Danza de Hielo

By aclumsykitty

193K 20.5K 4.6K

Una danza por la verdad, la libertad y la promesa de un nuevo comienzo. Thorki. More

Inicio
Adagio
Obertura
Allegro
Secco
Arabesque
Acompagnato
Assemblé
Aria
Aria (continuación)
Attitude
Coros
Balance
Balance (continuación)
Melodía
Ecarté
Armonía
Ballon Pas
Sonata
Brissé
Motivo
Devant
Matiz
Entrechat
Timbre
Timbre (parte dos)
Fouetté
Compás
Marcha Final
Epílogo

Pas de Deux

3.7K 494 110
By aclumsykitty

Título: DANZA DE HIELO

Autora: Clumsykitty

Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.

Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.

Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.

Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.

Gracias por leerme.


CAPÍTULO 28. Pas de Deux.

I'm gonna swing from the chandelier, from the chandelier
I'm gonna live like tomorrow doesn't exist
Like it doesn't exist
I'm gonna fly like a bird through the night, feel my tears as they dry
I'm gonna swing from the chandelier, from the chandelier

Chandelier, Sia.


Había nacido.


Ese instante de creación vibrante donde se reúnen la esperanza y la alegría en un diminuto cuerpo cuya alma se prende de toda partícula sellándole con una impresión única, vino a mí en la forma de un destello de luz que trajo un tirón de feroz desconcierto acompañado de la incertidumbre oscura de la pena que embargó mi corazón mientras mi cuerpo diminuto, más pequeño que un grano de arroz, era sacudido por el poder de un tiránico ser que susurraba en mi frágil mente Hija. Desconociendo el significado de esa palabra solamente percibí el dolor que me rodeaba por dentro y por fuera en unas tinieblas imprecisas que mi mente trataba de darle forma al carecer de ojos o de cualquier órgano destinado a tales tareas. Había nacido y el primer concepto que aprendí fue el de la soledad que hizo a mi alma llorar sin encontrar consuelo. Ríos de lágrimas inundaron mi cuerpo sin detener las manos de verdugos que atacaban mi indefenso ser, inconformes ante mi estado que parecía ofenderles de una manera incomprensible entonces para mí, que buscaba la respuesta a tal forma de vida, preguntándome si acaso ésta era dolor y sufrimiento constante pero nadie me escuchaba o no deseaban escucharme. Y la voz me decía que era lo más horrible que ojos pudieran contemplar, la magnificencia de la crueldad que traería el terror apocalíptico a quienes intentaran desafiarme. Las explicaciones sobre tales afirmaciones tampoco aparecieron, pero las palabras herían más que todos los instrumentos hostiles que día con día perforaban mi esencia.

Creyendo que siempre me mantendría de esta manera, abracé esa tristeza dejando libre mi llanto mecida en la oscuridad alrededor mío hasta que en un instante fortuito me di cuenta que no era la única derramando lágrimas tan amargas. Alguien más lloraba igual que yo. Fue como encontrar un rayo de sol en medio del más oscuro y denso bosque luego de caminar por días buscando esa calidez salvadora para un cuerpo entumecido. Con profundo asombro e inquietud descubrí que me encontraba dentro de ese ser tan desconsolado, haciendo temblar mi cuerpecito no de dolor sino de incredulidad que se aferraba a una tímida e igualmente microscópica esperanza. Había conocido a mi hermoso Loki. Pero su llanto no era por mí o a causa mía, venía de la mano de aquella voz que nos hacía estremecer cuando sin piedad alguna comandaba una nueva forma de experimentar sobre nosotros en ese infame deseo de perfección a costa de la sangre y los gritos de agonía de ambos. La empatía que nació dentro mi pecho fue un refugio en medio de la tormenta, esperando que mi relicario pudiese escucharme y así juntos abrazarnos para resistir una vez más las abominables tareas que los Otros realizaban mientras se deleitaban con juegos macabros que sus mentes perversas sumaban para nuestra desgracia. Más no poseía la fuerza para llamarle, desconsoladamente esperando a que quizá el tiempo despectivo de mi infortunio avanzara aprisa para darme las fuerzas de contactar a mi destrozado y esclavizado Jotun.

Loki solamente se aterró más cuando descubrió que yo estaba en su vientre, y no podía negarle la razón sabiendo que era un monstruo deforme que rasgaba sus entrañas para robarle lo mejor que su ser podía ofrecer al poderoso amo que osaba llamarme mi creador. Así que el silencio del rechazo reinó por largo tiempo sobre mí sin que las lágrimas terminaran de ahogarme. Era tan inocente como yo al ser un juguete del titán inmortal, pero la culpa con la que se castigaba a sí mismo era tan apabullante que incluso me dejaba sin aliento, confundiéndome más, dentro de la pesadilla que conocía como vida, aumentando mi herida que jamás creí ver sanar. Así en un momento de inquietante paz que solamente aumentaba mi terror pues siempre era la mensajera de una tortura más infernal, sentí algo que detuvo mi incierto corazón deforme pues se trataba de una marea de calidez que al serme desconocida causó tal conmoción que me creí morir si acaso en aquel tiempo ya supiera qué era aquel destino. Tan diametralmente opuesta era la sensación a todo lo experimentado como el ciego que ve por primera vez aquello que solamente había imaginado en la oscuridad, así fue para mí que se me abrigara con aquellas palabras dulces como el más sublime néctar. No llores, hija mía, mamá está contigo. Mamá. Mis lágrimas dejaron de ser amargas para transformarse en un acto de magia blanca como un signo de alegría. Loki era mi madre, yo era su hija.

Le había tomado todo ese tiempo reconocerme no por un mero rechazo que respondía a su odio hacia el omnipotente ser que nos aplastaba, sino porque luego de enterarse de mí, los fantasmas de su pasado volvieron como demonios queriendo robarle otro pedazo más de su alma desesperanzada. Había luchado contra el peor rival que la vida puede colocarnos delante: consigo mismo. Y cuando salió victorioso por entre las ciénegas de la desesperación y la duda, decidió que me protegería a cualquier costa. Divina protección. El muro infranqueable que hace al más débil convertirse en el héroe de leyenda contra todo pronóstico al proveer la seguridad que todo espíritu necesita para dejar el cuerpo dependiente de la larva y transformarse en la más bella mariposa. Me sentí protegida, me sentí rodeada de algo que más tarde supe se llamaba amor.

Loki me amaba.

Si había una criatura viviente que tuviera tal sentimiento hacia mí entonces era posible que yo no fuese el monstruo que Thanos afirmaba era. Podía seguir resistiendo todas las penas que llegaran teniendo la dulce voz de mi madre y el latido de su agotado corazón arrullándome. Me rodeaba con su cariño y me sentí invencible aunque de mis recién formados labios salieran los más espantosos gritos de dolor o mi cuerpo sangrara al punto de la muerte solamente para ser devuelto a la vida con una nueva arma inmersa en lo profundo de mi ser. Loki resistía por mí y yo por él. Solo nos teníamos el uno al otro en medio de la maldad en su estado más puro regocijándose de lo que clamaba sería el regalo perfecto para su amante la Muerte. Cuando pude sentir no solo el calor de su voz o su esencia, sino también el de sus manos que acariciaban ese vientre donde yo reposaba, mi profundo miedo al titán primigenio se tiñó de rencor cuyo sabor ya había experimentado antes, pero ahora dejaba que cayera su semilla en mi alma con el fin de hacerle pagar todo lo que nos había hecho, todo lo que siguió sin que el destino estuviera listo para darnos la oportunidad de cambiar nuestra suerte, castigándonos con la ausencia de la buena fortuna en los campos marchitos de la desolación. Mamá me arrullaba entonces, con sus silenciosas lágrimas suplicándome que no me manchara de tan poderosa pero ruin idea o le obsequiaría la completa victoria a nuestro máximo verdugo.

La separación me lanzó de nuevo al pozo del terror y el desconcierto, alejada del cuerpo de Loki supe que le perdería a menos que hiciera algo que en mi cuerpo de recién nacida hubiera para cambiar la sentencia que Thanos ya le preparaba. Hice lo que mejor sabía hacer desde que la consciencia de vida llegara a mí. Llorar. Lloré sin parar hasta que mi mensaje fue entendido sin que castigo o hechizo alguno me apaciguara, solo así volví a sus brazos amorosos, trémulos por la idea de haberme perdido para siempre, recibiendo mi primer beso sobre mi arrugada frente a causa de un par de diminutos cuernos, sin percatarme que había mostrado mi única debilidad que más tarde fue usada en mi contra. Más la primera vista de aquellas esmeraldas cuyo color se acentuaba por sus gruesas lágrimas me cautivaron sin dejarme pensar atinadamente. Todo lo que quería era mirar por siempre sus ojos y sentir sus besos con sus brazos meciéndome mientras cantaba en una lengua antigua de seres con destinos tan diferentes a los nuestros. Dormir era un terror por la idea de ya no encontrarme a su lado al despertar, pero también fue parte del juego de nuestros esclavizadores quienes ya tenían previsto el nuevo juego macabro a comenzar. Era como si proporcionalmente en la medida que nuestro amor crecía ellos proveían más dolor en formas más retorcidas, sin atender a mi frágil figura o el estado crítico de mi madre.

Todo lo que importaba era mi preparación. Thanos se burlaba de mis fatuas esperanzas que guardaba recelosa en mi corazón, azotando frente a mis tiernos ojos a Loki cuando mi cuerpo se negaba a obedecerle, haciendo hervir mi sangre igual que el fuego de un volcán buscando escapar de la tierra que lo aprisiona. No te conviertas en lo que él desea. Era la sentencia suplicante en los ojos de mi madre antes de caer en la inconsciencia del dolor para ser arrastrado lejos de mis manos a las que le eran puestas poderosos tótems que probaban la capacidad de mi poder, siendo liberada de tan exhaustivas tareas luego de un tiempo desquiciadamente largo, corriendo al regazo de mi madre para escuchar una vez más su canto, su voz y sus ojos mirándome amorosos aunque estuviera al filo de la muerte. La esperanza de cambiar nuestra fortuna ya me había abandonado, pero me negué al acto cobarde de acabar con vidas inocentes recolectadas para mi entrenamiento aunque ello me costara el más espantoso de los castigos, junto con Loki quien pagaba por mi afrenta. Más la satisfacción de su mirada al saber que seguía fiel a su juramente era motivo suficiente para resistir al instante siguiente de la pesadilla cuyo fin no dudaba sería la muerte de ambos al no ofrecer lo planeado pese a todo intento por más horripilante que fuese. Las cadenas impuestas no alcanzaban el reino que Loki y yo compartíamos desde lo más profundo de nuestro ser. Por eso jamás creí que Thanos sería tan vil y despreciable para dejarme vivir por siempre esclava de sus deseos y atestiguar cómo tomaría a mi madre para engendrar una criatura más dócil.

Aquello fue demasiado para mí.

Sería mentir si pudiese confesar de qué manera o bajo que influjo mágico rompí mis ataduras frente a nuestros verdugos con todo el poder que se me había otorgado corriendo por mis venas como caballos salvajes por una larga pradera al tiempo que mis manos buscaron solas sus objetivos en un festín de sangre y cuerpos mutilados al que no di fin, tirando de los grilletes de Loki para sacarle de nuestra infernal prisión sin saber cómo o a dónde podríamos escapar al desconocer siquiera el lugar que nos apresaba. Necesitaba correr lejos de ahí, necesitaba mirarle a los ojos y gritarle ¡se acabó!, con todas las fuerzas de mi alma deseando con ello borrar la amarga vida que ambos habíamos experimentado, y todo lo que él había vivido anteriormente. Necesitaba que fuésemos libres. Nadie me hubiera podido anticipar que otra pesadilla oscura nos esperaba por delante, con Thanos dándonos alcance solamente para luego dejarnos ir y deleitarse con nuestro sufrimiento a manos de todos los horrores que el Ginnungagapguardaba en su interior que criatura nacida en el universo de la luz, ya fuese mortal o inmortal, hubiera imaginado. Una nueva eternidad de agonías y desolaciones teñidas de locuras provenientes de nuestras propias mentes que la hambruna traía junto con el desfallecimiento tan próximo a la muerte. Pronto nos dimos cuenta que jamás seríamos libres más que aceptando nuestro destino último en las frías garras de la muerte.

¿A dónde corres Idunn sino a tu propia fatalidad? ¿Dónde buscarás ayuda si eres el monstruo que todos rehúyen?

Esas palabras me taladraban el alma cuando dormía siempre protegida entre los brazos de mi madre de hermosos y tristes ojos verdes que las lágrimas no dejaban en paz. Aceptamos nuestra suerte pero no sería de la manera en que nuestro tormento lo proponía, aún perduraba la última flama de valor en mi Loki. Mamá te sacará de aquí, te lo prometo. Fue su susurro antes de que me entregara todo su poder, toda su magia e incluso su herencia de semidios con tal de crear su mejor hechizo sobre mi pequeña forma, disfrazando mi cuerpo y ocultando mi fuerza de toda mirada capaz de reconocerla hasta el punto de casi perderle en ese momento. Y volvimos a huir por nuestras vidas con unos cuerpos sin energías. Los complejos hilos del destino se torcieron una vez más contra nosotros. Una bestia deforme pero gigantesca nos persiguió hasta acorralarnos en un recoveco de roca cuya superficie rasgó nuestras marchitas pieles pero que mostró su tesoro cuando una garra rompió una parte en su interior donde nos refugiamos, mostrando un enorme círculo de figuras que mi madre reconoció con un gemido lastimero de esperanza, empezando a mover las piezas que lo conformaban. En el último movimiento la garra de la bestia alcanzó su delicada mano llevándose buena parte de la piel pero no hubo tiempo para venganzas pues brazos me alcanzaron arrojándonos a través del círculo hacia lo que iba a ser nuestro triste final.

Jotunheim. Moriríamos ahí o seríamos rescatados. Una apuesta a ciegas sin entusiasmo.

Enorme fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos en un sitio totalmente distinto, sobre una superficie suave y al mismo tiempo rugosa con una sustancia golpeándonos las piernas provocándonos dolor al tocar nuestras heridas. Aquello no era Jotunheim y mi pobre Loki lloró amargamente al darse cuenta que se había equivocado. Hubo un temblor que anticipó la presencia sobre nosotros, una enorme mole verde que despedía rabia de pies a cabeza. Miré sus puños al tiempo que mamá me decía que nos mataría, ese lugar era nuestra muerte segura, abrazándome con nuestros cuerpos temblando ante la revelación. Perdóname por fallarte. Levanté mi mirada llena del más profundo cansancio y resignación hacia la mole cerrando mis ojos para acurrucarme, lista para el golpe final. Hubo un silencio en medio del susurro que nos rodeaba proveniente de aquel paisaje alrededor antes de que fuésemos levantados del suelo con tal cuidado que mi corazón latió a punto del colapso por lo inesperado del acto, escuchando algo cerca de mí. Vivir. Fue como beber al fin el cáliz de la salvación que limpiara nuestras almas de tanto sufrimiento, ese abrazo poderoso que me hizo creer por primera vez que existía algo mejor que el dolor y la desesperanza. De haber podido hubiera llorado en esos momentos pero ya no tenía más fuerzas con que manifestar mis atropellados pensamientos, dejándome llevar una vez más por la inconsciencia sin tener la seguridad de volver a abrir mis ojos. Si moría, al menos lo haría junto a mi madre.

La oscuridad me rodeó una vez más igual que en mi absurdo nacimiento pero no permanecí mucho tiempo sola en medio de la nada. Como un faro en la niebla, un llamado me indicó el camino hacia una tibia luz que tuvo un sonido claro, una voz firme y de nuevo cálida que me pedía que tuviera fe en despertar porque ya no había nada que temer. La contundencia de las palabras me atemorizó de solo imaginar que fuese la última tortura de Thanos antes de devolverme a la cruda realidad de su espantosa cárcel. Pero entonces sentí algo extraño, tan similar al abrazo de mi madre, prometiéndome que estaba a salvo, que ya nada ni nadie me harían daño.

Lucky.

Volvía a las pesadillas de la incertidumbre, navegando en momentos de lucidez e inconsciencia antes de escuchar una vez más la voz firme tan cerca de mí hablando un idioma desconocido con tal descanso que se me antojó a las canciones de Loki por su cariño impreso. Palabras nuevas de un lenguaje paternal, abriéndome las puertas como si yo fuese un ser tan especial, merecedor de un trato nunca antes experimentado. Abrí mis ojos queriendo la respuesta a semejantes sensaciones para encontrarme con un par de ojos azules bondadosos y brillantes de un rostro angustiado. Mi primer pensamiento fue que se trataba de algún verdugo de los Otros a los que complacía tomar otras formas para engañarme antes de provocar el más mortificante dolor en mi cuerpo. Ya no más por favor, tan solo la muerte. Pero no era ése un carcelero, era alguien más. Su expresión de arrepentimiento me lo indicó. La búsqueda de mi madre no tardó pues se hallaba a mi lado aunque dormía en un intranquilo pero reparador sueño dentro de aquella cámara. La voz me llamaba, siguiendo con aquella cadena de palabras suaves de efecto sanador haciendo mi cuerpo volver al descanso. ¿Realmente estaba a salvo? Ahí estaba la esperanza tocando mi alma con insistencia sin que le permitiera adherirse a mi espíritu por miedo a perderla en el acto por las manos de Thanos. Las ansias de mis pensamientos arañaban mi coraza deteniéndose únicamente por mi ausente Loki mientras aquel rostro insistía en hablarme de esa manera tan calmada. Steve Rogers, el Capitán América.

No, no podía tener esperanzas, dolía demasiado abrazar un fruto tan prohibido durante mi infernal vida, probar su jugo y luego saber que ya no volvería a disfrutarle. Pero ellos insistían, insistían sin importar que hiciera o cuánto llorara. Anthony Stark, el Hombre de Hierro con su tormenta de palabras incoherentes y esas manos que jamás dejaban de moverse. Un objeto. Suave al tacto, una forma que me habían enseñado anteriormente los dibujos de Steve, un oso. Pero le faltaba un ojo de la misma manera en que a mí me faltaba la esperanza. Un regalo de Tony. Todos los rostros que fui conociendo estaban llenos de preocupación por mí, todos sonreían, no cómo los Otros o como Thanos. Eran sonrisas diferentes que enviaban a mi corazón un calorcillo que lo hacía latir más aprisa con un hormigueo por todo mi cuerpo. Un milagro que se me hizo imposible de creer. Cariño. Mi Loki seguía a mi lado y eso me daba fortaleza, aunque aún no despertara yo le contaba lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor. La alegría de vivir días sin tortura, de comer alimentos de un sabor espantosamente delicioso como un regalo de los mismos dioses quienes sean que éstos fueran. Ver mis manos libres de aquellos artilugios igual que mis pies, notando por primera vez que tenía una piel pálida como mamá, con marcas azules herencia Jotun sin ninguna cicatriz para recordar las pesadillas.

A veces me escondía entre los brazos de Steve temiendo que desapareciera, o pedía los mimos de Tony antes de que se esfumara. Si era un sueño al que había sido sometida para luego despertar a un tormento, quería disfrutarlo al máximo. Después de todo, ellos eran los Vengadores y odiaban a mamá con todas sus fuerzas, particularmente aquél quien había sido elegido para ser mi padre. Pero el sueño no acababa. Continuaba con nuevos obsequios y la compañía de mis nuevos cuidadores, dentro de la seguridad de un sitio iluminado siempre limpio. Un paraíso frente a la mazmorra que me había visto nacer. Había probado suficiente cuando mi Loki despertó al fin. Ya no tienes que sufrir más, mamá, estamos a salvo. Mira, tengo un oso Teddy. Conocí tantas cosas buenas que me costó trabajo conciliar el sueño. El calor del sol, el aire fresco de un bosque verde con árboles de una corteza rugosa y al mismo tiempo suave que cantaban alegres con el viento que los acariciaba. El sabor de una exquisita malteada de chocolate acompañada de divertidas galletas de sabores con formas de animalitos que en mi vida había contemplado pero que me juraban un día vería con mis propios ojos. Toda una experiencia nueva que iba limpiando mi ser de las sombras que nos aterraban algunas ocasiones. Y vino esa presencia a nosotros. Un buscador de raza Chitauri. Todo se había terminado.

Había subestimado la fuerza del cariño que los Vengadores tenían por mí. Mamá y yo fuimos trasladados a una hermosa isla en medio del océano más impactante por siempre protegidos por la nueva computadora de Tony, Jarvis Preguntón. Comenzamos una vida que ni en mis más tímidos sueños hubiera imaginado, envuelta por una atmósfera de seguridad tan firme como las promesas de Steve o las alegrías de Tony, cada uno de ellos siendo tan ellos como las estrellas en el firmamento y al mismo tiempo tan diferentes de lo que mi lindo Loki me había advertido, aún temeroso de que la situación se revertiera pero yo ya estaba segura que no sería así. Incluso a él lo querían. A mamá le costaron muchas lágrimas de arrepentimiento aceptarlo. Igual que yo, no quería aferrarse a la oportunidad de comenzar de nuevo en medio de sus anteriores enemigos pero sus barreras ya no eran tan fuertes como antes ni tampoco su mente tan perdida.

Éramos libres.

La edad de oro comenzó. Memorias que jamás apartaré de mi alma, porque me llenaron de los mejores sentimientos que una criatura puede obsequiarle a otra. Momentos marcados por cada detalle por simple que éste fuera de lo significativo que era vivir tal como Bruce nos había dicho aquella noche de luna llena cuando nos encontró en la playa. Esa etapa de mi vida me dio el coraje para enfrentarme a mi futuro, porque lo mejor que estaba sucediéndome también le pasaba a mamá cuya mirada se llenó de la luz más hermosa antes de que me la quitaran cuando los hilos del destino se percataron que habían soltado demasiado la cuerda para nosotros. Mi aterrado Loki se marchaba a una tierra donde le odiaban a muerte bajo el yugo de aquel Asgardiano. Quería luchar, liberarle, podía hacerlo. Más una promesa era una promesa y jamás nunca rompería una palabra dada a mi madre. Sin embargo, fui digna de la buena providencia que me lo devolvió sano y salvo junto con Thor, un arrepentido padre que suplicaba nuestro perdón. Cosa extraña que me amaba sin haberme conocido. Me di la libertad de aceptarle, porque Loki era más fuerte con él. Mis padres se amaban de una manera que jamás hubiera ocurrido con Jane Foster por más esfuerzo que la humana hubiese puesto o mi padre hubiera hecho. Curiosamente esa fortaleza se extendió a mi ser, me di cuenta del real potencial que aguardaba en mi interior, ese asombroso poder que Thanos tanto quiso ver pero que jamás le permití. El propio Mjolnir me lo confirmó. Realmente era un ser con capacidades más allá de los propios dioses. Era única en ese sentido, aunque me sentía así pero a través del amor que los seres a mi alrededor me daban.

Y también me di cuenta que iba a morir pronto.

Jamás había tenido secretos con mamá pero esta vez debía hacerlo para no romper su bello corazón tan rebelde y noble al mismo tiempo. Las memorias de sus cantos aunque su cuerpo estuviera en la más terrible agonía sellaron mis labios y nuestro lazo. Nunca le haría llorar de esa manera, con mayor razón cuando estaba disfrutando de su propia felicidad. El verle sonreír tan alegre cuando papá le besaba o reír cuando Tony hacía una broma era suficiente para ocultarle un hecho tan desgraciado, orando por algún milagro que me pudiese sacar de tan funesto destino. Fue más duro cuando mi hermanito apareció, recordándome mi propio nacimiento menos afortunado. Simplemente no concebía que alguno de ellos fuese a sufrir por mi culpa. Ni mis padres, ni mi hermano menor ni tampoco los Vengadores, madres y padres adoptivos. Por todos ellos estaba bien dispuesta a entregar hasta la última gota de mi sangre con tal de mantenerlos a salvo.

De esa manera llegó mi contundente revelación.

Así que estoy en este momento deseando que el tiempo se detenga a mi favor para saborear los últimos episodios de mi vida antes de que todo termine. Probar una vez más la felicidad que todos a mi alrededor me proveyeron sin que yo se los pidiera simplemente porque en su corazón había un lugar para mí. Ríos de recuerdos afloran en una marea de emociones pero ya no puedo más. Mi cuerpo comienza a romperse por dentro. Luego de haber usado el Cofre de Viejos Inviernos, mi poder cae estrepitosamente al momento que Yggdrasill estalla enviando ondas de choque por todo el universo. La danza de la Muerte que Thanos ansia, una lástima que el compás está a punto de cambiar mientras me doy el atrevimiento de mirar por última vez el rostro de mi madre que se encuentra perdidamente absorto en la belleza que es el corazón del árbol de las nueve ramas, desde podemos sentir el Todo vibrante y armónico con sus hilos de vida estremeciéndose ante la pérdida imparable de sus raíces bajo nosotros. Loki al fin me mira sin soltarme de la mano, no puedo evitar sonreírle al verle rodeado de aquella luz cálida que ha calmado su alma agobiada por mis peleas. Sus cabellos flotan suavemente a su alrededor acentuando esos ojos verdes esmeralda llenos de amor incondicional, los mismos que contemplara el día que me pusieron en sus brazos, haciendo que la cárcel se convirtiera en palacio por el simple hecho de un beso maternal.

Mi Loki. El orden del caos.

Es hora de despedirnos y no puedo soltar su mano así que pido la ayuda de un espíritu que nos ha estado acompañando desde que dejó su cuerpo para convertirse en estrellas. Mi madre no puede creer lo que ve frente a nosotros y me comparte su asombro al ver a Frigga quien le llama dulcemente para recibirle en brazos. Ve con ella, mamá. Ve con ella. Cierra ese círculo de penas y remordimientos que te condujeron por los más asombrosos mundos pero también por los más nefastos senderos. El tuyo y el nuestro se entretejieron bajo las circunstancias más adversas, salimos airosos ya fuese por la suerte, el miedo o el amor. Pero es tiempo de que volvamos a separarnos, más no es un adiós definitivo que vaya a dejar un hueco en tu corazón. Te prometí no volverte a hacerte llorar y cumpliré mi promesa.

No, hermanito, no llores por mí porque no habremos de despedirnos. Has nacido por amor, no lo olvides en los días venideros que tu futuro te aguarda, porque la oscuridad siempre arrebata primero la esperanza de los corazones antes de asesinar al amor que le puede vencer. Recuerda eso cuando la enfrentes. Yo estaré contigo. Solamente te pido encarecidamente con todas las fuerzas que me restan que cuides de mamá porque tiene una inusitada tendencia a meterse en problemas porque es un espíritu aventurero, curioso e insatisfecho, pero no podía ser de otra manera o tú y yo no hubiésemos conocido la vida. Hazle saber siempre que le amamos, que no volverá a estar solo. Que adoramos cuando nos canta. Eso es, sonríe como papá.

Yggdrasill tiembla, muriendo de raíz a la última de sus ramas con la Muerte arrancando su tronco acompañada de la carcajada triunfal de Thanos. Loki se gira a tiempo para verme sonriente por última vez. Yo le sonrío con el sabor de mi sangre en la boca. No hay nada que pueda decirle tan adecuado que un par de líricas como agradecimiento mientras desaparece de mi vista.

Si un día me faltas, no seré nada

Y al mismo tiempo, lo seré todo.

Porque en tus ojos están mis alas

Y está la orilla donde me ahogo.

Te amo, mamá.

El Cofre de los Viejos Inviernos cae al fondo mismo donde las tres raíces de Yggdrasill están encogiéndose. La Muerte viene a mí, enterrando sus garras en mi corazón para robarse mi alma. Sonrío a Thanos que observa de lejos, devorando la energía del árbol sagrado. Tuvo un error muy grande al darme a Loki como mi madre, olvidando que es el Dios de las Mentiras, el Embustero y quien genera el Caos de la Creación. Osado titán primigenio que pensaste que su hija no heredaría tales artimañas. Apostaste por el juego más alto, menospreciando lo más valioso que tus ojos no tienen la capacidad de ver. Jamás nunca las Gemas del Infinito te darán lo que buscas, y ciertamente, Thanos, te prometo que no habrás de saborear la victoria. Es ahora que todos esos momentos de amargura, dolor y desesperanza son al fin, vengados placenteramente, cuando levanto mi mano que llama a Mjolnir con todos sus poderosos relámpagos. Oh, poderoso titán primigenio que controlas el tiempo y la materia, estás demasiado cerca de mí y has perdido. El martillo cae de mi mano hacia las raíces ya deshechas, destruyendo el Cofre de los Viejos Inviernos, y con él, liberando una fuerza suprema que se eleva hasta donde me encuentro atraída por mi sangre que corre libre. Es un placer escuchar gritar a la Muerte con la mirada atónita de Thanos.


Sí, yo gané.


Ahora Idunn debe morir para que Lucky viva eternamente.


Continue Reading

You'll Also Like

3.9M 522K 49
Kim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. ...
180K 15.2K 35
|𝐀𝐑𝐓𝐈𝐒𝐓𝐒 𝐋𝐎𝐕𝐄| «El amor es el arte de crear por la sensación misma, sin esperar nada a cambio,más allá del placer mismo del acto creativo...
267K 18.9K 35
Con la reciente muerte de su padre el duque de Hastings y presentada en su primera temporada social, Annette empieza a acercarse al hermano mayor de...
350K 30K 52
Park Jimin es un Omega que viaja hacia la ciudad por mejor estabilidad económica. El y su hijo viajan hacia Seúl, Corea en dónde los espera el mejor...