Título: DANZA DE HIELO
Autora: Clumsykitty
Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.
Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.
Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.
Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.
Gracias por leerme.
CAPÍTULO 27. Compás.
My father...
His duty...
His orders...
My brother...
The promise...
The breaking...
Rejection...
Deception...
Reflection...
Conception...
The missing...
The torture...
The madness...
The sadness...
Can this be?
Your power, is over!
I've come to change the order.
My training, is perfect!
I'm back, again!
Your promise, is broken!
I drank your sacred water.
My mission, is holy!
I'm back.
The hate I hate believing...
The hate I hate believing...
I never saw it coming...
I never saw it coming...
The hate I hate believing...
The hate I hate believing...
I never saw it coming...
I never saw it coming...
You have your orders, soldier...
Alex Theme, Silent Hill, Akira Yamaoka.
La luz le rodeaba, parecía que flotaba porque no sentía que sus pies estuvieran tocando superficie alguna. Se sentía en paz, lleno de cariño y seguridad. Por encima de su cabeza se alzaban nueve enormes caminos que la luz proyectaba, debajo de él había una espiral de tres brazos. El universo danzaba alrededor permitiéndole escuchar la música de la creación. Sonrió como un niño, apretando la mano que le sujetaba. Se volvió para ver el rostro de su hija quien le devolvió una cálida sonrisa antes de soltarle la mano empujándole con suavidad lejos de ella. Estiró sus brazos negándose a separarse pero la fuerza de arrastre fue mayor. A espaldas de su pequeña, una enorme sombra apareció envuelta en una armadura dorada que resaltaba su piel púrpura. Gritó.
-¡IDUNN! –Loki despertó de golpe, sentándose en la cama jadeando, con la frente perlada de sudor y un ligero temblor en el cuerpo. Fenrir, que dormía sobre la cama, se arrastró a él lamiendo su mejilla.
-Majestad, ¿se encuentra bien?
Eir llegó apurada para revisarle con un pañuelo limpiando el sudor de su rostro, bajando al perro que gruñó pero no se negó, pasando sus manos por su frente y vientre. El ojiverde las apartó de mala gana.
-Estoy bien.
-Ese viaje fue demasiado.
-No fue eso –en ese momento Loki se percató de que estaban sonando los cuernos del palacio- ¿Qué está ocurriendo?
-El Padre de Todo marcha a la batalla.
-¿Qué...? –trató de salir de la cama pero Eir se lo impidió- ¡Déjame verle!
-Él mismo ordenó que permaneciera en cama, Majestad.
-¡No soy...!
-Por favor –suplicó la sanadora.
Su mirada detuvo a Loki quien se tumbó sobre la cama tallándose el rostro. –Al menos quisiera beber agua.
-Enseguida, Majestad.
Volvió a incorporarse con ayuda de Eir quien le tendió la copa de agua fresca que bebió de golpe, calmando la ligera fiebre que había tenido por aquel sueño. Era de madrugada, tenía un par de horas que Thor había salido con los Vengadores hacia Vanaheim y ahora Odín, Padre de Todo también se unía a la batalla pese a que no estaba del todo recuperado.
-Descanse, milord.
Loki esperó a que ella saliera, dispuesto a ir con Odín para saber la razón de su marcha, sin embargo su cuerpo le pesó demasiado y se quedó dormido hasta que amaneció, dándose cuenta que Eir le había sedado a propósito. Gruñó cansado, aventando las pieles poniendo atención al exterior. Los cuernos no sonaban, eso indicaba que aún no regresaban. Se vistió aprisa, llamando a Sif que de inmediato estuvo a su lado.
-Eir me drogó –acusó.
-Recuerda que llevas una vida dentro de ti.
-¿Noticias?
-La pelea encrudeció. Solo sabemos eso. Alfheim envió apoyo hasta Vanaheim y Odín está en la parte sur rechazando una intrusión.
El ojiverde apretó sus labios, el miedo quería volver a dominarle. Los Otros poseían un temible ejército, el cual podría estarse abriendo paso hacia él.
-No van a llevarte –Sif pareció leerle el pensamiento.
-Tal vez solo me maten.
-Loki, eso no es gracioso.
-Lo siento –suspiró notando que llegaban unos consejeros que recibió- ¿Qué sucede?
-Han traído el obsequio de Alfheim.
Casi salió despedido hacia la sala donde esperaba una caja pequeña sobre la mesa, dentro estaba un diminuto y delgado frasco que brillaba con luz propia. La sangre del Oráculo. Apretándola entre sus dedos intentó una vez más que Idunn le escuchara sin éxito. Más frustrado que nunca, regresó al comedor donde terminó sus alimentos, ordenando que le dejaran solo en la recámara donde se encerró meditando que hacer mientras amarraba los listones del frasco alrededor del cuello del oso de peluche que abrazó sentándose frente a la chimenea. Un sopor volvió a apoderarse de su mente. El hijo de Thor era muy fuerte y le robaba las energías. Estaba a punto de quedarse completamente dormido cuando de nuevo sintió la sensación de que alguien le observaba. Abrió sus ojos, respingando en la silla, buscando de inmediato alrededor. Fenrir le miró confundido ladeando su rostro. La habitación estaba vacía. Frunció su ceño a punto de recostarse de nuevo en la silla cuando el perro ladró a un punto específico, corriendo a las puertas que rasguñó intentando salir. Con el corazón latiéndole a mil por hora, Loki le dejó ir para perseguirle por el palacio, sabiendo que Fenrir solo se ponía así cuando Lucky estaba cerca.
-Hija...
Llevando a Tedum en una mano, abrió las puertas del palacio al tiempo que escuchaba los cuernos sonar con un timbre más apurado, un llamado urgente. Los Einherjars comenzaron a moverse por los pasillos. Escuchó el ladrido de Fenrir no lejos, doblando hacia donde la cámara de tesoros de Odín cuando una mano le detuvo casi haciéndole trastabillar.
-Loki, ¿qué crees que haces? –fue Hogun quien le había detenido- Tenemos que irnos de aquí, hay una intrusión en la frontera.
No estaba solo, con él estaban los otros tres guerreros. Sif le miró asintiendo, acercándose a él cuando negó mirando hacia donde se perdían los ladridos del perro.
-Majestad, el palacio no es seguro.
-No, no, no. Tengo que ir con mi hija. ¡Está aquí! –tironeó del agarre de Hogun pero éste se negó a soltarle.
-Loki, no hay nadie, de haber una presencia se nos hubiera advertido –insistió la guerrera- Vámonos ya.
-¡No! ¡Mi hija! ¡Fenrir sabe...!
Sif intercambió una mirada con Volstagg quien asintió mirando al ojiverde. –Lo siento, Su Majestad pero hicimos una promesa a Thor.
-¿Qué? –Loki se volvió al tiempo que Volstagg le tomaba para echarlo sobre su hombro- ¡No! ¡Esperen! ¡Mi hija está aquí! ¡Idunn...! ¡No! ¡No! ¡IDUNN!
Llamó con todas sus fuerzas a su hija, golpeando la espalda de Volstagg con una mano sin soltar el peluche que llevaba en el cuello la sangre del Oráculo. El palacio tembló, varias columnas se resquebrajaron mientras corrían hacia las Skiff, tomando la más cercana cuando un disparo de cañón voló una cúpula del palacio. Loki abrió sus ojos, aquella arma pertenecía a los Chitauri. Volstagg le puso de pie dentro de la nave que salió a toda velocidad. Fue el primero de una serie de feroces ataques que no tuvieron compasión por el Valhalla, mientras ellos se dirigían hacia Heimdall.
-¿A dónde vamos? –quiso saber el ojiverde apretando el oso entre sus brazos.
-Alfheim, el Oráculo va a protegerte –respondió Sif viendo hacia el palacio- Loki, en estos precisos momentos eres el único regente con vida de Asgard y llevas contigo al heredero de Thor, a quien prometimos salvarles a toda costa.
-Sif, pero...
-¡Cuidado!
Todos cayeron al suelo cuando una ráfaga de energía oscura pasó cerca de sus cabezas. Loki no pudo evitar el temblor en su cuerpo al reconocer un arma de los Otros. Fandral hizo una seña a Sif quien le abrazó, protegiéndole con su escudo mientras aceleraban hacia el Bifrost que ya estaba preparado con el portal abierto. Otras naves Asgardianas estallaron ante los disparos de los Chitauri y los cañones de los Otros, Volstagg, Hogun y Fandral sacaron sus armas preparándose con sus escudos cuando tocaron el puente del Bifrost.
-Llévatelo, Sif –ordenó Fandral mirándoles antes de saltar de la nave con los otros dos.
-¡¿Qué creen que hacen?! –el ojiverde palideció al verles quedarse atrás para resistir al grupo de monstruos que ya los habían detectado- ¡Sif!
-Lo prometimos, Su Majestad.
-¡¿Están locos?!
Jadeó, aferrándose al brazo que le cubría, cuando tocaron la cúpula del Bifrost. Loki sintió sus ojos rozarse, aquellos tres iban a morir sin duda alguna y su cuerpo empezaba a desobedecerle por el temor creciente al percibir con mayor fuerza el aura de los Otros. El puente se rompió en dos. Una marea lo partió impulsaba por dos monstruosos generales que volaron directo hacia donde la guerrera y el ojiverde quien fue una vez más protegido, esta vez por los brazos de Heimdall cuando llegaron a la entrada de la cúpula. La doncella encaró a una de las bestias.
-¡SIF! ¡NOOOOO! –Loki respingó al sentir el rostro empaparse de sangre. Uno de los generales había atravesado el hombro del Heimdall con una garra retráctil.
El guardián del puente le empujó con fuerza señalando apenas el portal clavando su espada en el suelo antes de volverse hacia su rival. Loki apretó sus ojos en rabia, casi gateando para ir hacia la apertura, escuchando huesos romperse como las espadas de sus dueños. Se levantó únicamente para caer sobre sus espaldas con un quejido por lo brusco del movimiento, levantando una aterrorizada mirada al general cuyas cuencas vacías se clavaron en él, estirando una garra hacia su cuerpo. La cúpula estalló en esos momentos, con un aullido profundo y ronco. Los dos generales terminaron hechos trizas ante una lluvia de relámpagos que cayeron violentos sobre ellos, dejando en su lugar a un enorme huargo de fauces humeantes cuyos ojos Loki reconoció como un Fenrir transformado, levantando su mirada hacia el lomo donde Idunn se encontraba. Su hija portaba la armadura pero ésta lucía como si hubiera estado luchando con ella por siglos, sus cabellos se alborotaban al viento con sus cuernos más crecidos y retorciéndose a los costados de su cabeza. Llevaba en una mano el Cofre de los Viejos Inviernos.
-¡Idunn! –el ojiverde se puso de pie corriendo hacia ella, gimiendo al notar que había sangre escurriendo de sus ojos. Empezaba a morir- ¡IDUNN! ¡TIENES QUE BEBER ESTO, AHORA!
Tironeó de la capa de la pequeña que bajó su mirada hacia el oso de peluche que su madre le ofreció, rechazándolo para su angustiada sorpresa. Un nuevo temblor resquebrajó las columnas de soporte de la cúpula, atrayendo la atención por breves segundos del ojiverde quien sintió erizarse su piel al percibir la energía maligna de un grupo numeroso de Otros acercándose a gran velocidad que fueron pulverizados por una onda de energía de Idunn cuyo oído sangró. Loki le tironeó de su armadura.
-¡Detente! ¡Tienes que beber esto! ¡Te lo estoy ordenando! ¡BEBE ESTO! ¡BEBELO AHORA!
Idunn bajó sus párpados limpiando las lágrimas suplicantes de su madre con un pulgar. La cúpula volvió a estremecerse amenazando con caerse por completo. Chitauris en sus naves de caza trataron de acercarse, siendo despedazados por relámpagos. La niña levantó su mirada al cielo, bajando su mano para subir consigo a Loki detrás de ella destruyendo con un trueno un grupo de Otros frente a ellos que aparecieron del mar, disparándoles. Fenrir aulló de nuevo saltando del puente hacia el cielo. El ojiverde envolvió entre sus brazos a su hija sin soltar el oso de peluche mirando por encima del hombro como una mancha negra amorfa dejaba el palacio para perseguirles. Una lluvia de disparos, trampas de magia oscura y bestias salvajes cayeron sobre ellos. Idunn los rechazaba con una facilidad pasmosa, usando solamente una mano que llamaba a los truenos que caían sin misericordia alrededor de ellos mientras Fenrir brincaba los obstáculos tomando mayor velocidad. Loki tuvo que aferrarse a su pelaje para no caer, sin lograr que Idunn prestara atención al frasco delante de ella. Los ataques cesaron un momento antes de que la tierra comenzara a resquebrajarse, esta vez lo que caía sobre ellos eran rayos de energía púrpura. El ojiverde gritó ante la presencia cercana de Thanos, abrazando a su hija mirando alrededor, a lo lejos vio un resplandor dorado que una tormenta eléctrica seguía.
-¡THOR!
Fenrir aulló saltando cada vez más alto hasta llegar a la cima de una montaña de la cual casi resbala cuando el ataque del rayo destruyó su punta. Idunn rugió respondiendo al ataque, sus ojos ya sangraban con lágrimas que se combinaban con sus marcas azules.
-¡NO! ¡IDUNN POR FAVOR ESCÚCHAME! ¡TIENES QUE BEBER ESTO! –gritó casi afónico Loki pero de nuevo la niña rechazó el frasco.
Con un impulso que dejó un boquete en la montaña, Fenrir salió despedido hacia las alturas entrando a unas nubes oscuras donde Otros les esperaban junto con Chitauris. Idunn se encargó de todos ellos con el Cofre mientras descendían hacia tierras que Loki pudo reconocer.
El dominio de las Nornas.
Las grandes zancadas de Fenrir les llevaron hasta donde la fuente sin que encontraran a las Nornas por ningún lado. La pequeña bajó de golpe, caminando tranquilamente hacia la fuente de donde tomó agua que resbaló de su mentón con un tinte rojizo. Loki gruñó, bajando del enorme huargo y tomándole de los brazos al alcanzarle para hacer que le mirara a los ojos, inclinándose en cuclillas frente a ella con el Teddy en mano que sacudió con desesperación.
-¡Bebe esto!
Una vez más, Idunn rechazó el frasco, casi aventando a su madre a un lado cuando una ráfaga de energía púrpura vino a ellos sin piedad, abriendo fallas en el suelo rocoso y otras más cayendo sobre el tronco de Yggdrasill que comenzó a estremecerse. La niña rugió mostrando sus colmillos manchados de sangre, dejando en el suelo el Cofre de los Viejos Inviernos, saltando de golpe hacia la figura que se aproximó para el terror del ojiverde, quien sintió rebotar del suelo por la onda de choque provocada en el encuentro entre dos poderosos puños, uno de su hija y el otro de Thanos. Idunn se giró rápidamente dando una patada certera contra la mandíbula del titán quien le respondió con un puñetazo sobre su estómago. Ella solamente enterró sus garras en su pecho, abriendo parte de su armadura y dejando unas marcas sobre su piel púrpura. Los golpes fueron aumentando de velocidad como en brutalidad, mientras Loki llamaba a su hija buscando alrededor cómo ayudarla. Fenrir le protegía con su cuerpo, atento a los movimientos del titán. El puño sangrante de Idunn dio de lleno contra Thanos, haciéndole trastabillar hacia atrás, escupiendo un coágulo de sangre antes de sobarse, mirando con ojos entrecerrados a la pequeña que aún se mantenía firme frente a él.
-No vas a vencerme –sentenció Thanos- Ya estás muerta.
Eso hizo gemir al ojiverde que apretó el oso de peluche contra su pecho, sintiendo el corazón en los oídos. Ni el titán ni su hija se movían, retándose con la mirada, desafiándose francamente. Más Chitauris y Otros llegaron alrededor, los segundos preparando sus armas que dispararon contra Loki y su hija quien rugió levantando un campo eléctrico que los fulminó. El titán se carcajeó antes de lanzarse directo contra ella, dando un golpe contra su pecho que la estrelló contra el suelo, abriendo un profundo boquete donde la dejó inmóvil. Antes de que un segundo golpe cayera sobre la pequeña, un poderoso relámpago chocó sobre la espalda de Thanos, el cual fue enterrado con mayor profundidad cuando Mjolnir encontró su cuerpo de la mano del Dios del Trueno cuyo grito de rabia acompañó las descargas eléctricas que rodearon al titán ondeando el martillo en el aire para castigarle. Fenrir rugió lanzando una bocanada de energía humeante contra los Otros que intentaron acercárseles, protegiendo con su cuerpo al ojiverde de los disparos de cañones lejanos de Chitauris. Thor soportó el golpe directo de Thanos quien se irguió como si todos esos ataques y peleas no le restaran energías ni ánimos, castigando al Asgardiano, casi riendo al verle seguir combatiendo pese a que lo estaba lastimando seriamente.
Un rugido se escuchó. Idunn se levantó de entre los escombros para unirse a la pelea junto a su padre, llamando a más relámpagos como usando su propia energía en contra del titán. Las dos fuerzas unidas lanzaron metros atrás a Thanos. La pequeña cayó de rodillas, tosiendo sangre. Thor de inmediato fue hacia ella, levantándola en brazos buscando con la mirada a Loki quien se levantó detrás de Fenrir para correr a su lado, tomando a su hija en brazos. El suelo se hizo más inestable, empezando a salir despedido hacia el vacío alrededor de Yggdrasill cuyo tronco comenzó a resquebrajarse. Los monstruos que conformaban el ejército de Thanos se aproximaron, recibiendo los relámpagos del Dios del Trueno cuyo giro de martillo fue bruscamente detenido por un disparo certero que el titán hizo sobre su pecho, pero antes de que lo pudiera tocar, una mole verde se estrelló contra él al mismo tiempo que una descarga amarilla cayó sobre los Otros que intentaron rodear al ojiverde y su hija. Loki gritó a Thor, al verle caer pesadamente contra las rocas próximas que terminaron deshechas, mirando encima de su cabeza la furiosa batalla que ahora emprendían los Vengadores, bajando su ansiosa mirada hacia su hija, ella despertaba mirándole agotada. Fenrir aulló al ser despedido por el disparo de un cañón que abrió su pecho, lanzándolo contra Yggdrasill donde se perdió. Idunn tosió coágulos de sangre y su madre no perdió tiempo, depositándola en el suelo y poniendo a Tedum delante de ella, tomando su rostro.
-¡VAS A BEBERLO DE UNA MALDITA VEZ! –gimió desesperado.
La niña alejó su rostro, quitando de las manos de Loki el Teddy con el frasco que observó al fin y le miró fijamente abriendo la tapa para beberlo, ganándose un par de lágrimas de alivio de su madre a quien sorprendió tomando brutalmente su rostro para estamparle un beso, obligándole a beber la sangre del Oráculo en vez de ella. La fuerza del ojiverde no era rival para Idunn quien no le soltó hasta que la última gota hubiera pasado por su garganta, separándose para mirar aquellos labios manchados de su propia sangre.
-N-No... -tosió Loki.
Un temblor los separó violentamente, por la fractura del suelo de roca debido a la inestabilidad del árbol sagrado cuya onda de poder se hizo peligrosa. Loki gritó a su hija con la mirada nublada, mareado por el poder de la sangre sagrada, buscando a gatas a su hija la cual se levantó pesadamente regenerando en el acto los huesos que el ataque anterior de Thanos le había roto, tirando partes de su armadura que ya eran inservibles. Sangraba de oídos, ojos, nariz y boca. Loki estaba aterrado.
-¡NOOO! ¡IDUNN!
Ella buscó el perdido Cofre de Viejos Inviernos con la mirada, atrayéndolo con solo levantar su mano justo a tiempo para crear un golpe de poder en contra del grueso de monstruos que cayeron en esos momentos sobre ella. Los chillidos de los Chitauri les rodearon, de nuevo repelidos por Idunn quien luchó contra la nueva oleada de los Otros, evadiendo sus ataques. Todos sus atacantes salieron despedidos en una onda de choque, terminando pulverizados al acercarse demasiado a Yggdrasill que comenzó a perder brillo como si enfermara de súbito. Idunn colgó su cabeza agotada, cayendo de rodillas y palmas con el Cofre en una mano para horror de Loki quien trató de ir con ella. Uno de los generales se interpuso pero un relámpago lo pulverizó, dejando caer la espada que le había amenazado. Thor se erguía para volver a la pelea. El ojiverde tomó la espada sin dudarlo, comenzando a abrirse paso entre los soldados que cayeron como lluvia alrededor, camino hacia su hija que jadeaba con ojos entrecerrados. Todo comenzó a cimbrarse, el cielo tormentoso sobre ellos se tiñó por completo de negro. La pequeña alzó su cabeza observando con ojos exhaustos, luego a su madre por breves momentos cuando la temperatura bajó precipitadamente, dejando ver sus alientos. La Muerte llegaba.
El ejército invasor comenzó a ser diezmado, dejando solamente la presencia de Thanos, el cual fue rodeado por todos los Vengadores, recibiendo sus ataques al mismo tiempo. Loki cortó la cabeza del último monstruo, corriendo a su hija a la que abrazó. Idunn tuvo la fuerza de reír, besando la húmeda mejilla de su madre con profundo cariño. Fragmentos del suelo comenzaron a salir disparados entre llamaradas de fuego y energía decadente de Yggdrasill. El Dios del Trueno alcanzó a su familia que abrazó protector, recibiendo una caricia de su hija. Ni él ni Loki esperaron que ella les empujara con fuerza, alejándolos a tiempo cuando Thanos les atacó. El Cofre de los Viejos Inviernos creó un escudo protector alrededor de Iduun pero duró muy poco ante el golpe del titán. Los Vengadores yacían en el suelo. La pequeña levantó su mirada hacia su madre, dedicándole una sonrisa tierna antes de ser despedida por un fulminante ataque directo al vacío que rodeaba a la raíz de Yggdrasill. Las tinieblas comenzaron a caer, entre los fragmentos del suelo. Thor gritó con todas sus fuerzas al ver que Loki se lanzaba hacia Idunn para abrazarla intentando que no resbalara del precipicio, ambos cayendo a la nada.
Yggdrasill estalló en esos momentos.