprendió. Ross fue quien la secuestro, estaba en su casa...

De repente, la puerta se abrió de golpe. Laura se sobresaltó y se giró.

— Veo que ya despertaste, muñeca.

Laura lo miró con la barbilla temblorosa. Si, era Ross. Aunque tenía una imagen de él cuando tenía diecisiete años. Lo recordaba como un chico debilucho, incapaz de poder defenderse de los demás. Pero ahora... era todo lo contrario. Los rasgos masculinos en su cara habían madurado, sus ojos eran de un color miel precioso, teñidos ligeramente con algo que parecía rencor. Sus labios, gruesos y rosados gritaban ser besados. Tenía un cuerpo de cien, ahora era más alto y Laura tenía que levantar la vista para lograr verlo a los ojos. Traía una camiseta, algo transparente que dejaba ver sus muy bien formados bíceps y su piel era naturalmente bronceada. Era condenadamente sexy.

— ¿Ross?

Él sonrío.

— ¿Te alegras de volver a verme, linda?

Él camino hacia ella. Instintivamente, Laura retrocedió hasta chocar con la pared. Ross la acorralo y hundió su nariz en su cabello, para respirar ese aroma tan familiar. Ross podía sentir el miedo de Laura, podía sentir el terror que tenía por él. Hundió sus dedos en su cabello... era sedoso, de la misma forma cuando soñaba haciéndole el amor. Ross aspiro con fuerza su aroma y bajó su rostro a la altura de su cuello para repartir varios besos ahí. Exquisito. Sintió a Laura temblar bajo sus manos. Como le encantaba el miedo que sentía ella por él...

— Hace mucho que no te veo. Estoy encantado de volver a verte, Laura.

Ross se separó de ella y la observo. Le encantaba ver la imagen de Laura en ese momento, débil y frágil. Eso lo hacía aún más... excitante.


ACOSADA ||Raura hot|| Finalizada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora