Danza de Hielo

By aclumsykitty

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Una danza por la verdad, la libertad y la promesa de un nuevo comienzo. Thorki. More

Inicio
Adagio
Obertura
Allegro
Secco
Arabesque
Acompagnato
Assemblé
Aria
Aria (continuación)
Attitude
Coros
Balance
Balance (continuación)
Melodía
Ecarté
Armonía
Ballon Pas
Sonata
Brissé
Motivo
Devant
Entrechat
Timbre
Timbre (parte dos)
Fouetté
Compás
Pas de Deux
Marcha Final
Epílogo

Matiz

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By aclumsykitty

Título: DANZA DE HIELO

Autora: Clumsykitty

Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.

Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.

Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.

Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.

Gracias por leerme.


CAPÍTULO 22. Matiz.

Hello darkness, my old friend,
I've come to talk with you again,
Because a vision softly creeping,
Left its seeds while I was sleeping,
And the vision that was planted in my brain
Still remains
Within the sound of silence.

The sound of silence, Simon & Garfunkel.


Ahora que el invierno llegaba a su término en la isla, el clima era más fresco y a veces frío si el invento de Tony volvía a cumplir el capricho de Lucky de nevar una vez más. Las aves de temporada habían emigrado al lugar, provenientes de zonas más cálidas y la flora se preparaba para el cambio en primavera. Existía un ambiente de quietud que a Loki le gustaba, más acorde a su temperamento que la escandalosa e hiperactiva vida durante el resto del año. Con su hija cada vez más independiente y exploradora, sin contar sus pequeñas misiones como Vengadora, tenía más tiempo para sí mismo, sus cabalgatas, libros y descansos, particularmente aquellos que involucraban a cierto Asgardiano que volvía de su estancia como rey de los Nueve Reinos.

-¿Todo en orden, Majestad? –le preguntó muy formal.

-Sin novedades, Majestad.

Loki negó tumbado sobre un sofá con un libro sobre el regazo, mirando desde la puerta de la sala de descanso cómo Thor dejaba Mjolnir sobre una repisa antes de llegar a su lado, besándole suavemente, pidiendo espacio que el ojiverde le concedió, irguiéndose para darle ese lugar, permitiendo que tomara asiento de tal forma que ahora se recostaba sobre el regazo del Asgardiano ayudado por un almohadón. El rubio acarició su rostro posando una mano sobre su vientre.

-¿Cómo está?

-Deberás preguntarle a Lucky, yo aún no puedo percibirle.

-¿Y tú?

-Bastante bien, gracias.

-Con apetito según veo –rió el Dios del Trueno percatándose del plato con frutas sobre el taburete junto al sofá, estirando una mano para tomar una cereza- Permíteme alimentarte, mi soberano.

-Al fin tu cerebro se ilumina.

El ojiverde arqueó una ceja cuando vio a su pareja levantar aquel fruto que se llevó a la boca, inclinándose sobre él. Sonrió aceptando compartir aquella cereza que ambos mordieron en un beso largo, pausado que luego se profundizó hasta que no hubo rastro de la cereza.

-Mmm, me agrada cómo lo haces, Asgardiano.

-Si Su Majestad me lo permite, puedo repetir la experiencia.

-Permiso concedido.

Loki rió tranquilamente dejándose consentir por el rubio quien terminó las cerezas, mirando complacido como aquellos labios terminaron con un tono rosado y brillante por sus besos que repartió ahora por todo su rostro con una mano acariciando sus cabellos largos mientras la otra sobaba en círculos su abdomen, pensando en aquel pequeño que nacería.

-Thor, ¿qué te agobia? –Loki le miró serio. Aún no olvidaba cómo se había marchado a Asgard aquel día que supo que llevaba otro hijo suyo.

-Nada, mi amor.

-Lucky sabe mentir mejor.

-¿Acaso nuestra hija ha aprendido a mentir?

-No trates de desviar el tema.

-Es imposible con alguien como tú.

Cerrando el libro sobre su pecho, el ojiverde levantó una mano tocando un pómulo del guerrero que besó sus dedos.

-Dime.

-Asuntos de Asgard sin importancia.

-Esfuérzate más.

Thor apartó unos mechones sueltos de su frente. –He peleado con Sif.

-¿Por nosotros?

-Claro que...

-Claro que sí –le interrumpió Loki- No es tan despistada como tú para no preguntarse qué cosas estás haciendo en Midgard por tanto tiempo. Oficialmente soy un prisionero de los Vengadores y no olvido su promesa de hacerme pagar los daños causados... aunque no es la única con ese tipo de promesa, me temo.

-Loki... -el Dios del Trueno le abrazó posesivo- No permitiré que te hagan daño.

-¿Aunque pierdas todo por ello?

-Nuestros hijos y tú son lo único que me importa. Y lo que me suceda es nada comparado con lo que has tenido que soportar ustedes dos.

El ojiverde calló por unos momentos, su mano dibujó los contornos de la armadura del Asgardiano apretando después la mano más cercana que le sujetaba.

-Nunca nos aceptarán.

-Por eso no les verán en Asgard.

-Y por eso perderás el trono y ellos a un gran rey.

-Cuidado con lo que estás insinuando, Loki. Me tienes en baja estima si crees que voy a abandonarles frente a esa clase de presiones.

Loki frunció su ceño mirando hacia la ventana. Era una disyuntiva que no podía dejar pendiente, el deber de Thor como protector de los Nueve Reinos o su felicidad a su lado. Tenía razones de sobra para ser lo suficientemente egoísta y dejar a todos a su suerte quedándose con él, eso era precisamente lo que empujaba sus pensamientos en la dirección contraria. Así como los Vengadores necesitaban de su martillo y su poder, no podía dejar solo a Odín con aquel peso del trono cuando el ataque del ejército de las sombras había mermado a los gobernantes y su descendencia, necesitando nuevas familias que florecer en un ambiente de paz duradera que solamente un regente como el Dios del Trueno podía traer. Una mano gentil tomó su mentón haciéndole volver la vista hacia los ojos azules de su pareja.

-No puedo abandonarles, sería mi muerte.

-No quiero que lo hagas –susurró Loki- Pero ya he hecho tanto daño y ahora la situación...

-Ssshh –Thor puso un dedo sobre sus labios- Te prohíbo siquiera que lo pienses.

-No puedes prohibirme nada.

-Soy tu rey, puedo hacerlo.

-También soy rey.

-Entonces tenemos un problema –rió el rubio acariciando su mejilla con su pulgar- Entiéndelo de una vez en esa orgullosa cabecita, no voy a dejarles. ¿Cómo mediaré el resto? No tengo idea o plan en mente para ello, sin embargo, si ustedes tres están conmigo, sé que podré salir airoso. Si me faltan, entonces realmente todo se perderá.

-Eres el necio más grande que he conocido.

-Y tú el orgulloso más hermoso que he conocido.

-Lisonjero.

-Embustero –Thor le besó- Te amo, Loki.

Eso sacó un suspiro del ojiverde que giró su rostro de nuevo a la ventana que daba al bosque al escuchar los gritos de Lucky acompañados de ladridos que se acercaban a gran velocidad. Fenrir apareció ladrándoles a través del vidrio con una cola girando veloz, brincando para llamar a la niña quien gritó al ver de vuelta a su padre, abriendo la puerta corrediza del ventanal y lanzándose a sus brazos por encima de su madre que se quejó.

-¡Lucky!

-¡PAPI!

-Despacio, mi princesa –rió Thor recibiendo besos en sus mejillas- Recuerda a tu hermanito.

-Ou... -Lucky se tapó la boca mirando a Loki a quien besó en su frente- Lo siento, mami.

Apoyó su cabeza de lado sobre su abdomen para escuchar, ambos padres levantaron sus cejas esperando por otra revelación.

-Está dormidito.

-Cosa que deberás hacer tú en escasos minutos, jovencita. ¿Ya viste la hora que es?

-Papá, mamá quiere mandarme a dormir muy temprano. El sol todavía no se oculta.

-Tramposa, bien sabes que el día dura más en esta isla –le regañó el ojiverde.

-Has encontrado a tu rival, vida mía.

Lucky rió abrazando a su oso de peluche. –Papi, papi, ¿te gusta como adorné mis cuernitos? –dio un giro sobre un talón mostrando las flores y listones que había enredado en sus cuernos.

-Te ves hermosa como la princesa que eres.

-Mamá no quiso que le pusiera flores –acusó de inmediato.

Thor arqueó una ceja mirando a Loki quien le dedicó una mirada de advertencia, haciéndole reír antes de inclinarse a besar sus labios.

-Será otro día, princesa.

La pequeña sonrió ante la promesa luego abriendo sus ojos al recordar. -¡Papi! ¿Quieres que te prepare unos deliciosos panqueques joroschó?

-Estaré más que complacido, hija –asintió Thor riendo al ver cómo salía a toda velocidad de ahí hacia la cocina con Fenrir siempre haciendo escándalo y Jarvis dando recomendaciones de seguridad- ¿Qué significa esa palabra "joroschó"?

-Lo sacó de alguno de los cientos de libros que ha devorado.

-¿Qué clase de libros poseen tales palabras?

-Tenía un control sobre ello pero Stark tenía que enseñarle sus mañas y ahora accede a toda clase de lecturas, Thor.

-Hablaré con Tony.

-No estaba acusándolo, te estaba previniendo –bromeó el ojiverde mirándole tan fijamente que el otro parpadeó.

-¿Qué sucede?

-Dilo de nuevo.

-¿Decir qué?

-Lo que dijiste.

-Dije muchas cosas.

Loki bufó tratando de ponerse de pie, siendo detenido por el Asgardiano que le atrapó entre sus brazos besándole hasta dejarle sin aliento.

-Te amo, Loki.

-¿Ves cómo no era tan difícil?

-Es tu turno.

-¿Turno para qué? –Loki rió al ver su cara, besándole un par de veces- Debes ganarte ese privilegio, Thor Odinson. Y ahora vamos con nuestra hija o Jarvis se volverá loco.

-"Gracias, señor"

El Dios del Trueno sonrió, gustaba de esos juegos. Se levantaron para ir hacia la cocina donde Lucky se había llenado ya de harina preparando en varios trastes sus mezclas coloridas haciendo todo un desastre sobre la barra incluido el suelo donde Fenrir lamía el azúcar y otros ingredientes.

-¡Lucky! –volvió a amonestarle su madre- Dijiste que solo serían panqueques.

-Panqueques joroschó.

-Trae acá, Thor alcánzame un trapo para limpiar.

-Enseguida... -el rubio se giró buscando, notando entonces una presencia- Fury.

Lo que sucedió a continuación fue más veloz que los propios pensamientos de Loki quien se quedó paralizado de terror cuando escuchó a Thor mencionar el nombre de Nick Fury quien bajo ninguna circunstancia pisaba la isla como parte de los protocolos de seguridad. Si estaba ahí, entonces no era el verdadero director de los Vengadores y eso solamente podía significar una cosa: les habían encontrado al fin. En el preciso momento en que el rubio dijo aquel nombre, salió disparado fuera de la casa haciendo un boquete que se llevó buena parte de la estructura de la cocina. Loki abrazó a Lucky tirándose al suelo para protegerla de los escombros temblando de pies a cabeza, con Fenrir ladrando con furia hacia la presencia que dio pasos lentos hacia ellos. El ojiverde trastabilló al mover a su hija para empujarla lejos de él justo en el momento cuando una mano tiró de sus cabellos jalándole hacia la sala, chocando de espaldas con uno de los sillones. Jarvis estaba desconectado y la fuente de energía se quemó cuando el intruso tronó sus dedos, rompiendo por completo los sellos mágicos que protegían la isla. Afuera comenzó a llover.

-Loki.

Los cristales de la casa estallaron ante una onda de poder que además fracturó paredes y muebles así como la armadura de la pequeña. La figura del director Nick Fury se transformó en un alto y espigado ser de piel translúcida, garras negras y una armadura con bozal de metal que dejaba entrever una sonrisa macabra de colmillos plateados. Uno de los generales de la infame raza de los Otros, heraldos de Thanos. Sus patas cubiertas por botas metálicas con puntas de garra arañaron el piso dejando quemaduras. Fenrir se le lanzó con Lucky gritando de terror con un brazo extendido hacia su madre. El ojiverde respingó al escuchar el chillido del perro que terminó teniendo la misma suerte que Thor, rompiendo uno de los ventanales y chocando con el árbol que fuese objeto de decoraciones navideñas. Aquel general pronunció palabras malditas que cobraron la vida de los animales y plantas de la isla que se llenó de aullidos de dolor, girándose sobre sus talones huesudos clavando su mirada de cuencas vacías hacia la niña.

-¡Idunn huye! ¡HUYE! –gritó Loki al ver que todo alrededor se oscurecía y que al menos una docena de Otros caían de la nada rodeándoles.

Ella no pareció escuchar a su madre quien fue sujetado por el cuello, asfixiándole por la garra delgada, deforme pero con una fuerza sobrehumana del general que además impregnó de dolor a su víctima. Cadenas y grilletes aparecieron en las garras de los soldados con risas macabras, huecas y que prometían un nuevo infierno.

-No hay donde huir.

Loki gimió sofocado al sentir de nuevo aquel latigazo de dolor que recorrió su cuerpo, temblando de pies a cabeza. El general le izó en el aire, analizándole unos segundos antes de reír despectivo.

-Bien hecho, monstruo Jotun, le has dado al Amo una nueva criatura. Tal vez no te torturemos tanto esta vez, llevas un tesoro valioso e intacto...

Su garra libre se extendió sobre su vientre, clavando de golpe aquellas uñas negras que atravesaron las ropas y piel del ojiverde que trató de pelear, estremeciéndose al sentir como el general trataba de alcanzar a su hijo. Sus lágrimas resbalaron hacia la mano que le ahorcaba mientras los soldados ya se acercaban a la pequeña. Un rugido feroz se escuchó, desapareciendo las cadenas y grilletes con un estallido que cobró también la vida de los sirvientes del general, dejando solamente manchas grotescas en el suelo.

-¡NO LO TOQUES! ¡NO TE ATREVAS A TOCARLO! ¡DÉJALO! ¡DÉJALOOOOOO!

El monstruo soltó a Loki a tiempo para levantar un escudo cuando un relámpago atentó contra su vida, rechazándolo. Mientras el ojiverde caía al suelo tosiendo y sujetándose el vientre malherido, Idunn rugió saltando sobre el general que la rechazó con un puñetazo que la lanzó al suelo resquebrajándolo por la violencia del impacto. La mirada de la niña se llenó de rabia pura, un hilo de sangre corrió de sus labios partidos, lanzándose de nuevo contra el monstruo que rió tranquilamente, pateándola esta vez antes de alcanzar a Loki por la nuca haciendo que observara a su hija herida por el golpe.

-Han olvidado sus lecciones –susurró en su oído, lamiendo con una lengua bífida la pálida mejilla del ojiverde quien gimió apretando de golpe sus párpados.

-¡SUÉLTALO! ¡¿CÓMO TE ATREVES?! ¡MUÉRETE! ¡MUÉRETE! ¡MUÉRETE!

Loki terminó estampado contra el sofá cuando el general le lanzó a un lado, peleando cuerpo a cuerpo contra Idunn cuyos rugidos se hicieron más roncos y salvajes, igual que sus ataques que al fin alcanzaron al monstruo, tirando de su bozal que arrancó junto con la mandíbula a la que estaba unida. Fueron ahora las garras de Idunn quienes se encargaron del general, despedazando sin piedad su cuerpo, carbonizando su esencia con nuevos relámpagos que cayeron sobre la isla abriendo un enorme agujero en el techo de la casa hacia el montículo de vísceras que fueron los restos del Otro. La oscuridad desapareció pero una lluvia torrencial cayó sobre ellos, con una tormenta eléctrica desatada que quemó una buena parte del bosque en la isla, destruyendo incluso rocas salientes y provocando incendios alrededor de la casa. Loki sollozó apretando sus dientes arrastrándose hacia su hija.

-Idunn... no... debes... debes... calmarte...

Su hija levantó su mirada iracunda hacia él, Loki tenía el cuello marcado con negros moretones y cortadas, su abdomen sangraba dejando un charco debajo de él que la lluvia dispersó. Era todo lo que necesitó Idunn para rugir por última vez, envolviéndose de un campo de energía hecho de relámpagos que la hicieron desaparecer.

-¡NOOOO! ¡IDUNN! –gritó el ojiverde encogiéndose ante el dolor en su vientre con la lluvia empapándole- ¡Nooo...!

Sus lágrimas se combinaron con la lluvia, apenas si siendo consciente de unos brazos que le sujetaron, llamándole. Vio un pecho rojo con un reactor brillante levantando su mirada hacia el cielo de nubes oscuras por donde truenos bailotearon furiosos antes de desmayarse. En alguna parte de su mente recordó como en neblina los rostros de Bruce y Steve pero no estaba seguro si habían sido una alucinación o una memoria. Cuando recobrara la consciencia se encontraría en la sala de terapia intensiva del cuartel de los Vengadores, tenía una intravenosa en un brazo y un sensor apretando un dedo en el otro. El oxígeno llegó por una cánula, escuchando el zumbido de los monitores.

-¡Loki!

Sus ojos se volvieron de inmediato hacia Thor quien le abrazó con cautela, besando con alivio su frente sin esconder su conmoción y lágrimas. Tenía una horrible quemadura que iba desde la barbilla bajando hasta su pecho desnudo donde el poder del Otro le había golpeado.

-Estás a salvo, Loki. Por los dioses... estás a salvo.

No pudo esconder sus lágrimas al recodar a Idunn, levantando una mano para tocar el brazo de Thor quien se separó al sentir su gesto, acariciando su vientre apenas si rozándolo.

-No sufrió daño.

-L-Lucky... -negó sollozando- ¿Ella...?

-La encontraremos, Loki, te lo juro.

Thor pegó su frente contra la pálida de su pareja quien lloró en lamento por la desaparición de su hija, sabía lo que ella deseaba, lo pudo percibir por su lazo. Estaba cansada de tener miedo, de no poder disfrutar de las cosas buenas de la vida por temor a que Thanos se las arrebatara en cualquier momento. Estaba cansada de huir y esconderse. Su rabia se había desbordado al ver las intenciones del general sobre su madre, siendo presos de la pesadilla una vez más, dándose cuenta de que la única manera de liberarse era exterminando la fuente de ello. Loki tuvo miedo por su niña, quien había decidido enfrentar al inmortal sola.

-Vamos a salvarla, Loki –el rubio trató de consolarle.

El cansancio le venció en medio del llanto, volviéndose a quedar dormido. Despertó hasta el día siguiente, esta vez Thor no le acompañaba, era Steve quien se levantó de su asiento para ayudarle a acomodar las almohadas bajo su espalda.

-No debes levantarte todavía.

-¿Thor? –musitó, tenía un escozor en la garganta, por experiencia sabía que no debería ser capaz de hablar pero el Arca sin duda había venido a su rescate.

-Está buscando con los demás a Lucky.

El ojiverde cerró sus ojos. –No está en la Tierra.

-¿Puedes sentirla?

Negó apenas mirándole de nuevo. –No sé dónde ni con quién esté.

-La encontraremos, es una promesa. Quien sea que se la haya llevado...

-Ella se marchó sola... -Loki sintió sus ojos rozarse- Contra Thanos.

-Tranquilo, recuerda que no debes alterarte –Rogers frunció su ceño- Resolveremos esto, y vamos a traer de vuelta a Lucky.

La siguiente persona en asistirle fue la doctora Helen Cho de quien supo el paradero del resto de los Vengadores. Fury hacía honor a su nombre, todos estaban iracundos por el ataque, Thor más que ninguno. El Dios del Trueno quería las vidas de sus atacantes, jurando no descansar hasta tener a Thanos postrado a sus pies antes de aplastarle la cabeza. Loki no les vio en días, saliendo de la sala para ir a una habitación asegurada. Trató de hacer contacto con Idunn pero fue imposible, ella estaba bloqueándole deliberadamente de la misma forma en que él lo había hecho cuando su juicio en Asgard.

-Tu comida –María Hill le hizo compañía.

-¿Noticias?

-Están buscando por todos lados –respondió la mujer poniendo la charola de comida sobre su regazo- Quiero verte terminar hasta dejar limpios los platos. Órdenes de tus médicos.

-No pienso privarme de alimentos.

-Pero has estado comiendo muy poco.

No tuvo ánimos para seguir discutiendo, levantando las tapas para olfatear lo que María le había llevado, tomando de mala gana los cubiertos para comenzar a probar. Tenían un sabor muy diferente al de la comida que usualmente se hacía en el cuartel.

-¿La esposa de Clint? –inquirió al reconocer ese sazón.

-No estás solo, Loki.

-No es eso...

-Lo es. Subestimas de nuevo a la raza humana y a los Vengadores. Esto no es solo por el bienestar del mundo o de Asgard, también es un asunto personal.

-Eres muy buena disciplinando.

Hill sonrió ladeando su rostro. –Es mi trabajo. Ahora termina la comida, no queremos que ese bebé se quede con hambre.

Sus fuerzas volvieron lentamente, no así sus ánimos. Aún tenía sorpresas reservadas que le aguardaban. Mientras se paseaba por un pasillo como parte de su rehabilitación, se quedó unos segundos quieto al percibir por primera vez la esencia de su hijo. Abrió sus ojos, sorprendido llevando una mano a su vientre. Efectivamente, era un varón y uno muy inquieto. Sonrió cerrando sus ojos antes de escuchar los pasos de Fury y Hill dirigirse a otro pasillo adjunto al suyo, sin que se percataran de su presencia oculta tras una columna adosada al muro.

-... tenía que ser así, la seguridad era inviolable, Jarvis confirmó la intrusión hecha en Viernes...

-¿Quién haría tal cosa, señor?

-No lo sé, Hill, pero no le tendré misericordia.

-Ya he interrogado al equipo, todos han pasado las pruebas. Nuestros agentes tienen una lealtad a prueba de monstruos intergalácticos, ninguno de ellos pudo haber comprometido la ubicación de la isla, mucho menos traicionarnos.

Loki frunció su ceño, escondiéndose por completo.

-El hecho es que sucedió, Hill, dieron la ubicación de la isla y permitieron que los atacaran. Ahora tenemos una niña desaparecida, su madre convaleciente sin mencionar un grupo de superhéroes a punto de convertirse en villanos.

-Traición es una palabra muy comprometedora.

-Traición es la maldita palabra correcta.

La conversación siguió pero el Loki ya no les escuchó, quedándose contra la pared de la que se sostuvo ante la revelación. Alguien los había descubierto, durante largo tiempo su paraíso se había mantenido incorruptible porque los Otros no habían podido dar con ellos, desaparecieron a su vista hasta que un traidor los vendió por alguna mísera recompensa. Los ojos verdes del Embustero se endurecieron.

Definitivamente alguien iba a morir.

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