Título: DANZA DE HIELO
Autora: Clumsykitty
Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.
Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.
Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.
Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.
Gracias por leerme.
CAPÍTULO 26. Fouetté.
Der Hölle Rache kocht in meinem Herzen,
¡La venganza del infierno hierve en mi corazón,
Tod und Verzweiflung flammet um mich her!
la muerte y la desesperación arden en mí!
... Verstossen sei auf ewig,
... Que te repudien siempre,
Verlassen sei auf ewig,
que te abandonen siempre,
Zertrümmert sei'n auf ewig
que te destruyan siempre,
Alle Bande der Natur...
todos los vínculos de la naturaleza...
... Hört, Rachegötter,
... ¡Oíd, dioses de la venganza,
Hört der Mutter Schwur!
Oíd el juramento de una madre!
Der Hölle Rache, Aria de la Reina de la Noche, Mozart.
La primera parte del plan era sencillo. Aprovechando la insaciable curiosidad de Tony Stark y sus dudas sobre Alfheim y Vanaheim no fue difícil convencerlos de viajar a éste último para confirmar o refutar lo dicho anteriormente en el comedor, planeando ya un contrataque, actuando su deseo de acompañarlos que sería negado pero cuya acción lo libraría de sospechas cuando ellos partieran casi enseguida dejando a Sif y los demás al ser su escolta personal. El paso siguiente era salir de Asgard sin ser detectados, no necesitaba sus poderes para ello porque conocía de memoria todos los recovecos del reino, aun considerando que hubiesen sido sellados, tenía en mente otras maneras de transportarse sin que Heimdall o el mismo Odín se dieran cuenta. El Padre de Todo era un obstáculo a resolver, pero en eso tuvo la ayuda de la guerrera, quien animó a aquél en la revisión del campamento norte, ultimando detalles para la inminente batalla, conociendo la inclinación de Odín por las peleas igual que su hijo.
Una vez que estuvieron libres de sus protectores, el pretexto de salir a cabalgar para refrescarse no levantó sospechas entre los consejeros y Einherjars. Tomando rápidos caballos, Loki y los cuatro guerreros salieron del palacio en dirección hacia los campos de altos pastos en la parte sur del palacio. Ahí dejaron a los animales para caminar, aparentemente disfrutando del paisaje cuando una explosión del otro lado atrajera la atención de Heimdall lo suficiente para tomar la roca saliente cuya entrada secreta los ocultaría bajo tierra, esperando por Fenrir quien también era cómplice de aquel plan que el ojiverde había organizado siendo el causante de la explosión. Los cinco bajaron por las escaleras talladas de roca hasta bajar al túnel que conducía a las fronteras en dirección a Alfheim, desviándose hasta encontrar de nuevo una entrada oculta entre dos gruesos y apilados bloques de roca tallada y de ahí hacia un portal en desuso.
-¿Funcionará? No quiero terminar en Hel –murmuró Sif quien estaba ataviada con toda su armadura igual que el resto.
-No tendré magia pero no perdí la memoria.
-Tenemos poco tiempo –apuró Hogun.
-Paciencia.
Loki armó las runas, esa clase de portal era igual al que había utilizado cuando huyeron del Ginnungagapdonde Thanos les tenía encarcelados, pero su debilidad y terror por ser recapturados le hicieron equivocarse de secuencia en las runas terminando afortunadamente en Midgard. Con destreza preparó el portal que se activó con un destello tímido que iluminó sus símbolos mágicos.
-Vamos.
Ahora entraba en acción la segunda parte del plan. Melinda May, el contacto de Sif en la Tierra, no tardó en aparecer una vez que el mensaje en código de la guerrera fuese enviado, llegando con una nave fantasma a recogerles en las altas montañas de Escocia donde habían aparecido. Luego de apuntar con sus armas a Loki antes de escuchar lo que su par Asgardiana tuviera que decirle para calmarla, se permitió enterarse de la historia del ojiverde recibiendo lametones de Fenrir como recompensa por su paciencia al conocer de sus motivos para aparecer así con los amigos de Thor de manera tan oculta, habiendo escogido de manera cuidadosa sus palabras con el fin de levantar su rabia contra sus objetivos, porque si había algo que la agente de Shield no consentía, eran las traiciones que además se cobraban el bienestar de seres inocentes. Los guerreros se prepararon con espadas y armas en sus manos mientras la nave les conducía hacia su destino no muy lejos de ahí.
-Tengo su localización, Loki, te complacerá saber que están juntos. No habrá que buscarlos por separado.
-Vamos –murmuró con veneno éste- Los hados están de nuestro lado.
-Haremos justicia –asintió Volstagg.
Volaron con discreción usando el escudo fantasma para no ser detectado por ninguna fuerza especial ni por el cuartel de los Vengadores. Loki no tenía tolerancia de tiempo, en cuanto Thor regresara de Vanaheim iba a buscarle por todos los reinos y Heimdall con seguridad le diría que estaba en Midgard, así que cuando llegaron al punto de destino, ordenó que la nave alejara a los testigos de la escena con un par de disparos de cañón y metralleta que de inmediato levantó el pánico despejando el área.
-No pueden salir, sellé las puertas –murmuró Melinda preparando sus armas- Son todos nuestros.
Loki endureció su mirada saliendo de la nave, acompañado de todos ellos que abrieron las puertas del complejo ahora vacío en dirección hacia el comedor donde la espía había encerrado a sus próximas víctimas. Fenrir gruñó mostrando los dientes.
-Pronto, pequeño, pronto.
Se detuvieron frente a las puertas dobles. Sif sujetó su escudo y espada mientras Melinda quitaba el seguro de sus armas antes de sacar la tarjeta que deslizó en un costado, pateando enseguida las puertas.
-¡¿Qué...?!
El filo de la hoja blanca que pertenecía a la doncella guerrera danzó en el aire, cortando la cabeza de Erick Selvig cuyo cuerpo cayó al suelo formando un charco de sangre. Fenrir cayó sobre él, atacándolo a mordidas para despedazar su cuerpo entre los gritos histéricos de Jane Foster.
-¡Eres un asesino! –gritó al ojiverde mirando desolada a la guerrera- ¡Sif! ¡Hogun! ¡Volstagg! ¡Fandral! ¡¿Qué están haciendo?!
Recibió un empellón con el escudo de la guerrera que la lanzó contra Melinda la cual le disparó en el hombro antes de romperle la nariz. Loki sonrió caminando lentamente con Fenrir manchado de sangre que escurría de sangre gruñendo hacia la joven golpeada una y otra vez por sus guerreros quienes no tuvieron compasión hasta dejarla a punto de la inconsciencia, tirada contra la pared con un rastro de sangre, dientes y pedazos de huesos fracturados.
-¿Cuánto dolor, no es así, Jane Foster? Pero no es nada comparado con lo que hiciste.
La científica lloró arrastrándose hasta quedar por completo pegada de la espalda contra la pared viendo con ojos aterrados cómo el ojiverde se le acercó.
-Siempre me pareciste débil, inestable. Una mujer que no sabe lo que quiere pero desea abarcarlo todo. Es increíble que llegué a considerar que merecías estar con Thor. Pero aquella vez cuando me golpeaste en nombre de Nueva York con tal desaire solamente fue una bravuconada para quedar bien con él, ¿cierto? Si hubiéramos estado en las mismas condiciones otro hubiera sido el resultado.
Fenrir le gruñó a punto de morderle un pie que encogió. Jane observó alrededor buscando piedad en las implacables figuras que le observaron frío desprecio.
-¿Cómo ibas a ser la mujer que Thor abandonó? ¿La Jane Foster que sobrevivió a Malekith? Niña tonta, se te olvida que yo te salvé, ¡te salvé cuando no lo merecías! ¡Frigga murió por tu maldita culpa! ¡Y no te bastó con eso! ¡Tenías que arrebatarme a mi hija!
-Esta mortal no merece vuestras palabras, Majestad –dijo con calma Fandral.
-... pero...
Loki rugió entrecerrando sus ojos. –Usaste al ingenuo de Erick Selvig para tratar de encontrarme, zorra barata, y dejaste los rastros a merced de aquellos monstruos. Querías verme sufrir, ¿no es cierto? Lady Sif te dijo que Thor te había cambiado por mí y quisiste arrebatármelo para que volviera a tu lado. Siempre buscando tu beneficio, meretriz del infierno. ¡Y por tu maldito egoísmo perdí a mi niña! ¡Perdí a mi hija...! –el ojiverde apretó sus puños contra ella.
-La hija de Thor –comentó como si nada Melinda alzando sus cejas.
La mirada de Jane Foster a través de sus párpados hinchados por los golpes hizo sonreír a Loki quien abrió sus brazos en un gesto burlón.
-Sí, Jane, pero era algo que ya sabías ¿no es así?, Thor está conmigo. Tú ya solo eres una sombra en sus recuerdos, algo sin importancia que se perderá en la indiferencia del pasado. Ahora tiene alguien a su lado que vale la pena y no una miserable mortal, patética.
Jane trató de alcanzar un teléfono de la pared pero un cuchillo de Hogun cortó su intención, haciendo que la joven gritara pidiendo clemencia. Loki bufó mirándole de arriba abajo. No la iba a dejar ir tan rápido, quería humillarla, destrozarla antes de darle su golpe final. Los gritos de terror de Lucky y su huida avivaron su rabia.
-...n-no... yo...
-Tú sí, ramera hipócrita. Por tus bajos impulsos tenemos una hija ausente, por tus malditos celos de amante frustrada una niña inocente ha perdido los años de vida que tenía por delante. Guerreros míos.
-Con gusto –replicaron éstos.
Una nueva ola de ataque cayó sobre Jane Foster bajo la mirada complaciente de Loki quien animó a Fenrir a que también la atacara. Pero no la asesinaron. Cuando la tortura terminó y quedó satisfecho con aquel cuerpo maltrecho que un día fuese el objeto de cariño del padre de sus hijos se acercó sacando de su túnica una daga encantada.
-La muerte es demasiado buena para ti, Jane Foster. Vas a lamentar lo que me has hecho y lo harás de ahora en adelante. Te condeno al sufrimiento eterno, la desesperanza de no recibir la muerte y las pesadillas de la culpa y el remordimiento tragando tu alma para vomitarla después. Te condeno a una vida de tortura en cuerpo y alma en Hel. ¡Yo te maldigo Jane Foster!
Clavó la daga en el corazón de la joven que solo lanzó un gemido ahogado, convulsionándose mientras su cuerpo era consumido por tinieblas que la arrastrarían hasta lo más profundo del Hel donde sería presa de los más horrendos castigos hasta el fin de los tiempos. No había pasado en vano sus horas en la biblioteca del palacio buscando un objeto que culminara su venganza, mientras Thor buscaba la cura para su hija.
-Salgamos de aquí –Sif guardó su espada luego de sacudirla para limpiarla de la sangre de la científica- Su Majestad debe volver.
-Mi parte favorita, borrar evidencias –sonrió Melinda.
El comedor estalló carbonizando el cuerpo decapitado de Erick Selvig, desapareciendo huellas de su visita junto con las cámaras y cuanto circuito de seguridad les delatara. Melinda tomó los controles para llevarles de vuelta a Escocia cuando Loki posó una mano sobre su hombro.
-Quisiera hacer una desviación.
-¿A dónde?
-Su Majestad, esto no fue lo acordado –reclamó Volstagg.
-No tardaré, solo necesito buscar algo.
-Yo no tengo problema –respondió la agente sonriendo- ¿Tienes la dirección?
-Sí.
Sif le dedicó una mirada al ojiverde quien le sonrió en respuesta. La nave se dirigió hacia la isla, aterrizando donde antes fuese la pista del Quinjet, con eso Melinda se despidió de ellos pues desde ahí regresarían a Asgard con ayuda de Heimdall. Los cuatro guerreros miraron la isla con un nudo en la garganta. Lo que antes fuese una hermosa y tranquila isla tropical ahora no era más que tierras yermas de pastos carbonizados, árboles destrozados con un silencio cargado de tristeza. La casa estaba rodeada de una cinta amarilla con indicadores de pistas que habían sido puestos por los investigadores del cuartel luego del incidente igual que una escena policíaca.
Loki apretó sus puños al ver el techo destrozado de la casa, con trazos de relámpagos en los muros igual que cicatrices negras cuyo aroma aún perduraba. Entró a paso lento, pisando los restos de vidrios de los ventanales, astillas de madera y partes de muebles que terminaron hechos girones, deteniéndose en la sala con la vista clavada en aquella marca de sangre que no había sido borrada todavía con la cinta amarilla sujeta de manera irregular formando un cuadrado alrededor y anotaciones en el suelo. Las pisadas del general también se habían quedado marcadas en la loseta de la sala, y su energía persistía como el aroma a quemado. Sif se estremeció.
-Por los dioses... Loki, debemos irnos.
-Espera.
Buscó con la mirada, recordando el ataque, los gritos de su hija, el dolor de las garras del general, la ira que consumió a Lucky quien había sido causante de la mayoría de los destrozos de la casa y la isla al ya no controlar su poder. Se dirigió con paso medido hacia la barra de la cocina. Su hija estaba preparando unos panqueques multicolores para Thor. No pudo seguir caminando al sentir un aguijonazo en el pecho, Fenrir gimió lamiendo su mano y tallándose contra él.
-Loki, este lugar no es bueno para ti –habló despacio Hogun.
Él levantó una mano volviendo en sí, buscando en el suelo, justo detrás de una silla tirada de madera encontró lo que buscaba, rodeado de la cinta amarilla que rompió al inclinarse a tomarlo. El oso de peluche, Tedum, que estaba sucio y quemado de una oreja. Lo levantó con cuidado, acariciando aquella tela esponjosa aunque maltrecha del juguete sin un ojo que siempre acompañó a su pequeña desde su despertar con los Vengadores. Jamás lo había soltado a excepción del ataque a Jane Foster a quien maldijo una vez más, sus ojos se humedecieron apretando su mandíbula al incorporarse con el Teddy apretándolo contra su pecho. De no haber sido por aquella traición, por ese simple deseo avaro, su hija seguiría en la isla haciendo miles de destrozos y quizá, esperando a que su cura llegara. Aún tenía unos años de respaldo antes de que su blindaje dejara de funcionar, muchas cosas pudieron haber pasado en ese lapso de tiempo, oportunidades que ahora Lucky no tenía. El ojiverde llevó la cabeza del oso de peluche a sus labios dejando caer un par de lágrimas mirando alrededor.
-Loki –insistió Sif, más convencida que nunca que Jane Foster se merecía lo que había recibido, cuando ella había confiado en su humanidad y buen juicio.
La casa se estremeció ante la apertura del Bifrost justo en el porche. Thor acompañado de Vision aparecieron buscándoles y el Dios del Trueno no se veía ni remotamente complacido de encontrarles dentro.
-¡Sif! –rugió- ¡¿Qué se supone están haciendo aquí?!
Ella bajó su cabeza al tiempo que Loki se daba media vuelta para encararle. –Yo les ordené que me trajeran aquí.
-¿Por qué? –Thor se le acercó observando al Teddy entre sus manos, sujetándolas en esos momentos- No están seguros aquí, ni deseo que permanezcan un minuto más. Hay malos recuerdos aquí.
-He acabado con la vida de Erick Selvig y enviado al Hel en cuerpo y alma a Jane Foster –soltó el ojiverde mirando a la nada, pasando saliva- Ellos fueron quienes nos traicionaron.
El Dios del Trueno le soltó ante la confesión observándole incrédulo, girándose a Sif quien asintió lentamente. Se hizo un silencio crudo entre ellos, al que se unió el pesado de la isla con el silbido del viento entre los destrozos.
-Ella aún te quería... y no soportaba la idea de que pasaras tiempo conmigo en vez de ella. Que estuvieras buscando una hija en vez de tratar de concebir uno con ella –Loki miró el oso de peluche acariciando el hueco donde faltaba su ojo- Se aprovechó de la autoridad de Erick Selvig para encontrarnos, así pudo entrar en el sistema de Viernes y así...
Thor le miró fijamente con el ceño fruncido. Sus brazos le rodearon enseguida besando su sien sin hacerse más preguntas. Las haría después.
-Suficiente. No podemos estar más aquí.
Sin soltar al ojiverde, se reunieron en el círculo que los llevó de vuelta a Asgard sin mayores incidentes. El camino de regreso fue de absoluto silencio entre los siete, cosa que notaron enseguida el resto de los Vengadores que les alcanzaron a medio camino al enterarse que volvían. Esta vez ni siquiera Tony Stark se atrevió a hablar al sentir el ambiente tenso entre Thor y Loki. Notaron el oso Teddy, aumentando más lo pesado del aire.
-Sif –habló al fin Thor- Si aprecias tu vida me dirás ahora mismo y sin omisiones qué fue lo que sucedió, desde el comienzo.
Loki miró de reojo al rubio apretando a Tedum contra su pecho. Thor no había querido preguntarle directamente. Estaba realmente furioso con él.
-Creo que será mejor que... -Bruce hizo un gesto para dejarles en aquella sala.
-No –tronó la voz del otro- Quiero testigos.
Nadie movió ni un músculo. Sif se quitó su casco tomando aire sin ver a su amigo con la vista fija en el piso. Descansó una mano sobre el mango de su espada y otra abrazando contra su costado el caso plateado.
-Todo comenzó cuando tú te ausentabas demasiado en Midgard y evadías mis preguntas hasta aquel día en que escuché palabras que no creí, así que decidí buscar mis propias respuestas. Hice tres visitas a la Tierra en busca de Loki. En ninguna de las tres tuve éxito pero eso abrió la puerta a la traición que desembocó en la pérdida de la heredera de Asgard y el ataque perpetuado en la isla. Desde la primera visita, yo hablé con Jane Foster creyendo que su sentido de justicia, honor y verdad no iban a comprometer mi misión ni tampoco lo que pudiera encontrar. Me equivoqué, siendo demasiado confiada al no darme cuenta que en la última visita ella ya tenía idea de aquella isla donde protegías a Loki y a tu hija. El Otro que me estuvo siguiendo todo ese tiempo se dio por enterado. Así llegaron con ellos. Si ella me hubiera dicho lo que sabía, tú habrías traído sana y salva tu familia al ver comprometida su seguridad. Pero calló para ser ella quien hiciera la revelación del refugio y la fachada alrededor, junto con Erick Selvig, cuyas pesquisas le permitieron acercarse lo suficiente a los Otros hacia aquel lugar. Luego de lo ocurrido, yo también fui herida por uno de esos monstruos, eso hizo que cambiara mi opinión con respecto a Loki a quien le pedí perdón por mi indirecta forma de haber causado tal tragedia, como lo hicieron mis pares Volstagg, Fandral y Hogun. Para nuestra redención juramos servirle y fue como así que comenzamos a indagar hasta dar con Jane Foster y Erick Selvig como culpables inmediatos. Mientras ustedes estaban ocupados en Vanaheim aprovechamos para viajar a escondidas hacia Midgard donde mi espada cortó la cabeza del doctor Selvig y torturamos el cuerpo de Jane Foster antes de que Loki la enviara a Hel.
Steve intercambió una mirada con Tony quien no daba créditos a sus oídos. Vision y Wanda observaban a Thor mientras que Bruce estaba preocupado por Loki que permanecía de pie abrazando el oso de peluche con Fenrir pegado a su pierna de orejas caídas. El Dios del Trueno salió entre zancadas de la habitación.
-Okay, pudo haber sido peor –Tony se mesó sus cabellos.
-Mentiría si dijera que la acción fue más que brutal pero... -Vision miró a todos- Tampoco es que hubiera injusticia.
-Loki –llamó Steve- ¿Por qué desconfiaste en nosotros para esto?
-Quería hacerlo yo mismo. Por Lucky –musitó el ojiverde sintiendo el corazón oprimírsele al ver como su pareja se marchaba sin dirigirle una mirada siquiera.
-Fue absolutamente una acción arriesgada, ¿y si te hubieran estado esperando? –reclamó Stark tomando aire- No quiero ser grosero, pero necesito que entiendas ese lado de la moneda.
-Tenía que probar yo mismo el saber de su dolor, quería que...
-Loki, Loki –le detuvo Wanda- Necesitas hablar con Thor. No con nosotros.
-¿Por qué no...? Okay, con Thor. Anda, Esmeralda. Sif y los muchachos necesitan una buena copa de vino.
El ojiverde salió de ahí acompañado de Fenrir, con el Teddy en mano buscando a Thor quien había salido del palacio sin dar explicaciones de su partida. Se encontró con Odín en un pasillo, el Padre de Todo notó el oso de peluche.
-¿De Idunn?
-Sí.
-Thor regresará, espéralo en sus aposentos, hijo mío.
-¿Hice tan mal?
-No, si algo así hubiera sucedido a uno de ustedes... quizá Yggdrasill hubiera perdido una rama que yo mismo hubiera cortado. Pero no hay respuestas tajantes, Loki. Esto no es tan sencillo y lo deberás arreglar con tu consorte cuando vuelva.
Eso no sucedió sino hasta el anochecer cuando Thor hubiera desquitado por completo su rabia cazando monstruos gigantescos. Llegó con la capa rota, manchada como su armadura con heridas en el rostro y brazos con una mirada que daba a entender que no deseaba ser interrogado o detenido en su andar hacia la recámara donde Loki le esperaba sentado en una silla frente a la chimenea.
-Thor –se puso de pie al escuchar las puertas abrirse.
Mjolnir fue dejado de mala gana sobre una mesa de la cual tomó vino sin mirarle. Loki pasó saliva mirando el Teddy ahora dentro del cofre donde estuviera la armadura de su hija.
-Yo confío en ti...
-¡No, no lo haces! –el Dios del Trueno azotó su copa que luego lanzó a la chimenea en un ataque de frustración- Yo te dije que me permitieras ser el conducto de tu venganza, pero elegiste hacerme a un lado, exponiéndote no solo tú, también a nuestro hijo a un posible ataque del que pudieron resultar muertos. ¿Es así cómo quieres ayudar a nuestra hija perdida? ¿Empeorando las cosas?
-¿Es porque asesiné a Jane Foster, verdad? –murmuró el ojiverde apretando su puños con sus ojos entrecerrados- Apreciabas a esa mujer.
-¡Insensateces, Loki!
-No, si hubiese sido alguien más no te hubiera importado.
-¿Y cómo se supone que no iba a importarme?
Loki abrió sus ojos, luego frunciendo su ceño, herido. –Tú mismo lo dijiste...
El sonido de un poderoso cuerno alertó a toda Asgard. Tocaron a su puerta llamando de urgencia a Thor, había un ataque en Vanaheim y se había divisado un ejército de las sombras en dirección a ellos. Loki se volvió al Dios del Trueno que salió dándole la espalda. Cerró sus ojos intentando no sentirse abrumado pero fue imposible. Fenrir apareció debajo de la cama para lamer su rostro cuando se dejó caer a media recámara mientras todo el palacio se preparaba. Recuperando sus fuerzas, el ojiverde salió buscando a los Vengadores que ya se dirigían junto a Thor hacia el camino a Vanaheim.
-¿Estarás bien? –Vision fue quien le hizo la pregunta.
Los relámpagos se llevaron a Thor y bajó la vista asintiendo. Wanda le abrazó con fuerza acariciando su espalda. Steve hizo lo mismo mientras que Tony palmeó su cabeza. Hubo un rugido antes de que apareciera Hulk y su grueso dedo levantara su mentón para que le viera.
-Vivir –le dijo con aquella voz ronca.
Loki levantó en el acto sus manos sujetando aquella enorme mano como si quisiera detenerle, dejándole ir con renuencia. Sif llegó a su lado cuando todos se hubieran marchado.
-Lo lamento.
-Es mi segunda pelea matrimonial –quiso bromear pero su voz estaba lastimada.
-Debes descansar.
Con un último vistazo al horizonte que se tragó el ejército Asgardiano, Loki se dio media vuelta para entrar al palacio.