Josh amaba despertar a las tres de la mañana, con tal de poder hablar con Tyler. Un chico castaño, algo misterioso que solía salir de su escondite, "misteriosamente" a esa hora. Ambos amaban escucharse y amaban verse.
—Es estúpido —soltó Josh—. Siempre es estúpido.
—No es estúpido Josh, recuerda que siempre estaré aquí para escucharte.
—Tengo 18 años Tyler, 18 malditos años y aún sigo hablando contigo, aún sigo escuchándote. Eres aquel chico que siempre aparece a las tres de la madrugada, y-y no es normal —tomó su cabeza entre sus manos.
—Uh, ¿Ya no quieres seguir? —preguntó algo dolido.
—No lo sé, creen que estoy demente.
—¿Crees que estás demente? —nuevamente Tyler preguntó.
—No lo sé —Josh se encogió de hombros—. ¿Acaso intentas jugar con mi mente?, o —hizo una pausa—, ¿buscas hacerme daño?.
—No —negó—, pero- —miró a Josh—. Puedo desaparecer si tú quieres. Sólo tienes que pedir que lo haga, y lo haré.
Josh miró a Tyler, lo miró duda, no sabía si quería que se fuera.
—No —negó—, aún quiero continuar hablando contigo. Normalmente eres él único que me logra entender —Josh sonrió y tomó la mano de Tyler, mirando fijamente sus ojos castaños—. Te quiero Ty, y-y quiero continuar contigo, quiero seguir mirando tus hermosos ojos castaños, yo uh —sus mejillas se tornaron de un bonito color rosa—. Quiero seguir mirándote todas las noches.
El castaño sonrió ampliamente, tampoco quería desaparecer, no quería alejarse de Josh, porque él era el único que lograba verlo y escucharlo.
—Gracias —soltó Tyler mientras sonreía.
Ambos se amaban en secreto. Porque sabían que lo suyo no era correcto.
☆Escribí esto bc lo soñé, así que lo plasmo aquí.