POV KyungSoo
Estaba entrando a la universidad con Jongin, nuestros dedos estaban entrelazados. Me sentía muy nervioso, no quería hacerlo público tan rápido, pero ¿En algún momento se enterarían, no?
Respiré unos dos minutos, mientras Jongin me sonreía y acarició mi mejilla.
––Relájate Soo, ellos no dirán nada –– dijo compresivo –– Pero si te sientes incómodo, mejor no lo hacemos.
––No es eso Jongin, solo qué...
–– ¿Qué...?
––Es algo nuevo, nunca e tenido pareja y odio que hablen de mí.
––Yo voy a defender a mi PequeSoo, si hablan mal de él.
–– ¡Deja de ponerme apodos ridículos!
––Pero si PequeSoo te va muy bien –– hizo un puchero infantilmente.
––Mejor entremos de una vez...
Volví a entrelazar nuestras manos y caminamos hasta la sala de canto. Escuchaba demasiados murmullos. Yo miraba al techo, podría jurar que mi rostro estaba rojo.
–– ¡Madre mía, que entrada tan perfecta! ¡Se parece a la escena de Crepúsculo! Solo que esta vez Edward se quemó un poquito.
–– ¡Luhan! –– lo retó su novio –– No seas así con Jongin –– se dirigió hacia nosotros –– Holis –– se tapó la boca cuando vio nuestras manos entrelazadas y se dio miradas cómplices con Luhan.
––Veo que están muuuy bien –– sonrió de costado el chino –– ¡Siempre supe que el KaiSoo era real! –– elevó su puño al cielo.
––Ya cállate, no hagas escándalo –– rodé los ojos.
––Siempre matas mi espíritu shipper... –– abrazó a su novio sin expresión facial –– Ya es tarde, tenemos que entrar Soo.
Asentí y me despedí torpemente de Jongin.
––Bueno.. .¿adiós? –– sacudí mi mano en señal de despedida. Realmente no sabía que hacer, era nuevo en la novicidad, no tengo idea si esa palabra existe.
––Que tengas un buen día PequeSoo –– me dio un leve beso y se fue con su amigo.
Me volteo totalmente avergonzado, no estoy acostumbrado a las muestras de afecto. Luhan me miraba con ojos entrecerrados, me daba miedo.
––Pillin –– me comenzó a hincar el estómago con su dedo.
––No hagas eso –– lo aparté.
––Estoy resentido Soo, no nos contaste nada.
––No tengo por que hacerlo.
–– ¡Oye! Yo te cuento hasta cuantas veces voy al baño.
––Que asco...
––Eso no es importante, y... ¿Desde cuando están? –– movió sus cejas.
––Ayer en la noche, no tenemos ni un día –– declaré sentándome en la carpeta.
–– ¡¿Pasaron la noche juntos?! ¡Cuéntamelo todo! ¿Qué tal es Jongin en la cama? Seguro es una metralladora.
Abrí mis ojos más de la cuenta, y comencé a toser llamando la atención de todo el salón. No esperaba que Luhan dijera eso.
–– ¡Recién llevamos un día! –– me quejé, abrí una botella de agua y la comencé a beber.
––No seas mojigato, ya tienes veintiún años. Estas viejo para los 'ni istoi pripiridi quiri tinir mis tiempi'
–– ¡Luhan! ––no pude responderle porque la profesora entró y él me miró victorioso. ––Estúpido chino.
–– ¡Te escuché! –– rodé los ojos.
POV Chanyeol
Abrí mis ojos pesadamente, había una agradable brisa mañanera. Me había dormido con un libro encima, últimamente leía demasiado.
Dicen que cuando una persona duerme en exceso es por que es una salida de su realidad ¿Quizás eso me pasa? No tengo idea.
Resople fuerte, no estaba de humor. Roma es un ciudad hermosa en todo sentido, se me complicaba el idioma, pero haría lo posible para adaptarme rápido.
Luego de cinco días estando solo en esa ciudad desconocida, me llevé una grata sorpresa, JongDae vino ¡Vino a Roma! Él es un alma solitaria igual que yo, un hombre con un fracaso matrimonial y un hijo, con el que nunca tiene comunicación.
Siempre dice que yo soy mejor compañía, creo que es por que nos complementamos, los dos habíamos sufrido demasiado.
En la universidad las cosas estaban aburridas. Era el chico coreano que había pedido de un momento para otro un intercambio, como tengo buenas calificaciones aceptaron rápido.
Pero a decir verdad no me hallaba en ese lugar, ni en esa ciudad, ni si quiera en la casa que estaba viviendo, no era mi lugar.
Comencé a reclamarme internamente si fue buena idea dejarlo todo, pero me conozco y sé que si regreso veré a KyungSoo...
Pensar en él me deprimía, cuando le dije al Sr. Park - mira padre- que lo dejaría todo para irme a otro país, me gritó por teléfono, diciéndome que era un estúpido e inmaduro, creo que en sí, lo soy.
Ya tenía días en la Universidad de San Lorenzo, no tenía amigos, pero tampoco quería tenerlos, cada vez que alguien se me acercaba los ignoraba tajantemente.
Viendo mi reloj me di cuenta que se me hacía tarde, salí corriendo de mi habitación cogiendo unos cuadernos.
–– ¡Joven Park, tome desayuno, al menos una taza de yogurt! –– exclamó JongDae con un vaso de yogurt de fresa en la mano. Se me hacía muy tarde, en quince minutos empezaba mi primera clase. Tendría que correr muchas cuadras y la lactosa no me cae tan bien.
––Lo siento Dae –– corté y cerré la puerta.
Comencé a correr muy rápido, la gente me miraba raro, pero no me importaba.
Para cortar camino crucé un parque, habían niños alrededor ¿Tan temprano se ponen a jugar?
Seguí corriendo con ojos cerrados, podría jurar que ya estaba sudando, pero en eso sentí que me choqué con alguien, yo salí ileso pero él se cayó al césped de rodillas.
–– ¡Stupido , guarda dove si cammina! ––exclamó mientras se trataba de levantar.
––Ah....––no entendía nada de italiano, él me podría estar maldiciendo y yo ni enterado.
–– ¡¿Neppure andare a chiedere perdono?! ––se quejó levantando sus manos ofendido, cuando levantó su rostro me di cuenta que tenía rasgos asiáticos, así que traté de disculparme, pero él me estudió de pies a cabeza y eso me enojó.
––Lo siento es que no te vi ¡Pero tú te metiste en mi camino, enano! –– él abrió sus ojos ofendido, mierda ojalá no sea coreano...
–– ¡Todavía que me empujas! Llamaré a la embajada, para que te regresen a Seúl.
––Me harías un favor ––bufe, vi su pantalón perfectamente blanco y en sus rodillas...––Oh no...–– señalé esa zona, y el coreano-enano miró lo que señalaba y pegó el grito al cielo.
–– ¡Qué asco! ¡Que asco! Tengo mierda de perro en mis nuevos jeans, moriré, siento que el aire se me va, todo me da vueltas, yo...
Dejó de hablar por que se desmayó, me pareció exagerado y planeaba dejarlo ahí y seguir mi camino, pero las personas me miraban mal, uno de ellos me dijo que me llevara a mi amigo de ahí ¡Ni siquiera es mi amigo!
Llamé a JongDae para que viniera con el auto y llevar al castaño a una clínica o una lavandería, no sé.
Él llegó y vi que se puso pálido, me ayudó a subirlo al auto y yo me quedé en la parte trasera junto al intruso. Me di cuenta que el mayordomo estaba manejando hacia mi hogar, desde que vio al chiquillo se mantuvo callado y no dijo nada.
En cada rompe muelle, el mocoso se me acercaba más, yo lo trataba de apartar. Pero ya era estresante, así que dejé que su cabeza descansara en mis piernas, tuve que bajar la ventana del auto por que ya empezaba a oler a la mierda de ese perro italiano.
Cuando llegamos, me volteé para cogerlo de los hombros y así bajarlo, me di cuenta que sin gritarme y siendo exasperante como un grano en el trasero, el chico era bonito, muy lindo a decir verdad.
Pero rápidamente aparté todo pensamiento, recién estaba tratando de superar a KyungSoo. Y pensar en otra persona me hacia sentir que le estaba siendo infiel, sé que estúpido pero lamentablemente en el corazón no se manda.
Con JongDae lo cargamos hasta el sofá y yo fui en busca de algodón y alcohol para que el enano se despertara. Pero vi que JongDae lo miraba con mucha añoranza en sus ojos, parecía que lo conocía y estaba conteniendo sus lágrimas.
–– ¿Pasa algo? –– le pregunté dejando el alcohol y algodón en el centro de mesa.
JongDae asintió secándose una lágrima ––Pasa todo, joven Park...
––No entiendo...
––Él es mi hijo ––podía jurar que mi mandíbula llegó al suelo ¡El hijo de Dae! Ese que prefirió irse con su mamá y no su padre por el simple hecho que era un mayordomo, solo lo llamaba para sus cumpleaños o días festivos. JongDae decía que estaba bien, que no lo culpaba que se avergonzara de él, ya que el nuevo esposo de su ex mujer es un hombre completamente exitoso.
Como es la vida, KyungSoo y yo queriendo atención o afecto de las personas que nos dieron la vida y el niño solo lo ignoraba porque su padre es un mayordomo. En ese momento odié a ese mocoso.
JongDae cogió el algodón bañándolo un poco en alcohol y se lo pasó por la nariz de su hijo.
––Baekhyun... despierta...–– le dio leves caricias a su cabello castaño.
Él se empezó a remover y murmuró –– C-ca...
–– ¿Ca...? ¿Quieres decir casa?
––Caca de perro en mis jeans... –– y se volvió a desmayar.
Torcí mi rostro y sentencie –– Te comprare unos nuevos.
–– ¡Kkaebsong! ––se levantó mágicamente, dejándonos boquiabiertos ––Ay, no me miren así. Este orejón tenía que tener presión para comprarme unos nuevos –– luego se sentó derecho y se dirigió a su papá ––¿Cuánto tiempo no..? No te podía ir a visitar porque estoy aquí desde hace siete años varado en Italia, perdón por recién contarte es que no te quería preocupar... –– bajó su mirada y luego murmuró con ojos brillosos –– ¿Abrazo..?
JongDae obviamente le correspondió y se puso a llorar en los brazos de su hijo pródigo. Yo estaba viendo la escena, pero seguía sin caerme bien ese mocoso.
Los dejé solos unos diez minutos y cuando regresé JongDae me llamó hacia una esquina, estaba nervioso.
––Joven Park, sé que es demasiado pedir, pero ¿Mi Baekhyun no se puede quedar por unos días? Puede descontarme de mi paga su estadía si desea...
–– ¡Pero acaso el niño no tiene un hogar! ––lo señalé y él ni se inmutó, seguía viendo cosas en su mochila.
––Cuando lo empujaste él estaba buscando empleo, ya no tiene como pagar el alquiler de su cuarto. Su mamá se aburrió de mantenerlo... –– luego susurró ––Por favor Joven Park, quiero estar unos momentos con mi hijo y que pueda encontrar apoyo en mí...
Bajó su mirada totalmente avergonzado y le palmeo la espalda. No estaba contento con esa idea, pero si así podía devolverle el favor a Dae lo haría ––Esta bien pero que no cause alboroto.
En ese instante me fui de mi casa y me dirigí la universidad, para las clases restantes y cuando volví, el enano ya estaba instalado en una de las habitaciones.
Salió campante con una sonrisa de oreja a oreja y me miró.
––Linda casa, Park ––sonrió y luego apretó una de mis nalgas, me sorprendió tanto que lo aparte de inmediato ––Y también, buen trasero –– me guiñó el ojo y se fue contento.
Dios dame paciencia con este enano, por favor...