Título: DANZA DE HIELO
Autora: Clumsykitty
Fandom: Universo Marvel entre Avengers y Thor principalmente.
Parejas: las que lleguen, pero sin duda habrá Thorki.
Disclaimer: Nada me pertenece aunque muera por ellos, todo es de Marvel y Mr. Lee entre otros, lo único mío es esta idea mía convertida en historia. Dicho está.
Warnings: Habrá mucho de todo y algunas cosas serán desagradables. No es un cuento de hadas. Me tomo licencias con ciertas tramas, personajes y contextos para mi beneplácito. Hace milenios que no escribía fanfics, pido clemencia a mis lectores por mis fallas, vuelvo a escribir como un ejercicio personal en busca de algo perdido.
Gracias por leerme.
CAPÍTULO 14. Melodía.
Something's wrong, shut the light
Heavy thoughts tonight
And they aren't of Snow White
Dreams of war, dreams of liars
Dreams of dragon's fire
And of things that will bite
Sleep with one eye open
Gripping your pillow tight
Enter sandman, Metallica.
-¡Lucky! ¡La cena está servida!
Pasos apresurados se escucharon por el pasillo que daba al comedor, anticipando la llegada de la niña siempre acompañada de su peluche trayendo en la cabeza hojas y pedazos de ramas producto de sus travesías por el bosque, esta vez ataviada con sus ropas al estilo Indiana Jones que era de momento su personaje favorito. Loki le miró arqueando una ceja dejándole los cubiertos para que comiera la cena que Natasha les había enviado, ordenando lavarse la cara y las manos antes de sentarse a la mesa. Thor había vuelto a Asgard luego de un par de días conociendo a su heredera, no sin antes prometer miles de veces su retorno en cuanto diera parte del estado de su hija ante Odín y regresara con los sellos mágicos para reforzar la protección de la isla. Mientras tanto, el ojiverde había tenido días atareados poniendo orden en aquella casa entre los caprichos Stark y los regalos Rogers, además de otras cosas. No había Vengador que no hubiera puesto su granito de arena en aquel caos.
-Mami, ¿en verdad soy una princesa?
-¿Por qué lo preguntas?
-Papá es un rey, ¿no?
-Desafortunadamente.
-Las hijas de los reyes son princesas, ¿no?
Loki se llevó un bocado a la boca mirándole algo divertido. -¿Quieres ser una princesa?
-No sé, ¿es algo bueno?
-Es algo bueno, si los regalos no aumentan.
-Aw, pero no entiendo algo, si papá es rey, y yo soy una princesa, ¿tú qué eres?
-Tu madre.
-¿Eres la reina?
-Lucky, estás pisando terrenos donde no quieres entrar, jovencita.
-Te pusiste rojo.
-No hables con la boca llena.
-¿Qué usan las princesas de Asgard?
-Por comienzo, una corona.
-Papa Tony me regaló una el mes pasado.
Ahí estaba. Lucky Stark era la niña más consentida de Midgard, no, la más consentida de los Nueve Reinos gracias a ciertos personajes que no habían puesto límites a sus ansias amorosas. Thor iba a reventar de celos de tan solo escuchar que su hija llamaba padres a los varones Vengadores como madres a las mujeres. Él no tenía problemas con eso pero el bárbaro aquél daba rienda sueltas a sus pasiones territoriales cuando entraba en modo posesivo.
-No es igual una corona comprada a una que tiene milenios de existencia y ha estado sobre las cabecitas de las princesas mejor portadas del universo.
-Yo me porto bien.
-A veces tengo mis dudas.
-¡Quiero mi corona!
-Princesa de Asgard, termina tu cena o no tendrás siquiera cuento de buenas noches.
Recibió gruñidos tiernos de parte de su hija que comió de mala gana sus verduras. Le había atosigado con preguntas sobre Thor y Asgard esos días y Loki había terminado por enviarla a jugar afuera o darle por castigo la limpieza completa de la casa ante su inquebrantable insistencia por saber más y más de aquellas tierras. Su pequeña estaba emocionada, sin duda la confianza que sus protectores le habían proporcionado despejaba las tinieblas que le impedían disfrutar de su infancia.
-¿Quién es Jane Foster? –preguntó de repente.
-¿Dónde escuchaste ese nombre?
-¿Quién es?
-Lucky, ¿dónde escuchaste ese nombre?
-No sé.
-Entonces no tiene caso que te responda.
-¿Quién es Jane Foster?
Maldita sea la terquedad Asgardiana, murmuró para sus adentros Loki chasqueando su lengua. –Es una científica que ayuda a los Vengadores.
-No la conozco.
-No vive en el cuartel como la doctora Cho.
-¿Por qué no?
-Porque tiene otras ocupaciones –Loki le miró con ojos entrecerrados señalando con su tenedor el plato de Lucky- Termina la cena.
-¿Dónde vive?
Loki se talló el rostro, riendo algo desesperado. –Hija, cielo. No lo sé, ¿de acuerdo? Es algo que no me importa.
-¿Por qué no?
-Porque Jane Foster no me interesa.
-Pero ayuda a los Vengadores.
-... por las barbas de Odín...
-¿Jarvis puede decirme, cierto?
-Jarvis no va a decirte nada porque este tema se acabó –dijo tajante Loki dando entender a la IA que estaba prohibido que lo hiciera.
-¿Estás enojado conmigo?
-No, Lucky, pero mamá se cansa de tantas preguntas en la cena.
-Mm.
La pequeña ya no dijo nada más, comiendo en silencio su cena junto con su vaso de leche. Tenía una expresión que no le gustó a Loki, estaba molesta pero algo le decía que sus negativas a responderle no tenían que ver con ello. ¿Estaba enfadada con Jane Foster? Hasta el momento se había cuidado de que no se percatara de sus sentimientos hacia la humana por medio de su lazo. Esperaba que Jarvis no hubiese cometido alguna indiscreción en su ausencia. Llevó a su hija a su recámara donde le leyó un cuento antes de recostarla a dormir, apagando las luces, dejando solamente aquel carrusel de luces con formas de pegasos.
-¿Jarvis?
-"¿Señor?"
-¿Tú le hablaste a Lucky de Jane Foster?
-"No, señor"
-¿Alguien más lo hizo?
-"Según mis registros, no hubo nadie quien lo hiciera."
-Si ella llega a cuestionarte, no le proporciones dato alguno, le expresarás que es una orden directa de mi parte.
-"Entendido, señor. Buenas noches"
-Buenas noches, Jarvis.
Loki durmió inquieto, ya no tenía nada que reprocharle a Jane Foster pero durante mucho tiempo le guardó rencor por haber sido también causa de la muerte de Frigga y de haberlo alejado de Thor anteriormente. Pero era imposible que dicho sentimiento se hubiera traspasado a Lucky, él se hubiera dado cuenta con o sin poderes. Sus sueños fueron inciertos y pronto se vio de nuevo en aquella luz cálida, pero esta vez Idunn estaba frente a él, sujetando aquél Cofre de los Viejos Inviernos congelando todo a su alrededor. Detrás de ella, Thanos sonreía. Abrió sus ojos jadeando, una vez más aquel sueño extraño con esa visión espantosa. Las sombras del techo que miró proyectadas por la luz exterior estaban cortadas por una silueta que le hizo sentarse en la cama de golpe. Lucky le miraba fijamente sin Teddy en brazos.
-¿Lucky? –se talló los ojos buscando serenarse- ¿Qué sucede? ¿No puedes dormir?
-"Señor, hay lecturas anormales en sus ondas cerebrales..."
Se dio cuenta que no traía el oso de peluche y eso aceleró su corazón. La mirada de su hija era mortalmente seria. Loki se arrastró a la orilla de la cama para alcanzarla.
-Cariño...
-Jane Foster debe pagar –siseó la niña.
Loki se quedó congelado ante sus palabras, reaccionó demasiado tarde cuando levantó de nuevo su mano para alcanzarla, atrapando únicamente el aire en su lugar. Idunn había desaparecido.
-¡Jarvis! ¡Alerta a los Vengadores! ¡Jane Foster está en peligro!
Brincó de la cama para correr a punto de resbalar hacia la zona de aterrizaje donde esperaba el Quinjet que Jarvis activó para él, casi gritando que buscara la dirección de aquella mujer. Se mesó sus cabellos, desesperado, tratando de entender en qué momento su hija había podido saber de la científica y lo sucedido para tenerle tal rencor. Trató de calmarle a través de su lazo pero Idunn no estaba respondiendo, había una ira súbita que cegaba su razón, impidiendo que le escuchara o aceptara tranquilizarse.
-Loki, háblame –escuchó la voz de Tony por altavoz- ¿Qué es lo que ha sucedido?
-¡Idunn va a matar a Jane Foster! –la oración se le escapó más nerviosa de lo que hubiera querido.
-... ¿Lucky? Lucky no es capaz...
-¡¿Y cómo supones que escapamos, eh?! –Loki no quiso ser rudo pero tenía miedo que su hija hiciera algo irreparable.
Idunn jamás había matado a nadie, a pesar de las reprimendas crueles de los Otros, en ningún momento durante su entrenamiento accedió a tomar vida alguna. No fue hasta que Thanos le puso una mano encima a Loki para volverle a usar como incubadora que la cordura de su hija se perdió. Ahí comenzó a asesinar, arrastrando a su madre consigo para huir mientras se abría paso dejando una estela de muerte y destrucción tras ellos.
-Lo siento –murmuró al Hombre de Hierro con las manos ocultando su rostro, ¿qué iban a pensar ahora de ella?
Hubo unos minutos de angustioso silencio antes de que se volviera a escuchar la voz de Tony. –Okay, esta es la situación –dijo con firmeza- Vision estaba cerca afortunadamente y ahora protege a Jane, Lucky está frente a ellos. Loki, sé que ella puede escucharnos pero a quien obedecerá sin duda es a su madre, ¿entendido?
-Entendido.
-Lucky es nuestra nena, eso debes hacérselo entender, ya no más de aquello. Tráela de vuelta. Lo que tuvieron que hacer lo tuvieron que hacer, no deben seguir recriminándose por eso. Yo llegaré detrás de ti. ¿Loki?
-Escucho, Stark.
-Ella te obedecerá. Eres su madre. Ni siquiera Nick Fury tiene tanto poder como una mamá enojada –dijo con un tono más bromista. Solo alguien como él podía hacer algo así en un momento tan tenso.
El Quinjet llegó rápidamente a una zona residencial, Loki vio en un patio trasero donde aterrizaron en el mejor silencio posible, bajando del puente hacia la parte trasera de una apacible casa con la luz de la cocina encendida y cuya puerta tomó al ver a Vision quien se interponía entre una confundida Jane Foster y su hija que la miraba con tal determinación que le heló la sangre. La científica había bajado a tomar un vaso de agua a la cocina cuando al volverse una niña de extraño físico vestida en pijama de algodón se le apareció, casi matándola del susto. Entró lo más aprisa que pudo, alcanzándoles. Jane frunció su ceño al verle aparecer por su puerta trasera e igualmente en pijama, más confundida desde que Vision llegara, sin saber que aquella niña a quien dedicaba una sonrisa quería arrancarle la vida.
-¿Loki? –le miró incrédula con cierto rencor.
-Idunn –llamó en Jotun con firmeza éste, ignorando a la mujer, caminando lentamente hacia la niña que no le prestaba atención- Hija mía, detén esto.
Llegó frente a ella arrodillándose para bloquear su vista de la científica. Idunn volvió su rostro molesta hacia él. Sus pupilas estaban completamente dilatadas, y sus marcas azules estaban más oscuras de lo habitual. Todo su cuerpo mantenía una tensión, lista para moverse a velocidad luz en contra de su objetivo.
-No –ordenó Loki alzando sus manos lentamente para tratar de abrazarla- No, Idunn. No tienes que hacer esto.
-Esa mujer...
-No importa más, ya nunca lo hará.
Pudo tomarla de los brazos sin que le rechazara pero aún seguía tensa, dispuesta a volar hacia la joven en cualquier momento.
-No quiero que lo hagas. Ya no más. Ya no. Ya no. Estamos a salvo, nadie nos hará daño.
Con lentitud, Loki le abrazó llevándola a su pecho besando sus cabellos. Pasaron varios minutos de esa manera antes de que la sintiera relajarse, cosa que le hizo respirar aliviado.
-Ssshh, estoy aquí, Idunn.
La cargó agradeciendo que Jane Foster hubiera tenido el seso de no abrir la boca durante todo ese tiempo, girándose a Vision mirando a la mujer dándole a entender que ella no debía recordar el suceso para proteger a su hija. Volviéndose al Quinjet, se retiró con Lucky en brazos desapareciendo en la nave que los llevó de vuelta hacia la isla, escoltados por Tony Stark quien se había mantenido afuera de la casa todo ese tiempo, sin hablar durante el camino de regreso. Loki dejó a su hija en la cama, dormía abrazada ya a su Teddy como si nada hubiera ocurrido. Acarició sus cabellos antes de arroparla, encontrándose con Stark en el comedor donde estaba sentado con una bebida en mano. Tony le hizo una seña para que tomara un lugar a su lado.
-Supongo quieres... -empezó el ojiverde.
-No, en estos momentos no quiero saber nada.
-Lo siento.
Stark dio un trago largo a su bebida. –Ni siquiera Vision tiene la velocidad con la que ella llegó desde la isla hasta la casa de Jane, no hablemos que tampoco la vimos volar.
-Se mueve entre dimensiones –explicó Loki mirando el suelo.
-Fabuloso.
-Entiendo si ustedes...
-¿Nosotros qué?
-Ya no desean que sigamos en este mundo.
-Momento, un momento –Tony azotó con más fuerza de la debida su vaso mirándole- Escucha, Cuernitos, nos tomas por unos idiotas si creías que no esperábamos algo así. Es tu hija, es hija de Thor, eso ya hace que la factura sea grande, si le agregamos otras intervenciones... realmente tuvimos suerte esta noche.
-Muchísima.
-Está aprendiendo a lidiar con sus emociones, una que otra vez se saldrá de control. Si pudimos con los berrinches de Hulk, podremos con esto. Pero no quiero volverte a escuchar decir falacias de huir como conejos asustados solamente porque tuvimos un mal día.
Loki sonrió, le gustaba la manera en como el Hombre de Hierro siempre decía nosotros. No estaban solos. Eso le había dicho la Norna. Asintió a sus palabras dejando caer sus hombros, resbalando un poco sobre la silla.
-Sospecho que ya tiene la capacidad de leer pensamientos y recuerdos.
-Le diré a Natasha que se comporte.
-¿Crees que tú estás impune? –sonrió siguiéndole el juego.
-Absolutamente.
Tony terminó su trago mientras Loki reía. Habían estado a nada de una catástrofe, pero dentro de aquella emergencia agradecía que Idunn no hubiera mostrado poder alguno que la hubiera delatado.
-Bien, Rodolfo, es tarde y tengo clases por la mañana.
-Buenas noches, Tony.
-Buenas.
Él se despidió de la niña besando sus cabellos con una sonrisa antes de salir de la isla en su traje, Loki le acompañó regresando después a su cama aunque el sueño no vino a él. Estaba preocupado de la nueva faceta de Idunn, ¿qué iba a pasar si sucedía algo como lo de Jane Foster y él no pudiera tranquilizarla? Temió que su conjuro comenzara a ser insuficiente para contenerla. Así le alcanzó la mañana, levantándose para prepararle el desayuno a su hija a quien despertó después.
-Lucky, es hora del desayuno.
-... tengo sueño.
-Ya has dormido mucho.
-Cinco minutos.
-¿Quién...? No importa. Anda, vamos a darte un delicioso baño y luego un apetitoso desayuno.
Quejándose bajito, Lucky se levantó sin abrir sus ojos dejando que su madre le llevara al baño donde le desvistió con la tina lista, llena de agua caliente, talló sus cabellos y cuerpo canturreándole aquellas viejas canciones que tanto le gustaban. La pequeña se dejó hacer mirándole en silencio mientras le secaba tranquilamente su cuerpo sentándole en la orilla de la cama, buscando su ropa. Cuando estaba vistiéndole ella le miró fijamente tomando su rostro entre sus manos.
-¿Me detestas ahora?
-No, no amor, claro que no –Loki tomó sus manos que besó- Solo me preocupé mucho porque saliste de la isla y eso fue muy peligroso.
-Realmente no quería hacerlo... pero... no sé... estaba muy enojada con Jane Foster.
-¿Por qué, Lucky?
-Tuvo a papá. Y te hizo llorar. No quiero que nadie te haga llorar así de nuevo.
-Ssshh, lo sé, hija mía –le abrazó sobando su espalda- Debes aprender a controlarte, no querrás parecerte a tu padre.
-¿Papá es así? –Lucky le miró con ojos grandes.
-Peor.
-¿Y así lo amas?
Loki no pudo evitar sonrojarse. Definitivamente su hija podía leer pensamientos. –Sí.
-Tengo hambre.
-Ah, Nornas benditas, ¿qué haremos con ese estómago insaciable? –rió Loki cargándole en brazos para llevarla a la barra de la cocina donde esperaba su desayuno- Con calma y sin mancharte.
-Papa Bruce dijo que estaba bien ensuciarse.
-Papa Bruce no conoce el concepto de limpieza.
Lucky besó su mejilla cuando se inclinó a servirle su leche. –Yo también te amo, mami. Prometo no hacerte sentir mal de nuevo.
-Me parece una hermosa promesa –sonrió el ojiverde sentándose a su lado.
Su hija de inmediato saltó de inmediato hacia su regazo escondiendo su rostro en su pecho, abrazándole con fuerza. Loki frunció su ceño extrañado al sentirle temerosa, rodeándola con sus brazos apenas meciéndole para calmarle.
-"Señor, el director Fury desea hablar con ustedes."
Pasando saliva, el ojiverde asintió dejando que Jarvis proyectara en una de las pantallas la figura seria del líder de los Vengadores, quien les observó en un silencio pesado. Había pasado por alto que aún tenían que rendir cuentas sobre lo sucedido ante él.
-Buenos días, Fury –saludó acariciando los cabellos de su hija.
-En verdad son buenos días, Loki –respondió el hombre posando su mirada en Lucky- Los Vengadores se encuentran en una misión en estos momentos y les tomará todo el día terminar. Por lo tanto, ninguno de ellos será capaz de ir a la isla en por lo menos las siguientes veinticuatro horas.
-Entendido –el ojiverde no estaba muy seguro para dónde iba aquello.
-No creo que tu hija desee esperar hasta entonces para recibir sus obsequios que trajeron de Asgard. Han terminado de ser revisados y aprobados junto con un paquete con una leyenda que dice... –Fury pareció leer algo fuera del monitor- Obras completas de Jane Austen, edición de 1815.
Lucky, quien se había escondido en los brazos de su madre, fue girando su rostro conforme el director había hablado, sonriendo ampliamente antes de gritar emocionada al escuchar que recibiría nuevos regalos para dolor de cabeza de su madre cuya confusión fue evidente. Esperaba por algún discurso airado o una reprimenda pero Fury no parecía dispuesto a hacer tal cosa. Parpadeó incrédulo mirando a su sonriente hija y luego al director.
-¿Eso es todo?
-¿Es que hay algo más que sea importante discutir?
-No –sonrió arqueando una ceja.
-No interrumpo más su desayuno. Jarvis, envía el Quinjet. Hasta pronto.
-"Enseguida, director."
-Gracias, director Fury.
La pantalla se despejó al término de la conversación. Lucky rió al ver la expresión de Loki, besando sonoramente su mejilla, haciendo que suspirara aliviado y obsequiándole una sonrisa en correspondencia a su gesto.
-Mmm, hija, ya pesas más –le bromeó picando su nariz.
-Comimos muchos chuarmuas la otra vez.
-¿Papa Tony?
-Papa Tony.
-Si hubiera tardado más en volver en lugar de encontrar a mi hija hubiera hallado un cerdito rodando por la casa.
-¡Mamá! –rió la niña comiendo su cereal, pensativa antes de mirar de nuevo a su madre quien arqueó una ceja- Soy como el gusanito de la canción.
-¿Qué canción, amor?
-La canción del gusanito, ¿te la canto?
-Estaré más que encantado de escucharla.
-Jarvis, ¿puedes poner la música que escuchamos con Papa Sam? –pidió Lucky limpiándose su boca, acomodándose mejor sobre las piernas de Loki.
-"Listo".
Con una expresión de satisfacción desbordada, la niña comenzó a canturrear.
Ce papalotl nocuepazquiani
Nipatlaniz xoxohchipaz
Ce cuicuizcatl nocuepazquiani
Ihuan noxopantlan ninehnemi...
El ojiverde le escuchó atento hasta que terminó, aunque no entendía ni una sola palabra de lo que ella había cantado, seguramente uno de los nuevos idiomas que ella aprendía mientras estaba acosando a Jarvis con más información del mundo exterior. Lucky le abrazó y él besó su frente varias veces antes de pellizcar su mejilla.
-¿Y qué dice esa hermosa canción?
-Que quiero ser una mariposa y volar de flor en flor, ser una golondrina para volar lejos, ser una abeja y recoger mucha piel, ser un grillo y cantar sobre una hoja pero solo soy un gusanito y debo esperar en mi capullo a crecer y crecer –explicó la pequeña apretando su oso contra su mentón mirándole con ojos muy grandes- ¿Verdad que creceré y seré una princesa muy bonita?
-Tanto que tu padre morirá de celos cuando los príncipes hagan una fila para pedir tu mano.
-¿Y me encerrará en una torre alta con un hechizo? Pero no habrá ruecas embrujadas, ¿verdad? ¿Me va a rescatar un ogro verde y panzón?
Loki rió negando ante la hiperactiva imaginación de Lucky aunque no pasaba por alto la idea de Thor encerrándola en el palacio de Asgard para que ojos atrevidos no la mancillaran. Casi podía jurar que eso pasaría.
-No, no habrá. Ahora a terminar ese desayuno.
-Y luego te enseñaré la granja de gusanos que Papa Rhodey hizo para mí.
-Una princesa con una granja de gusanos.
-Oye, mami...
-Lucky, desayuna.
-¿Tú eres la reina entonces? Si papá es rey, yo princesa...
-Lucky Stark, no me vuelvo a repetir.
-Ok, ok, ok.